¡EE UU está metido en problemas serios! Nunca antes, desde la Guerra Civil, ha estado tan desunido como hoy. Durante décadas, los estadounidenses se han vuelto más divididos en sus creencias, sus actitudes hacia la ley, y sus puntos de vista hacia el gobierno. Esta creciente desunión ahora ha salido violentamente a la luz. Mucha gente está abiertamente presionando por una revolución; por un cambio total de gobierno. Algunos han declarado zonas independientes, dentro de ciudades estadounidenses. Otros han exigido, y recibido, recortes al presupuesto de la fuerza policiaca. ¡Nada que podamos hacer puede subsanar esta gran división! Ésta es una división que amenaza la vida y la nación.
La única forma de crear orden, paz y prosperidad es con el gobierno, la autoridad y la ley; sin embargo, las monarquías, las repúblicas, las tiranías y todos los otros gobiernos humanos han comprobado por miles de años cuán difícil es lograrlo. La mayoría de éstos son incapaces incluso de existir por más que unos pocos siglos o incluso décadas.
El hombre ha experimentado con toda forma concebible de gobierno. Muchos han sido formas autoritarias como las monarquías, las oligarquías (el gobierno de unos pocos privilegiados), las plutocracias (control por la riqueza), dictaduras, critarquías [gobierno por jueces], cleptocracias [gobierno ladrón] y tiranías descaradamente despóticas. Otros han implementado el gobierno de las mayorías, como las democracias representativas, sistemas parlamentarios, poliarquías o repúblicas constitucionales como la que vemos en EE UU.
Sin embargo, las formas democráticas modernas de gobierno están volviéndose cada vez más anti-gobierno. Esto no es nada nuevo. Existió en el antiguo Israel cuando no había un juez señalado por Dios para dirigir a la nación. ¡La gente se gobernaba a sí misma! (vea Jueces 21:25). Y esa sociedad estaba llena de graves tragedias. (Solicite y estudie su copia gratuita de The Former Prophets, disponible en inglés, para entender los devastadores resultados de esta forma de gobierno).
El problema con el gobierno
Este año, nuestro mundo se volteó al revés ya que los hombres han quitado las restricciones del gobierno organizado y perseguido la anarquía y la oclocracia (el gobierno de la muchedumbre).
Pero si ha sido el gobierno de muchos o el gobierno de pocos, ¡ninguna forma de gobierno humano ha funcionado! No perpetuamente, ni por un milenio, ni siquiera por más de unas pocas décadas en muchos casos.
Y ¿Por qué es así? Porque los seres humanos no tienen la capacidad de gobernar a seres humanos. ¡Sólo Dios la tiene! Y todas las formas de gobierno humano han rechazado Su autoridad.
¡El gobierno es la solución! Sin embargo, no hay solución humana.
Ya sea individual, metropolitano, nacional o internacional, ¡todos los problemas que se multiplican en el mundo han resultado de un gobierno equivocado! Todas las formas de gobierno humano están fuertemente influenciadas por Satanás: ¡Todas rechazan el gobierno de Dios!
Desde el mismo comienzo de la Iglesia, Dios se enfocó en una solución de gobierno. Jesucristo vino a la Tierra para prepararse para la gobernanza(Juan 18:37). Él conquistó a Satanás el diablo y calificó para reemplazarlo en el trono de la Tierra (Lucas 4:1-13). Inmediatamente después, Cristo comenzó Su ministerio predicando el mensaje de la buena noticia que se enfocaba en el Reino de Dios (Marcos 1:14-15).
El mensaje principal de Jesucristo era acerca de gobierno, ¡el gobierno de Dios!
El Reino de Dios es el foco central (antes y después de Su resurrección) del ministerio de Jesucristo. ¡Y es el foco central del Antiguo y el Nuevo Testamentos!
Pero ¿cómo es el Reino de Dios? ¿Cómo será administrado? ¿Qué forma de gobierno empleará?
Satanás lidera un gobierno opuesto. Él, no Dios, es el único que actualmente gobierna la Tierra (vea Mateo 4:8-9; 2 Corintios 4:4; Apocalipsis 12:9). Él ha luchado por esconder la verdad acerca del gobierno venidero de Dios. De hecho, ¡incluso la mayoría de los cristianos no se dan cuenta que el mensaje principal de Jesucristo fue acerca del gobierno! Este engaño comenzó tan pronto el ministerio terrenal de Cristo terminó; el apóstol Pablo estaba perplejo y desconcertado de cómo algunos cristianos en Galacia habían aceptado “otro evangelio” (Gálatas 1:6-7).
