El cuerpo humano puede compararse a una empresa. En el momento de la concepción, la empresa es muy pequeña. Con el tiempo, se desarrolla y expande, añadiendo diferentes áreas. Pero todos los “empleados” trabajan juntos para crear una empresa funcional y productiva. Durante los primeros años, la camaradería es alta y la empresa siente que nada puede detenerla. A medida que pasa el tiempo, los empleados comienzan a envejecer, a bajar el ritmo, y a pensar en la jubilación.
Esto es, en términos sencillos, lo que le sucede a una mujer cuando se aproxima a la menopausia. Alrededor de los 40 a 50 años de edad, la mayoría de las mujeres entran en perimenopausia. Se producen cambios biológicos que pueden hacer que la vida sea más turbulenta o caótica. La mayoría de las mujeres (y aún más los esposos) no se han preparado para lo que conlleva esta etapa de la vida. Cuanto más educado se esté sobre lo que está ocurriendo en el cuerpo y el por qué Dios lo diseñó de esta manera, más podremos encontrar belleza y gozo dentro de esta etapa de la vida.
¿Por qué hay menopausia?
Los científicos llevan mucho tiempo debatiendo por qué se produce la menopausia en los seres humanos, pero sólo pueden hacer conjeturas sobre la respuesta. Cuando pensamos en Dios restaurando todas las cosas a través de Herbert W. Armstrong (Mateo 17:11), lo primero que nos viene a la mente suelen ser temas importantes como el gobierno de la Iglesia o el evangelio. Pero Dios también usó al Sr. Armstrong para restaurar la verdad sobre “por qué hay menopausia”. En La dimensión desconocida de la sexualidad, él explicó por qué Dios diseñó el cuerpo de la mujer para pasar por este cambio.
“Nuevamente, vemos y recalcamos aquí el sabio diseño de un Creador amoroso y omnisapiente”, explicó. “Cumplida esta etapa de la vida, la mujer ya no debe tener la obligación de criar y educar hijos”. El Sr. Armstrong continuó mostrando cómo esta etapa es un tiempo para que el esposo y la esposa se acerquen más el uno con el otro en amor. Para más detalles, lea el capítulo 8 de La dimensión desconocida de la sexualidad
(le enviaremos un ejemplar gratuito si lo solicita).
Prepárese desde ahora
“Las mujeres que entran en esta edad madura, lo admitan o no, tienen que librar la batalla de las fluctuaciones hormonales. Para algunas, se trata de una ligera escaramuza. Pero para otras, es una guerra sin cuartel. De la mujer misma depende si entrará a la batalla preparada y equipada o si enfrentará este desafío sin preparación física ni mental. Es un momento importante en el que está en juego la felicidad del resto de su vida. Saber cómo atravesar la menopausia y planificar el futuro es a menudo uno de los aspectos de la vida más subestimados y en los que menos se reflexiona” (La Pura Verdad, febrero-marzo de 1985).
La transición de la perimenopausia a la posmenopausia es una etapa en la vida que, aunque no lo parezca en el momento, pasará. Tener mayor comprensión de lo que está sucediendo hará más fácil afrontarlo. Las mujeres en la perimenopausia también deben llevar un registro de su ciclo y sus síntomas para saber qué es lo que desencadena ciertos síntomas.
Cumplir las leyes de Dios para la salud durante estos años es extremadamente importante, se podría decir que incluso más importante que en cualquier otra etapa de la vida. Estas leyes fueron resumidas en un artículo de La Pura Verdad, de septiembre de 1962: “Dios diseñó el mecanismo del cuerpo humano de tal manera que, con una alimentación adecuada (¡y pocos saben lo que eso significa!), beber la cantidad adecuada de agua pura; respirar correctamente aire puro; hacer suficiente ejercicio, que no tiene por qué ser mucho; descansar, recrearse y dormir lo suficiente; mantener una regularidad normal en las eliminaciones (lo que incluye bañarse y masajes corporales más frecuentes de lo que muchos creen); y mantener la mente en un estado positivo, alegre, activo y tranquilo, ¡el cuerpo nunca enfermaría!”. Obedecer estas leyes ayuda a estabilizar las hormonas que están en cambio constante.
