¿Sabe usted manejar sus finanzas de forma responsable? He aquí un enfoque bíblico para una gestión financiera equilibrada.
Jesús enseñó a Sus discípulos una parábola de gran alcance que debería guiar multitud de decisiones en nuestras vidas. La parábola se encuentra en Lucas 14:25-32. Cristo preguntó: “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” (versículo 28). Entendemos que esto significa que primero debemos considerar la situación que tenemos ante nosotros para asegurarnos de que somos capaces de afrontarla adecuadamente.
Los cristianos tienen la responsabilidad de dar un ejemplo conforme a Dios en este mundo enfermo de pecado. Quizá uno de los pecados más flagrantes de nuestras naciones radique en nuestra ambición por un estilo de vida que sencillamente no podemos permitirnos. Muchos individuos, familias e incluso gobiernos nacionales simplemente viven por encima de sus posibilidades. Es un círculo vicioso que tiende a endeudar cada vez más a las personas, y a las naciones.
Una parte significativa del problema radica en la contabilidad imprudente y el uso inadecuado de los recursos a nuestra disposición. Es fácil soñar con una calidad de vida que nos gustaría obtener, pero ¿cómo llegar a ella? La sociedad promueve el concepto de comprar hoy, pero pagar mañana. El crédito puede hacerle el juego a la grave debilidad humana de adquirir cosas que no podemos permitirnos con la opción de pagarlas con el tiempo. Aunque hay un momento y un lugar para el uso eficaz del crédito, deberíamos acostumbrar vivir dentro de nuestras posibilidades.
Considere un principio enseñado por el apóstol Pablo a los hebreos: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). ¿Está usted contento con sus posesiones y estándar de vida? Debemos esforzarnos por mejorar, pero no a costa de la lujuria y la codicia.
Pudiéramos sentir que deberíamos tener más, pero eso no siempre nos conviene (Santiago 4). Si vivimos en obediencia al camino de Dios, podemos tener fe en que Él se ocupará de nuestras necesidades físicas como Cristo señaló en Mateo 6:24-34. Tómese su tiempo para leer esos versículos en el contexto de este tema. Al poner nuestro enfoque y fe en Dios y su camino de vida, viviendo obedientemente bajo Sus leyes financieras, podemos tener confianza en que nuestras necesidades físicas serán atendidas. Nuestro enfoque tiene que estar en vivir a la manera de Dios.
Cuente los costos
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños. Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?” (Proverbios 27:23-24). Aquí leemos el enfoque de Dios sobre la administración de nuestros bienes físicos. Debemos conocer el estado de nuestros rebaños, o de nuestras posesiones. No sólo debemos ser conscientes de nuestra situación, sino que debemos cuidar bien de nuestros rebaños, o más biengestionar y administrar eficazmente nuestras posesiones.
Dios espera que seamos mayordomos responsables con los dones financieros que nos ha concedido. Estamos bajo juicio por la forma en que administramos esas bendiciones (Lucas 16:1-8; 1 Pedro 4:17). De un vistazo a su situación financiera, y a su gestión de esa situación, y pregúntese si está cumpliendo con sus requisitos ante Dios.
Una de las formas más eficaces de administrar nuestros asuntos financieros es crear y usar un presupuesto para guiar nuestras decisiones. La práctica presupuestaria está respaldada por la Biblia, y es una herramienta de uso común en la vida de personas y empresas de éxito. Utilizar un presupuesto requiere disciplina, pero si consigue crear el hábito, lo más probable es que pueda disfrutar de una vida más estable y menos estresante.
Los lectores de este artículo de todo el mundo experimentan una variedad de estándares y costos de vida diferentes. Los principios de este artículo deben considerarse en relación con su posición financiera actual, su ubicación geográfica, su estándar de vida y otras condiciones económicas relevantes. Por ejemplo, una familia podría ser ya propietaria de una vivienda, eliminando así quizá una de las categorías más importantes del presupuesto. Otras podrían no tener la opción de poseer una vivienda y tener que presupuestar hasta el 40% de sus ingresos sólo para la renta. Los gastos de alimentación, los impuestos y otras condiciones económicas deben tenerse en cuenta en la ecuación. El principio subyacente de este artículo es exhortarle a que calcule sus necesidades en proporción a sus ingresos y, luego, a que viva dentro de esos límites. Para simplificar, consideraremos un sistema de presupuesto mensual que divide nuestros ingresos y gastos en los 12 meses del año.