¿Cuán crucial es el entendimiento del verdadero evangelio del Reino de Dios?
Herbert W. Armstrong escribió en El misterio de los siglos: “Para ser salvos, ¡es necesario creer ese evangelio! Y ¿cómo puede usted creerlo si no sabe lo que es? Durante 1.900 años el mundo no lo conoció. Ese evangelio fue suprimido y reemplazado por un evangelio de los hombres acerca de Jesucristo (…) Habiendo rechazado el evangelio de Cristo hace 1.900 años, el mundo tuvo que suplantarlo con otra cosa. ¡Tuvo que inventar una falsificación!”. En este tiempo del fin hemos visto de nuevo un alejamiento de la verdad en la verdadera Iglesia de Dios (2 Tesalonicenses 2:3,10). Este alejamiento deja una cosa absolutamente cierta. El editor en jefe de Royal Vision, Gerald Flurry, abordó esto en su folleto titulado El gobierno de la Familia Dios. Él declara sabiamente: “Hay un tema en el que todos los laodicenos están engañados: ¡El gobierno de Dios! ¡Y éste es el tema más importante en la Biblia!”.
Los eventos recientes en el mundo han provocado temor y agitación en la vida de la gente. Muchos de los que una vez conocieron la verdad se sintieron movidos a reflexionar sobre lo que habían aprendido de Elías de Dios del tiempo del fin. Sin embargo, para algunos ese interés duró poco, ya que se resignaron a una “nueva normalidad”.
En el discurso del fin de semana de graduación 2020 en el Colegio Herbert W. Armstrong, el rector Gerald Flurry le recordó a la audiencia que “hay una necesidad urgente por la educación y el gobierno de Dios”. Ésta es una verdad que debemos reconocer académicamente, pero ¿cómo se traduce a nuestras vidas diarias?
Probados respecto al gobierno
Dirigiéndose al ministerio en una conferencia en 1976, el Sr. Armstrong declaró: “[El] gobierno de Dios lo es todo, ¡y será mejor que esté en nuestras vidas!”.
¡Usted debe aprender profundamente lo que es el gobierno de Dios y cómo traerlo a su vida cada día! El Sr. Flurry escribe en Zachariah: The Sign of Christ’s Imminent Return (disponible en inglés): “Todo el que viene a hacer parte de la idf (Iglesia de Dios de Filadelfia) será probado en cuanto al gobierno. ¿Estamos permitiendo que Dios nos guíe bajo cualquier circunstancia, sin importar qué? Debemos aprender a no menospreciar el gobierno de Dios. ¡Debemos llegar a amarlo porque es el gobierno de Dios! En este tiempo, el gobierno de Dios en la Tierra está siendo administrado por seres humanos. Los seres humanos cometen errores. Pero éstos pueden ser corregidos, sin embargo, nunca debemos seguir a estos hombres a menos que ellos sigan a Cristo”.
“Debemos vigilar nuestras actitudes. Aún podemos caer presa del desprecio laodiceno por el gobierno de Dios. No podemos permitirnos adoptar la actitud de que no nos agrada el gobierno en la verdadera Iglesia de Dios. Algunos se han quedado con grupos más grandes sólo para estar libres de gobierno. En otras palabras, ellos no quieren que Dios los gobierne. ¿Queremos estar libres del gobierno de Dios? Si es así, ¡entonces queremos estar libres de Dios! ¿Entendemos la profundidad y la seriedad del problema laodiceno? La rebelión contra el gobierno es el corazón y núcleo del problema laodiceno”.
Si usted y yo apoyamos el mensaje de Dios, ¡seremos probados respecto al gobierno!
Aquellos pocos que Dios ha llamado a Su Iglesia son llamados no sólo para ser salvados antes que los demás, ¡sino para prepararse para trabajar en el gobierno de Dios bajo Jesucristo! (vea Apocalipsis 19 y 20). Si usted es parte de la verdadera Iglesia de Dios, ¡debe estar listo para gobernar cuando Jesucristo regrese! ¡Éste es el propósito de la Iglesia de Dios!
