Desarrolla la pasión divina
El celo del Eterno conduce al verdadero éxito.

Cuando Winston Churchill fue nombrado primer lord del Almirantazgo en octubre de 1911, se hizo muy amigo de lord Fisher, el hombre responsable de muchas mejoras en la Armada británica antes de la entrada de Churchill. Fisher tenía una personalidad enérgica, lo que le permitió realizar grandes hazañas, pero también le hizo ganar muchos enemigos entre los dirigentes británicos.

Churchill escribió en su libro La crisis mundial: “No cabe la menor duda de que Fisher tenía razón en nueve décimas partes de aquello por lo que luchó”. Si estaba convencido de que algo debía hacerse de una determinada manera, allanaba el camino para asegurarse de que sucediera. No era un hombre fácil de tratar. Pero cuando Churchill se convirtió en primer lord del Almirantazgo, buscó inmediatamente la opinión de este hombre.

Los grandes hombres y mujeres a lo largo de la historia fueron personas de pasión, fuerza, color… vida. Hay una forma de tener pasión sin alienar a todos los que te rodean, a diferencia de lord Fisher. Dios quiere que nos apasionemos por las cosas correctas. No lograremos nada significativo sin ella.

Hirviendo

Vivimos en la era laodicena. Apocalipsis 3:15-17 revela que la mayoría del pueblo de Dios en esta era es tibio, complaciente y satisfecho de sí mismo. Esa es la naturaleza humana. Su amor se ha enfriado, pero Dios dice: ¡Desearía que fueras caliente! Esa palabra “caliente” es zestos en griego, que significa hirviente.

Colosenses 3:23 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.

Eclesiastés 9:10 dice: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”.

Isaías 9:7 dice: “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de [el Eterno] de los ejércitos hará esto”. En un programa de La Llave de David, Gerald Flurry llamó a este versículo “probablemente el mejor versículo de la Biblia para explicar la visión de la llave de David”. Se trata de un liderazgo que obtiene resultados y es una bendición para todos los que gobierna. Se trata de un liderazgo alimentado por el celo.

El Sr. Flurry escribe en La últimahora: “Tenemos que pensar sobre esto de la manera en que Dios lo hace. Él hace todo con gran pasión”. Los jóvenes de Dios necesitan desarrollar el celo del Eterno. “Celo” significa ardor, entusiasmo o pasión. Necesitamos modelarnos a semejanza de nuestro Padre convirtiéndonos en personas apasionadas.

La pasión, especialmente por las cosas importantes, no es natural. La mayoría de las personas del mundo se apasionan por las cosas equivocadas. Se rigen por emociones infantiles y se dejan llevar en cualquier dirección. La sociedad de Satanás está llena de distracciones que desalientan el tipo correcto de pasión. El espíritu que tiende a estar en la sociedad carece de vida y tiene miedo a ofender.

¿Sientes pasión por la verdad? ¿Por la rectitud? ¿Por la Familia y la Obra de Dios? ¿Por el plan de Dios? ¿Por el Reino? Construye pasión en tu vidapor las cosas
que Dios apoya.

Romanos 12:9 dice: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno”. Tu amor debe ser de todo corazón y sin hipocresía. ¡Son palabras muy activas! Aborrece el mal: siente verdadero odio hacia él. Pero aférrate y apégate a lo que es bueno en tu vida. “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (versículo 11). Todos luchamos contra la tendencia a esforzarnos a medias, con pereza. Ferviente significa “hervir de calor; ira hirviente; amor, celo por lo que es bueno o malo” (Thayer’s Lexicon). La Biblia Ferrar-Fenton dice al final de este versículo: “Sirviendo al Señor con espíritu enérgico” (Romanos 12:11; traducción nuestra del inglés).

Tomar el Reino por asalto

Hay mucho que decir sobre tener el entusiasmo y la emoción adecuados. Cuando se pone empeño en algo que merece la pena, sucederán cosas buenas. La Biblia está llena de personas cuya pasión era Dios y Su Obra.

Mateo 11:7 dice: “Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?”. ¿Esperaban ver a un hombre débil, blando y afeminado? Este hombre era un mensajero de Dios; preparó la primera venida de Cristo: el tipo de Elías del tiempo del fin del primer siglo.

“¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. (…) De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (versículos 8, 11-12).

“Sufre violencia” proviene de una palabra griega que significa: “forzado, dominado, tomado por asalto” (Vincent’s Word Studies). ¡Cristo dice que el Reino de Dios es tomado por asalto! Nos apoderamos del Reino de Dios como si conquistáramos una ciudad.

En el antiguo Israel, la mayoría de los espías que vieron la Tierra Prometida eran tímidos y temerosos. Pensaban que los obstáculos eran insuperables. Pero no fue así como la vio Caleb: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos”. (Números 13:30). Esta es la actitud que necesitamos hacia lo que Dios quiere que hagamos: estar llenos de fe y orientados a la acción. Ten una mentalidad de “sí se puede”. Piensa en tus responsabilidades. ¿Cuánto más puedes esforzarte? ¿Cuánto más puedes invertir en tus deberes, tu práctica y tus amistades?