La base
Un presupuesto exitoso puede derivarse una vez que comprenda y contabilice sus ingresos y gastos. El principio de hacer un presupuesto es una división lógica de sus ingresos para cubrir las distintas categorías de sus gastos.
Pero antes de entrar en detalles, entendamos primero un punto. Ya analizamos el consejo de Cristo en Mateo 6 en el que se nos aconseja poner nuestra confianza en Dios. Sólo podemos hacerlo si estamos diezmando fielmente. Las bendiciones nos colmarán si estamos diezmando correctamente (Malaquías 3:10). Recuerde, es posible que esas bendiciones no siempre sean evidentes. Este pasaje de Malaquías no garantiza bendiciones financieras en forma de dinero en efectivo, pero Dios dice quese nos cuidará en una proporción mucho mayor que el 10% que le devolvamos a Él. También puede deducirse de este mismo pasaje, y de los versículos previos en Malaquías 3, que si robamos a Dios, o si no vivimos obedientemente bajo sus leyes del diezmo, no debemos esperar bendiciones, éxito o un estilo de vida tranquilo.
El análisis
A partir de las leyes del diezmo, ya podemos comenzar nuestro análisis de los gastos. Debemos entregar a Dios el primer 10% de nuestros ingresos en forma de primer diezmo. También comprendemos la obligación de guardar nuestro segundo diezmo para utilizarlo durante los días santos. Y el tercer diezmo, que se paga durante el tercer y el sexto año de cada ciclo de siete años, también debe tenerse en cuenta en nuestro presupuesto cuando se deba aplicar. Para más información sobre el diezmo, solicite gratis nuestro artículo reimpreso sobre este tema.
Esos tres “gastos” son un hecho y deben ser contabilizados. Deberíamos formarnos el hábito de pagar y ahorrar primero nuestros diezmos y, luego trabajar con el porcentaje restante de nuestros ingresos.
Al continuar nuestro análisis de los gastos, resulta útil dividir nuestras salidas de dinero o recursos en dos categorías: gastos fijos y gastos discrecionales. Los gastos fijos son repetitivos y constantes, y generalmente se pagan mensualmente. Ejemplos de gastos fijos serían el pago de su hipoteca o renta, los servicios públicos, los impuestos (a menudo retenidos de su nómina antes de cobrar), la comida y los gastos de transporte. Por lo general, sus gastos fijos constituyen la parte más importante de su presupuesto, lo que hace más fácil apegarse a su plan. A menudo, los gastos de vivienda, alimentación y servicios públicos combinados constituyen las tres categorías más importantes. También hay que tener en cuenta los gastos de transporte. Tenga en cuenta el aumento del costo de la gasolina, el seguro y otros gastos derivados de tener un auto. Algunas familias pueden recurrir al transporte público, eliminando por lo tanto una parte considerable del costo de sus ingresos mensuales. En cualquier caso, debemos tener en cuenta adecuadamente el costo del transporte en nuestro presupuesto. Otros ejemplos de gastos fijos vienen en la variedad de primas de seguros (de automóvil, vida, propietario o inquilino, y quizás de salud). Adjuntamos algunas hojas de cálculo que le ayudarán a cuantificar y totalizar sus gastos fijos mensualmente.
Sus gastos discrecionales son de naturaleza más variable y dependerán de la diferencia entre sus ingresos y sus gastos fijos de subsistencia. Algunos ejemplos de gastos variables incluyen la ropa (una necesidad, pero generalmente no es una cantidad mensual fija), el entretenimiento, la recreación, las vacaciones y los viajes, los ahorros, los regalos y los subsidios personales. Como su nombre indica, la cantidad gastada cada mes está más a su discreción, o más bajo su control, que los gastos mensuales normales recurrentes. Puede ser más creativo ajustando mensualmente estas cantidades para liberar recursos para algo que necesite o desee, pero el ajuste debe proceder de otra categoría discrecional de su presupuesto, ese mismo mes, ¡como buena regla práctica! Uno de los secretos de un presupuesto eficaz es una estimación realista de sus gastos.
La documentación de los ingresos también debe evaluarse cuidadosamente. Para muchos, las nóminas quincenales o mensuales constituyen nuestra fuente de ingresos. También deben considerarse otras fuentes de ingresos, si procede, como pensiones, beneficios del seguro social o inversiones.