Por dicha, Dios va a terminar el desastroso experimento de los seres humanos gobernándose a sí mismos. Muchas profecías en la Biblia se enfocan en esto, lo cual ocurrirá comenzando con el retorno de Jesucristo. Pero ¿cómo gobernará Él? ¿Quién será parte de Su gobierno? ¿Cómo se prepara usted para esa futura posición de gobierno?
El Sr. Flurry escribe: “La principal forma de cómo Cristo prepara a Su esposa, es enseñándole el gobierno de familia” (El gobierno de la Familia Dios).
El hombre rechazó el gobierno de Dios
Esto va de regreso hasta el principio. El propio Adán rechazó la oportunidad de unirse a la administración del gobierno de Dios en la Tierra (Génesis 3:1-6). Esto llevó a maldiciones y dolor (versículo 17), y finalmente a la muerte (versículo 19). Nuestro mundo moribundo es el resultado final de esa decisión fundamental.
Adán pudo haberse sometido al gobierno de Dios y ser usado por Él para establecer y mantener el gobierno de Dios en la Tierra.
Lo que vemos hoy día no es el mundo de Dios. Cristo lo dejó muy en claro cuando estuvo frente a Pilato (Juan 18:33-37). Él dijo: “Mi reino no es de este mundo” (versículo 36). La traducción griega de “mundo” significa el sistema de la era del camino del hombre.
Cuando Adán comió del árbol del conocimiento del bien y del mal, rechazó el mandamiento de Dios, el gobierno de Dios, la autoridad y la ley de Dios. En cambio, siguió las pisadas del diablo. Lucifer había sido entrenado en la sede del universo, pero escogió no someterse incondicionalmente al gobierno de Dios sobre él (Ezequiel 28:13-17). En lugar de eso, rechazó Su gobierno (Isaías 14:12-15; Lucas 10:18). Al igual que Lucifer, Adán pensó que su propia decisión era mejor, y que no tenía que seguir la instrucción de Dios.
Dios le había dado a Adán la oportunidad de calificar para reemplazar a Satanás en el trono de la Tierra, pero en lugar de ello, Adán y Eva se sometieron al gobierno de Satanás. Ellos quedaron bajo la jurisdicción, el dominio y el control de otro gobernador. Prometiendo su lealtad a este gobierno, se cortaron ellos mismos del conocimiento espiritual con el que Dios deseaba impregnarlos. Si en vez de eso se hubieran sometido a Dios tomando del árbol de la vida, habrían entrado a una relación directa con Dios, siendo engendrados por Él a través del Espíritu Santo, uniéndose con su espíritu, para entender el conocimiento espiritual además del material. Ellos podrían haber desarrollado la mente de Dios.
Pero, así como Lucifer, Adán quería autonomía local, decidiendo lo bueno y lo malo. Dios sentenció a Adán a desarrollar su propia forma de gobierno. Al final de sus años de vida, el Sr. Armstrong llegó a ver claramente que esto no fue solo una cuestión de “cómo Adán lo consideró conveniente” sino de “cómo tu dios Satanás te engañará”. Desde entonces una humanidad engañada ha transcurrido, ha experimentado, observado y comido del fruto amargo de sus propios experimentos.
El rencor de Satanás hacia el gobierno
Cuando Satanás desobedeció, traicionó y se rebeló contra Dios, en realidad trató de llevar a cabo una revolución en el gobierno del universo. ¡Él intentó (pero falló) en deponer a Dios Mismo! Pero ¿sabía usted que él trató de tomar control del trono de Dios de nuevo, en nuestro tiempo? (Apocalipsis 12:9). Él falló nuevamente y Dios lo arrojó de vuelta a la Tierra y lo confinó aquí. Satanás aún tiene poder sobre la Tierra, e inmediatamente se enfocó en el único vestigio del gobierno de Dios en la Tierra: ¡en la Iglesia de Dios! (versículo 13).
Aquellos que sobrevivieron al ataque de Satanás en la Iglesia recordarán bien sus tácticas. Él creó resentimiento hacia la historia establecida, el protocolo, los principios y procedimientos. Él esparció una telaraña de mentiras que atrapó a muchos. Él sedujo a los miembros de la Iglesia a conformarse con los caminos de su mundo. Usó el nuevo liderazgo para pedir disculpas por las doctrinas que habían sido establecidas, probadas y enseñadas por décadas. ¡Él los usó para reescribir la historia de la Iglesia y para asesinar el carácter del hombre que Dios había usado para edificar la Iglesia y restaurar la verdad!
