Al final de su vida, Herbert W. Armstrong dijo que lo que más le preocupaba era lo que le ocurriría a la Iglesia de Dios después de su muerte. Él amaba profundamente a la Iglesia y estaba preocupado por su futuro.
Nosotros, en esta Obra remanente de Filadelfia, hemos tenido que tratar con muchos de los problemas que él temía.
En el libro de Malaquías, Dios habla contra los ministros laodicenos que descarriaron al pueblo después de la muerte del Sr. Armstrong. “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice [el Eterno] de los ejércitos…” (Malaquías 1:6). Honrar a su Padre es fundamental para el evangelio, las buenas noticias de la venidera Familia de Dios. Jesucristo vino a la Tierra para declarar a Su Padre (Juan 1:18). Pero a los laodicenos, Dios les pregunta: ¿Dónde está mi honra?
¡Fallar en honrar a Dios es un pecado grave! Esta era una de las grandes preocupaciones del Sr. Armstrong sobre la Iglesia.
El libro de Malaquías contiene un mensaje de familia crucial para Dios. En él, Dios explica ese mensaje y nos muestra por qué los laodicenos no Le honran. Nos muestra con profunda claridad el problema que ve en estas personas.
Creo que incluso los que pertenecemos al remanente de Filadelfia no entendemos el libro de Malaquías como deberíamos.
Adopte una postura
Malaquías 1:6 a 3:3 está dirigido específicamente a los ministros laodicenos. Dios no está nada contento con estos hombres.
Malaquías 1:6 concluye: “… oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”. ¡Los laodicenos no están de acuerdo y le contestan a Dios! “En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de [el Eterno] es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?” (versículos 7-8). Dios está corrigiendo a los laodicenos por la fuerza.
“Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice [el Eterno] de los ejércitos” (versículo 9). “Hacéis estas cosas” se traduce mejor “esto ha sido obra tuya”. ¡Esto es lo que has hecho!, dice Dios. ¡Estos son tus frutos!
“¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice [el Eterno] de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda” (versículo 10). Dios está preguntando: ¿Nadie se levantará y cerrará las puertas a esta horrible tragedia espiritual?
La versión de Moffatt dice: “¿Nadie cerrará las puertas del templo para impedir que encendáis fuegos inútiles sobre mi altar?” [traducción nuestra al español]. La versión Revised Standard lo traduce: “Oh, que hubiera entre vosotros alguien que cerrara las puertas…” [traducción nuestra al español]. ¡Dios pone en todos nosotros la responsabilidad de tener el valor de levantarnos cuando suceden cosas tan terribles en Su Iglesia! En este caso, Dios dice, ¡sólo me gustaría que una persona se levantara y lo cancelara todo! ¡Así de furioso estaba Dios! ¡Estas palabras transmiten una profunda emoción divina!
Sólo hace falta que uno se levante y detenga este pecado masivo. El Sr. Armstrong fue un hombre que adoptó una postura. Se enfrentó a todos aquellos rebeldes en la década de 1970, cerró las puertas y dio la vuelta a la situación. Pero tras su muerte en 1986, el problema resurgió y los laodicenos no hicieron nada. Con su inacción, fracasaron en honrar al Padre, ¡un pecado grave!
Si ocurriera algo horrible en la Iglesia, ¿cómo reaccionaría usted? ¿Adoptaría usted una postura? Necesita examinarse de verdad. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad real.
Esta es la Familia de Dios, ¡y el Padre es la Cabeza! Él quiere saber que estamos felices de estar aquí. Él quiere saber que, si es necesario, ¡tomaremos una postura para defender a Su Familia! ¿Cancelaría usted las cosas cuando fueran malvadas y perversas? Dios quiere que todos en Su Iglesia cumplan con este deber.
Este es el pueblo de Dios, ¡y Él está enfadado! Tenemos que reaccionar como lo hace Dios. ¿Es esta la manera en que pensamos? Dios quiere saber.
Engrandezca el nombre de Dios
“Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice [el Eterno] de los ejércitos” (Malaquías 1:11). Dios le está diciendo a esta gente cómo va a ser: ¡Mi nombre será grande! Desde el amanecer hasta la puesta del sol, el nombre del Padre va a ser grande en todo este mundo. ¡Ese es Su objetivo!
