Las profecías más urgentes de la Biblia se dirigen hacia el pueblo de Dios engendrado por el Espíritu. ¿Por qué? Porque la vida eterna está en juego. Si ellos se rebelan y no se arrepienten de su pecado, perderán la oportunidad de vivir para siempre en la Familia de Dios.
Algunos han preguntado: “¿Qué tiene de malo estar muerto por toda la eternidad?”. Mirándolo físicamente, no es para nada malo. Pero si lo ve espiritualmente, ¡es catastrófico! Es como darle la espalda a un montón de joyas preciosas por un montón de estiércol. ¡Pero incluso esa comparación es inadecuada para explicar que las primicias sean llamadas a casarse con Cristo y luego rechacen obscenamente esa invitación!
Espero ayudarlo a ver lo absolutamente fantástico que es realmente el llamamiento de las primicias.
“Vino a mí palabra de [el Eterno], diciendo: Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones” (Ezequiel 16:1-2). Dios dice que el vigilante Ezequiel debe hacer que Jerusalén conozca sus abominaciones. En el tiempo del fin, hay una obra que advierte al Israel físico y espiritual.
Jerusalén es un tipo de Israel como nación. Pero también hay una Jerusalén de arriba, “la madre de todos nosotros”, que es la Iglesia (vea Gálatas 4:26). En Ezequiel 16, Dios se enfoca principalmente en la Jerusalén de arriba: la Iglesia de Dios del tiempo del fin. La Iglesia de Dios recibe la verdad de Jerusalén de arriba. ¡Este es probablemente uno de los capítulos más inspiradores de la Biblia! Por supuesto, también se aplica en general a Israel como nación. Sin embargo, el enfoque principal está en una esposa que ha roto sus votos matrimoniales.
Ezequiel 16 está hablando sobre dos matrimonios: primero, un matrimonio del Antiguo Pacto con el antiguo Israel; segundo, un matrimonio del Nuevo Pacto con la Iglesia de Dios hoy. El enfoque principal está en el matrimonio del Nuevo Pacto. Existen dos Israel: el físico y el espiritual. Los israelitas antiguos deberían haber guardado la letra de la ley de Dios, pero fracasaron. No tenían el Espíritu Santo de Dios, como lo tiene hoy el Israel espiritual, la Iglesia de Dios, por lo que no podrían haber guardado la ley de Dios espiritualmente. Sin embargo, la Iglesia de Dios de hoy debe guardar el espíritu de la ley de Dios.
“Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice [el Eterno] el Señor, y fuiste mía” (Ezequiel 16:8). La expresión “extendí mi manto sobre ti” es un signo de matrimonio.
La mejor explicación de esa expresión se encuentra en Rut 3:8-11. Rut conoció a Booz en la época de la cosecha de las primicias en Israel, y ese encuentro culminó en un matrimonio en el día de Pentecostés. Ese día de Pentecostés representa a Cristo casándose con Su esposa, que le ayudará a gobernar el mundo. El matrimonio de Booz y Rut fue un tipo del matrimonio de Cristo con la Iglesia. “Extendí mi manto sobre ti” también significa que Dios protege a Su esposa como debería hacerlo cualquier buen marido, si Su esposa es leal.
El pueblo leal de Dios que se encuentra en esta relación matrimonial es protegido por Cristo de la Gran Tribulación: ¡en Su “manto”! Recuerde Ezequiel 5, donde, en medio de la triple destrucción de Israel, Dios tomará a unos pocos y los atará enla falda de Su manto (versículos 1-3). Dios protegerá a sus filadelfinos leales. Los que no estén protegidos (versículo 4) serán arrojados al fuego. Los laodicenos no están atados en la falda de Dios. Se han rebelado contra Dios y también deben ser castigados en la Gran Tribulación para hacer que se arrepientan.
Estar atado en la falda del manto de Dios es la forma en código que Dios utiliza para decir que ¡los filadelfinos entienden el pacto matrimonial con Dios y los laodicenos no! La Iglesia laodicena ha perdido de vista este futuro asombroso como la esposa de Cristo.
En Ezequiel 16:8, Dios dice, fuiste mía, te convertiste en mi esposa. Eso sólo les ocurrió a dos grupos: el antiguo Israel y las primicias llamadas antes del regreso de Cristo. Ambos grupos se convirtieron en la esposa de Cristo al entrar en un pacto matrimonial. Sin embargo, el libro de Ezequiel fue escrito después del matrimonio de Dios con el antiguo Israel.
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:7). La esposa de Cristo debe estar preparada cuando Él regrese. ¡Ahora debemos prepararnos para ese fabuloso matrimonio que Cristo considera ya consumado! Por eso se nos llama Su “esposa”, no Su prometida. ¡Debemos pensar en este matrimonio como lo hace nuestro Esposo! ¡Es sumamente urgente que nos preparemos para ser la esposa de Cristo por toda la eternidad! ¡Ésta es la recompensa más exaltada que se haya ofrecido a un ser humano alguna vez!