La anarquía espiritual, es decir, la rebelión contra el gobierno de Dios en la Iglesia, fue el corazón de la gran apostasía laodicena.
Si no fuera por un pequeño remanente que se aferró a las verdades y enseñanzas bíblicas, Satanás hubiera borrado el único rastro del gobierno de Dios en la Tierra.
Jesús había prometido que “las puertas del Hades no prevalecerán contra” la Iglesia (Mateo 16:18). Dios nunca permitió que eso sucediera.
Pero ¿por qué este odio?
El 2 de mayo de 1974 el Sr. Armstrong les escribió a los miembros de la Iglesia e inició una larga carta declarando: “Es vital que usted lea cuidadosamente toda palabra de esta carta”. Entonces él explicó la caída de Satanás y cómo el conocimiento por sí solo no garantizará el desempeño correcto. Él escribió que “la posesión de un vasto conocimiento y dones, más el libre albedrío, no constituyen el carácter justo y perfecto”.
Los miembros de la Iglesia son llamados fuera de temporada para desarrollar carácter santo y justo.
Cuando la Tierra fue creada en primera instancia, los ángeles exclamaron de gozo (Job 38:4-7). Esta felicidad, gozo y paz permanecieron en la Tierra mientras el gobierno de Dios era administrado. Pero cuando el gobierno fue quitado, la Tierra sufrió violencia, destrucción y oscuridad.
Al explicar el propósito de la creación del hombre, el Sr. Armstrong observó el doble objetivo de ésta. No fue sólo para que Dios pudiera reproducirse a Sí Mismo, ¡sino principalmente para que el gobierno de Dios pudiera ser restaurado en la Tierra!
Esa carta continúa: “Una de las cosas en las que Satanás trabaja horas extras para inyectar en cualquier mente que lo deje entrar, es el resentimiento hacia la autoridad. (…) Satanás desprecia el gobierno, excepto cuando él mismo lo emplea con dureza y odio”.
Lea todo el capítulo 2 de 2 Pedro y vea cuán aplicable es hoy en día. Sin embargo, observe la preocupación principal que Pedro resalta: “y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el gobierno” (versículo 10, versión kj).
¿Permitimos que esta mentalidad entre en nosotros? ¿Albergamos, a veces, resentimiento contra la autoridad sobre nosotros, o hablamos “mal de las potestades superiores”?
En este tiempo del fin, la mayoría de los miembros de la propia Iglesia de Dios se ha rebelado contra el gobierno de Dios, ¡el mismo gobierno al que fueron llamados a someterse y a convertirse en gobernadores! Ellos están experimentando con diferentes gobiernos porque, como Adán, han rechazado la autoridad de Dios sobre ellos.
Un mundo nuevo y diferente
En su penúltima carta a los miembros y colaboradores de la Iglesia de Dios, el Sr. Armstrong escribió: “Ahora estamos muy cerca del final de esta presente era. Nada es ya más importante que estar cerca de Dios y asegurarse de un lugar en Su propio y pronto Reino venidero” (23 de diciembre de 1985). El Sr. Armstrong dejó en claro cuán inútil es este mundo en sus últimos días. A principio de ese año, el Sr. Armstrong había recordado a la Iglesia que “Jesús viene para iniciar un mundo nuevo y diferente, una civilización completamente nueva…”. Él les recordó a los hermanos que “Dios no está tratando de salvar al mundo, no está tratando de hacerlo un mundo mejor”. Dios removerá y reemplazará completamente todo el sistema de gobierno ideado por humanos e influenciado por Satanás (vea la profecía de Daniel 2:34-35, 44-45).
Es por esta razón que los verdaderos cristianos son llamados a abandonar este mundo satánico (1 Juan 2:15-17; 2 Corintios 6:17). Al hacerlo, aprendemos a hacer las cosas exactamente en la forma que Dios instruye, con honestidad, humildad y una actitud como de niños. Nosotros elegimos permitir que el gobierno de Dios rija en toda faceta de nuestras vidas.
