¿Siente a menudo que la vida pasa de largo? ¿Que es la misma vieja rutina día tras día? ¿Le desaniman continuamente los problemas y frustraciones de este mundo? ¿Le cuesta ilusionarse sobre su futuro? Si es así, ¡es posible que esté descuidando un aspecto de vital importancia de la vida cristiana! ¡Este artículo le mostrará que estudiar la Biblia puede ser justo el remedio que necesita!
Dios nos dice que estudiemos Su Palabra porque sabe que es buena para nosotros. Así es como Él nos habla. Necesitamos ser enseñados, alentados, dirigidos y corregidos por nuestro amoroso Padre tanto más a medida que los males de este mundo abundan y proliferan a nuestro alrededor. Por lo tanto, Él nos ordena: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien [que divide correctamente, vkj] la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
La palabra procurar en este versículo significa apresurarse y ser diligente al respecto. La expresión divide correctamente connota hacer un corte recto. En otras palabras, ¡es el deseo urgente de Dios que Él nos hable para que podamos mantenernos en el camino correcto en este mundo moribundo! Él quiere que seamos felices, que nos sintamos realizados y entusiasmados con nuestro futuro a pesar de todo el dolor y el sufrimiento de este malvado mundo actual.
¿Deja usted que Él le hable? ¿Con qué frecuencia?
Repasemos algunas de las muchas bendiciones que fluyen del estudio de la Palabra de Dios.
Por qué debemos estudiar
Nuestros pensamientos y acciones naturales no son los pensamientos y acciones de Dios (Isaías 55:8-9). Por eso estudiamos para ser corregidos. Esto a menudo puede evitarnos la angustia de hacer malas elecciones o tomar malas decisiones. A través del estudio de la Palabra de Dios, obtenemos sabiduría que nos ayuda a evitar el pecado y la miseria que lo acompaña. Cuanto más dejamos que la Palabra de Dios corrija nuestro pensamiento carnal natural, más somos moldeados a la imagen de Dios y preparados para nacer en Su Familia eterna. Lea Juan 6:68. Sólo Dios tiene las palabras que arrojan luz sobre el camino recto y estrecho que conduce a la vida eterna. Las estudiamos para hacer las correcciones pertinentes en nuestro pensamiento.
El estudio de la Biblia fortalece nuestra fe. ¿Quién no quiere y necesita más fe? Cuando nos sintonizamos con Dios y escuchamos Sus palabras, nuestra fe aumenta (Romanos 10:17). Cuanto más estudiamos, más nos familiarizamos con la forma en que Dios guía, libera y sana a su pueblo. Esto nos permite confiar en Él con más facilidad, y nuestra fe aumenta. Como resultado de escudriñar las Escrituras, los hermanos de Tesalónica creyeron lo que se les enseñaba (Hechos 17:11-12).
El estudio de la Biblia nos da algo que este mundo necesita desesperadamente. “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:4). Una esperanza viva y real puede marcar la diferencia en la forma en que afrontamos los problemas de la vida y en la perspectiva que mantenemos. Siempre que estemos desanimados o nos falte algo que necesitemos, deberíamos acostumbrarnos a escudriñar la Biblia y encontrar lo que Dios nos ha prometido. Dios nos ha dado muchas promesas llenas de esperanza.
En la tabla siguiente encontrará una muestra de 40 pasajes bíblicos muy alentadores. Considere subrayarlos en su Biblia o enlazarlos escribiendo la siguiente referencia en el margen de su Biblia. Recuerde que Dios no miente (Tito 1:2), ¡y medite en estas promesas cuando necesite un impulso espiritual!
Otra razón para estudiar es poder dar una respuesta a quienes quieran saber más sobre esa esperanza que ven en nosotros (1 Pedro 3:15). Además, Dios espera que los padres enseñen a sus hijos Su camino de vida tal como Él nos ha enseñado a nosotros (Deuteronomio 6:6-7) y que sean capaces de responder a sus preguntas.