En el bautismo, las primicias hacen un pacto matrimonial para obedecer a Dios y nacer de nuevo como esposa de Cristo. ¡Esto va mucho más allá del pacto matrimonial que Él hizo con la nación física de Israel! Nuestro pacto es un pacto matrimonial especial disponible sólo para las primicias.
Lino fino
“Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite” (Ezequiel 16:9). El agua y el aceite son tipos del Espíritu Santo de Dios, que sólo se aplica a Su matrimonio con los primeros frutos. El antiguo Israel y las naciones de Israel de hoy nunca recibieron el Espíritu Santo de Dios.
“Y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino [fino, vkj] y te cubrí de seda” (versículo 10). Lino fino es una expresión inspiradora. Éxodo 39:27 muestra que Aarón y sus hijos —el nivel más alto de sacerdotes en el tabernáculo— eran los que vestían lino fino. Por supuesto, el Israel nacional fracasó como reino de sacerdotes para Dios.
¡El nivel más alto de sacerdotes para Dios en el Mundo de Mañana será la esposa de Cristo! ¡Su esposa tiene la responsabilidad de ser reyes-sacerdotes para siempre: por toda la eternidad! Ese es nuestro llamamiento hoy. Por eso debemos ser probados y examinados. ¡Este es el llamamiento más elevado que Dios tiene para ofrecer! No podemos tropezar con esta responsabilidad. “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero…” (Apocalipsis 19:7-9).
Ya que esto se trata de una profecía del tiempo del fin, el “lino fino” aplica a nuestras acciones justas de hoy. ¡Dios está vistiendo a Su Novia con el lino fino de la justicia!
¡Nuestro mayor reto es dejar que el Espíritu Santo de Dios expanda nuestras mentes para comprender esta magnífica vocación!
La Novia de Cristo se está preparando ahora. ¡Este es el máximo llamamiento que Dios dará alguna vez a un ser humano! ¿Cómo podemos volvernos tibios ante una oportunidad tan majestuosa?
La belleza de la novia
“Te atavié con adornos, puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza” (Ezequiel 16:11-12). Una corona fue puesta sobre su cabeza. La corona indica que es una reina: ¡la propia esposa real deCristo! ¡Lleva todas las galas del adorno nupcial! ¡Esta dama va a reinar con Cristo!
“Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido eran de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar” (versículo 13). Esto es historia y profecía. El antiguo Israel prosperó hasta convertirse en un reino, pero aun así le falló a Dios. La Iglesia de Dios de hoy y todos los primeros frutos son el Reino de Dios en embrión, ¡que nacerá de nuevo como el Reino de Dios! Rechazar este increíble llamamiento de primeros frutos es la verdadera tragedia de alejarse de Dios, no simplemente morir para toda la eternidad. Es la oportunidad perdida lo que es tan terriblemente triste.
Algunos laodicenos piensan que Dios les dará esta recompensa impresionante si tan sólo permanecen en una Iglesia! Una Iglesia no es nuestro esposo: ¡Cristo lo es! Debemos aprender a seguirlo a donde quiera que vaya.
“Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice [el Eterno] el Señor” (versículo 14). Esto se aplica mucho más a la Esposa espiritual de Cristo. La perfecta hermosura de Dios, o carácter, viene a través de Su Espíritu Santo, al permitir que Cristo viva en nosotros (Filipenses 2:5). ¡La conversión es pensar como Dios y convertirse en alguien conforme a Dios, para finalmente nacer en Su Familia! Eso sólo viene a través de la justicia de Dios en nosotros.
Sin embargo, existe un grave problema. Dios establece un estándar muy alto para prepararnos para este fabuloso futuro. Lo triste es que muchos del pueblo de Dios no están a la altura de Su estándar.
La novia de Cristo hoy
“Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron…” (Ezequiel 16:15). La palabra fornicaciones debería traducirse ¡adulterio! Este es un nivel superior de pecado. El antiguo Israel estaba casado con Dios. Los verdaderos cristianos están casados con Cristo hoy. Si nos apartamos de Dios para ir a otro dios, como lo han hecho los laodicenos del tiempo del fin, ¡es adulterio!
Recuerde, esto es profecía para hoy. Solamente las primicias de Dios pueden cometer adulterio en este tiempo final, porque sólo ellas están casadas con Cristo.
Los traductores de la Biblia no entienden lo que es el matrimonio y la Familia de Dios. Por eso utilizan la palabra fornicaciones en lugar de adulterio.