Una vez que haya contabilizado sus ingresos y gastos (tanto fijos como discrecionales), estará listo para plasmar su presupuesto en papel. Hemos proporcionado hojas de cálculo de muestra para su uso, o si lo prefiere, los programas informáticos como Microsoft Money o Quicken de Intuit también proporcionan herramientas de elaboración de presupuestos. Hay una gran cantidad de libros disponibles que pueden ser útiles para elaborar su presupuesto. Además, hay muchos recursos útiles disponibles en Internet por si elige esa vía. Decida lo que decida, el principio básico de la elaboración de presupuestos es equilibrar susingresos con sus gastos de forma sistemática para asegurarse de que no gasta ni de más ni de menos.
Iniciando el proceso
Una contabilidad y una evaluación adecuadas de su situación financiera son fundamentales para elaborar con éxito un presupuesto para usted y su familia. Analizar simplemente un mes no suele ser adecuado para determinar las tendencias anuales. Le recomendamos que analice de tres a seis meses su estilo de vida financiero para calibrar mejor cuál es el presupuesto realista que debe establecer.
Podrá examinar los meses anteriores si puede contabilizar por completo todos los ingresos y gastos. Incluso la compra discrecional ocasional de café, una botella de jugo o quizás algo rápido para comer debe contabilizarse si quiere observar y trabajar realmente con la imagen completa. A menudo, no somos conscientes del impacto financiero de estas compras discrecionales ocasionales cada mes.
Por ello, le recomendamos que empiece por el principio de cada mes y recoja meticulosamente los recibos de sus compras (tanto si ha utilizado efectivo, cheques o una tarjeta de crédito). Debe hacer un seguimiento de cada gasto, independientemente de lo insignificante que pueda parecer el costo. Si esos gastos insignificantes forman parte de una práctica habitual, ¡podría alarmarse de cuánto cuesta ese hábito cada año!
Después de haber recopilado sus recibos mensuales, tiene que ordenarlos y empezar a llenar sus hojas de cálculo dividiendo los gastos fijos de los variables. Asegúrese de separar los recibos en “grupos” mensuales para poder realizar el seguimiento de un mes completo a la vez.
Obviamente, también tendrá que hacer un seguimiento preciso de todas las formas de ingresos del mes. Deberá añadir el total de sus ingresos a las hojas de cálculo mensuales mientras se prepara para realizar un análisis completo y adecuado.
Si establece un presupuesto que no tiene en cuenta todos los gastos, entonces todo el proceso empieza a venirse abajo a medida que gasta sistemáticamente más de la cuenta y se adentra en un estilo de vida desequilibrado. Así que sea cuidadoso y meticuloso durante este breve periodo de tiempo. Sólo debería tener que analizar con tanto detalle al principio, antes de fijar su presupuesto. En el futuro, el análisis debería llevarle menos tiempo a medida que compare sus gastos reales con los presupuestados.
Otra sugerencia para tener en cuenta: si vive en un clima que varía considerablemente entre las estaciones, asegúrese de que su categoría de servicios públicos cubra suficientemente cada mes del año. Por ejemplo, si vive en una zona en la que hace mucho frío en invierno y es templada en verano, asegúrese de presupuestar suficientes servicios públicos para cubrir los elevados costos de la calefacción en invierno.
Haciendo las cuentas
Recopilar los recibos y contabilizar nuestros ingresos es la parte del proceso de hacer el presupuesto que más tiempo requiere. Una vez que tenga todas las cifras, puede utilizar las hojas de cálculo de este artículo (o cualquier otra fuente que elija). El objetivo es sumar todos sus gastos mensuales para llegar a una salida total de dinero cada mes, y equilibrar esa cantidad con sus ingresos totales del mismo mes.
Si nuestros gastos superan los ingresos, debemos encontrar la manera de reducir nuestros gastos. Quizá hayamos presupuestado demasiado para una categoría concreta de nuestros gastos discrecionales, como el entretenimiento. Tenemos que encontrar la manera de recortar nuestros gastos para igualarlos a nuestros ingresos. A menudo los recortes tendrán que venir de los fondos variables o discrecionales porque los gastos fijos de nuestra vida son de naturaleza más permanente. Pero si no podemos recortar lo suficiente de nuestros fondos discrecionales, entonces puede que tengamos que tomar medidas más drásticas para reducir nuestros gastos fijos mensuales.
