Los magníficos frutos del gobierno de la Familia de Dios
¡Afiáncese en este tema básico y profundamente inspirador!

Muy pronto, Jesucristo regresará a la Tierra y establecerá Su gobierno sobre las naciones. Como el todopoderoso, amoroso y misericordioso Rey de reyes, ¡traerá abundancia y gozo a todos los pueblos!

Esta es una promesa segura: “Y Él [Dios el Padre] envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado: a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:20-21).

Hubo un tiempo en el que el gobierno de Dios imperaba en la Tierra. Pero Lucifer, que iba a administrar ese gobierno aquí, se rebeló y trajo destrucción. Luego sedujo al primer hombre y a la primera mujer para que se alejaran de Dios, y durante toda la historia de la humanidad ha influido para que se gobierne a sí misma aparte y en contra de Dios.

¡El contraste entre los hermosos resultados del gobierno de Dios y los miserables resultados de los gobiernos del mundo de Satanás no podría ser más marcado! Sin embargo, la naturaleza humana, bajo la influencia de Satanás, se rebela y rechaza el gobierno de Dios. Afortunadamente, esto cambiará cuando Cristo regrese. El diablo será encarcelado, y su difusión contra Dios cesará (Apocalipsis 20:1-3). Los ojos de los hombres se abrirán a los gloriosos beneficios de ser gobernados por Dios, y aceptarán ese gobierno.

Dios anhela restaurar Su gobierno en la Tierra. Ese es el aspecto más importante de esta próxima “restauración de todas las cosas”.

Dios ya está en las etapas finales de la preparación de este mundo para ese maravilloso momento. En estos últimos días, Dios comenzó enviando un “mensajero, el cual preparará el camino delante de mí” (Malaquías 3:1), un tipo de “Elías” del tiempo del fin (Malaquías 4:5-6). Este hombre presagiaría la próxima “restauración de todas las cosas” a nivel mundial en una escala más pequeña: Él “restauraría todas las cosas” dentro de la Iglesia de Dios (Mateo 17:10-11). Y lo más importante que restauraría sería el gobierno de Dios.

Herbert W. Armstrong cumplió esta profecía fundamental. (Puede leer todo esto en nuestro folleto gratuito A Pivotal Sign of the End Time (Una señal fundamental del tiempo del fin, disponible en inglés). Dios lo usó para llevar a cabo una obra poderosa, y los frutos espirituales fueron ricamente abundantes; una maravillosa evidencia de que tenía la forma correcta de gobierno y que Dios nos bendijo a todos por ello.

Rebelión

Tras la muerte del Sr. Armstrong el 16 de enero de 1986, Satanás fue arrojado a la Tierra (Apocalipsis 12:9). Los principales ministros de la Iglesia de Dios Universal (idu) se apartaron rápidamente de las verdades que el Sr. Armstrong había restaurado. Por aferrarme a sus enseñanzas, fui desasociado en 1989, y comencé la Iglesia de Dios de Filadelfia (idf). En los años siguientes, otros ministros descontentos dejaron la idu, pero en lugar de unirse a lo que Dios estaba construyendo en la idf, formaron sus propios grupos. Y su hostilidad hacia el gobierno de Dios pronto se hizo evidente.

Esos hombres alteraron las verdades que habían estado enseñando por años. Dijeron cosas terribles sobre lo que el Sr. Armstrong enseñaba. Ministros de alto rango en estos grupos disidentes hicieron declaraciones extrañas sobre el gobierno de Dios. Comenzaron a hablar de las virtudes del gobierno “colegiado” y democrático. Un ministro dijo que estaba “experimentando” con otra forma de gobierno. El hombre bajo el que había trabajado en el ministerio dijo que no estaba exactamente seguro de qué tipo de gobierno tendría. ¡Fue nada menos que impactante!

¿Cómo pudo suceder algo así dentro de la propia Iglesia de Dios? ¡El Elías del tiempo del fin nos había enseñado verdades asombrosas y maravillosas sobre el gobierno de Dios! Esos ministros me enseñaron el gobierno de Dios, ¡y ese tema deslumbró mi mente! Pero luego se dieron vuelta y lo rechazaron, y cuando comenzaron sus propios grupos, fueron llevados por su razonamiento distorsionado a muchas ideas directamente contrarias a lo que Dios enseña sobre el verdadero gobierno.

