El lunes es el Día de la Expiación. El pueblo judío lo llama Yom Kippur y lo considera el día más sagrado y solemne del año. Incluso muchos judíos laicos, que de otro modo nunca pisarían una sinagoga, asisten a ella; no es muy diferente de los cristianos que sólo acuden a los servicios religiosos en Navidad y Pascua.
La mayoría de los que profesan ser cristianos ni siquiera saben que esta fiesta de Dios existe. La mayoría de los que han oído hablar del Día de la Expiación piensan que ya no es relevante, o que tal vez es sólo relevante para los judíos. ¡Pero la expiación representa el quinto de los siete pasos en el plan maestro de Dios para traer a toda la humanidad a Su Familia! Y la Biblia deja claro que es profundamente significativo y relevante para todas las personas.
La Pascua, la primera de las convocatorias anuales de Dios, representa la muerte de Jesucristo por el pecado del hombre arrepentido (Éxodo 12:23-24; Mateo 26:17-29; Juan 2:13, 23; 1 Corintios 5:7). Los Días de los Panes sin Levadura representan a la Iglesia saliendo del pecado, así como Israel salió de Egipto (Éxodo 12:14-17; Hebreos 11:25-28). Pentecostés representa a la Iglesia como la primera en ser engendrada y nacida como hijos de Dios durante la era de la Iglesia (Levítico 23:15-17, 20-21; Santiago 1:18). La Fiesta de las Trompetas, observada en otoño, representa la Segunda Venida de Jesucristo (Levítico 23:23-25; 1 Tesalonicenses 4:16-17; Apocalipsis 8:1-2, 6; 11:15).
Esto nos lleva al Día de la Expiación. Satanás el diablo es el dios de este mundo (2 Corintios 4:4). Este es un cargo que Satanás ha ocupado durante los últimos 6.000 años, y desde el cual ha engañado al mundo entero (Apocalipsis 12:9; Efesios 2:2). El diablo ha engañado a la humanidad para que siga su camino de rebelión contra la ley de Dios en continuo pecado y destrucción. Su influencia ha sido un factor importante en la rebelión y el sufrimiento de la humanidad.
Pero cuando Cristo regrese, depondrá a Satanás y tomará Su lugar como Rey de reyes, es decir, el Gobernante legítimo y justo. Uno de los primeros actos de Cristo será ordenar que Satanás sea atado y arrojado al abismo durante 1.000 años (Apocalipsis 20:1-3).
Este futuro extraordinario está representado por la ceremonia del Día de la Expiación ordenada en Levítico 16. Al sumo sacerdote se le ordenó seleccionar dos machos cabríos y echar suertes sobre ellos. Uno de ellos representaba a Cristo (versículos 5, 8-9; véase también Hebreos 9:12, 22-26) y el otro representaba lo que en la versión King James es llamado “chivo expiatorio” [“Azazel”, en la versión Reina Valera, en español] (Levítico 16:8-10). El sumo sacerdote ponía las manos sobre el segundo chivo y confesaba sobre él todos los pecados del pueblo. Entonces un hombre llevaba el chivo al desierto y lo soltaba (versículos 20-22).
La palabra “chivo expiatorio” en la versión King James es en realidad una traducción muy engañosa. En hebreo, este segundo chivo se llama “Azazel”. Entonces, ¿qué simboliza el chivo Azazel?
Herbert W. Armstrong mostró en su folleto Las Fiestas Santas de Dios que Azazel simboliza a Satanás el diablo. Satanás será castigado por influir en la humanidad para que desobedezca a Dios. Él cargará con su propia culpa por los pecados de la humanidad. El diablo se considera a sí mismo como un chivo expiatorio, que no tiene ninguna culpa en el pecado humano. Eso es una gran mentira: Satanás es el autor del pecado, y llevará su castigo.
El apóstol Pablo explica el significado espiritual perdurable de estas ceremonias para los cristianos del Nuevo Testamento en Hebreos 9. Y Apocalipsis 20:1-3 muestra cómo el simbolismo del macho cabrío de Azazel se cumplirá en un futuro cercano cuando Cristo tenga al diablo atado e impedido de emitir su espíritu maligno. Satanás no podrá influenciar a la humanidad durante mil años.
Durante este período maravilloso, el cambio en la mente de los hombres será notable. La humanidad entera aceptará el sacrificio de Cristo y vivirá según la ley de Dios. ¡Habrá paz, alegría y felicidad universales! (Isaías 2:1-4).
El Día de la Expiación representa al hombre libre e independiente de Satanás, y hecho “uno” con Dios.
Por eso Dios nos manda abstenernos de todo trabajo y ayunar en este día (Levítico 23:27-32). “Afligirnos” con un ayuno adecuado nos ayuda a liberarnos de las preocupaciones y lujurias carnales y nos acerca a Dios.
En Isaías 58:6 dice: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresió, dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?”. Hay un sentido de liberación asociado a la Expiación. Este día representa el momento en que la humanidad será liberada de las cargas malvadas y pecaminosas que pesan sobre nosotros, en gran parte por culpa de Satanás.
Abstenerse de comer representa evitar los deseos carnales y resistir al pecado y a Satanás, que es lo que el mundo hará una vez que se cumpla este día. A lo largo de los mil años de paz bajo el gobierno de Cristo, la expiación se observará como un memorial de la humanidad liberada de Satanás. Pero hoy ayunamos para aprender cómo ser librados del diablo con el que todavía debemos lidiar.
Una vez que el mundo se independice de Satanás, pasará a depender de Dios. La Expiación es un tipo de Día de la Independencia para el mundo, pero la independencia sólo de Satanás. Entonces el hombre será uno con Dios y dependerá de Él.
Reconciliada con Dios y habiendo aprendido a confiar en Él, ¡la humanidad desarrollará el carácter de Dios y estará en el camino que lleva a la vida eterna con la plena pertenencia a la Familia de Dios!
¡Qué visión tan radiante contiene el Día de la Expiación!
Para entender más sobre la rica visión de este día, pida su copia gratuita de Las Fiestas Santas de Dios, de Herbert W. Armstrong.