Cuidado con la manipulación musical
¿Quién escribe la banda sonora de tu vida?

Imagina la trama de una película: el protagonista extremadamente rico busca al músico con más talento del mundo para que escriba la banda sonora de su vida. Encuentra al músico perfecto, capaz de captar todos los estados de ánimo, emociones y sentimientos del protagonista. El músico acepta hacer el trabajo, así que el hombre rico pregunta: ¿Cuánto costará? El músico dice que quiere hacer el trabajo primero, y que pueden discutir el precio más tarde.

El músico hace su trabajo sumamente bien. Capta cada momento de entusiasmo, alegría, sorpresa y emoción con una partitura perfecta. Pero a medida que avanza, la película se vuelve cada vez más negativa. La vida no va bien, pero el compositor sigue ahí para acompañar cada situación. La película está a punto de terminar y el protagonista yace viejo y moribundo. El compositor interpreta una pieza que repasa los muchos años de vida del hombre rico.

Tras décadas de espera, el hombre adinerado vuelve a preguntar por el precio de los servicios del compositor, y éste le responde: “Estás pagando el precio. Te costará la vida”.

El compositor no sólo captaba el estado de ánimo, sino que lo creaba —guiando al hombre rico por la vida— hasta su muerte. Ese fue el precio que pagó.

Esta es una historia real. Ha ocurrido miles de millones de veces. Te puede estar pasando a ti ahora mismo. Satanás es el compositor. ¿Estás dejando que Satanás escriba la banda sonora de tu vida?

Maestro de la radiodifusión

La música es muy poderosa y afecta a todo el mundo. Si se utiliza negativamente, puede ser muy destructiva. Lo que permitimos que entre en nuestra mente nos afecta. La elección depende de cada uno.

Efesios 2:2 dice: “En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Satanás es el maestro de la radiodifusión, transmitiendo estados de ánimo, actitudes e impulsos. La música es un vehículo importante que él usa para lograrlo. Hay una razón por la que la gente dice que la música “hace el ambiente”.

Cuando era más joven, trabajé en una emisora de radio. Con el tiempo tuve que dejar la industria de la música y la radiodifusión porque llegué a ver cómo estaba diseñada para captar a la gente y llevarla por caminos negativos. Pero en ese momento, todavía trabajaba en una emisora de música Top-40. La música de esta emisora estaba dirigida a captar mujeres de entre 18 y 39 años, ya que este grupo demográfico determinaba en gran medida cómo se gastaba el dinero. Cada emisora de radio tiene un director de programación que decide qué se pone y cuándo. Mi trabajo consistía en poner la música, y me di cuenta de que había un trasfondo claro en la música elegida. La música de la tarde a la noche era enérgica, alegre y de fiesta. Pero a las 2:30 a.m., el tono cambiaba a una música más deprimente, de amores perdidos. La mayoría de quienes escuchaban esa emisora durante tantas horas habrían visto influido su estado de ánimo por la música elegida para ellos.

Satanás es manipulador. Herbert W. Armstrong escribió en El misterio de los siglos: “Efesios 2:2 nos dice que la humanidad anda ‘siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire [Satanás], el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia’. La gente simplemente no se da cuenta de que hay un poder espiritual invisible que inyecta en sus mentes estas actitudes hostiles”.

Ezequiel 28 revela el alcance de la arraigada habilidad musical de Lucifer. “Y vino a mí palabra de [el Eterno], diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice [el Eterno] el Señor: Tú eras el sello a la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste… los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación” (versículos 11-13).

En el folleto How God Values Music [Cómo valora Dios la música], Ryan Malone escribe: “El gran querubín Lucero era, en cierto sentido, ¡un instrumento musical viviente! Estaba dotado de talentos musicales más allá de la capacidad humana”.

¿Enganchado o atrapado?

Todas las canciones pop pegadizas tienen un “gancho”, algo que capta tu atención y te atrae a ellas. Las escuchas una vez y se te queda grabada en la cabeza. Satanás es un maestro en atraernos con melodías pegadizas o líneas fáciles de recordar. Pero ten cuidado con aquello en lo que te dejas atrapar.

El Sr. Armstrong escribió en La dimensión desconocida de la sexualidad: “También nos dio el sentido del oído. ¡Cuán inspirador, agradable y ennoblecedor es el placer que recibimos al escuchar buena música! Pero también este sentido puede usarse para bien o para mal. La música gloriosa fue creada en el arcángel Lucifer. Mas cuando, lleno de orgullo y codicia, su carácter cambió y, convirtiéndose en Satanás, cayó
de su estado de perfección, se corrompió y se pervirtió en todos los aspectos (Ezequiel 28:13, 17). Satanás es el autor de la música pervertida, discordante y degenerada… de lamentos, berridos y ritmos insinuantes y eróticos”.

Tenemos que elegir qué tipo de música escuchamos. ¿Cuál es su influencia? ¿Te animará y te hará sentir bien a largo plazo? No te dejes llevar sólo porque suena bien. No sería popular si a la gente no le gustara cómo suena. La mala música es como la comida chatarra: tiene un atractivo inmediato, pero te hace daño y, a la larga, ¡te matará!

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44). Satanás es un mentiroso y un asesino. Quiere atraparte en una vida de pecado. Te mentirá en su música, y su meta final es asesinarte espiritualmente.