Una quinta razón para estudiar la Biblia es poder hacer la Obra de Dios. Dios nos ha colocado a cada uno de nosotros en Su cuerpo, la Iglesia. Cada miembro de ese cuerpo, cada uno de nosotros individualmente, es importante y necesario. Cada uno de nosotros tiene responsabilidades y tareas específicas (estudie 1 Corintios 12). ¡El estudio de la Biblia es una de esas tareas! Cuanto más estudiamos, más fuertes somos, lo que fortalece a la Iglesia. ¡Esto a su vez, permite a la Iglesia tener un mayor impacto en la realización de la Obra de Dios! Para el Apóstol Pablo, ¡hacer la Obra de Dios era más importante que su propia salvación! (Romanos 9:1-4). Como el Sr. Armstrong decía a menudo, aquellos que tienen su corazón en la Obra crecen espiritualmente. Cómo estudiamos la Biblia es una indicación de cuánto nos estamos rindiendo a Dios y a la obra que Él está haciendo a través de nosotros.
Una razón vital para estudiar es que mejora nuestras oraciones con Dios. La buena comunicación no es unilateral. ¿Ha hablado alguna vez con alguien a quien sólo le gusta hablar y hablar pero nunca escuchar? ¿Cómo se ha sentido? Si oramos con regularidad pero no estudiamos muy a menudo, ocurre lo mismo, somos nosotros los que hablamos. ¿Qué piensa Dios de eso? Cuando estudiamos, llegamos a conocer la mente de Dios, cómo piensa. Eso hace que sea más fácil hablar con Él. Podemos hablar de lo que nos ha enseñado y ensayarlo con Él. Si nuestras oraciones se están volviendo aburridas y nos estamos quedando sin cosas que decir, tal vez no estamos escuchando lo suficiente.
Las palabras de la Biblia son los pensamientos de Dios en imprenta (2 Timoteo 3:16). Son el alimento espiritual que necesitamos para crecer espiritualmente (Juan 6:55-59, 63 y 1 Pedro 2:2). A medida que estudiamos y aprendemos a pensar como Dios, a medida que ponemos en acción el modo de vida de Dios, somos capaces de manejar el alimento sólido y seguir creciendo (Hebreos 5:13-14) ¡hasta alcanzar el mismo carácter de Dios! Sin embargo, si descuidamos el estudio de la Biblia, simplemente no podremos crecer lo suficiente como para nacer en Su Familia. Un bebé en el vientre de su madre es alimentado cada día para que pueda crecer lo suficiente para nacer. Del mismo modo, necesitamos ser alimentados diariamente mientras estamos en el “vientre” de la Iglesia, de lo contrario corremos el peligro de morir de hambre espiritualmente.
Qué estudiar
¡Hay muchas maneras interesantes de estudiar la Biblia que enriquecerán su vida! Veamos siete de ellas.
1. Notas de los servicios de Sábado y estudios bíblicos. El Sr. Armstrong dijo que uno de los propósitos de los servicios de la Iglesia es instruirnos lo suficiente para que podamos enseñar a otros en el Mundo de Mañana. Cuando asistimos a los servicios, estamos en “clase” en la universidad de Dios para maestros. ¿No tiene sentido tomar notas y estudiarlas después? Los ministros han preparado lo que Dios sabe que necesitamos oír, material que es actualmente relevante y apropiado y posiblemente urgente. Por eso es importante repasar y estudiar esos apuntes.
Una forma de reforzar la enseñanza que recibimos es estudiar a fondo las notas en un plazo de 24 horas. Luego repasarlos al menos una vez más, quizás el sábado siguiente antes de los servicios. Tenemos muchas más posibilidades de poner en práctica los conocimientos que adquirimos en “clase” si estudiamos y repasamos en oración lo que Dios nos enseña todas y cada una de las semanas a través de Sus instructores, el ministerio.
2. Artículos de la Visión Real. Una de las razones de estos artículos es ayudarnos a prepararnos para reinar con Jesucristo, nuestro Esposo y Rey. ¡El nombre de la revista ilustra que el material que contiene está destinado a la realeza! Somos la Familia de Dios, Su casa real, y necesitamos digerir a fondo la carne contenida en estos artículos.
3. Folletos. La simple lectura de un folleto no es realmente un estudio bíblico. Sin embargo, si estudiamos las Escrituras referidas y las usamos como base para construir un bosquejo del folleto, capítulo por capítulo, tendremos una sinopsis bastante buena del folleto basada en las Escrituras. Por ejemplo, si hacemos eso con el folleto ¿Quién es “ese Profeta”?tendremos al menos 30 pasajes de las Escrituras que identifican a un profeta de los últimos tiempos que tiene que estar en escena justo antes de la Segunda Venida de Cristo. Esto se puede hacer con docenas de otros folletos.