El Sr. Armstrong quería hacer llegar la verdad de Dios a la mayor audiencia posible. Y Dios le está diciendo a los laodicenos: ¿Se dan cuenta de lo lejos que están de esto? Se han olvidado y se han rebelado contra ese objetivo.
Tenemos que levantarnos y llevar el nombre de Dios a este mundo. Debemos alcanzar la mayor audiencia posible. Esto es lo que Dios quiere de cada uno de nosotros. ¡Nada más se le acerca en importancia! Se trata de nuestro Padre y Su Familia.
Después de la muerte de un hombre, muchos del pueblo de Dios se alejaron. ¡Por supuesto que eso aflige al Padre!
¿Qué tan capaz es usted de permanecer fiel a Dios, incluso cuando está solo? Muchos de los nuestros están solos y Dios quiere ver en nosotros una fidelidad absoluta, estemos donde estemos. Nos está advirtiendo porque el 95% de Su pueblo se apartó. Ahora sólo queda la Iglesia de Dios de Filadelfia obedeciendo a Dios.
Despreciaron al Rey
Piense en todas las personas que abandonaron a Dios cuando murió el Sr. Armstrong. ¿Cómo pudo ocurrir eso cuando dijeron una y otra vez que le apoyaban en todo? Eso no era cierto en absoluto.
Así es cómo ven ahora los laodicenos la verdad de Dios que fue restaurada a esta Iglesia por Herbert W. Armstrong: “Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de [el Eterno], y cuando decís que su alimento es despreciable” (Malaquías 1:12). Es un terrible cambio de mentalidad.
“Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis [lo habéis despreciado, vkj], dice [el Eterno] de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice [el Eterno]” (versículo 13). ¡Eso está lejos de honrar a Dios!
“Lo habéis despreciado” debería traducirse “me despreciáis” [tal como aparece en la Reina-Valera]. Pero la mayoría de los traductores decidieron que “me” era demasiado duro. ¡La naturaleza humana siempre intenta pasar por encima de Dios! No es para tanto: usaremos LO para referiremos a Dios [como si Dios fuera un objeto inanimado]. ¡Pues sí que es para tanto! ¿Cuánto logrará usted si piensa en Dios como un “objeto”?
Dios dice: ¡Ellos ME han despreciado! ¡Dios movió la lámpara de Su Iglesia debido a tal rebelión y comportamiento deshonroso! Estas son advertencias para los laodicenos, pero también son advertencias para nosotros. No podemos permitir este pecado en nuestra vida.
“Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a [el Eterno] lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice [el Eterno] de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones” (versículo 14). Esta es la respuesta de Dios: ¡Él es un gran Rey! ¡Cuando venimos a los servicios del Sábado, estamos ante un gran Rey! Y Él quiere recibir honra. Quiere que Le respaldemos en todo. Como gran Rey, Su nombre va a ser temible entre las naciones.
Sin embargo, los laodicenos Le contestan. ¡Deshonran al gran Rey! Los laodicenos poseían una increíble herencia espiritual. Después de todas las bendiciones y oportunidades que Dios les dio, ellos siguen al diablo.
El Sr. Armstrong les dio todo y amó tanto a la Iglesia. Su mayor preocupación era lo que sucedería con el pueblo de Dios después de su muerte. Oh, si pudiéramos tener más gente que pensara así. Tenemos que examinarnos de verdad.
‘Este mandamiento’
¿Qué quiere Dios que hagan Sus ministros? ¿Qué estándar deberían seguir? Dios lo explica en el libro de Malaquías. Ésta es verdaderamente una profecía extraordinaria, donde Dios emite una condena tras otra como esta.
“Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón” (Malaquías 2:1-2). Este mandamiento es para los ministros laodicenos. ¿Qué es lo que deben “decidir de corazón”?
“He aquí, yo os dañaré la sementera [los hijos], y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él” (versículo 3). ¡Eso es hablar claro! Esta gente se están rebelando y alejando de lo que Dios enseño a través de Elías, y eso es estiércol espiritual. Así que Dios los tratará como corresponde.
“Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos” (versículo 4). “Este mandamiento” es una profecía específica sobre El mensaje de Malaquías. Ese libro es un mandamiento para los sacerdotes laodicenos, ¡y para nosotros! Dios prometió enviar este mensaje y dijo que las personas sabrían que Él lo había enviado.
¿Cuál es su actitud hacia El mensaje de Malaquías? Dios condena la situación de los laodicenos, ¡pero también quiere saber dónde estamos nosotros! Tenemos que desear que ese libro llegue a todos los laodicenos, y más allá, ¡a la mayor audiencia posible! Esto es un mandamiento, dice Dios.
“Si no oyereis” (versículo 2) significa que El mensaje de Malaquías será predicado. Los laodicenos deben oír, pero igualmente el pueblo fiel de Dios. ¿Y si “no oímos” o no logramos oír como deberíamos? Realmente hay corrección en esto para todos nosotros. Esta es la Obra de Dios, y Él quiere saber cuál es nuestra posición.
Dios elogia al Sr. Armstrong
Dios dice del Sr. Armstrong: “Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado” (Malaquías 2:5). Este versículo muestra cómo honrar a Dios. Tres veces menciona que el Sr. Armstrong temía a Dios.
“La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de [el desafuero]” (versículo 6). ¡Qué elogio y respaldo por parte de Dios!
El hombre que Satanás utilizó para destruir la Iglesia de Dios tenía la opinión opuesta. Tras la muerte del Sr. Armstrong, Joseph Tkach Jr. escribió Transformed by Truth [Transformado por la verdad]. Ese libro tiene un capítulo titulado “El enigma de Herbert W. Armstrong”. Dice así: “A medida que la Iglesia de Dios Universal [idu] ha cambiado radicalmente y nos hemos enfrentado a la conmoción emocional de descubrir que mucho de lo que creíamos era erróneo, también hemos tenido que enfrentar acusaciones sobre Herbert W. Armstrong y su hijo”. Garner Ted Armstrong tenía problemas evidentes, y el Sr. Tkach lo agrupa con su padre para manchar al Sr. Armstrong al asociarlos. ¡Eso es estiércol satánico!
¡Debería enfurecernos que el diablo hable así del Sr. Armstrong!
Debido a estas “acusaciones”, escribe Tkach, “sentí la necesidad de disculparme y pedir perdón por nuestra enseñanza y comportamiento antibíblicos del pasado”. ¡Qué diabólico! Sin embargo, muchos han creído y seguido a este hombre malvado.
Compare esas palabras con lo que Dios dice en Malaquías. Dios alaba a Su tipo de Elías del tiempo del fin por apartar a mucha gente de la iniquidad. ¡Lo alaba por su temor divino ejemplar! Pero este hombre que está desprestigiando al Sr. Armstrong no tiene ningún temor de Dios en absoluto. Qué contraste entre estos dos puntos de vista.
El erudito
La condena de Dios continúa: “Porque los labios del sacerdote han de guardar [vigilar, custodiar] la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de [el Eterno]de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice [el Eterno] de los ejércitos” (Malaquías 2:7-8). Usted realmente debe proteger la verdad de Dios. Una vez más, el 95% del pueblo de Dios se ha rebelado contra su Padre, y el 50% de ellos nunca regresará. ¡Esta es una realidad horrible!
“Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas” (versículo 9). Los laodicenos han exaltado a gente y rostros en lugar de a Dios.
“Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de [el Eterno] que él amó, y se casó con hija de dios extraño” (versículo 11). Se refiere a tres naciones de Israel: Estados Unidos, Gran Bretaña y el Estado judío de Oriente Medio. Estas naciones están desafiando a Dios.
Considere profundamente el versículo 12: “[El Eterno] cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde [al maestro y al erudito, vkj], y al que ofrece ofrenda a [el Eterno] de los ejércitos”. Se trata de formas académicas y mundanas en lugar de la rectitud que Dios quiere. El erudito en el tabernáculo está causando verdaderos problemas.