Cuando tenía 14 años, estaba en una congregación de la Iglesia de Dios Universal con unos 30 chicos en mi grupo de adolescentes. Todos se llevaban bastante bien, pero algunos estaban más alejados del grupo. Me vienen a la mente dos chicos en particular. Eran unos años mayores que yo. Los dos eran simpáticos y amistosos, pero tendían a hacer sus propias cosas juntos. Un Sábado, llegué antes que el resto del grupo y me puse a conversar con ellos. Me preguntaron si había escuchado una canción recién estrenada, un rap que había salido en las noticias por lo violento que era. Estos dos chicos estaban muy entusiasmados con esa canción. Un par de meses después, me enteré de que uno de ellos se había pegado un tiro en la cabeza. Puede que esa canción específica no le llevara a suicidarse, pero de seguro no le ayudó a superar ese tipo de impulsos demoníacos.

La meta de Satanás es atraparte en una vida de pecado, ya sea que termine ahora o dentro de años. Así de serio es lo que escuchamos. No podemos jugar con música que no es apropiada. Nos destruirá si no nos deshacemos de ella.

Cuando era adolescente, la principal onda musical era el movimiento grunge. ¿Qué pasó con todos los músicos populares de mi adolescencia? Kurt Cobain, cantante y guitarrista del grupo Nirvana, se suicidó a los 27 años. Layne Staley, de Alice in Chains, murió de una sobredosis de heroína a los 34 años. La cantautora Shannon Hoon sufrió una sobredosis de cocaína a los 28 años. El cantante de rock Scott Weiland también murió de sobredosis a los 48 años. El cantante y guitarrista Chris Cornell se ahorcó a los 52 años. El rapero Tupac Shakur fue asesinado cuando tenía 25 años. El rapero Christopher Wallace fue víctima de un tiroteo a los 24 años. La mayoría de los artistas de la década de 1990 han muerto.

Cómo elegir la música adecuada

El Sr. Armstrong escribió: “Dios quiere que el hombre sea feliz” (La dimensión desconocida de la sexualidad). Nada relacionado con esos artistas muertos de la década de 1990 es feliz. Sólo fue una emoción momentánea. El Sr. Armstrong continuó: “¡Que goce de una vida agradable, satisfactoria y sana! Nos dio una mente y nos reveló Su Palabra, ¡con el fin de que pudiéramos distinguir entre los verdaderos valores y los falsos! No hemos de decidir por nuestra propia cuenta cuáles deseos egoístas y lascivos quisiéramos legitimar; antes bien, hemos de distinguir en lo que Dios ha revelado, algo que es verdaderamente legítimo”.

“El uso correcto de los cinco sentidos nos brinda sensaciones agradables, edificantes, constructivas y beneficiosas, no sólo para nosotros mismos sino también para los demás. El uso equivocado y pecaminoso de los sentidos también puede darnos sensaciones agradables, pero estos usos equivocados son destructivos y perjudiciales (sicológica, espiritual y físicamente) no solamente para uno mismo sino para los demás también”.

“Es cuestión de una dirección u orientación correcta, o una equivocada”.

“¡Es cuestión de actitud!”.

“¿Cómo podemos los humanos saber cuál uso es correcto, y cuál equivocado?”.

“¡Por medio de la ley de Dios!”.

Haz tu elección

Hay que elegir. No nos corresponde a nosotros decidir qué es lo correcto, pero sí decidimos qué vamos a escuchar. Algunos de los temas sobre los que cantaban y promocionaban esas estrellas fueron los mismos que acabaron matándolos: sobredosis de drogas, asesinatos, suicidios, etcétera. Es lo que había en sus mentes y corazones, y se reflejó en su música.

Como joven, debes estar en guardia para no dejarte llevar por la música popular actual. Eres más susceptible a la música equivocada ahora que cuando seas mayor. Evalúa cómo te sientes cuando escuchas algo y después. Si terminas sintiéndote peor, ¿por qué te someterías a eso?

Dios ama la música. El artículo de Wilbur y Ryan Malone “La música de Dios vs. la de Satanás” da pautas generales para elegir buena música: ¿Es agradable (a largo plazo)? ¿Tiene un impacto emocional favorable? ¿Es de alta calidad? ¿La letra es adecuada? ¿Tiene un ritmo saludable? ¿Elevará tus pensamientos para que se parezcan más a los de Dios? ¿Está bien interpretada? (laTrompeta.es/literature/categories/articulos-reimpresos). El artículo “¿Está usted escuchando la música adecuada?” contiene otras consideraciones prácticas.

También tienes que considerar el contexto. Satanás vendrá como un ángel de luz. La música puede sonar y sentirse bien, incluso por los parámetros anteriores, pero considera el estilo de vida del músico: ¿Qué está promoviendo? ¿Cómo vive? Eso afectará a los temas de sus canciones. Hay mucha gente con talento que lleva un estilo de vida corrompido. ¿Qué apoyas escuchando su música? Considera su forma de vestir, las imágenes en sus discos, etcétera.

En Deuteronomio 30:19, Dios dice: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Todos tenemos que elegir entre la vida y la muerte.

Tú tienes acceso a los principios correctos. Sabes que hay música correcta e incorrecta. Ahora tienes que elegir. Cada vez que elijas escuchar algo, deja que este versículo resuene en tu cabeza. No sólo desecha la música mala, pon buena música en cambio. Serás bendecido por ello, no sólo hoy, sino por la eternidad.