He aquí tres razones por las que la pasión es importante:

1. La pasión inspira a la acción.

Herbert W. Armstrong hablaba de que la emoción es un impulso hacia una acción. Si no sientes pasión por algo, probablemente no lo harás. Sin motivación desde dentro, tienes que depender de fuerzas externas que te empujen o tiren de ti hacia la dirección correcta.

Juan expone la visión de la Familia Dios en 1 Juan 3. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (versículos 1-2). ¡Qué visión! ¡Eso es algo por lo que emocionarse!

Juan dice entonces: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (versículos 3-4). La definición de pecado gira en torno a las duras decisiones que tienes que tomar a diario para llegar a ser quien Dios quiere que seas.

Si no tienes la esperanza de los versículos 1-3, no te purificarás. Esta visión no será importante para ti. La pasión inspira a la acción.

Cuando algo te apasiona, estás dispuesto a hacer lo que haya que hacer. Ralph Waldo Emerson dijo: “Nunca se ha logrado nada grande sin entusiasmo”.

Jesús dijo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Juan 4:34). El señor Flurry escribe en El evangelio de Juan: el amor de Dios: “Esa es mi comida, dijo Cristo. Mi manera de vivir es simplemente hacer la Obra de Dios con toda la pasión que tenga. ¡Esa es mi razón de estar aquí! Este es mi principal deleite, ¡terminar la Obra que el Padre me ha dado a hacer! ¡Ésta es la clave de cómo tener pasión y espíritu alegre!”.

Construye tu vida en torno a la Obra de Dios. Mira más allá de los problemas, obstáculos, retos y frustraciones que experimentas. Aparta tu mente de ti mismo y piensa en el panorama general de lo que Dios está logrando.

El Sr. Flurry continúa: “¡Si usted pone su corazón entero en la Obra de Dios y le da todo lo que tiene, recibirá todo el júbilo y exuberancia que Dios tiene para darnos en la Tierra!”. Si desarrollas una pasión divina, ¡te impulsarás a pasar a la acción!

En Jeremías 20, Jeremías describe el gran peso de los desafíos a los que se enfrentaba al hacer la Obra de Dios. Estaba tan desanimado que llegó al punto de pensar que no podría soportar la presión y la persecución. ¡Era demasiado! ¿Pero qué ocurrió? La verdad de Dios era un fuego que ardía dentro de sus huesos y no podía alejarse. Tenía que seguir haciendo la Obra de Dios. Jeremías se salvó espiritualmente porque tenía una pasión que inspiraba el tipo correcto de acción.

2. La pasión supera los obstáculos.

Siempre tendrás problemas que superar. Si tu motivación es débil, nada la mata como unos cuantos obstáculos. Pero si sientes verdadera pasión, superarás esos obstáculos.

En la realización de La guerra de las galaxias, George Lucas superó innumerables obstáculos. Nadie pensaba que este proyecto funcionaría, nadie excepto George Lucas. ¡Pero él tenía una gran pasión por terminarlo! Si en algún momento hubiera dicho: Todos tienen razón; esto es ridículo. Nunca sucederá, la producción habría muerto. La visión de Lucas le obligó a seguir trabajando.

La comida de Cristo era hacer la Obra de Su Padre. Lo sostenía y le daba energía más que la comida física. El Sr. Flurry escribe en El evangelio de Juan: el amor de Dios: “Si usted es como Cristo y se pierde de algunas comidas para hacer la Obra de Dios, ¡eso no es algo malo! Cristo tenía suficiente pasión y entusiasmo como para no importarle esos pequeños inconvenientes. ¡Su mente estaba repleta de la visión de Dios! Él estaba pensando sobre el mundo de mañana, no en el de hoy. Si usted está realmente haciendo la Obra, ¡usted tiene la visión!”.

3. La pasión es contagiosa.

James Baldwin escribió: “No se pueden encender fuegos con brasas muertas, ni se puede avivar el entusiasmo con hombres sin espíritu”. Si estás rodeado de personas a las que no les importa lo que hacen, no podrás mantener la motivación. Pero si todos están motivados y apasionados, la motivación es contagiosa.

El Sr. Flurry escribió un capítulo en el folleto Esdras y Nehemías titulado “Nehemías: un hombre de celo”. Nehemías trabajaba en la corte del rey persa y se enteró de que Jerusalén había sido destruida. Llegó a la ciudad de noche para que nadie supiera que estaba en misión de reconocimiento. Se arrastró por Jerusalén para ver el estado de la ciudad destrozada.

Nehemías reunió a todos los judíos. “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien” (Nehemías 2:17-18).