“El profeta Malaquías estaba tratando de corregir una crisis de fe causada por un ministerio que está confiando cada vez más en el razonamiento humano erudito”, escribí en El mensaje de Malaquías. “Hoy día vemos la misma situación en la idu. Si están confiando demasiado en esos eruditos, es porque la idu les está dando demasiada autoridad. (…) Esta es la misma dirección que muchos líderes de la idu tomaron en los años de 1970, cuando el Sr. Armstrong tuvo que abolir el comité de investigación doctrinal”. La situación se puso tan mal que el Sr. Armstrong suspendió temporalmente el Ambassador College.
“De acuerdo con el Dr. Donald Ward, ahora ellos están quitando el ‘prejuicio antieducacional en la Iglesia y en la Universidad’. Esto también pasó en los años 70”, escribí. El Dr. Ward dijo que los prejuicios antieducacionales “han estado en la Iglesia y en [Ambassador] College, durante años”. Este hombre estuvo al frente del colegio en Big Sandy, Texas, bajo el Sr. Armstrong. Nunca habría dicho eso mientras el Sr. Armstrong vivía, ¡o habría sido despedido el mismo día!
Estos son “eruditos” en la Iglesia de Dios, criticando al Elías de Dios, el hombre que restauró todas las cosas. En comparación, ¡no son nadie!
¿Dónde se encuentra hoy la verdadera educación, la educación de Dios? En el Herbert W. Armstrong College de Edmond, Oklahoma, y en Edstone, Inglaterra. Pero apareció un ignorante, autoproclamado erudito, y ayudó a engañar al 95% del pueblo de Dios.
En 1981, el Sr. Armstrong abordó el tema de la acreditación del Ambassador College. Sabía que perseguir esa credencial quitaría el gobierno de Dios. ¡Dijo que la mayor acreditación que tenemos es de Dios mismo! ¡Ese tipo de educación está a punto de llenar la Tierra!
Esta es una fuerte corrección de Dios para estos autoproclamados eruditos. El Sr. Armstrong tuvo que detener sus pequeñas reuniones doctrinales porque intentaban refutar las verdaderas doctrinas a sus espaldas.
¡El Sr. Armstrong realmente tuvo que luchar contra todo tipo de problemas todo el tiempo! Pero mire lo que nos ha dejado. ¡Mire lo que nos ha dado! No tendríamos un colegio ni nada más si no fuera por él. No es de extrañar que Dios lo alabe en numerosos lugares de la Biblia.
Ciertamente espero que los estudiantes de nuestro colegio se den cuenta de lo especial que es esta educación. ¡Tenemos la acreditación más alta posible! Esta es la educación de Dios que está a punto de llenar la Tierra y, después de eso, ¡el universo!
La esposa de tu juventud
Entonces llega un giro en el pensamiento en la profecía de Malaquías: “Mas diréis: ¿Por qué? Porque [el Eterno] ha atestiguado entre ti y la mujer [esposa, vkj] de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la [esposa] de tu pacto” (Malaquías 2:14).
Como escribí en El mensaje de Malaquías, “la esposa de tu juventud” se refiere a un matrimonio espiritual, no físico. Se trata de la esposa de Jesucristo, si podemos comprenderlo, ¡la Iglesia de Dios! Cristo sólo tiene una esposa, y ese es el tema de todo el libro de Malaquías.
Este es verdaderamente un mensaje de familia: ¡Somos la esposa de Jesucristo! ¡Qué tan pocos de nosotros en la Tierra hemos recibido este llamado sin igual! Qué bendición y qué alegría. Sin embargo, es tan fácil perderlo como lo han demostrado los laodicenos. ¡Este versículo dice que la gente está actuando deslealmente contra la esposa de Cristo!
“… Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque [el Eterno] Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo [el Eterno] de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales” (versículos 15-16). El ministerio en la Iglesia laodicena está actuando deslealmente contra la esposa de Cristo, la Iglesia de su juventud, cuando era fuerte.
Muchos de nosotros crecimos en esa esposa de nuestra juventud. Cuando entré en la Iglesia, nadie se rebeló contra el gobierno del Sr. Armstrong durante años. El Sr. Armstrong estaba al mando, ¡y todo el mundo lo sabía y les encantaba! Amaban el gobierno de Dios. Sabían que no podían hacer nada sin él.