Me despidieron de la idu porque me aferré al gobierno de Dios. No iba a cambiar lo que el Elías de Dios del tiempo del fin me había enseñado durante toda mi vida adulta. Sin embargo, ¡más del 95% del ministerio cambió rápidamente a otras formas de gobierno! No hay excusa para que los hombres que se sentaron a los pies del Sr. Armstrong salgan y entreguen tal confusión y engaño. Ellos son parte de la era de Laodicea de la Iglesia, la cual Dios dice que va a vomitar de Su boca (Apocalipsis 3:14-22). ¡Dios advierte que un gran porcentaje de esos hombres van a perder sus vidas eternas!

En los primeros años de la idf, uno de los primeros folletos que escribí fue El gobierno de la Familia de Dios. Su objetivo era contrarrestar toda esa confusión. Todavía tenemos este folleto disponible gratuitamente, y le animo a que lo solicite y lo estudie.

El Sr. Armstrong enseñó que “el gobierno lo es todo”. Cuando se entiende este tema, ¡se ve por qué lo decía! En la Fiesta de los Tabernáculos de 1972 en Spokane, Washington, el Sr. Armstrong dijo: “El gobierno es el asunto más importante para Dios y está en Su mente, y debería estar en las nuestras”. ¿Es así para usted?

El Sr. Armstrong también dijo: “¡El gobierno es más importante que todo!”. Sin embargo, todos los grupos laodicenos lo han rechazado. ¡Ellos escucharon al Sr. Armstrong enseñarlo por años! Puede que hayan enseñado lo que él enseñó hasta que murió, pero una vez que fue quitado, Satanás tomó el control. Y eran demasiado vulnerables para escapar.

¿Qué tan arraigado está usted en el gobierno de Dios? Debemos estar profundamente establecidos en este tema básico. Necesitamos comprometernos más y más con el gobierno familiar de Dios. Si no lo estamos, entonces Satanás puede aprovecharse de eso rápidamente, como lo hizo con esos ministros de la idu. Es fácil que fallemos si no tenemos cuidado.

Este tema es aún más importante dada la urgencia de los tiempos. Recientemente, los preparativos de Dios para la restauración de Su gobierno en la Tierra se intensificaron cuando estableció el trono de David —sobre el cual se sentará Cristo cuando regrese (Lucas 1:32-33) — dentro de Su fiel Iglesia remanente. (Por favor lea El nuevo trono de David si aún no conoce esta inspiradora verdad). Eso hace que sea aún más crítico que nuestro entendimiento sea sólido. Recibir ese trono es un honor increíble. Pero Dios también nos está diciendo que debemos elevar nuestro entendimiento sobre Su gobierno, y nuestro compromiso y amor por él. Después de todo, estamos en transición hacia la Segunda Venida, y este es el trono de la Familia de Dios. ¡Se acerca el momento en que nos sentaremos en ese trono con Jesucristo y Le ayudaremos a gobernar el mundo y a salvar a toda la humanidad!

Si usted realmente entiende esta magnífica visión, estará emocionado de formar parte del gobierno familiar de Dios. Creo que cuando Dios nos dio el nuevo trono de David, Él sabía que tenía que enseñarnos también a entender más profundamente Su gobierno de familia.

En los últimos meses, he estado lidiando con un problema en mi pierna derecha que me ha frenado un poco. Esto me ha permitido dedicar tiempo a pensar más en el gobierno de Dios. Puedo ver áreas en las que algunos miembros de la Iglesia, de manera sutil, han tratado de eludir el gobierno de Dios. A veces, ¡esa rebelión ha resultado en algunas de las pruebas más feroces que se puedan imaginar!

He visto más de esto porque comencé a enfocarme en ello. ¡Y siempre estoy obligado a decirle lo que sé que Dios me está mostrando! Si veo un problema, no hay nada más importante para mí que hablar del gobierno de la familia de Dios. Le advierto: Si usted comienza a tratar de maniobrar en torno al gobierno de Dios, ajustarlo o manipularlo de alguna manera —incluso sutilmente o en áreas pequeñas—va en la dirección equivocada. Es necesario que lo reconozca; usted podría estar entorpeciendo peligrosamente su crecimiento espiritual. No podemos darnos el lujo de ser descuidados en esto.

No debemos escabullirnos del gobierno de Dios, más bien debemos encontrar cualquier forma de mantener ese gobierno de forma más perfecta.

Sí, todos somos seres humanos; todos somos débiles. Todos necesitamos aprender esto más profundamente. Pero hay un área en la que debemos estar cimentados, ¡y esa es el gobierno de la familia de Dios! Tenemos que aprender a amar más el gobierno de la familia de Dios. Debemos trabajar individualmente para que esta verdad se grabe en nuestras mentes.

