Ben Gurion, ex primer ministro de Israel tenía un ritual nocturno de lectura y trabajo. ¿Cuáles son tus hábitos personales de estudio? Muy a menudo, los jóvenes tienen malos hábitos de estudio. Dios espera que Sus jóvenes sean diferentes.
Hay muchas distracciones en esta sociedad superficial que nos rodea, pero no podemos dejar que esas cosas interrumpan nuestro tiempo de estudio. Se necesita mucho tiempo de estudio enfocado para entender lo que Dios nos está enseñando. Realmente se necesita un ritual regular nocturno o matutino de estudio profundo.
El pueblo fiel de Dios liderará en el futuro Milenio. Debemos prepararnos ahora para esta responsabilidad escudriñando con verdadera profundidad en la Palabra de Dios. Este es el comienzo de un pensamiento maduro. Necesitamos saber lo que Dios está pensando y aprender a basar nuestra conducta en Sus Escrituras. Dios está ofreciendo a Su pueblo posiciones exaltadas de liderazgo. A medida que nos preparamos para estos cargos de gobierno, debemos ser activos en el estudio de los libros, sobre todo, la Biblia.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”, afirma 2 Timoteo 3:16.
Observa que dice que la Palabra de Dios es para instruir en justicia. La justicia es algo a lo que debemos someternos activamente (Romanos 10:3). Alguien que diligentemente hace sus estudios adquirirá más profundidad, y a un ritmo acelerado, que alguien que es poco entusiasta al respecto. La Biblia es un libro provechoso. ¡Pero muchas personas que dicen creer en la Biblia ni siquiera la leen! Si no les instruye y corrige, ¿cómo puede ser provechosa?
Una de las razones por las que hay tanta confusión, desacuerdo y malentendidos sobre la Biblia es que la gente simplemente no está dispuesta a someterse a lo que dice. Herbert W. Armstrong dijo que lo más difícil para el individuo promedio es admitir que está equivocado. Entonces, ¡no es de extrañar que la Biblia sea tan confusa para las masas! Algunas de las mentes más brillantes del mundo son incapaces de entender la Biblia. Puede que compren un libro sobre como llegar a ser un director ejecutivo y lo estudien a fondo, pero no estudiarán la Biblia, porque no quieren hacer lo que dice.
Una encuesta reciente reveló que el 58% de las personas creen que la Biblia es totalmente exacta. La misma encuesta reveló que sólo el 38% de los encuestados leen realmente la Biblia a lo largo de una semana, y que su tiempo medio de estudio semanal es de unos 52 minutos (menos de 10 minutos al día).
¿Cómo se comparan tus hábitos de estudio? Puede que tú también pienses que la Biblia es totalmente exacta, pero ¿realmente abres tu Biblia a diario y te adentras en ella? ¿Cuán entusiasmado estás por llenar las páginas de tu Biblia con buenas notas? ¿Estás hambriento de la corrección y la reprensión que Dios ofrece a través del estudio bíblico diario?
He aquí varios puntos para que tu estudio bíblico sea más provechoso:
1. Ve al estudio de la Biblia preparado para analizarte a ti mismo.
No hay libro en la Tierra como la Biblia, con toda su riqueza, personalidad, colorido y detalle, y está específicamente diseñado para nosotros. Dios nos desafía: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
Estudias para mostrarte a ti mismo en qué puedes mejorar, no para ver en qué se quedan cortos los demás. El estudio bíblico no consiste únicamente en adquirir conocimientos académicos o demostrar una doctrina determinada (aunque sin duda eso forma parte del estudio). El objetivo final del estudio bíblico es acercarnos a la medida de la estatura de Jesucristo (Efesios 4:13). Estudiamos la Biblia para llegar a ser perfectos. Pero nunca sacaremos mucho provecho de ella a menos que entremos en cada sesión de estudio buscando corregirnos a nosotros mismos (Jeremías 10:23-24).
2. Ora para que Dios te guíe.
Hay muchas personas brillantes en el mundo que pueden entender casi cualquier libro, ¡pero no pueden entender el libro más importante que existe! Eso es porque no tienen la guía de Dios.
