Este ha sido un año de temores. Cuando usted celebró la Fiesta de Tabernáculos en 2019, ¿pensó que el mundo iba a cambiar como lo ha hecho en 2020? Probablemente no. Hemos sido testigos de condiciones mundiales sin precedentes que han sido moldeadas fundamentalmente por el temor. Esta emoción, el temor o miedo, ha hecho que naciones, comunidades e individuos reaccionen sin una razón sólida a circunstancias desconocidas y tomen decisiones catastróficas.
Los cristianos convertidos piensan de manera diferente. En medio del pánico de la pandemia, quienes están cerca de Dios están llenos de paz y esperanza, libres del tipo de temor que reprime a la humanidad.
Sin embargo, mientras nos preparamos para la Fiesta de Tabernáculos 2020 y asistimos a ella, el temor debe elevarse en nuestro pensamiento. Después de todo, el temor es una razón fundamental por la que Dios nos manda a observar este festival.
“Y comerás delante de [el Eterno] tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a [el Eterno] tu Dios todos los días” (Deuteronomio 14:23).
Se nos da la Fiesta de Tabernáculos para que aprendamos a temer a Dios siempre. El temor del que se habla en Deuteronomio es un tipo de miedo diferente al que vemos expresado hoy. Es un miedo reverencial. Es “la comprensión madura y sensata de que desobedecer las leyes que Dios ha puesto en marcha para nuestro bien, no conduce a nada más que a la miseria, la suciedad y la privación” (Curso Bíblico por Correspondencia del Herbert W. Armstrong College, Lección 34).
El temor según Dios no es el miedo que destroza a este mundo hoy, sino el tipo de temor que construirá un maravilloso Mundo de Mañana. Dos tipos de temor enormemente diferentes producen dos resultados drásticamente diferentes.
Considere la fuente de cada tipo de temor. El temor miedoso del hombre se extrae de los pozos de la naturaleza humana, forjado con el desafuero. El temor piadoso en realidad proviene de Dios. Con respecto al tiempo del gobierno durante el Milenio después del regreso de Jesucristo, Jeremías escribió: “Y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan [bienestar] ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí” (Jeremías 32:38-40).
Necesitamos que Dios ponga Su temor en nuestros corazones hoy. Los verdaderos cristianos no deben esperar hasta el Milenio para aprender el temor piadoso. Debemos aprender a temer a Dios hoy. Aprender a temer a Dios de esta manera nos infunde sabiduría, conocimiento y entendimiento (Salmos 111:10; Proverbios 1:7; 9:10). Todos estos son atributos que necesitamos para gobernar para Dios en el mundo venidero. Esa es una de las razones bíblicas por las que hoy guardamos la Fiesta de Tabernáculos.
Aprender a temer a Dios hoy nos prepara para nuestras responsabilidades en el Milenio. Aprender a temer a Dios hoy nos ayuda a observar mejor los mandamientos de Dios mientras navegamos en un mundo plagado de miedos. Aprender a temer a Dios hoy nos ayuda a deshacernos de cualquier temor mundano que pueda plagar nuestros corazones.
En la Fiesta de Tabernáculos de 2001, el jefe de redacción de Visión Real, Gerald Flurry, nos recordó que “estamos en la Fiesta de Tabernáculos (…) para aprender el único temor que necesitamos. Tema a Dios y todos los demás temores se van a disipar. (…) La razón (…) por la que Dios nos está dando este entendimiento, cada vez más a medida que pasa el tiempo, es porque nos dirigimos a tiempos muy tormentosos”. Hoy en día es el comienzo de esos tiempos tormentosos de los que habló él hace casi dos décadas. Los temores crecientes en este mundo no deberían encontrar lugar para posarse en nuestros corazones.
Recuerde, el mundo está atormentado por el miedo debido a su mal obrar. Sin embargo, “en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…” (1 Juan 4:18). Por lo tanto, esforzarnos por obedecer la ley de Dios de amor con todo nuestro corazón, nos libera del temor mundano.
Considere que la Fiesta de Tabernáculos representa el Milenio cuando toda la población mundial estará sujeta al gobierno de Dios y aprenderá a temerle. “Y temerán desde el occidente el nombre de [el Eterno], y desde el nacimiento del sol su gloria” (Isaías 59:19). Estas palabras predicen un tiempo de unidad insondable en la sociedad actual. Todas las personas, de oriente a occidente, estarán libres del temor mundano y conducirán sus vidas con temor respetuoso por su Creador. Es una bendición maravillosa experimentar un anticipo de ese mundo durante nuestra celebración de la Fiesta de Tabernáculos.
Pídale a Dios que llene su corazón con Su temor reverencial. Deje que el temor piadoso motive su conducta. Y haga de ésta una Fiesta de temor; de temor piadoso.