La cuenta regresiva de Trompetas
Los acontecimientos culminantes que conducirán al fin de la era del hombre están comenzando. ¡El pueblo de Dios tiene la gran responsabilidad de proclamar la advertencia de Dios y prepararse para go-bernar!

En 1945, un corresponsal del Times de Londres reportó acerca de la liberación del campo de concentración Bergen-Belsen. Es famosa su frase: “Es mi deber describir algo que está más allá de la imaginación de la humanidad”. Lo que había presenciado era tan horrible, que la gente no podía entenderlo. Su imaginación no podía asimilarlo.

Lo que la Biblia describe sobre los horrores que están por venir sobre este mundo desafía la imaginación. Lo que la humanidad va a hacerse a sí misma antes de que Jesucristo regrese para ponerle fin será la peor inhumanidad y barbarie que este mundo haya visto! (Mateo 24:21; Daniel 12:1; Jeremías 30:7).

Las profecías de ese tiempo futuro son el punto focal del comienzo mismo de los días santos de otoño. El primero de esos festivales es la Fiesta de las Trompetas. ¡Y aunque apunta a ese sufrimiento inimaginable, el enfoque principal de ese día santo es motivo de la mayoralegría y celebración que podríamos experimentar!

“En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis: os será día de sonar las trompetas” (Números 29:1). Este festival es un día de sonar las trompetas. ¡Tenemos algo en este día realmente por lo cual sonar trompeta!

Antiguamente, cuando Israel escuchaba ese sonido, a menudo significaba guerra. Eso era inquietante. Significaba que moriría gente.

Sin duda, eso es cierto respecto a este tiempo del fin y a lo que significan las trompetas —no sólo una, sino varias trompetas— en este día santo.

El Día del Señor

En el libro de Apocalipsis hay siete sellos: primero, falsos profetas; luego guerra, hambre, peste, la Gran Tribulación, las señales celestiales (Apocalipsis 6). El séptimo sello incluye siete trompetas (Apocalipsis 8). Esa cuenta regresiva de trompetas es el “día del Señor”, un año de la ira de Dios contra un mundo pecador.

Esas siete trompetas traen maldiciones sobre toda la Tierra: árboles y pasto quemados, mares convertidos en sangre, ríos y aguas hechas amargas, daños al sol, la luna y las estrellas (versículos 7-12). Luego la quinta y sexta trompeta son ayes: un imperio dirigido por Alemania atacando a Rusia y a los reyes orientales, luego esos reyes contraatacan con un ejército de 200 millones de soldados, ¡una máquina de matar gigantesca como el mundo nunca ha visto! (Apocalipsis 9). ¡Pero pronto lo verá, como parte del cumplimiento del día de las Trompetas!

Necesitamos reconocer cuán cerca está este mundo del fin de la era del hombre. ¡Dios enfatiza esto en la Fiesta de las Trompetas, y estamos extremadamente cerca del cumplimiento de este día! Los preparativos para estas profecías ya se están desarrollando ante sus ojos.

¡Me parece que el momento en el que nos encontramos ahora, más que cualquier otro que haya visto antes, es el comienzo del desarrollo de todas las profecías importantes! Todo tipo de profecías están atadas a la secuencia de eventos descritos en Apocalipsis, y parece que ya se puede ver cómo todo está sucediendo. ¡Se pueden ver los acontecimientos precipitarse hacia el cumplimiento de esta cuenta regresiva de trompetas!

Esos acontecimientos turbulentos y plagados de calamidades se describen en muchas profecías. Lea Joel 1:12-16, que describe las condiciones del Día del Señor: “La vid esta seca, (…) todos los árboles del campo se secaron: por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. (…) ¡Ay del día! porque cercano está el día de [el Eterno], y vendrá como destrucción por el Todopoderoso”.

Lea Sofonías 1:14-18: “Cercano está el día grande de [el Eterno], cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de [el Eterno]; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra [el Eterno]…”. ¡Este es un sufrimiento horrible, más allá de la imaginación de los hombres!