Dios ofrece a su pueblo acceso directo a Él en la oración. Podemos pedir a Dios que trabaje en nuestra actitud para que seamos receptivos a lo que leemos. Es asombroso cómo la Biblia cobra vida, y cómo leemos las cosas de manera diferente, con la ayuda de Dios. ¡Es milagroso! Dios puede cambiar nuestra manera de pensar y hacernos muy receptivos a lo que leemos. Pero primero debemos acudir a Él y admitir que no podemos entender sin Su ayuda.
“Enséñame, oh [Eterno], el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin”, decía el rey David. “Dame entendimiento y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón” (Salmo 119:33-34). David tenía acceso a las Escrituras hebreas, pero sabía que necesitaba más, necesitaba la ayuda de Dios. Nosotros también.
No hace falta ser un gran intelectual para comprender la profundidad de la ley y el plan de Dios. Ni siquiera necesitas una educación formal. Todos tenemos acceso al mismo Dios. Pero debes tener como prioridad reservar un tiempo íntimo con Él cada día. Aprecia tu tiempo a solas con Dios. No te pierdas esta relación tan especial en tu vida.
Dios ha revelado Su verdad a los “necios” de este mundo (1 Corintios 1:25-27). El mundo, con toda su sabiduría y conocimiento, no puede entender el plan de Dios, pero nosotros podemos si buscamos la guía de Dios.
Aunque Dios ha escogido a los menos capaces y menos intelectuales del mundo, Él nos dará la profundidad que nos falta. Pero debemos hacer nuestra parte para ser disciplinados con nuestro tiempo de estudio y desafiarnos continuamente en la Palabra de Dios.
Si alguna vez nos sentimos abrumados por un tema que estamos estudiando, podemos pedir a Dios que nos muestre qué es lo más importante y qué es lo que Él quiere que extraigamos de él. Si vamos humildemente ante Él, Dios abrirá nuestras mentes a Su Palabra (1 Corintios 2:10-14).
Este mundo es sabio para producir el mal, pero cuando se trata de hacer el bien no tiene entendimiento (Jeremías 4:20-22). Nos estamos formando para ser maestros que inviertan esa tendencia. Debemos ser sabios en los principios prácticos de la Palabra de Dios para poder enseñar al mundo. Podemos obtener esta sabiduría, si Dios realmente guía nuestro estudio.
3. Sé positivo.
Adopta un enfoque positivo. Incluso si hasta ahora has tenido malos hábitos de estudio, estate dispuesto a empezar en algún lugar para cambiar eso. Aun estudiar un solo capítulo de la Biblia trae beneficios.
Nuestros hábitos de estudio de la Biblia revelan mucho a Dios sobre nuestro carácter. Nuestro pastor general escribió en el Mensaje de Malaquías: “Hermanos ¿se dan cuenta que su actitud hacia el estudio bíblico ayuda a revelarle a Dios cuán noble es usted? ¿Escudriña usted las Escrituras diariamente ‘con toda solicitud’, ansioso de ver lo que dice la Biblia, de modo que pueda seguir a Cristo más perfectamente? Los elegidos de Dios son un pueblo muy noble en lo que respecta a su estudio bíblico”.
“El Diccionario Griego-Inglés de Thayer dice que la palabra ‘escudriñar’ se usa a menudo en la Biblia como el verbo ‘juzgar’. Los de Berea hacían su estudio bíblico investigando y examinando la evidencia. Eso incluye examinar a nuestros líderes; siempre y cuando sea hecho con la actitud de los de Berea. Dios sabe si una actitud es correcta”. …
“Lucas dijo que estas personas tenían mayor nobleza a causa de esa actitud. Eso significa una mayor recompensa en el Reino de Dios. Los elegidos nobles se han enamorado de la verdad de Dios”.
Dios consideraba nobles a los de Berea por la forma en que estudiaban la Biblia (Hechos 17:10-11). Estos de Berea no estaban escudriñando las Escrituras para probar que Pablo estaba equivocado, ellos estaban escudriñando para probar que él estaba en lo correcto. Dios nos amonesta a probar todas las cosas (1 Tesalonicenses 5:21). La palabra probar aquí es una palabra positiva.
Esfuérzate. El estudio bíblico será cada vez más apasionante cada vez que lo hagas. La Biblia puede ofrecerte el estudio más brillante de toda tu vida, porque procede directamente de la mente de Dios.