Gobierno al estilo de Laodicea

Un evangelista de la idu, Rod Meredith, formó su propia iglesia y escribió un folleto sobre el gobierno. En él escribió: “No planeamos cambiar ninguna cosa grande, quizás algunas cosas pequeñas a medida que crecemos en entendimiento”. Luego procedió a cambiar el gobierno de la familia de Dios, ¡lo más grande que podría cambiar!

Los ministros de la idu, muchos de ellos evangelistas, dijeron con displicencia que Dios cambió Su forma de gobierno en el Nuevo Testamento. El Sr. Meredith quería un gobierno “colegiado”. El diccionario de Webster define colegiado como “marcado por el poder o la autoridad conferida por igual a cada uno de un número de colegas; caracterizado por compartir la autoridad por igual”. ¡El gobierno de la verdadera Iglesia de Dios es básicamente lo contrario! ¡Abogar por el gobierno colegiado muestra que Satanás realmente ha conseguido controlar a esos hombres! Esa idea no es sólo ligeramenteerrónea, ¡sino que implica perder la vida eterna si no se arrepienten!

El Sr. Meredith añadió: “Tratemos de hacerlo bien esta vez, como pastores con un enfoque amoroso”. En realidad estaba diciendo: No hagamos lo que hizo Herbert W. Armstrong; tengamos amor esta vez. Muchos ministros criticaron al Sr. Armstrong por carecer de “amor”. ¿Saben realmente lo que es el amor? No están hablando de la ley de Dios, que es el amor de Dios (1 Juan 5:3). Esa no es su definición de amor.

Mateo 17:10-11 dice que el Sr. Armstrong restauró todas las cosas. El gobierno está a la cabeza de esa lista. Es fácil comprobar la verdad con la Biblia. Estos hombres no restauraron nada. No sé cómo alguien podría hablar abiertamente de la manera que lo han hecho y aun así entrar en el Reino de Dios. Pero Dios es su juez.

Parece que los hombres siempre quieren tomar gente para sí y formar su propio grupo. ¡Dios promete a esos ministros una posición exaltada en la sede para siempre si Le obedecen! Pero ellos prefieren tener su pequeño grupo hoy. Carecen de la visión de la Familia Dios, y no creen en el gobierno de la Familia Dios.

“El gobierno es la administración y la aplicación de la ley por parte de uno que tiene autoridad”, escribió el Sr. Armstrong en El misterio de los siglos. “Esto supone la necesidad de un liderazgo con autoridad, de alguien que mande. Cuando existían los únicos Seres Vivos conscientes, Dios era el líder, el que tenía el mando. Así pues, aun cuando los únicos Seres Vivos conscientes eran Dios y el Verbo, había gobierno con Dios a la cabeza”. Así ha sido por toda la eternidad. Cuando Jesucristo vino a la Tierra, dejó claro este hecho al decir: “El Padre mayor es que yo” (Juan 14:28). ¿Suena eso como un gobierno colegiado? ¿Cómo puede alguien leer escrituras como ésta y pensar así?

En el Mundo de Mañana, tendremos que enseñar a la gente sobre el gobierno de Dios y demostrarles —hacia adelante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo— que es el único y verdadero gobierno. ¿Habrá alguien que alabe los beneficios del gobierno colegiado dispuesto a enseñar en el Mundo de Mañana sobre el gobierno de Dios?

En la Familia Dios, uno gobierna desde arriba: Dios el Padre. Cristo será el únicoRey de reyes cuando gobierne en el Mundo de Mañana. Así es como funciona el gobierno de Dios. Y siempre funciona, porque el que está en la cima es perfecto, y Él es amor.

Al trabajar con los seres humanos, Dios sigue ese mismo patrón de gobierno, aunque los hombres sean defectuosos. Él nos está enseñando cómo funcionar bajo la estructura de gobierno que existirá por la eternidad. Así, Él ha usado repetidamente a un hombre para gobernar a Su pueblo: por ejemplo, Abraham, Moisés, Josué, Samuel, David, Zorobabel, Pedro, Pablo (el único hombre que gobernaba a los conversos gentiles), Juan y así sucesivamente. El Sr. Armstrong demostró esto una y otra vez.

Sin embargo, muchos líderes laodicenos han hablado de los “males del gobierno de un solo hombre”.