Los ovarios se jubilan
Cuando alcanza la perimenopausia alrededor de los 45 años de edad, el cuerpo ha pasado por mucho: tiempos estresantes que cambian la vida, momentos de pura alegría, y todo lo intermedio. Y dos empleados muy trabajadores de la empresa son los ovarios y las glándulas suprarrenales. Los ovarios han sido responsables de producir la mayoría de las hormonas sexuales: estrógeno, progesterona y testosterona. Y las glándulas suprarrenales se han encargado de producir cortisol y de soportar el peso del estrés de la vida. A menudo han estado sobrecargadas de trabajo y han sido subestimadas. Durante la perimenopausia, los ovarios comienzan a anticipar su jubilación porque se quedan sin óvulos para liberar; así que, presentan su aviso de jubilación. Por lo general, la notifican con cuatro u ocho años de antelación, aunque para algunas mujeres sólo son unos cuantos meses. Y comienzan a disminuir su producción y rendimiento.
Durante este tiempo, la producción de hormonas sexuales puede fluctuar enormemente (ver figura 1). Debido a una menor producción de estrógeno, las mujeres pueden tener ciclos menstruales irregulares, sofocos, dolores de cabeza y cambios de humor. Las posibilidades de embarazo son escasas debido a la disminución de los niveles de progesterona y a la escasez de óvulos en los ovarios. Cuando la progesterona y el estrógeno disminuyen, se ralentiza el crecimiento del cabello y se vuelve más fino. La disminución de estas hormonas también desencadena un aumento en la producción de andrógenos, la hormona masculina, provocando el debilitamiento del folículo capilar y la pérdida del cabello. A medida que la producción de testosterona disminuye, las mujeres experimentan alteraciones del sueño, bajo deseo sexual y falta de motivación. También pierden masa muscular y les cuesta ganar músculo. Con todos estos síntomas, el cortisol aumenta debido al estrés. Esto conduce al aumento de peso, a la resistencia a la insulina y a problemas de memoria. Como dijo un médico de manera concisa: No están perdiendo la cabeza; están perdiendo sus hormonas.
Durante estos años de perimenopausia, la empresa no puede encontrar otro empleado que reemplace a los ovarios en la producción de hormonas sexuales. Dado que las glándulas suprarrenales pueden producir una pequeña cantidad de estrógeno, la carga de trabajo recae sobre ellas. El problema es que ellas también han trabajado durante 50 años, ya han hecho muchas horas extras y están exhaustas. Es durante esta transición que las hormonas sexuales disminuyen rápidamente.
Para el día de la jubilación, cuando la mujer ha pasado un año sin menstruar, los ovarios oficialmente se han quedado sin óvulos. Reducen significativamente la producción de hormonas sexuales y gradualmente dejan de producirlas por completo. La menopausia sucede, y entonces la mujer entra en sus años de posmenopausia.
Priorice la oxitocina
El cortisol afecta las pocas hormonas sexuales que una mujer produce durante estos años. Niveles elevados de cortisol pueden suprimir aún más estas hormonas, empeorando los síntomas. Con el tiempo, las glándulas suprarrenales (responsables de parte de la producción hormonal) se sobrecargan, por lo que controlar el cortisol se convierte en una prioridad fundamental. Aplicar todas las leyes de salud ayudará a reducir el cortisol.
Como se discutió en el artículo anterior de esta serie, la oxitocina es una hormona increíble que Dios diseñó en el cuerpo humano. Durante estos años de transición, la oxitocina juega un papel crucial en hacer que la transición sea más suave. en los que los esposos pueden desempeñar un papel vital ayudando a sus esposas.
“Durante la menopausia, quizás más que en cualquier otro momento, la esposa necesita amor, atención, aprecio y comprensión. Además de la educación, el amor y el apoyo del esposo, hijos y amigos son ingredientes vitales para ayudar a una mujer a través de este tiempo de cambios” (La Pura Verdad, op. cit.). Debido al grave desequilibrio hormonal, algunas mujeres pueden no estar receptivas a actos de amor. El esposo y la esposa deben estar conscientes de lo que está ocurriendo para evitar malentendidos y herir los sentimientos. Las mujeres también deben ser conscientes de los cambios en su estado de ánimo. Al igual que durante los años menstruales, las fluctuaciones hormonales no son una excusa para perder el control emocional. Tampoco cambian la instrucción del apóstol Pablo a las parejas casadas en 1 Corintios 7:3-5. La pareja necesitará comunicarse y trabajar juntos para construir su relación y aportar estabilidad a las hormonas.
Las viudas y las mujeres solteras pueden priorizar la producción de oxitocina mediante la construcción de amistades profundas. Cultivar la gratitud y vivir el camino del dar de Dios, darán estabilidad durante estos tiempos inestables.