4. Deja que la Biblia se interprete a sí misma.
La Biblia afirma que “ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada” (2 Pedro 1:20). Demasiadas personas confían en el razonamiento humano para entender la Biblia. Pero Romanos 3:4 dice: “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso…”. No confíes en los hombres para la comprensión bíblica; ni siquiera en ti mismo. Dios revela Su verdad a quienes crecen en el estudio de Su Palabra (Isaías 28:9).
Isaías 28:10-11 revela un importante principio del estudio bíblico. La Palabra de Dios se entiende estudiándola “un poquito allí, otro poquito allá”. Dios diseñó la Biblia para que tuviera lapsos o pausas entre el material relacionado (versículo 11). Este material debe juntarse antes de que el significado quede claro.
Estudiar la Biblia es como armar un gran rompecabezas, empiezas con una pequeña pieza de una esquina y, a medida que vas uniendo todas las pequeñas piezas, la imagen se va aclarando. Cuanto más estudies, más se unirán las piezas de la Biblia y más vívida será la imagen general.
Herbert W. Armstrong escribió en El misterio de los siglos: “Si uno comienza a leer la Biblia en forma continua de principio a fin, termina quedándose perplejo. La Biblia simplemente no se puede leer como cualquier otro libro. Esta es un misterio porque es un libro escrito en código. Es como un rompecabezas…”.
“Este libro”, escribió el Sr. Armstrong, “pretende simplemente unir las muchas piezas del rompecabezas para facilitar su comprensión.
“Mientras usted lee y relee este libro, compare constantemente con la Biblia. Observe las verdades con sus propios ojos en las páginas de la Biblia, y mientras lo hace, abra su mente a Dios para que Él lo guíe hacia Su verdad. Su estudio estará lleno del entendimiento y la claridad que nunca antes usted había experimentado”.
No subestimes la importancia de El misterio de los siglos para desentrañar las verdades de la Biblia. Une las piezas del rompecabezas. Vivimos en una época en la que Dios ha considerado conveniente restaurar todas las cosas. A través de ese libro, cualquiera que se someta a Dios puede tener la llave de la Biblia. Pero los que siguen viviendo en rebelión nunca podrán entenderla. ¡Dios la organizó de tal manera que ellos simplemente no pudieran!
El Sr. Armstrong continuó: “En lugar de unir las diferentes piezas del rompecabezas en forma sensata y acertada, se ha vuelto la práctica y costumbre el interpretar cada pasaje de la Escritura según alguna enseñanza falsa previamente aceptada que no proviene de ese pasaje. En otras palabras, interpretan las Escrituras para que digan lo que ellos previamente aprendieron y creyeron. Pero, la Biblia no necesita interpretación porque ella se interpreta a sí misma. Esto se hace evidente cuando ponemos los diferentes textos sobre un tema ordenados apropiadamente. La Biblia dice que se encuentran ‘un poquito allí, otro poquito allá’ (Isaías 28:10)” (ibíd.).
Esto no quiere decir que el contexto no sea importante a la hora de estudiar la Biblia, lo es. Pero, en primer lugar, es importante reunir todas las piezas para tener una visión de conjunto. Cuando estudiaba en el Ambassador College, una de las primeras cosas que aprendí fue a reunir todos los datos sobre cualquier tema bíblico. Si realmente hacemos nuestra parte en la investigación, la Biblia se interpretará a sí misma.
5. Añade color a tus estudios.
La organización es una clave importante para un estudio provechoso de la Biblia, y puede añadir más interés y disfrute.
En primer lugar, es necesario conseguir la Biblia adecuada para tus estudios. La versión Reina Valera 1960 es la más fiable para un uso regular. La traducción Moffatt es un buen volumen de acompañamiento. Es posible que desees comprar una Biblia con un margen amplio para que puedas escribir notas en los lados.
Existen algunas ayudas bíblicas que pueden ayudarte a organizar tu estudio. Por ejemplo, las concordancias bíblicas, como la de Strong, son útiles para enumerar las palabras clave y dónde aparecen en la Biblia, y pueden proporcionar definiciones griegas o hebreas. Otra ayuda útil es un diccionario bíblico, que proporciona valiosa información histórica sobre las culturas bíblicas. Además, los atlas bíblicos pueden ayudar a visualizar mejor las cosas (la mayoría de la gente no ha visto el Oriente Medio, pero cualquiera puede familiarizarse con un atlas bíblico). Los comentarios bíblicos pueden ser útiles en ocasiones, pero es mejor ceñirse a los más antiguos o a los utilizados y citados por el Sr. Flurry.