Sólo para la Iglesia
El Sr. Armstrong enlistó el gobierno de Dios como una de las áreas principales del entendimiento doctrinal restaurado a la Iglesia en la era de Filadelfia. En un sermón que dio el 17 de diciembre de 1983, él dijo: “El gobierno de Dios ha sido restaurado a la Iglesia. ¡Y el gobierno de Dios ha sido establecido en la Iglesia! Usted lee eso en Efesios 4 y 1 Corintios 12. (…) Y la Iglesia ya está restaurada en esa forma de gobierno. Ni siquiera la Iglesia de Sardis tenía la forma correcta de gobierno”.
El gobierno restaurado no está presente en ningún lado sino sólo en la Iglesia de Dios. Esta forma de gobierno no puede ser comparada con ninguna otra forma de gobierno que encontremos en los libros de historia de la humanidad. No es sólo un gobierno de arriba hacia abajo, ¡sino el gobierno con Dios a la cabeza! Más que sólo un modelo de gobierno, éste implica un modo de pensar que regula todas nuestras actividades. Esa mentalidad se ha perdido a través de los siglos, pero Dios consideró conveniente ayudar a Sus verdaderos discípulos del tiempo del fin, a entender la profundidad e importancia de ese tema.
Hambre del gobierno de Dios en su vida
¿Ama usted realmente el gobierno de Dios? Sólo aquellos que lo hagan serán parte del Reino de Dios, ¡el cual es el gobierno de Dios! En un sermón dado el 3 de junio de 2006, el Sr. Flurry dijo: “¿Está usted (…) hambriento y sediento de justicia (lo que significa estar hambriento y sediento por el gobierno de Dios y Su justicia), para que Él lo gobierne y lo haga a usted justo en la forma que Él es? ¿Está usted hambriento y sediento por gobierno?”
El gobierno de Dios es mucho más que el hombre que está sobre usted. Es someterse a Dios. Es desear Su justicia en su vida. Significa escuchar la voz del Buen Pastor y seguirlo donde quiera que Él guíe (Juan 10:26-28).
La justicia puede ser definida como el guardar la ley de Dios (Deuteronomio 6:25; Salmos 119:172). Guardar la ley de Dios es vivir el camino de vida de Dios. Eso requiere sumisión al gobierno de Dios. Jesucristo nos mostró el ejemplo perfecto de esto (Juan 5:30; 8:28-29; Mateo 26:39, 42).
A veces aquellos que tienen el gobierno sobre nosotros pueden corregirnos o dar directivas a las que carnalmente no queremos someternos. Es en ese momento en particular que puede ser fácil enfocarse en el hombre en lugar de Dios, y ofenderse. Incluso podemos dudar del amor de Dios que se extiende a través de Su gobierno. Pero somos advertidos contra tal actitud (Hebreos 12:11-15).
Dios desea hacernos perfectos, y sólo podemos lograrlo si siempre nos asimos de la Cabeza. Solamente a través del gobierno de Dios, de la Cabeza hacia abajo, podemos ser nutridos, unificados y crecer hacia la perfección (Colosenses 2:19).
Un gobierno implementa la ley. El gobierno de Dios defiende, enseña y sostiene la ley de Dios. La ley de Dios es Su camino de vida. Por lo tanto, el gobierno de Dios nos ayuda a aprender a vivir en la misma forma que Dios vive. Ninguna persona puede formar parte de la Familia de Dios si no aprende a vivir como Dios vive.
La necesidad y el propósito de los pastores
Cristo dio el regalo del ministerio como parte de Su gobierno (Efesios 4:11). Dios sabe que necesitamos pastores que cuiden de guiarnos a pasturas verdes junto a corrientes de aguas y que alimenten al rebaño (Salmos 23; Jeremías 23:3-4; Juan 21:15-17).
Satanás intentará esconder este regalo de nuestra vida, y tendrá éxito si usted se lo permite. Su odio profundo hacia el gobierno de Dios lo impulsa a engañarnos en este tema.
¿Por qué? Porque “Satanás sabe que, si puede destruir el gobierno de Dios, también puede destruir la Obra de Dios”, escribe el Sr. Flurry en El gobierno de la Familia Dios.
