Sea medible
Una cualidad crucial que Dios necesita en Su material de construcción

Dios es un constructor. A lo largo de la Biblia, grandes patriarcas y reyes famosos lo reconocen en este papel. La Biblia describe varios proyectos de construcción física asombrosos. Algunos pasajes incluyen detalles específicos de materiales, medidas y métodos de construcción.

Dios también está trabajando en proyectos de construcción espiritual. Por lo tanto, vale la pena preguntarse: ¿Qué está construyendo Dios hoy? También vale la pena preguntarse: ¿Cómo está trabajando Dios como constructor en mi vida?

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19). Aquí el apóstol Pablo describe una casa espiritual, la casa de Dios, compuesta por aquellos que Él ha llamado a Su servicio.

Dios ha estado construyendo esta casa durante mucho tiempo. El versículo 20 dice que estamos “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Edificados sobre significa que Dios está terminando una estructura cuyos cimientos ya están puestos. De hecho, Él casi ya ha finalizado este proyecto de construcción.

Herbert W. Armstrong explicó: “Este pasaje revela claramente el templo al que Cristo glorificado llegará en breve a su Segunda Venida como gobernante mundial. (…) La Iglesia, pues, ha de crecer hasta convertirse en un templo santo, el templo espiritual al cual llegará Cristo…” (El misterio de los siglos).

“En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (versículos 21-22). Esta es una estructura impresionante: esta casa está bien coordinada Piense en eso por un momento.

Los constructores trabajan con materiales: madera, piedra, acero, azulejos, vidrio. En el proyecto de construcción de Dios, usted es el material.

A un artesano le gusta seleccionar la madera en un almacén de madera. Se tomará su tiempo para inspeccionar visualmente cada pieza, seleccionando las rectas y descartando las defectuosas. La madera astillada, doblada, retorcida o demasiado nudosa no pasará la prueba. Con la madera de acabado, él será aún más exigente: mientras busca evitar defectos, también podría estar en búsqueda de patrones atractivos en el grano de la madera.

Si Dios lo ha llamado hoy, usted ha sido cuidadosamente seleccionado.

Ahora visitemos un sitio de construcción. Incluso después de haber seleccionado cierta madera, ésta puede cambiar con el tiempo. Si se amontonan de forma suelta en el sitio, la tabla que antes estaba recta se torcerá y doblará. Podría llegar a ser inutilizable. Para que se mantenga recta, la tabla tiene que medirse, cortarse y colocarse en su lugar en el edificio.

Cuando una casa está en construcción, a menudo se ven trozos de materiales de construcción por todo el sitio. Es necesario medir y cortar los marcos, revestimientos, azulejos y molduras para que se ajusten a los planos de esa estructura. El viejo refrán dice: mida dos veces, corte una. Pero a veces un carpintero tendrá que medir y recortar una pieza de madera varias veces para que encaje perfectamente. Si corta demasiado, se queda demasiado pequeño y tiene que usarse en otro lugar, o no usarse en lo absoluto.

Si Dios lo ha llamado hoy, es necesario que sea medido y formado para que encaje en la estructura que Él está construyendo, de acuerdo con Sus planes. Dios nos está midiendo. ¿Qué tan medible es usted?

Apocalipsis 11:1 dice: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él”.

El versículo anterior ofrece un contexto importante: “En Apocalipsis 10:11, Dios nos da nuestra comisión”, escribe Gerald Flurry. “Es una gran visión de lo que vamos a hacer: profetizar otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. Observe, además, cómo Dios continúa esa visión con corrección: inmediatamente habla de medirnos en el capítulo 11. Dios comienza a medirnos y a enseñarnos dónde tenemos que cambiar. Esa es una maravillosa bendición de nuestro Padre amoroso. Todo padre amoroso mide a sus hijos para que puedan ser felices y exitosos. Si vamos a profetizar otra vez, debemos adorar en ese templo y tenemos que ser medidos. Eso incluye el altar, que simboliza el ministerio, incluyéndome a mí. Todos tenemos que ser medidos” (Profetiza otra vez).

El versículo 2 de Apocalipsis 11 describe el destino aterrador de aquellos que se niegan a ser medidos.

Los constructores utilizan varias herramientas de medición: cintas métricas, escuadras, niveles láser, plomadas. Dios también mide a través de varios métodos, mediante Su gobierno y Su Espíritu. Nos examina y nos pone a prueba para varias cosas, incluyendo:

· Nuestra obediencia y amor por Su ley.

· Nuestra sumisión a Su amoroso gobierno familiar.

· Nuestro apoyo al hombre a través del cual Él está trabajando hoy.

· Nuestra respuesta a El mensaje de Malaquías, el mismo mensaje que Dios envió para medir a la Iglesia.

· Qué tan bien mantenemos Sus estándares

· Nuestro compromiso y productividad con Su Obra.

· Qué tan bien aceptamos corrección.

La lista podría continuar. Estos son asuntos importantes, y todos podemos mejorar en ellos. Lo haremos si somos medibles.

En el número de mayo-junio de 2023 de la Visión Real, el Sr. Flurry escribió: “Debemos ser medidos para permanecer con Dios. ¡Él lo ordena! (…) Necesitamos seguidores que amen la ley de Dios y quieran ser medidos por ella para que podamos prepararnos para nuestro tremendo futuro”.

Seamos medibles para que el Constructor pueda coordinarnos adecuadamente dentro de la familia de Dios.