4. Doctrinas. Una doctrina es “una enseñanza” o “lo que se enseña”. Juntas forman el cuerpo de creencias de la Iglesia. La Iglesia de Dios tiene muchas doctrinas que difieren de las religiones artificiosas de este mundo. La verdad esta escondida en la Palabra de Dios (Juan 17:17; 1 Corintios 2:11), y solo aquellos con Su Espíritu pueden entender. Se dice que uno verdaderamente entiende un tema cuando puede explicárselo a otra persona. ¿Qué tan bien entendemos las doctrinas de la Iglesia? ¿Lo suficientemente bien como para enseñarlas a otros? Deberíamos ser capaces de explicar cada doctrina en términos de qué, por qué, cuándo, quién, dónde y cómo.
Algunos ejemplos de doctrinas son las tres resurrecciones, nacer de nuevo, el alma y la salvación. También hay temas como el arrepentimiento, el bautismo, la imposición de manos, el Espíritu Santo y qué es un verdadero cristiano. ¿Podemos explicar los detalles del evangelio, el Reino de Dios, el Milenio y el gobierno de Dios? ¿Y la verdad sobre la fe o la sanidad?
Las religiones del mundo enseñan que la ley ha sido abolida. ¿Podemos refutar esas creencias y probar la verdad de los mandamientos, el Sábado, los días santos, el diezmo, y la gracia contra a la ley de la Biblia? ¿Qué acerca del matrimonio o la doctrina del Antiguo y Nuevo Pactos? ¿Hemos estudiado en detalle lo que dice la Biblia sobre la oración, el ayuno, las pruebas y vencer? El mundo está muy confundido acerca de Satanás, el pecado, la mundanalidad y el infierno. ¿Podemos probar la verdad?
Utilizando una concordancia, se pueden buscar palabras clave relacionadas con cualquiera de estas doctrinas. Al hacerlo, puede agrupar las Escrituras en categorías que respondan a las preguntas qué, por qué, cuándo, quién, dónde y cómo. ¡Se alegrará con lo que descubra!
5. Temas, o asuntos específicos. Por ejemplo, en Gálatas 5:22-23, Pablo enumera nueve cualidades relacionadas con el fruto del Espíritu. Esas mismas palabras se utilizan en muchos otros lugares del Nuevo Testamento. Al agrupar todas las Escrituras que usan la misma palabra obtenemos una comprensión más profunda de lo que implica cada aspecto del fruto espiritual y cómo necesitamos cambiar específicamente.
Otro ejemplo sería estudiar las palabras usadas para describir el amor en 1 Corintios 13. Cuando buscamos en todas las Escrituras donde se usan las mismas palabras desarrollaremos una apreciación más rica de lo que es el amor.
Muchas Biblias tienen una concordancia al final. Busque temas que le ayuden a vencer y desarrollar el carácter. ¡Hay cientos de estos temas!
6. Libros de la Biblia. Centrarnos en un libro concreto de la Biblia nos dará una visión y un contexto más profundos de su mensaje. Podemos desarrollar una visión general del por qué fue escrito, su tema o temas principales y un esquema. A continuación, enmarcaremos las Escrituras en ese contexto.
Por ejemplo, el libro de Mateo se centra en Cristo, el Rey. Mateo utiliza la palabra reino 56 veces. Traza la genealogía de Cristo hasta el rey David y se refiere a Él como “el Hijo de David” siete veces. Se refiere a Jerusalén como “la ciudad del gran Rey”. Mateo es un libro acerca de la realeza. Teniendo esto en cuenta, el sermón del monte, por ejemplo, adquiere una perspectiva más profunda. No se trata sólo de la vida cristiana de hoy, sino también del tipo de carácter que Cristo busca en aquellos que necesitará para reinar con Él. ¡Los que alcancen ese nivel de carácter podrán servir como reyes!
7. Biografías. Los individuos de la Biblia son dignos de estudio. Obviamente, estudiar la vida de Jesucristo es el mejor ejemplo. ¿Cómo reaccionó Él a situaciones cuando fue desafiado? ¿Cuándo estaba muy cansado? ¿Cuándo sus amigos lo decepcionaron? ¿Cómo se mantuvo en el camino y resistió? ¿Cuál era su motivación? Un estudio fascinante sería leer los Evangelios enfocándose especialmente en Jesucristo y sus reacciones en diferentes circunstancias. Fíjese en las cualidades que Él mostró y pregúntese cómo actuaría y cómo debería actuar usted, según Su ejemplo.