De forma similar, si descubrimos que tenemos más ingresos que gastos, ¡genial! El excedente podría utilizarse para pagar deudas pendientes o para complementar nuestros ahorros. Deberíamos evitar la tentación de despilfarrar frívolamente ese dinero. Más bien, deberíamos buscar otras áreas de “inversión” que nos reporten un mayor rendimiento. Tal vez podría complementar sus ofrendas o contribuciones a la Obra de Dios con el excedente, o crear su “fondo para días lluviosos” (explicado más adelante).
Sea cual sea la situación, un presupuesto equilibrado es el objetivo final. Esfuércese por asegurarse de que no gasta más de lo que ingresa; se trata de un concepto sencillo que resulta más fácil de cumplir si gobierna su vida financiera con un presupuesto.
Una cuenta de ahorro especial
Un sabio amigo mío me aconsejó una vez que abriera una nueva cuenta de ahorros después de haber establecido mi presupuesto. Me ayudó a crear un método bien documentado de seguimiento de mi presupuesto. Lo que me gusta hacer es utilizar la cuenta de ahorro para depositar la mayor parte de mis ingresos de acuerdo con mi presupuesto. La cuenta de ahorro está vinculada a mi cuenta corriente a través del mismo banco, lo que permite realizar transferencias frecuentes entre las dos cuentas.
Aunque el estado de cuenta mensual de mi cuenta de ahorros sólo proporcione el saldo, la cantidad de depósitos y los retiros, hago un seguimiento de cuánto dinero se divide en mi cuenta de ahorros según mi presupuesto. Por ejemplo, depositaré en mi cuenta de ahorros la cantidad presupuestada para la hipoteca, los servicios públicos y el transporte. Digamos que eso representa un depósito total de $1.000 al mes. El pago de mi hipoteca podría representar $700 de esos $1.000, mis servicios públicos $200 y mi transporte $100. Pero si examino el estado de cuenta del banco, sólo vería un depósito de $1.000. Guardo el desglose de mi presupuesto de costos o gastos previstos en una hoja de cálculo en mi computadora. El pago de mi hipoteca no suele cambiar, así que presupuesto exactamente esa cantidad cada mes. Pero, aunque presupueste $200 para servicios públicos, puede ser que ese mes sólo sean $190 de facturas reales. Transferiría los $190 a la cuenta corriente para pagar las facturas de los servicios, pero dejaría los $10 extra en ahorros (contabilizados como dinero de los servicios en mi presupuesto). A medida que avanzo en el año, algunos meses mis gastos en servicios públicos superan la cantidad presupuestada, y otras veces las facturas son inferiores a lo que he ahorrado. Al final del año, la mayoría de las veces, tengo un pequeño excedente en esta categoría de mi presupuesto que puedo ahorrar para necesidades futuras.
Éste es sólo un método para acumular pequeños excedentes al trabajar con un presupuesto. Nuestro objetivo debe ser vivir dentro de nuestras posibilidades, o quizá un poco por debajo de ellas, permitiéndonos así acumular un excedente de ahorro siempre que sea posible. De nuevo, estamos trabajando para evitar la trampa de gastar más de la cuenta, o de superar nuestras posibilidades, y meternos en problemas de crédito.
Dos elementos especiales presupuestados
Me gustaría recomendarle que considere añadir dos categorías más a su presupuesto mensual si aún no existen. En primer lugar, considere la posibilidad de añadir una categoría para ahorrar sus ofrendas a lo largo del año. De este modo, a medida que se acerquen los días santos, podrá contribuir con una cantidad mayor porque ha planificado para ellos a lo largo del año. Esto es en realidad coherente con la forma en que la Biblia nos enseña a preparar nuestras ofrendas para Dios: tras una cuidadosa consideración y planificación (Deuteronomio 16:16-17). Si presupuestamos nuestras ofrendas a lo largo del año, se eliminará el gran “apuro” de intentar conseguir una ofrenda en el último momento.
En segundo lugar, recomendaría lo que a menudo se denomina un “fondo para días lluviosos”. Se trata de una parte de su presupuesto mensual que se reserva como ahorro para una emergencia. Este fondo debe acumularse con el tiempo y debe guardarse para verdaderas emergencias. Los ministros de Dios suelen aconsejar a la gente que deje que este fondo crezca hasta alcanzar al menos tres meses de sus ingresos actuales e, idealmente, hasta seis meses. Disponer de este tipo de fondo reduce el estrés de un acontecimiento futuro que tenga implicaciones financieras. Cualquier cosa que podamos hacer para prepararnos para el mañana de forma regular y coherente, puede disminuir parte del impacto emocional que podría resultar de algún tipo de emergencia.