Salud intestinal
Dentro del intestino hay un contingente de flora intestinal llamado estroboloma. Tanto en hombres y como en mujeres, el estroboloma se encarga de transportar el estrógeno por todo el cuerpo. También descompone los estrógenos tóxicos y ayuda a activar el estrógeno benéfico. El consumo de alimentos ultra-procesados y refinados puede favorecer el crecimiento de bacterias nocivas, lo que provoca un desequilibrio en la flora intestinal. Este desequilibrio influye en el estado de ánimo (ya que más del 90% de la serotonina se produce en el intestino), la ansiedad, el peso, el metabolismo y la salud general.
Dios diseñó a las mujeres con una flora intestinal más diversa que la de los hombres. Esta diversidad ayuda a proteger al cuerpo de la invasión de gérmenes y bacterias durante la edad reproductiva. Cuando los niveles de estrógeno disminuyen durante la perimenopausia, esta diversidad comienza a disminuir asemejándose a la flora intestinal masculina. Un artículo publicado en la edición de enero de 2025 de la revista npj Women’s Health recopiló datos de estudios realizados en las últimas décadas sobre los cambios hormonales que se producen durante la perimenopausia hasta la postmenopausia y su efecto en el microbioma. Se descubrió que una deficiente salud intestinal, puede aumentar los niveles de ciertas bacterias asociadas con la obesidad. Además, es más común observar un crecimiento excesivo de cierta flora que libera toxinas que disminuyen el estado de ánimo, provocando síntomas de ansiedad y depresión. También aumentan el apetito por alimentos grasos y azucarados. Cuando no se cuida la salud intestinal, los síntomas de la perimenopausia pueden empeorar.
Un intestino saludable también ayuda a regular el sueño. El microbioma ayuda al cuerpo a mantener su ritmo circadiano mediante la producción de metabolitos relacionados con el sueño como la melatonina y la serotonina. La melatonina es fundamental para regular el ciclo de sueño-vigilia y se produce a partir de la serotonina. El cuerpo produce serotonina con el consumo de alimentos ricos en triptófano, vitamina B12 y folato. Un artículo publicado en la revista Nutrients en julio de 2024 demostró que si no se cuida la salud intestinal y existen altos niveles de ciertas bacterias nocivas en el intestino, se incrementa el riesgo de sufrir insomnio o trastornos del sueño.
Es importante seguir una dieta que equilibre la flora intestinal. Como dijo el Sr. Armstrong: “Coma sólo aquellos alimentos naturales que se echan a perder, y cómalos antes de que lo hagan” (La Pura Verdad, enero de 1982). Eliminar los alimentos procesados ayudará al intestino. Existen alimentos específicos llamados fitoestrógenos que imitan las funciones del estrógeno. Estos alimentos ayudan a nutrir las bacterias buenas del estroboloma y alivian los síntomas de la menopausia. El consumo de alimentos ricos en fibra, así como alimentos probióticos (como verduras fermentadas, kéfir, yogur, queso crudo) y alimentos prebióticos (como alcachofas, ajo, puerros y cebollas, espárragos, manzanas con piel, frijoles y legumbres, avena), ayudarán a apoyar la salud intestinal.
El hígado
Otro órgano importante a considerar es el hígado. Más que sólo un filtro, el hígado también favorece el metabolismo, la inmunidad, la digestión, la desintoxicación y el almacenamiento de vitaminas. En las mujeres, la disminución del estrógeno natural provoca cambios en el hígado. Un artículo publicado en The Journal of the Menopause Society en marzo de 2023, reveló que la disminución de estrógenos hace que las mujeres menopáusicas tengan 2,4 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad de hígado graso no alcohólico. Los datos de un estudio realizado en 1994 muestran que, alrededor de los 40 a 50 años de edad, la función hepática disminuye en un 1% cada año.
El hígado ayuda a producir una pequeña cantidad de estrógenos. La sociedad está llena de estrógenos sintéticos que el cuerpo necesita eliminar a través del hígado. Durante este período en que el hígado trabaja para producir estrógeno y eliminar estrógeno sintético, éste puede verse sobrecargado. Los síntomas de un mal funcionamiento del hígado incluyen: dolores de cabeza, escozor en la piel, fatiga, debilidad, confusión, insomnio, aumento de peso y estreñimiento. Cuando está sobrecargado, el hígado prioriza la eliminación de toxinas del torrente sanguíneo para proteger los órganos vitales. Esto lleva a almacenar toxinas en los huesos, lo que provoca el desplazamiento del calcio y la fragilidad ósea.
