En Oportunidades Juveniles Unidas (y.o.u., por sus siglas en inglés), había un adolescente mayor que dominaba el baloncesto, y yo era uno de los muchos que querían ser como él. Si él hubiera jugado en uno de nuestros partidos de la Academia Imperial o de nuestro Programa Educativo de Verano (sep, por sus siglas en inglés), probablemente habría anotado 100 puntos. Jugaba en los Milwaukee Cavaliers, y les ganaron a todos los equipos de las y.o.u. ese año. Eran tan buenos que no dejaron a nadie contra quién jugar, excepto ellos mismos. Dividieron el equipo en dos y jugaron el mejor partido que haya visto alguna vez, con triple prórroga.
Randy era un estudiante de secundaria en ese equipo. Hasta ese momento, yo no sabía quién era, pero estaba a punto de descubrirlo. En ese partido, cogió un rebote y avanzó con el balón. Los defensas retrocedieron preparándose para bloquear el tiro, pero Randy decidió saltar pasando sobre todos. El gimnasio se volvió loco.
En su último año de secundaria, el colegio de Randy había cambiado todo el horario de baloncesto de los viernes por la noche para que no se perdiera ningún partido. Se quedaron a un partido de ir al torneo estatal.
Randy era simpático. Venía a hablar con nosotros, nos saludaba y nos dejaba jugar con él. Todos queríamos jugar como Randy. Lo imitábamos en muchos aspectos. Verlo jugar fue una experiencia beneficiosa porque generó una presión positiva entre los adolescentes más jóvenes.
Los adolescentes de Dios hoy necesitan formar una presión de grupo positiva. Los adolescentes mayores podrían sorprenderse al saber cuántos de ellos son héroes para los más jóvenes. En el Programa Educativo de Verano de Dios, los campistas más jóvenes deberían ser inspirados al ver el ejemplo de los adolescentes mayores. Deberían ver los partidos y pensar, yo quiero estar ahí. A veces permitimos demasiada presión de grupo negativa, pero la presión de grupo positiva enciende una chispa.
La presión de grupo positiva puede aplicarse a todo lo que hacemos. Busca personas que se destaquen en los deportes, la música, la danza o los estudios para imitarlos. A medida que tengas éxito, la gente querrá imitarte. Queremos construir una cultura de excelencia, la cual se consigue por elección personal. Todos tienen algo en lo que pueden destacar; todos tienen el potencial de convertirse en un héroe.
Luchando contra un gigante
David dio el ejemplo de crear una presión de grupo valiente y positiva, y los jóvenes de Dios deberían seguir su ejemplo.
1 Samuel 17:2-4 dice: “También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos. Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo”.
Goliat medía alrededor de 3 metros. Para tener una perspectiva, el alero de la Casa de Campo John Amos tiene 2,75 metros de altura. Imagina a Goliat bloqueando la entrada para comer. Probablemente no comerías. Goliat era enorme y estaba allí, burlándose de Israel.
Aquí tienes una pequeña perspectiva que te ayudará a comprender su enorme tamaño. André el Gigante era una especie de gigante moderno. Medía 2 metros con 24 centímetros, mientras que Goliat medía 3 metros o más. André pesaba alrededor de 226 kilos, pero comparado con Goliat, no se consideraría grande.
Una vez, unos universitarios vieron a André y pensaron que sería divertido burlarse de él, así que empezaron a tirarle manís. André los ignoró, pero al final se hartó. Cuando se levantó, los estudiantes huyeron y se encerraron en su coche. André los siguió y volcó el coche con ellos adentro. Así los encontró la policía, encerrados en un coche volcado. La vida es diferente para los gigantes. Esto nos da una idea de lo grande y fuerte que era André. Y él era pequeño comparado con Goliat.
Goliat era un guerrero y un asesino entrenado. Sabía luchar. Algunas estimaciones dicen que su punta de lanza pesaba unos 11 kilos. Intenta lanzar una vara con un peso de 11 kilos en su extremo.
Los versículos 8-11 dicen: “Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo”.
La presión del grupo en ese momento era acobardarse de miedo. Espero que hubiera un par de soldados pensando: Quizás pueda con él. Pero al mencionarlo a un compañero éste quizás respondiera: ¿Estás loco? ¿Has visto lo grande que es ese tipo?. El terror invadió a todo el grupo.
“Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días” (versículo 16). En la Biblia, el número 40 a menudo simboliza un tiempo de prueba. Israel estaba siendo probado por 40 días, con Goliat presentándose por las mañanas y por las tardes. La Obra de Dios se caracteriza por holocaustos de mañana y tarde (2 Crónicas 13:11).
En lugar de orar a Dios por las mañanas y por las tardes como debían, los israelitas escuchaban las burlas de este gigante. Goliat aparecía en los momentos en que deberían haber estado ofreciendo sacrificios a Dios. Eran débiles porque no se enfocaban en la calidad de sus vidas de oración.
1. Para crear una presión de grupo positiva, escucha a Dios, no a Satanás.
Israel escuchó las burlas de Goliat en lugar de acudir a Dios. A menudo podemos dejar que Satanás nos provoque. Él es muy negativo y nos dice que no podemos hacer cosas. Tenemos que acercarnos a Dios y escuchar lo que Él dice. Satanás dice: No puedes hacer esto. Él es el ser más negativo. No escuches esas influencias. ¡Bloquéalas!
Dios nos dice que si Le obedecemos, seremos bendecidos. ¡Nos anima a elegir la vida! Pero Satanás está allí con otro mensaje. Asegúrate de escuchar a Dios y no a Satanás. Puedes sobresalir y hacer más de lo que piensas, pero debes escuchar a Dios.
Ahora David aparece en la historia: “Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate” (1 Samuel 17:20). David no estaba en el ejército, pero había sido enviado con comida.
El versículo 23 dice: “Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David”. Goliat hizo lo mismo que antes; la única diferencia esta vez fue que David lo oyó.
David tuvo una respuesta diferente: “Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” (versículo 26).
¡David no mostró ningún temor! ¿Es esa tu respuesta a la presión de grupo negativa? ¿Quién es él para desafiar a Dios? La presión de grupo negativa desafía a Dios, es un ataque contra Él. Esta es la Iglesia de Dios, y si alguien es negativo hacia ella, está desafiando a Dios, no a los hombres.
A David le dijeron que a quien derrotara a Goliat le darían mucha riqueza, la hija del rey y una casa en Israel; unas recompensas bastante impresionantes.
Los versículos 28-29 dicen: “Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?”.
2. Para crear una presión de grupo positiva, no cedas a la negatividad, más bien enfócate en la causa.
Siempre que te esfuerces por hacer algo positivo, habrá una fuerza negativa en tu contra. Eso puede venir de tu propio pensamiento o de alguien más. ¿Te ha pasado alguna vez? Te fijaste una meta que creías posible hasta que otra persona te dijo: No podrás hacerlo. Entonces renunciaste.
Si debes hacerlo, ¿a quién le importa lo que digan los demás? ¡Sólo hazlo! No cedas ante la negatividad de los demás y procura no ser tú la fuente de negatividad.
Enfócate en la causa. Si vale la pena, entonces hazlo. La negatividad de los demás no importa. Si tienen un buen consejo, escúchalo, pero no escuches la negatividad. David tenía una causa: quería defender a Israel y a Dios.
1 Samuel 17:33-37 dice: “Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: [el Eterno], que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Vé, y [el Eterno] esté contigo”.
3. Para crear una presión de grupo positiva, construye sobre éxitos pasados.
David no había luchado antes contra un gigante, pero había matado a un oso y a un león. Él pensó, si hice eso, ¿por qué no podría con esto? Piensa en todas las cosas que puedes hacer ahora y que antes eran un misterio. Cuando eras pequeño, atarte los zapatos parecía magia. Pero lo descubriste y ahora es muy sencillo. Construye sobre esas áreas de la vida que ahora son sencillas. Deja que esos éxitos te conduzcan a éxitos futuros.
Tómate un tiempo para escribir una lista de tus éxitos. ¿En qué áreas has sido exitoso? Cuando dejes de construir sobre los éxitos pasados, tus habilidades disminuirán.
Piensa en la superestrella de la nba Steph Curry. Ha tenido partidos en los que no ha podido anotar sus triples. ¿Crees que eso le molesta? ¡Claro que no! Él sabe que ha anotado muchos antes y que volverá a hacerlo.
Sigue el ejemplo de David y enfócate en los momentos que has tenido éxito.
“Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo” (1 Samuel 17:44). David tuvo que enfrentarse a estos insultos a nivel bélico. Goliat lo llevó a otro nivel, diciendo: ¡Te voy a matar!
“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de [el Eterno] de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” (versículo 45). El enfoque de David estaba centrado en la causa: ¡el propósito y la razón para hacer lo que se debía hacer!