Disciplina
Toda la práctica de utilizar un presupuesto para guiar nuestra vida financiera requiere diligencia, una contabilidad minuciosa y fortaleza. La sociedad nos lanza muchas tentaciones, y la debilidad humana suele ser difícil de superar. Un buen mayordomo tiene el carácter de mantenerse equilibrado y decidido a vivir dentro del presupuesto. Un presupuesto bien gestionado da cuenta de nuestras necesidades y a menudo permite la realización de nuestros deseos. Pero debemos ser disciplinados a lo largo del año para apegarnos a nuestros presupuestos.
Debemos revisar y modificar el presupuesto siempre que cambien las circunstancias, como un aumento de sueldo en el trabajo o un incremento de los costos del seguro. Al menos una vez al año debemos revisar la exactitud de nuestro presupuesto. A lo largo del año, debemos evaluar nuestra posición para asegurarnos de que vivimos siempre dentro de nuestras posibilidades.
Un presupuesto no debe verse o percibirse como algo restrictivo, sino como un método para garantizar la libertad frente a las preocupaciones financieras. Es como la ley; ¡seremos bienaventurados si la cumplimos! No podemos prever las emergencias que surgen en la vida, pero podemos estar preparados para la constancia que llena la mayor parte de nuestros días. Si vivimos un estilo de vida equilibrado, con responsabilidad financiera, entonces las emergencias que puedan surgir podrán manejarse con mayor eficacia, al menos desde el punto de vista financiero.
Póngase una meta, de ¡no permitir que nada le disuada de establecer y vivir de acuerdo con un presupuesto bien equilibrado! Si lo hace, lo más probable es que aumente su libertad financiera y elimine preocupaciones e inquietudes innecesarias. No queremos ser gobernados por las circunstancias; queremos tomar las riendas de nuestras vidas y de nuestro destino. ¡Ese es el ejemplo financiero que Dios desea de Sus hijos!
Recuadro: Siete leyes prácticas para el éxito financiero
1. Trabaje duro (Proverbios 6:6-11; 13:4; Eclesiastés 9:10)
2. Sea prudente y diligente en sus decisiones de negocios No sea precipitado ni insensato. Sea sabio y astuto en la administración de sus asuntos prácticos (Proverbios 10:4-5; 22:29).
3. Sea decidido Después de sopesar las opciones, tome una decisión en fe y siga hacia adelante (Santiago 1:6-8).
4. Realice un análisis de gastos trimestral
• Después del primer mes, sabrá dónde va cada cosa.
• Después del segundo mes, verá dónde se pueden hacer cambios.
• Después del tercer mes, puede experimentar con cambios.
(Vuelva a esto periódicamente para asegurarse de que va por buen camino).
5. Elabore un presupuesto y apéguese a él
6. Aprenda a reducir costos
En la alimentación:
• Compre en grandes cantidades (tamaño familiar, tamaño económico, al por mayor).
• No se deje engañar por lo gourmet, las marcas de renombre o las modas pasajeras.
• Cultive sus propios alimentos en una huerta. Incluso las pequeñas cantidades suman.
• Reduzca los gastos de restaurante.
En la ropa:
• Compre siempre la mejor calidad que pueda permitirse. La buena calidad le durará y le costará menos a largo plazo.
• Evite las modas estacionales y las marcas que no pueda permitirse.
• Espere pacientemente las ofertas.
• Cosa usted misma en la medida de lo posible, tanto para crear como para modificar o reparar la ropa.
• Explore las tiendas de segunda mano, especialmente en busca de ropa infantil. Aquí puede encontrar buena calidad a precios económicos.
En transporte:
• Compre un auto que pueda permitirse y consérvelo el tiempo necesario para obtener el máximo valor.
• Al comprar un auto, busque la eficiencia y la capacidad de satisfacer las necesidades de su familia y las de los demás.
• Considere el transporte público siempre que sea posible.
En artículos varios:
• Conozca sus limitaciones en cuanto a reparaciones domésticas: podría resultar menos costoso si permite que un profesional calificado lo repare.
• Una dieta sana y suficiente ejercicio ayudan a reducir los futuros gastos de salud.
7. Oportunidades de inversión Las inversiones y las oportunidades legítimas aparecen y no está mal aprovecharlas. Incluso puede buscar estas oportunidades si puede pagarlas. Las inversiones no deben ser una “tirada de dados”. Asegúrese de hacer su investigación, invierta por las razones correctas y asegúrese de que puede pagarlo.