¿Amamos realmente el gobierno de Dios con toda nuestra pasión?
Durante la década de 1970, la Iglesia se desvió del camino. El Sr. Armstrong tuvo que luchar contra la sinagoga de Satanás en embrión y volver a encarrilar a la Iglesia. Muchos se opusieron al gobierno de Dios. La profecía de Malaquías es una seria corrección para los que tienen ese problema. Esa actitud les supondrá un gran obstáculo. No iremos a ninguna parte espiritualmente sin el gobierno de Dios.
Descendencia para Dios
“¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios…” (Malaquías 2:15). Dios busca descendencia para Él. Quiere que nuestros hijos se eduquen espiritualmente y desarrollen su potencial glorioso. ¡Deben prepararse para gobernar el mundo en breve! Esta educación, nuestras familias y escuelas tienen como objetivo cumplir esa noble meta. Todos nuestros jóvenes deben darse cuenta de ello.
¡Es realmente un mensaje de familia! Nuestros jóvenes, si están en esa “esposa de tu juventud”, tendrán una descendencia para Dios.
Nuestra producción de danza irlandesa Celtic Throne [Trono Celta] gira en torno a la familia. El escenario está lleno de jóvenes, y hay casi tanta gente detrás del escenario como actuando en él, y todos dan todo lo que tienen.
Pero no estamos aquí sólo para tener Celtic Throne con los jóvenes. ¡Dios dice que quiere descendencia para Él en toda la Iglesia! Los jóvenes están ayudando a la Iglesia en todo el mundo. Celtic Throne es un buen ejemplo de cómo animar a los jóvenes a trabajar duro y a desarrollar sus talentos, y eso lo vemos en toda la Iglesia. ¡Pero nuestro objetivo principal es buscar una descendencia para Dios! ¡Todos nuestros jóvenes!
La esposa de Cristo debe producir descendencia para Dios. Tenemos que trabajar en ello sin cesar. No debemos desfallecer; tenemos que trabajar todo lo posible para lograrlo. ¡Qué llamamiento!
El Mensajero de Dios
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel [mensajero, vkj] del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos” (Malaquías 3:1). El “mensajero del pacto” es Jesucristo. Pero, ¿quién es este primer “mensajero”?
Cristo dijo que enviaría a Su mensajero, singular; y él, singular, prepararía el camino para Cristo. ¡Eso se refiere a un hombre! ¿Quién fue ese hombre? ¡Fue el Sr. Armstrong y su gigantesca Obra! Ese es Elías preparando el camino delante de Él, Obra que continuamos haciendo hoy en día. Tenemos que asegurarnos que la gente reciba este mensaje.
“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores” (versículo 2). Se trata claramente de la Segunda Venida. Cristo va a someter a todo rebelde con Su fuego purificador.
“Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a [el Eterno] ofrenda en justicia” (versículo 3). ¡Piense en ello! Dios ama a esa gente, y Él los va a refinar y purificar. Usted debe ser puro y refinado si va a estar en el Reino de Dios, ¡y Dios dice que incluso hará que muchos de esos ministros laodicenos lleguen a ese estado de alguna manera!
“Entonces los que temían a [el Eterno] hablaron cada uno a su compañero; y [el Eterno] escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a [el Eterno], y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve” (versículos 16-17). Dese cuenta: su futuro está determinado por lo que hace ahora mismo. Cada uno de nosotros debe reflexionar sobre ello, orar al respecto y buscar a Dios, y examinarnos a nosotros mismos para ver dónde nos encontramos.
Dios dice que hay unos pocos justos en la tierra, una minoría fiel, que constituyen Su tesoro. Creyeron en Dios; confiaron en Dios, y Dios les dio poder para hacer lo que había que hacer.
“Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” (versículo 18). ¿Puede usted discernir verdaderamente quién es justo y quién no lo es? Debemos ver la diferencia entre Dios y el pueblo de Dios por un lado, y los laodicenos y su maldad por el otro. No puede haber ninguna duda al respecto.