Minimizar o eliminar los factores que estresan al hígado (como consumir alimentos fritos, refinados y procesados) y cambiar a una alimentación basada en alimentos integrales y naturales, permitirá que el hígado funcione adecuadamente. Debido a la disminución de la función hepática, el alcohol afectará más a las mujeres en la perimenopausia y posmenopausia. El alcohol puede empeorar síntomas como los sofocos, sudores nocturnos, estado de ánimo, la confusión mental y el insomnio. Limitar el consumo de alcohol puede ayudar a controlar los síntomas. Esforzarse para limitar o eliminar productos para la piel llenos de sustancias químicas dará al hígado espacio para eliminar estrógenos sintéticos del cuerpo. Un estudio sobre el sueño publicado en la edición de octubre de 2021 en la revista Clinical and Translational Gastroenterology descubrió que una corta duración del sueño (menos de seis horas) se asociaba con un mayor riesgo de enfermedad hepática. El estrés elevado también puede aumentar el riesgo de enfermedad hepática. Controlar el cortisol permitirá que el hígado funcione como debe.
Ejercicio físico
El sedentarismo puede tener repercusiones negativas para todos. Para las mujeres que atraviesan esta etapa de la vida, la falta de ejercicio puede exacerbar los síntomas físicos. Durante la perimenopausia, una mujer puede perder hasta un 10% de su masa muscular. El estrógeno interviene en el crecimiento y la reparación muscular. Con la disminución de estrógenos, es importante ayudar al cuerpo a mantener y desarrollar los músculos.
Una de las mejores maneras de hacerlo es con entrenamiento con pesas. Las mujeres de todas las edades pueden beneficiarse del levantamiento de pesas, que proporcionan resultados beneficiosos incluso a niveles moderados. La mujer de Proverbios 31 “ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos” (versículo 17). Algunas mujeres temen que levantar pesas les haga ganar volumen y parecer hombres. Generalmente, se requeriría una dieta muy específica, un plan de entrenamiento y, normalmente, esteroides para alcanzar ese tamaño.
Levantar peso, incluso moderado, no sólo ayuda a desarrollar masa muscular, sino que también aumenta y mantiene la densidad ósea. Esto es importante, porque en los primeros seis años después de la menopausia, la densidad ósea de una mujer disminuirá aproximadamente en un 15% lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. El entrenamiento con pesas contrarrestará ese efecto. Durante esta etapa de la vida, las mujeres también pueden volverse resistentes a la insulina debido a altos niveles de cortisol. Desarrollar fuerza también puede contrarrestar esa tendencia. Un estudio publicado en la edición de julio de 2023 de Diabetologia encontró que el entrenamiento de fuerza puede ser más efectivo que la actividad aeróbica para controlar los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2.
Aunque levantar peso de forma moderada a intensa es muy bueno para el cuerpo, también mejora el estado de ánimo. Un ensayo aleatorio publicado en la edición de enero de 1997 de The Journals of Gerontology, encontró que en adultos de entre 60 y 84 años que padecían depresión, 10 semanas de entrenamiento de fuerza funcionaron como un antidepresivo muy efectivo. El entrenamiento de fuerza funciona mejor que otros tipos de ejercicio para mejorar la calidad del sueño. La mayoría de los expertos recomiendan entrenamiento con pesas al menos dos veces por semana para todas las mujeres.
El entrenamiento con pesas requiere un aumento de proteínas para la reparación muscular. Y muchas mujeres no consumen suficiente proteína. En las edades más avanzadas, cuando el cuerpo es resistente a desarrollar músculo, se necesita una mayor ingesta de proteína. Los alimentos ricos en proteína (de origen animal y vegetal), junto con carbohidratos complejos que contienen su fibra integral, pueden ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y proteger contra la resistencia a la insulina.
Los ejercicios aeróbicos moderados y los estiramientos también ayudarán a aliviar los síntomas de la perimenopausia. Los ejercicios de bajo impacto, como la natación, el ciclismo y la marcha rápida, son buenos. La mejor opción es encontrar un ejercicio que disfrute para que pueda ser constante.
Gozo en la menopausia
Dios creó a las mujeres para que pasaran por la menopausia. En este mundo degenerado y tóxico, esta transición puede ser difícil y, para algunas, muy difícil. Debido a esto, es fácil temer a esta etapa de la vida. Esforzarse por mantener las leyes restauradas de salud física y espiritual a lo largo del camino suavizará esa transición.
A medida que las responsabilidades con los hijos disminuyen, Dios diseñó este tiempo para permitir que esposo y esposa se acerquen entre sí y para que las mujeres profundicen las relaciones con los demás. Estas relaciones profundas tienen como objetivo aportar estabilidad en estos tiempos de inestabilidad. Nuestro amoroso Dios Creador realmente quiso que esta última etapa de la vida de una mujer fuera diferente, otra etapa de la vida completamente agradable; y cualquier esfuerzo adicional para prepararse y manejar los desafíos que conlleva, valdrá la pena.