Establece un sistema para marcar tu Biblia. Puedes utilizar lápices de colores, bolígrafos o resaltadores, por ejemplo, designando diferentes colores para subrayar palabras clave o escribir sobre temas diferentes. Decidas lo que decidas, encuentra un sistema que te guste y haz que te entusiasme. Diviértete con éste. Esto puede contribuir en gran medida a que tu estudio sea más fascinante.
6. Repasa y aplica lo aprendido.
El Sr. Armstrong dividía su ingesta espiritual diaria en tres partes: un tercio de oración, un tercio de estudio diligente de las Escrituras y un tercio de meditación sobre las cosas que estudiaba. Observa: dos tercios de ese tiempo lo dedicaba directamente a lo que estaba estudiando.
David fue el maestro en combinar la meditación con el estudio de la Biblia (Salmo 1:1-2). Cuando David meditaba, comparaba sus acciones diarias con las leyes inmutables de Dios. A partir de esto, podía sacar conclusiones generales o aprender principios que podía aplicar a su vida. ¡Qué hombre era David! La meditación puede ayudarnos a amar la Biblia como él lo hizo.
Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la meditación. Con demasiada frecuencia, se deja de lado en el estudio de la Biblia. Se necesita disciplina para meditar, no se puede dejar la mente en blanco. Si queremos retener lo que estudiamos, debemos repasarlo y aplicarlo. Admitámoslo, si olvidamos el conocimiento, o no lo aplicamos, de poco nos sirve adquirirlo en primer lugar.
Aprende a tomar buenas notas durante los servicios del Sábado. Toma notas tan detalladas como puedas, y luego vuelve a estudiarlas más tarde, completándolas con tus propios pensamientos y aportes meditativos. Date cuenta del enorme beneficio que los sermones pueden suponer para tu estudio bíblico: el orador ya ha investigado por ti. Una vez sentadas las bases, puedes explorar más en el tema por tu cuenta y ganar más profundidad. Acuérdate de repasar lo que oyes poco después de escucharlo, y de nuevo unas semanas más tarde.
Aplica lo que aprendas al instante y hazlo hasta que se convierta en un hábito. Nunca entenderás realmente las leyes Dios ni apreciarás su valor real en tu vida a menos que vivas según ellas. La Palabra de Dios puede revelar la sabiduría detrás de evitar cosas dañinas, y puede evitar que cometas terribles errores en tu vida. Las verdades que Dios revela en Su Biblia se mantienen firmes como un fundamento seguro. Nuestra tarea es aferrarnos a ese fundamento.
“El principio de la sabiduría es el temor de [el Eterno]; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su loor permanece para siempre” (Salmo 111:10). Una actitud adecuada y temerosa de Dios es el principio de un estudio bíblico provechoso, pero termina con la aplicación de lo que aprendemos (Filipenses 4:8-9).
Se celoso
El estudio bíblico es la mejor manera de aprovechar el tiempo. Puede ser increíblemente emocionante, aunque al principio parezca aburrido. Sigue haciéndolo y verás. Dios puede abrir tu mente para que te apasione (Salmo 119:34-40).
No permitas que nada ahogue a Dios (Mateo 13:22). No dejes que las preocupaciones de este mundo aparten a Dios de tu vida.
Nos queda poco tiempo, en este tiempo del fin, para recoger la sabiduría que necesitamos de la Palabra de Dios. Debemos entrar en nuestras Biblias ahora como nunca antes. Si llegamos a ser sabios en la Palabra de Dios, resplandeceremos “como el resplandor del firmamento” (Daniel 12:3).
Demuéstrale a Dios cuánto amas Su Palabra y que sabes que es provechosa y que puede cambiar y mejorar tu vida. Haz que el estudio bíblico sea divertido, agradable y aplicable a tu vida.
Toma ya la determinación de profundizar y darle a Dios más tiempo de calidad a través del estudio de Su Biblia. Vuélvete sabio en la Palabra de Dios para que puedas brillar como el resplandor del firmamento para siempre.