En el tiempo del fin, Dios levantó a un hombre. El Sr. Armstrong declaró en esa fiesta de 1972: “Dios llama a la Iglesia para que respalde al apóstol [hablando de él mismo] y lleve Su mensaje al mundo”. ¿Es eso un gobierno colegiado? Ese es el gobierno de Dios, ¡y está en todas partes en la Biblia!

‘Un padre’

El libro de Malaquías es una fuerte condena a los ministros que se rebelaron contra Dios y la Obra que Él hizo a través del Sr. Armstrong. En Malaquías 2:4-7, Dios habla de Su “pacto con Leví”, hablando del padre del sacerdocio, otro papel profético que cumplió el Sr. Armstrong. Sin embargo, los laodicenos han “corrompido el pacto de Leví” e hicieron a la gente “tropezar (…) en la ley” (versículo 8). “Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo”, dice Dios (versículo 9). Esos líderes laodicenos buscaban grandes cosas y recompensas grandiosas. Reunieron sus propios seguidores y formaron sus propios gobiernos. ¿Qué sucedió con esas nuevas y emocionantes formas de gobierno? En todos los casos, ¡un desastre! ¡La realidad es que esos hombres se volvieron “viles y bajos”!

Entonces Dios pregunta: “¿No tenemos todos un mismo padre?” (versículo 10). Aquí padre está con minúscula, por lo que se refiere a Leví. Qué pregunta tan maravillosa. Dios nos dice que miremos al Sr. Armstrong como nuestro padre espiritual.

El propio Sr. Armstrong dijo a los miembros de la Iglesia: “Todos ustedes, hermanos, fueron llamados directa o indirectamente a través de mí y del gobierno de Dios para hacer la Obra de Dios, y todos ustedes son mis hijos e hijas en Cristo” (carta a los miembros; 2 de mayo de 1974).

Hablaba de la misma manera que el apóstol Pablo: “… para amonestaros como a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio” (1 Corintios 4:14-15). Espiritualmente, Pablo engendró a estas personas a través del evangelio, directa o indirectamente. El Sr. Armstrong dijo que hizo lo mismo.

El Sr. Armstrong escribió: “¿Levantó Dios el liderazgo de un hombre para ser usado por Él en la construcción de este templo espiritual y en la proclamación, después de 1.900 años, del verdadero evangelio del Reino de Dios [o la Familia de Dios] en todo el mundo, yendo incluso a reyes y cabezas de naciones…? ¿Ha sucedido esto en sus días, y le ha traído Dios a este cumplimiento profético como parte de éste? ¿Lo ha hecho alguien más?” (carta a los miembros; 19 de marzo de 1981). Nadie más ha hecho lo que hizo el Sr. Armstrong.

Pablo continuó: “Por tanto, os ruego que me imitéis” (versículo 16). Les está diciendo a los miembros que no deben seguir a 10.000 ayos (instructores); deben seguirlo sólo a él, y punto. Por supuesto, nunca se debe seguir a nadie que no esté siguiendo a Cristo; Pablo mismo lo dijo (1 Corintios 11:1). Este no es un gobierno de hombres. ¡Es un gobierno regido por el gran Dios Creador! Si no llevamos el gobierno de Dios a nuestro liderazgo, entonces la gente no debería seguirnos.

Aun así, Pablo no se puso al mismo nivel que otros hombres. Y en el Mundo de Mañana, todavía va a estar por encima de mucha gente. Pablo hizo hincapié en el hecho de que él estaba a cargo.

Vamos a ser reyes y sacerdotes dentro de unos pocos años. ¿Cómo podríamos cumplir con tal responsabilidad si no tuviéramos el gobierno de Dios dirigiéndonos y corrigiéndonos cuando lo necesitamos?

Pablo escribía sobre el gobierno. ¿Hay un nuevo enfoque en el Nuevo Testamento, como decían esos ministros rebeldes? Si el gobierno del Nuevo Testamento habla de los males del gobierno de un solo hombre, como afirman los laodicenos, entonces Pablo estaba equivocado.

Dios está siguiendo este mismo patrón hoy. Una profecía en Isaías 22 habla de “Eliaquim”, un oficio espiritual que yo tengo: “Y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y serápadre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá” (versículo 21). Los “habitantes de Jerusalén” son los miembros de la Iglesia, la Jerusalén espiritual. Eliaquim también es un padre para la “casa de Judá”, hablando de los judíos de la nación de Israel en Oriente Medio. Puede estar seguro de que será una relación íntima. Creo que tendremos muchas personas involucradas en nuestra Obra en esa nación. Para que alguien sea un “padre”, seguramente significará hacer cosas más íntimas allí que cualquier otra persona. Tenemos el honor de decirle a Judá: “¡Ved aquí al Dios vuestro!” (Isaías 40:9). ¡Esa es la mejor noticia que Judá, Israel y el mundo entero podrían escuchar!