Otras biografías dignas de estudio se mencionan en Hebreos 11, el capítulo de la fe. Pablo menciona unas 20 personalidades en el contexto de la fe. Podemos estudiar sus vidas, ponernos en su lugar. ¿Alguno de ellos tiene problemas similares a los nuestros? ¿Qué errores cometieron que nosotros podamos evitar? ¿Qué les aconsejó Dios? ¿Cómo podemos beneficiarnos de las lecciones aprendidas? A veces, para este tipo de estudio puede ser útil una traducción moderna que fluya mejor que la versión Reina Valera.
Si ponemos en práctica estas ideas, el estudio de la Biblia será emocionante, divertido y ricamente gratificante, ¡algo que esperar ansiosamente!
Ayudas bíblicas
Dios se ha encargado de que su Iglesia esté bien alimentada. Las ayudas para el estudio de la Biblia no son necesarias para llegar a conocer bien la Biblia y el camino de vida de Dios. Apolos, por ejemplo, no tenía ninguna ayuda bíblica, y sin embargo era “poderoso en las Escrituras” (Hechos 18:24). Sin embargo, en el mundo actual, las ayudas bíblicas pueden ser útiles, sobre todo en cuestiones de traducción y como herramientas para ahorrar tiempo.
Dios inspiró el texto original de la Biblia, pero no las traducciones a nuestras lenguas modernas, que pueden contener errores. La versión Reina Valera es la traducción al español más exacta, pero, al haber sido escrita hace más de 400 años, contiene algunas expresiones difíciles de entender. Cuando el lenguaje oscurece una Escritura, puede consultar una traducción más moderna, como la de James Moffatt, la Revised Standard Version o la traducción de Ferrar Fenton [todas en inglés. O, en español, la Nueva Traducción Viviente o la Nueva Versión Internacional]. En general, no son tan precisas como la Reina Valera, pero pueden aportar claridad al utilizar un lenguaje más moderno. Tenga cuidado al utilizar paráfrasis como la Living Bible [en inglés] o la Biblia Amplificada. La mayoría de las veces, cuando las traducciones modernas difieren en significado de la versión Reina Valera, están en error. A menudo, las traducciones modernas se han hecho a partir de traducciones defectuosas, en lugar de textos originales.
Las Biblias de estudio identifican temas y proporcionan esquemas de cada libro de la Biblia junto con algunos comentarios, entre otras cosas. Se pueden utilizar para obtener una visión general de un libro en particular, pero el comentario proporcionado a veces puede ser erróneo porque los autores no tienen el marco del plan general de Dios para el hombre tal como fue revelado a Su Iglesia.
Una gran ayuda para cualquier estudio bíblico es el uso de una concordancia. Una concordancia es una herramienta que ahorra tiempo, especialmente la Concordancia Exhaustiva de Strong, porque enumera cada palabra usada en la Biblia y agrupa todas las Escrituras que usan la misma palabra. Le ayuda a encontrar todas las apariciones de una palabra concreta y sus diferentes traducciones. También muestra la palabra raíz de la que deriva la palabra hebrea o griega. Esto es muy útil cuando se estudia una doctrina o un tema en particular.
A veces las Escrituras que se relacionan con un tema específico no se encuentran fácilmente en una concordancia porque el tema es más amplio que una sola palabra usada en la Biblia. En estos casos, son muy útiles los libros temáticos, como las Biblias de estudio temáticas, el Tesoro del conocimiento bíblico (con más de 500.000 referencias cruzadas de las Escrituras y pasajes paralelos) y un libro titulado Dónde hallarlo en la Biblia (que enumera más de 3.700 “temas contemporáneos”, desde el aborto hasta la zoología).