La forma de no ser engañado en esto, es nunca olvidar por qué Dios nos da el regalo de ministros: “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:12-13). Los ministros de Dios, como parte del gobierno de Dios, están aquí para ayudarnos a llegar a ser convertidos. Ellos nos ayudan a cambiar y a crecer espiritualmente (ver versículos 22-24).
Dios está buscando restaurar Su gobierno en toda la creación para implementar Su ley inexorable, perfecta y santa. Por ahora, ese gobierno sólo está establecido en la verdadera Iglesia de Dios.
Los ministros de Cristo llevan la responsabilidad pesada de ser guardianes de la ley (Zacarías 3:7; Malaquías 2:7). Pero ellos lo hacen para ayudar a perfeccionar a la Iglesia (Efesios 4:12-13). Esa ley es la lámpara que nos permite ver en un mundo oscuro (Salmos 119:105). Tristemente, la mayoría de los ministros que una vez sirvieron a Dios le fallaron en defender Su ley, causando que la gente tropezara espiritualmente en la ley (Malaquías 2:8). Ellos tendrán que pagar un precio terrible por semejante fracaso.
Aunque eso de ninguna manera elimina el hecho de que el ministerio es un regalo de Cristo, para unificarnos y fortalecernos espiritualmente.
Todo el mundo… y más allá
La lección que necesitamos aprender profundamente hoy es que el gobierno de Dios —Su camino de vida y la administración de Su ley perfecta— es lo que traerá un cambio real para la humanidad. ¡Ésa es la solución! Si usted capta eso completamente, Dios podrá usarle de una manera extraordinaria, tanto ahora como en el futuro.
Pronto vendrá el tiempo cuando el gobierno de Dios ya no estará restringido a la Iglesia de Dios. Pronto se le dirá a toda la humanidad: “Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…” (Hechos 3:19). Será un tiempo de refrigerio. Dios “enviará a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el tiempo antiguo” (versículos 20-21). Jesucristo reestablecerá el gobierno de Dios, y va a regenerar y restaurar todas las cosas en el mundo entero, y resolver nuestros problemas sin solución usando el poder de Dios, la ley de Dios, el gobierno y el amor de Dios.
Entonces, toda la humanidad experimentará el gozo, la felicidad y las bendiciones que vendrán de la restauración del gobierno de Dios. Ese gobierno ya ha sido restaurado a la Iglesia de Dios, ¡con el neto propósito de prepararnos para restaurarlo en todo el mundo, y después por todo el universo! ¡La historia y el futuro de la humanidad giran en torno al gobierno! Nuestra única esperanza es el gobierno de Dios. Ésta es la solución para los problemas en su vida y en la nación. Esto es lo que Jesucristo quiere decir con el Reino de Dios. Esto es lo que quiere decir cuando nos instruye a que oremos diciendo “¡venga Tu Reino!”
Recuadro: el verdadero Evangelio
El Evangelio que Jesucristo enseñó no fue acerca de Él Mismo sino del Reino de Dios. O sea, ¡el gobierno de Dios! Los registros del ministerio de Jesucristo en los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) citan a Cristo 82 veces refiriéndose al Reino de Dios (o Reino de los Cielos). Y este tema es explicado en muchos otros pasajes a través de todo el Antiguo y Nuevo Testamentos:
Daniel 2:44; 7:13-14, 18, 22; Zacarías 14; Mateo 4:23; 7:13-14, 21; 9:35; 19:24; 21:31; 24:14, 30; 25; 26:13; 28:18; Marcos 1:1-15; 4:11; 10:24-25; 13:10; 14:9; 16:15-16; Lucas 1:31-33; 8:10; 9:1-2, 6, 62; 10:9; 16:16; 17:21; 18:16-30; 19:12-27; Juan 18:36-37; Hechos 1:3; 8:12, 25; 14:21-22; 15:7; 16:10; 19:8; 20:24-25; 28:23, 30-31; Romanos 1:15-16; 10:15; 15:16; 1 Corintios 1:17; 9:14, 18; 2 Corintios 10:14; 11:7; Gálatas 1:8-9; 1 Timoteo 1:11; Filipenses 2:22; 4:3; 1 Tesalonicenses 2:2; 2 Tesalonicenses 1:5; 1 Pedro 1:12, 25; 4:6; Apocalipsis 2:26-27; 3:21; 11:15; 19:11-16; 20:4.