No estamos oficialmente casados con Cristo hasta que Él regrese. Debemos probarnos a nosotros mismos antes de que Cristo se case con nosotros, bajo el Nuevo Pacto. (Ese no era el caso bajo el Antiguo Pacto). Sin embargo, Dios ya considera a la Iglesia hoy como Su esposa. Apocalipsis 19:7 dice “su esposa se hapreparado”. No dice “Su futura esposa se ha preparado”. El marco temporal aquí es justo antes de nuestro matrimonio con Cristo. Este versículo por sí solo revela el pensamiento de Cristo. Esta dama era Su esposa mientras se preparabapara el matrimonio. Esto es lo que dice la Palabra de Dios. Debemos creerlo. Así es como caminamos por fe. Dios todavía nos ve como la esposa de Cristo, y si hacemos lo que Él dice, ese es nuestro destino. Él ve nuestro pacto y matrimonio con Él como ya consumado, inclusocuando eso técnicamente no es cierto. Pero la parte del pacto que corresponde a Dios es absoluta y es tan buena como consumada porque Él es Dios.
Por supuesto, la parte del pacto que corresponde a Dios está absolutamente asegurada. Pero primero nosotros debemos ser probados.
“… Dios, (…) el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen (Romanos 4:17). Por eso Cristo nos llama Su esposa, aunque el matrimonio en sí no será oficial hasta que se celebre la cena nupcial (Apocalipsis 19:7-9). Juan 6:47 afirma que el que cree en Cristo “tiene vida eterna”. ¿Tiene usted vida eterna ahora? Técnicamente no. Pero Dios sigue considerando que Su pueblo ya tiene vida eterna. Eso es porque sí la tenemos, si mantenemos nuestra parte del pacto. Al mismo tiempo, muchas otras Escrituras indican que ahora no tenemos la salvación.
El pecado de Ezequiel 16:15 se llama adulterio en hebreo. ¿Por qué? Como ya he dicho, el antiguo Israel ya llevaba más de 100 años en cautividad cuando Ezequiel profetizó a los judíos. Sin embargo, el libro de Ezequiel se dirige a Israel. Así que tiene que ser a un Israel del tiempo del fin. Muchas Escrituras dicen que este mensaje es para las naciones de Israel del tiempo del fin. Sin embargo, el Israel físico del tiempo del fin nunca ha estado casado con Cristo. Sólo la Iglesia lo está, tal como Cristo la ve. El significado principal de este versículo sólo podría aplicarse a la Iglesia de Dios.
Dios considera que el matrimonio ya está consumado. Por eso califica de adulterio nuestro alejamiento de Él.
Apocalipsis 19:7 y Ezequiel 16:15 revelan cómo ve Dios ahora nuestro llamamiento. Por eso podemos ver este matrimonio como ya consumado y aún por consumar. Con demasiada frecuencia, vemos este matrimonio humanamente. Necesitamos verlo a través del Espíritu Santo de Dios. Dios ve el matrimonio a través de un carácter perfecto. Dios hizo un pacto. Es como si ya se hubiera cumplido. Al calificar a Su pueblo como Su esposa, Dios nos está enseñando a construir Su carácter y a pensar como Él. Cuando Dios dice que hará algo, siempre lo hace. Él nunca rompe un pacto. Así que cuando estamos comprometidos con Cristo, es lo mismo que un matrimonio. Un pacto para estar casados es lo mismo que un matrimonio, tal como Dios lo ve. Con el Espíritu de Dios deberíamos verlo de la misma manera.
Sin embargo, existe el elemento humano. Podemos fallar y no formar parte de esa boda. La lección que Dios está tratando de enseñar es que un pacto es una promesa de cumplir la palabra dada. Y nuestra palabra debe cumplirse, si manifestamos el carácter de Dios. Nuestra palabra nunca debe romperse. Así que Dios nos juzga sobre la base de nuestra promesa, o de nuestro pacto. En el bautismo dijimos que nos casaríamos con Cristo y cumpliríamos todas las condiciones del pacto. Así que Dios nos juzga sobre la base de nuestra palabra, o pacto, de convertirnos en Su esposa. Una vez que realmente nos convirtamos en Su esposa, no podremos cometer adulterio, porque seremos Dios —miembros de la Familia Dios— y Dios no puede pecar. Viéndolo espiritualmente, sólo podemos cometer adulterio durante el periodo de noviazgo.
Los hombres de mente carnal no pueden comprender la magnitud de nuestra recompensa. ¡Se necesita el Espíritu Santo de Dios para captar lo que Dios está ofreciendo a sus primeros frutos! Los laodicenos han perdido este concepto del matrimonio y de la Familia de Dios porque están espiritualmente ciegos. ¡Este es el error más grande que ellos o cualquiera en la Tierra puede cometer hoy! Dios dice que este pecado adúltero no es “poca cosa” (Ezequiel 16:20). Dios dice que este pecado adúltero no es un “asunto menor” (Ezequiel 16:20). Sabemos que muchos de ellos despertarán antes o durante la Tribulación. Pero ¿por qué tienen que ser tan rebeldes que permiten que Satanás los aparte de su corona más noble y majestuosa?
¡No debemos olvidar quiénes somos! Cristo es nuestro Esposo. ¡Las primicias son Su Esposa para siempre! Satanás quiere desdibujar o destruir esa visión maravillosa y tan inspiradora. No debemos permitírselo.