Pocos meses antes de su muerte, el Sr. Armstrong nos advirtió sobre la posibilidad de que volviera a producirse una apostasía: “Quiero que ustedes, hermanos, piensen en esto y entiendan lo que le ocurrió a la Iglesia de Dios en la década de 1970, ‘¡para que la historia no se repita!” (Worldwide News, 24 de junio de 1985). Entiendan lo que ocurrrió o volverá a ocurrir, dijo. ¡Vean los frutos de rebelarse contra el camino de Dios y el gobierno de Dios! Él estaba resonando esa advertencia, ¡y la historia sí se repitió! Debemos prestar mucha atención a los frutos de rebelarnos contra el camino de Dios y el gobierno de Dios. Los laodicenos muestran esos frutos, y Dios califica a esas personas de malvadas.
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama” (Malaquías 4:1). ¡Dios les está hablando a los laodicenos y a nosotros! Debemos asegurarnos de estar en una condición espiritual en la que no seremos desechados para siempre. Esta es una advertencia seria sobre el futuro de todos los laodicenos y de cualquiera que piense como ellos.
Tema el Nombre de Dios
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2). Un joven ternero salta por todos lados, ¡tan contento de estar vivo! Dios quiere que nos emocionemos y entusiasmemos por lo que tenemos y por lo que Él nos está dando. Para ello, debemos temer el nombre de Dios.
“Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho [el Eterno] de los ejércitos” (versículo 3). Esos santos que no se arrepientan serán ceniza bajo nuestros pies. Pero para recibir las recompensas que Dios describe aquí, debemos acatar las advertencias en esta profecía.
“Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel” (versículo 4). Horeb es otro nombre del monte Sinaí, donde el antiguo Israel recibió los Diez Mandamientos de Dios. Dios les dice a los laodicenos: Si quieren enderezar sus vidas, vuelvan al principio, ¡de vuelta a Herbert W. Armstrong y Elías! ¡Entienda esa historia!
¡Qué bendición es esa historia en nuestras vidas! Debemos volver a ese principio, volver a “la esposa de nuestra juventud”. Si tiene problemas, traiga la ley y el gobierno de vuelta a su vida. Vuelva al principio, ¡o nunca lo conseguirá!
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de [el Eterno], grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (versículos 5-6). Una vez más, Dios está hablando principalmente a los ministros en este libro, y luego a aquellos que les siguen.
“¿Quién es maldecido?”, pregunté en El mensaje de Malaquías. “Esta es una maldición que significa ‘destrucción total’. En el pasado esto ha sido aplicado a la ‘total destrucción’ de todos los habitantes de la Tierra. ¡Pero esto no es lo que significa! El mensaje de Malaquías no fue enviado a la nación de Israel o al mundo. Primordialmente, el asunto es el ministerio de Dios…”. ¡Casi todos esos ministros dejaron a Dios! ¿Cómo pudo suceder? Muchos de ellos se estaban desviando de Dios y probablemente ni siquiera se daban cuenta. Pero me quedé estupefacto al ver que todos los ministros, muchos de ellos quejándose de los cambios más que yo, terminarían siguiéndoles la corriente. Cuando me despidieron, ¡se quedaron callados! Nadie vino a decir: ¿Cómo pueden hacer esto? ¡Detengan este horrible pecado y rebelión contra el Dios vivo!
“Malaquías se está refiriendo al destino de los verdaderos ministros (y sus seguidores) que no se arrepienten de su apostasía de la verdad de Dios previamente revelada”, escribí. ¡Perderán sus vidas eternas si no unen a sus familias! Los padres buscando a los hijos; los hijos volviendo sus corazones hacia su padre mientras él vuelve su corazón hacia ellos. ¡Tenemos que crear una descendencia para Dios, como también padres y madres para Dios! ¡Es la Familia del Padre! ¡Debemos honrar a nuestro Padre!
¡Dios nos creó para traernos a Su Familia! ¡Él se está reproduciendo a Sí Mismo en usted! ¿Cuánto piensa y actúa usted como Dios?
Malaquías 4:5-6 no se trata de una familia física, sino de una familia espiritual. Es acerca de un Padre que vuelve Su corazón hacia los hijos y de hijos que vuelven su corazón hacia el Padre. Tienen una familia amorosa. Esta es la Familia de Dios. ¡Y está disponible para todos nosotros! Apocalipsis 19:7 dice que la esposa se ha preparado.