Debemos captar esto, y reconocer nuestra responsabilidad de advertir a este mundo. “Tocad trompeta en Sión, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de [el Eterno], porque está cercano” (Joel 2:1). ¡Debemos tocar la trompeta!

Después de todas esas plagas, luego viene la séptima trompeta: “El séptimo ángel tocó la trompeta; y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos de este mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). La última trompeta la dirigirá Jesucristo Mismo, ¡el Rey conquistador!

¡Cuando regrese, habrá otra guerra terrible: Cristo reunirá todos los ejércitos de Rusia y China y del Sacro Imperio Romano y sus aliados, y llenará el Valle de Josafat con su sangre hasta los frenos de los caballos por más de 300 kilómetros! (Apocalipsis 14:14-20). Esa es una realidad que debemos enfrentar, y sucederá cuando se cumpla la Fiesta de las Trompetas.

Pero dese cuenta de esto: por catastróficos que sean los acontecimientos representados por las Trompetas, también es un día de celebración para el pueblo de Dios. ¡No pasará mucho tiempo antes de que Jesucristo esté gobernando este mundo!

Alabe y dé gracias a Dios

Como profetizó Ana: “Mi corazón se regocija en [el Eterno], mi poder se exalta en [el Eterno]: mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación” (1 Samuel 2:1). ¡Esto es algo maravilloso en lo cual regocijarse: su salvación! ¡Dios lo está salvando a usted! Él está dando a sus primicias oportunidades que nadie más recibirá.

“No hay santo como [el Eterno]; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro” (versículo 2). ¡Ana realmente alabó a Dios hasta el cielo! Si quiere victorias en sus pruebas, desafíos y batallas personales, siga el ejemplo de Ana: ¡Alabe a Dios!

“No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es [el Eterno], y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder” (versículos 3-4). Esta dama tenía una notable visión profética. Ella estaba cerca de Dios, y Dios llenó su mente con profecía.

“Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor…” (versículo 8). Ella está hablando del rey David y su trono, ¡y David ni siquiera había aparecido todavía en escena! Pero ella dio a luz un hijo llamado Samuel, quien allanó el camino para el rey David.

Cuando Cristo regrese a sentarse en ese trono de gloria, ¡vamos a unirnos a Él en ese trono por toda la eternidad! ¡Qué visión tan maravillosa!

El versículo 8 concluye: “Porque de [el Eterno] son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo”. Las primicias de Dios son esos pilares, ¡y Dios va a poner todo el mundo sobre ellos! ¡Qué importante es que cada miembro de la Iglesia de Dios se esfuerce para convertirse en un pilar, el pilar más grandioso y fuerte que usted pueda ser. ¡Realmente necesitamos pilares en esta Iglesia!

“Delante de [el Eterno] serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; [el Eterno] juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido” (versículo 10).

¡Qué visión está envuelta en los días santos de otoño, comenzando con Trompetas, que representa el momento en que los adversarios de Dios serán quebrantados y Dios dará fuerza a Su Rey: el Rey de reyes, Jesucristo!Él juzgará toda la Tierra, y Dios nos está ofreciendo la oportunidad de gobernar junto a Él.

¡Qué magnífica recompensa! Pero vamos a tener que luchar por ella. ¡Debemos luchar espiritualmente con toda la fuerza y poder que Dios nos da. Y a medida que nos entreguemos a Él, Él nos bendecirá con milagros. Aunque el mundo se desmorone, Él nos protegerá.

¡Tenemos tantas razones para alabar a Dios! Qué bendecidos somos, y cómo nos protege Dios. Oh, cuán necesario es que alabemos a Dios como lo hizo Ana. Siga agradeciendo y alabando a Dios todo el tiempo y siguiendo la dirección de nuestro Comandante, y al final, vamos a brillar como las estrellas por los siglos de los siglos. ¡Eso también es algo más allá de la imaginación de la humanidad! ¡Pero es una recompensa por la que realmente vale la pena luchar!