Un diccionario bíblico proporciona información sobre palabras, personas, lugares y cosas bíblicas. Observe, por ejemplo, lo que dice el Diccionario Bíblico Holman sobre Laodicea: “Laodicea era bien conocida en el mundo antiguo por su riqueza [vea Apocalipsis 3:17]. Fue reconstruida sin la ayuda financiera de Roma después del desastroso terremoto del año 60 d. C.”. Laodicea ganó su riqueza en la industria textil en la producción de lana negra [vea Apocalipsis 3:18, prendas blancas contrastadas] y en la industria bancaria. Laodicea también era conocida por su escuela de medicina que inventó una especia nardo para el tratamiento de los oídos y un ungüento para los ojos [vea Apocalipsis 3:18, unge tus ojos con colirio]. La mayor debilidad de Laodicea era su falta de suministro de agua. (…) Un acueducto de ocho kilómetros de largo abastecía a la ciudad de agua tibia…” [Apocalipsis 3:16, la referencia tibio]. Saber algo sobre la ciudad histórica de Laodicea mejora nuestra comprensión del lenguaje que Cristo eligió para corregirla. También pone de relieve los paralelos con los Laodicenos espirituales de hoy en día.
A veces, el significado de una palabra se pierde en la traducción. Las ayudas bíblicas que se concentran exclusivamente en el significado de las palabras se conocen como libros de palabras o estudios de palabras.
A veces, los comentarios bíblicos pueden arrojar luz sobre los pasajes bíblicos y relacionar las cosas de un modo que no se nos ocurriría. Los comentarios y otras ayudas bíblicas pueden ser excelentes obras de consulta. Sin embargo, sólo deben utilizarse para establecer hechos históricos o gramaticales. Los comentarios son más propensos a desviarse que otras ayudas bíblicas porque los autores tienen más espacio para insertar sus propios pensamientos e ideas. A menudo tratan de especulaciones que no emanan del Espíritu de Dios y pueden equivocarse en sus conclusiones.
Algunas ayudas bíblicas destacadas son: Lange’s Commentary; Comentario de Jamieson, Fausset y Brown, el Anchor Bible Dictionary, el Hebrew-Chaldee Lexicon y Thompson’s Topical Chain Reference, por nombrar sólo algunas.
Otras ayudas bíblicas que deben mencionarse son Armonía de los Evangelios, que combina los cuatro evangelios uno al lado del otro para que puedan leerse simultáneamente en orden cronológico. La Armoníade Samuel, Reyes y Crónicas hace lo mismo con esos libros. Por último, el Manual bíblico de Halley es, en general, un recurso bueno y conciso.
Si quiere comprar alguna ayuda bíblica pero normalmente no puede permitírselo, considere la posibilidad de utilizar el segundo diezmo en la Fiesta para iniciar su colección y pasar una tarde hojeando una librería bíblica.
Nuestro cofre del tesoro
En lo que se refiere al estudio de la Biblia, los conocimientos que podemos adquirir son infinitos. Pero debemos recordar que el conocimiento que no se utiliza no tiene ningún valor. Ese tipo de conocimiento sólo puede inflar el intelecto y envanecernos (1 Corintios 8:1). El conocimiento útil siempre nos humillará y nos preparará para estar en la Familia de Dios.
El estudio bíblico es como una de las cuatro llantas de un auto que vamos conduciendo por el camino hacia el Reino de Dios. Necesitamos que las cuatro llantas funcionen en conjunto para poder avanzar. Si una de ellas se desinfla, nos quedamos atascados hasta repararla. Si no la reparamos, no llegaremos a nuestro destino.
Las otras tres llantas son la oración, el ayuno y la meditación. Cuando las cuatro llantas estén en marcha, podremos responder a la autoridad de la Biblia (Isaías 66:2) y emprender acción. Sólo entonces podremos asegurarnos de que mantenemos la actitud correcta al estudiar la Biblia y de que estudiamos por las razones correctas (como se ha señalado anteriormente en este artículo). Nuestro estudio de la Biblia debe llevarnos siempre a “Temer a Dios, y guardar sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13).
El rey David dijo: “Me regocijo en tu palabra como quien encuentra un gran tesoro” (Salmo 119:162; Nueva Versión King James). Nuestro Dios nos ha dado un valiosísimo cofre lleno de un tesoro de valor incalculable: ¡las palabras de vida eterna! (Juan 6:68). Cuanto más profundicemos en ese cofre del tesoro, la Biblia, más ricos más felices seremos, no por las riquezas físicas que pongamos a trabajar en el banco, sino por las riquezas espirituales que pongamos a trabajar en nuestras vidas. ¡Practique el estudio de la Biblia cada día y enriquecerá su vida ahora y para siempre!