“[El Eterno] te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que [el Eterno] no salva con espada y con lanza; porque de [el Eterno] es la batalla, y él os entregará en nuestras manos” (versículos 46-47).
4. Para crear una presión de grupo positiva, mantén a Dios en el centro del proceso.
David sabía que Dios estaba en el centro de la causa. Si Dios no está en el centro de nuestras metas, entonces no vale la pena luchar por ellas; si lo está, ¡entonces ve tras ellas con todo! Participa en los programas educativos de Dios: la Academia Imperial de Dios, el sep de Dios, el Herbert W. Armstrong College de Dios. Mientras mejor mantengamos el estándar de Dios, ¡más honraremos y glorificaremos a Dios!
Crea una presión de grupo positiva para que otros sean inspirados a seguir tu ejemplo. Mientras Dios esté en el centro, será un proceso asombroso. Goliat hubiera matado fácilmente a David si Dios no hubiera estado en el centro de su proceso. Él hizo su parte, y Dios lo libró.
Si no estás seguro de qué dirección tomar, pregúntate: ¿Es ésta la voluntad de Dios? Pídele a Dios la ayuda y la dirección que necesitas.
5. Para crear una presión de grupo positiva, ¡ponte a trabajar!
Los versículos 48-49 dicen: “Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra”.
Debes hacer algo. Si David se hubiera limitado a hablar a Goliat, sin pasar a la acción, esta historia no se habría registrado. Una cosa es hablar, y otra es hacer. ¿Por qué no convertirse en el mejor jugador de fútbol o de baloncesto que hayamos visto en el sep? Deberías pensarlo más: ¿Por qué no yo? No por vanidad, sino para convertirte en el mejor que puedas ser.
Los varones jóvenes de Dios tienen que tomar la iniciativa. ¡Trabaja, sé exitoso, impúlsate, sé proactivo, haz algo! Puedes tener muchas metas, pero si no haces nada al respecto, no significan nada. Proponte una meta y esfuérzate por conseguirla.
“Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron. Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón” (versículos 51-52).
El ejército israelita se armó de valor porque vio a un joven tomar acción. ¡La presión de grupo positiva comenzó con un solo hombre! Esto les dio el valor para perseguir a los filisteos y derrotarlos.
David no sólo mató a Goliat; ¡él mató la negatividad! Mató el miedo e hizo que todos tuvieran el valor de luchar. La presión de grupo positiva se extendió rápidamente. Todos en el ejército israelita querían entrar en acción.
¿Por qué no podemos hacer lo mismo? ¿Por qué no podemos tener más de esta presión de grupo positiva?
Camina con energía. Muéstrate vivo y con interés por lo importante. Tú puedes hacerlo hoy. Alguien puede entrar caminando con seguridad a un salón, y sabes que es alguien serio en sus asuntos. Pero si entra encorvado piensas: ¿A qué viniste? ¡Vuelve a la cama! Jóvenes: den el ejemplo y sean los que caminan con confianza.
2 Samuel 23 habla de los hombres poderosos de David. Él estableció una cultura de hombres que querían hacer grandes cosas debido al ejemplo de David. Este capítulo está lleno de hazañas asombrosas en la batalla. “Después de éste, Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, uno de los tres valientes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían reunido allí para la batalla, y se habían alejado los hombres de Israel” (versículo 9).
Estos hombres mataron a gigantes y a bestias feroces, pero todo empezó con David. Esta es la presión de grupo positiva que necesitamos crear en el sep, en la Imperial Academy y en el Armstrong College. Una persona puede ser fuerte y convertirse en el líder que la gente quiere seguir. Todo depende de tus acciones y de cómo te comportas.
El versículo 20 dice: “Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Este mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando”. ¡Pon tu nombre ahí! ¿Podrías tú actuar como Benaía? Esto no es fantasía. Estos hombres tenían valentía y formaron una cultura guerrera basada en la presión de grupo positiva. Su legado está registrado.
¿Cuál será tu legado? ¿Se hablará de ti dentro de cinco años? Dirán: ¿Estabas allí cuando tal persona hizo esto? ¿Por qué no? Escucha a Dios. Vence la negatividad enfocándote en la causa. Construye sobre éxitos pasados. Mantén a Dios en el centro de tu progreso ¡y ponte a trabajar! Esfuérzate por construir una cultura de presión de grupo positiva.