Se trataba de un hombre de acción que tenía a Dios detrás de él. Estaba muy motivado para hacer la Obra de Dios y su energía era contagiosa. Nehemías encendió un fuego en esta gente que les hizo querer seguirle.

Nehemías 4:6 dice: “Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”. Poco tiempo antes, este pueblo no estaba haciendo nada. Habían permitido que sus enemigos detuvieran la Obra de Dios. Sin un líder fuerte que dirija sus esfuerzos, la gente no soportará la adversidad. Pero la pasión de Nehemías inspiró al pueblo a tener la mente para trabajar.

Churchill era un hombre de acción. Al convertirse en primer lord, cambió drásticamente todo el almirantazgo. Cuando más tarde se convirtió en primer ministro, su máxima prioridad fue evacuar a miles de soldados de Dunkerque. ¡Movilizó a toda la nación!

Esto fue exactamente lo que hizo Nehemías. “Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos. (…) Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse” (versículos 17-23). La gente estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para realizar el trabajo.

Nehemías tenía la misma personalidad colorida, vivaz, impulsiva y apasionada que lord Fisher. Lee Nehemías 13. Ese capítulo, más que ningún otro, muestra el celo de Nehemías. A Nehemías le entusiasmaba cumplir la ley y sentía una justa indignación cuando era quebrantada. Necesitamos que nuestros jóvenes desarrollen esa misma pasión por la justicia.

Cubierto de celo

Isaías 59:15-17 dice: “Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio [el Eterno], y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese (…) tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto”. ¡Cristo se envuelve en celo y pasión!

“Como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa. Y temerán desde el occidente el nombre de [el Eterno], y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de [el Eterno] levantará bandera contra él” (versículos 18-19). Necesitamos más de ese celo y pasión: el celo del Eterno.

Dios nos está incitando a construir el celo del Eterno. Pídele a Dios más pasión y Él te la dará. La pasión inspirará la acción y te ayudará a superar los obstáculos y a convertirte en un instrumento más eficaz para Dios. Tú puedes inspirar pasión en otras personas y construir una Familia de Dios más apasionada.

BARRA LATERAL: Puntos para perseguir la pasión

1. La acción inspira pasión.

El escritor Kyle Eschenroeder dijo: “Nuestro error fatal es esperar a estar motivados antes de pasar a la acción. La acción motiva”. Si sabes que debes hacer algo, ¡hazlo! No esperes a sentirte inspirado. La acción y la pasión están unidas en un círculo virtuoso.

Joel 2:12 dice: “Por eso pues, ahora, dice [el Eterno], convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”. Las oraciones débiles no son efectivas, pero las fervientes y eficaces “pueden mucho” (Santiago 5:16). Pídele a Dios el tipo adecuado de pasión y el celo que necesitas, y Él te lo dará.

2. Piensa en lo que realmente te apasiona.

En su libro Talk Like Ted (Hable como TED), Carmine Gallo escribe que una presentación tiene que ser emotiva, novedosa y memorable. La pasión es el motor de la emoción de un mensaje. “La pasión es lo que le ayudará a crear la máxima expresión de su talento. … La pasión conduce a la maestría y su presentación no es nada sin ella, pero tenga en cuenta que lo que le enciende puede no ser lo obvio”. ¿Cuál es tu objetivo final? ¿Qué quieres conseguir? Tienes que escarbar para encontrar lo que te apasiona.

3. Apasiónate por lo que a Dios le apasiona.

Este es el punto más importante. Los pensamientos de Dios son más elevados que nuestros pensamientos, y tenemos que elevarnos a Su nivel. Aprovecha la pasión de Dios.

El profeta Miqueas tuvo una visión clara de la devastación nuclear que vendría sobre Israel. Miqueas 1:8 dice: “Por esto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; haré aullido como de chacales, y lamento como de avestruces”.

El Sr. Flurry escribe en Miqueas: El pueblo de Dios se levanta como Su enemigo: “Miqueas reaccionó con extrema emoción a esta profecía en su época. (…) Este versículo ilustra qué tipo de dedicación extrema nos es necesario tener en el apoyo al mensaje de advertencia de Dios. ¡Nosotros no hacemos los aullidos de llamado de atención de los chacales y los chillidos de los avestruces, pero permitimos que estas expresiones ayuden a construir en nosotros la muy extrema dedicación que debemos tener para la Obra de Dios! (…) La intensa emoción de Miqueas era un producto del Espíritu Santo de Dios. Él estaba lleno del Espíritu (Miqueas 3:8). Él estaba urgido como Dios. ¡Nuestra meta debe ser el tener las emociones de Dios, la urgencia de Dios!”.

Isaías 62:1 dice: “Por amor de Sión no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha”. Isaías estaba ansioso por hacer todo lo posible para proclamar el mensaje de Dios. La literatura de la Iglesia está repleta de citas sobre la necesidad de una pasión como la que tienen el Padre y el Hijo. Nuestra pasión número uno debería ser declarar el mensaje de la Familia de Dios.