Malaquías 4:1 muestra el contexto: se trata de personas que pierden su salvación, sin dejar ni raíz ni rama. ¡Esto es lo que está en juego! ¡Qué final tan vergonzoso para cualquiera que el Padre haya llamado a Su Iglesia para casarse con Su Hijo!
Pero Dios da la solución: recuerde el monte Horeb, o monte Sinaí, donde fueron entregados los mandamientos. Si ha resbalado espiritualmente, o ha apostatado, entonces vuelva a ese comienzo con el Sr. Armstrong. ¡Dios estaba encantado con él por el temor con que temía a Dios y se humillaba ante el nombre de Dios! Eso mantuvo al Sr. Armstrong donde tenía que estar.
¿Tememos a Dios verdaderamente cada uno de nosotros? Tenemos que examinarnos y enfrentar la realidad.
El mensaje de familia de Malaquías
Cuando los judíos leen Malaquías 4:5-6, leen el versículo 5 después del 6 porque creen que el libro termina con demasiada dureza. ¡Pero necesitan oír algo duro! A veces todos necesitamos oír algo duro. ¿Quiénes son los hombres para cambiar esto? ¿Qué derecho tienen a hacerlo? Dios quiere que escuchen esta dura corrección. Quiere que lo escuchen como debe ser.
El 11 de noviembre de 1985, el Sr. Armstrong escribió: “Permítame darle un breve avance del mundo en el que vive hoy. (…) Vivimos en los días más tremendos de la historia del mundo —el propio tiempo del fin, el fin de este presente mundo malvado, infeliz y violento— justo antes de la Segunda Venida de Jesucristo. (…) Nuestro tiempo ahora es corto, y cada día más corto” (Carta a los suscriptores de La Pura Verdad). El tiempo ciertamente es corto, y cada vez más corto.
“Nos acercamos rápidamente al momento de la mayor crisis del mundo, cuando toda esta civilización hecha por el hombre se desmorone y caiga, y amanezca un nuevo mundo de paz y salvación eterna, ¡a la pronta venida de Cristo en poder y gloria! Dios ha decretado que este mensaje de advertencia tiene que salir al mundo (Mateo 24:14). ¡Este es el mensaje de la única y segura esperanza del mundo!”. No hay otra esperanza. Tenemos la única esperanza del mundo; ¡esa es la realidad!
El padre tiene que dirigir a la familia. La esposa apoya verdaderamente al padre, y hay que enseñar a los hijos y a las hijas a ser esposos y esposas y a tener familias felices y piadosas. Esto no es natural; ¡tenemos que obligarnos a hacerlo! Pero hacerlo nos hace felices y trae frutos maravillosos a nuestras vidas. Tenemos matrimonios muy hermosos. Por supuesto, el más importante es el matrimonio con Jesucristo Mismo.
A la familia de se le debe enseñar a amar el mensaje de familia de Malaquías. Este es realmente un mensaje de familia. ¡Somos la Familia de Dios en todo lo que hacemos!
Piense de nuevo en Celtic Throne: ya sea que estén actuando o detrás del escenario, todo es familia, y mire lo que pueden lograr gracias a eso. Está inspirado y dirigido por Dios Mismo para nuestros jóvenes y los adultos ¡e incluso para el mundo! Nuestros jóvenes forman parte de esta Obra, ¡son descendencia para Dios!
Nuestras familias tienen que honrar al padre y a la madre. El padre tiene que enseñar a su familia acerca del gobierno de Dios. Sin embargo, no se trata realmente del padre físico: se trata de centrar la atención en Dios Padre. Hágalo y Dios le dará poder y autoridad.
Tenemos que prepararnos ahora para el mundo entero. Ellos nos están esperando, al igual que el universo: están esperando y gimiendo por la Segunda Venida de Jesucristo. Entonces veremos a este mundo loco, malvado y satánico experimentar una gloriosa transformación. A medida que la gente se someta al gobierno de Dios, Dios traerá paz, alegría y felicidad a la Tierra, ¡y se convertirán en la propia Familia de Dios! Esto va a ser realidad muy, muy pronto.