Dios le estaba dando nueva revelación a Pablo. Le dio nueva revelación al Sr. Armstrong. Y me la está dando a mí hoy. No me estoy exaltando. ¡Dios es el que da la revelación! He escrito unos 60 libros y folletos, y la mayoría de ellos contienen nueva revelación. Eso es gobierno de un solo hombre. La gente es traída a esta Iglesia y engendrada a través de lo que he escrito y la nueva revelación que Dios me da.

El legislador

Cuando Dios transfirió el trono de David a esta Iglesia, combinó el cetro con el cargo de legislador (Génesis 49:10). El legislador es el que administra la ley de Dios.

La palabra legislador es una visión. Se usa un hombre como dador de la ley, pero sólo hay un verdadero Dador de la ley: Dios el Padre (Santiago 4:12). El legislador humano siempre debe conducir hacia el verdadero Legislador; de lo contrario, no está haciendo su trabajo.

El legislador contiene la visión de la Familia Dios, y gira en torno al Padre. Se trata del Padre creando hijos que piensan como Él. Debemos mantener esa visión del legislador en nuestras mentes, o nunca estaremos cimentados en el gobierno de Dios. No aprenderemos ni haremos cambios como Dios quiere que lo hagamos.

Con todo el razonamiento caótico entre los laodicenos, ¿cómo podría alguno de ellos ser un legislador para Dios? Esos ministros nunca mencionaron la ley de Dios en el contexto de sus discusiones sobre la estructura del gobierno.

“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lucas 1:31-33). Se trata del gobierno de la familia de Dios. Se trata del Hijo y del Padre en el contexto del trono de David. Ese es un trono de la Familia Dios, que administra una ley de la Familia Dios.

Debemos estar cimentados en el entendimiento del Padre, del Hijo y de lo que es el nuevo trono. Es el evangelio, las buenas noticias de la venida del Reino, o Familia, de Dios. ¡Este es un mensaje tan visionario! Los hijos de Sadoc, dice Dios, van a gobernar en la sede con Él y con Jesucristo para siempre (Ezequiel 40:46; 44:15-16). ¡Esa recompensa debería dejarnos atónitos! Si los miembros de la Iglesia de Dios de Filadelfia permanecen leales al trono de David hasta el final, alcanzarán la más exaltada recompensa. Realmente hace una diferencia la forma en que nos comprometemos con el gobierno de la familia de Dios.

Los primeros frutos convertidos que aprendan esto hoy serán legisladores, ayudando a Jesucristo a ser el Legislador en todo lo que puedan. ¡Debemos saber cómo darle a la gente la ley!

Cuando Dios da la ley, siempre da un legislador. El Sr. Armstrong fue un legislador. Después de mencionar la ley en Malaquías 4:4, Dios dijo que enviaría a un Elías del tiempo del fin, un hombre que implementaría la ley y volvería los corazones de los hijos hacia sus padres y viceversa. Ese Elías enseñaría la visión de la Familia Dios.

Los laodicenos rechazan al Sr. Armstrong, al legislador y la visión de familia.

¡Frutos abundantes!

Números 16 registra el relato de Coré generando una rebelión contra Moisés, el hombre de Dios. Coré le dijo a Moisés que estaba asumiendo demasiadas responsabilidades. Dijo que otros hombres del campamento eran igual de santos y justos, y pensaba que ellos también podían dirigir. Moisés trató de explicarle que él no se estaba promoviendo a sí mismo con fines egoístas; fue Dios quien lo puso al mando. Pero Coré y sus seguidores continuaron rebelándose.

Entonces Dios tragó a Coré y a su familia en un terremoto. Ese evento dramático llamó la atención de la gente. Dios estaba mostrando a los israelitas dónde estaba Su gobierno.

Sin embargo, al poco tiempo, el pueblo comenzó a murmurar contra Moisés y Aarón otra vez. Estaban peleando y luchando contra el gobierno de Dios. Entonces Dios le dijo a Moisés que tomara una vara para cada una de las 12 tribus de Israel, y la que brotara y floreciera a la mañana siguiente sería la tribu que Dios quería que dirigiera.

“Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras” (Números 17:8). ¡Qué impresionante! De la noche a la mañana esta vara brotó y dio frutos. Hay frutos reales y abundantes que vienen del gobierno de Dios. Esto demostró al pueblo que Dios estaba utilizando a la tribu de Leví, dirigida por Aarón, ¡que se sometió a Moisés! Dios eligió a un hombre y lo usó sobre el ministerio. ¡Dejó muy claro dónde estaba Su gobierno!

Dios siempre le mostrará dónde está Su gobierno, si usted se Lo permite. Él ha estado haciendo eso durante más de 80 años con la obra del Sr. Armstrong y ahora con la nuestra.

Más tarde Dios instruyó que esta vara milagrosa, que simbolizaba Su gobierno, se colocara dentro del arca del pacto, junto con las dos tablas de los Diez Mandamientos y una vasija de maná (Hebreos 9:4-5). Esa arca, que estaba en el lugar santísimo, era un símbolo del trono de Dios. Está cubierta de oro, con el propiciatorio encima. La misericordia de Dios emana de Su trono. Esos objetos físicos eran un tipo de lo que existe en el tercer cielo, desde donde Dios gobierna: ¡el lugar más sagrado del universo! Es de allí de donde viene la ley de Dios y de donde emana Su gobierno! ¡Eso era así en el Antiguo Pacto y sigue siendo así en el Nuevo Pacto!

Como parte del Nuevo Pacto, usted tiene la oportunidad de guardar la ley y seguir la Palabra de Dios. ¡La Iglesia fiel de Dios hoy enseña la misma ley y administra el mismo gobierno que Dios administra en el lugar santísimo! Somos seres humanos imperfectos; sólo Dios es perfecto. ¡Pero tenemos el gobierno de Dios en la Tierra! Y sale del lugar santísimo glorificado. Esta Iglesia, la única y verdadera Iglesia de Dios, ¡hace que el mensaje del salón del trono de Dios esté disponible para el mundo! ¡Qué bendición!

Jeremías 1 es uno de los capítulos más inspiradores de la Biblia, especialmente a la luz del nuevo trono de David. En él, Dios comisionó a Jeremías: “Mira, hoy te he puesto sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y derribar, para destruir y derrocar, para edificar y plantar” (versículo 10; versión Revised Standard). La traducción de Ferrar Fenton dice: “¡Mira! Te he puesto hoy sobre naciones y reinos; para arrancar, y derribar, y destruir, y borrar…”. Arrancar, derribar y destruir se refieren a las tres transferencias de ese trono; luego ese trono fue borrado (todo esto se explica en El nuevo trono de David).

Entonces ocurre algo espectacular: “La palabra de [el Eterno] vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo [el Eterno]: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra” (versículos 11-12). Esta rama de almendro se refiere a la comisión de Jeremías. Primero, esa rama está desnuda, sin producir fruto. Luego, de repente, hay fruto: una nueva piedra y un nuevo trono. Esta rama de almendro, que antes era estéril, comenzó a producir frutos, al igual que la vara de Aarón.

A nuestro alrededor hay gobiernos divididos. Pero con este trono, hay brotes, flores, frutos y almendras: ¡abundantes frutos espirituales! Vivimos en una época peligrosa y sombría, y eso nos puede hacer sentir oprimidos, abatidos y negativos. Pero si nos enfocamos en los gloriosos frutos del gobierno de Dios, ¡seguiremos siendo muy positivos! Este nuevo trono combina el cetro y la ley de Dios: el gobierno de Dios enseña los Diez Mandamientos. Esa piedra representa a Jesucristo y el trono en el que se sentará para siempre. A esta Iglesia se le dio un nuevo trono como una transición hasta la Segunda Venida de Jesucristo. ¡Qué mensaje tan espectacular, inspirador y maravilloso!

Ninguna otra iglesia en la Tierra sabe nada sobre el nuevo trono de David, pero esta Iglesia sí lo sabe. ¿Por qué? ¡Porque tenemos el gobierno de Dios! Jesucristo nos da el entendimiento mientras el Padre dirige. El gobierno de esta Iglesia produce abundantes frutos.

Aquí hay cinco frutos del gobierno de Dios que muestran lo inspirador que es este aspecto del Reino de Dios.

1. Aporta unidad al pueblo de Dios

Este mundo está amargamente dividido. En Estados Unidos, el odio más profundo está incrustado en sus partidos políticos. Gran Bretaña se enfrenta a un cisma nacional por el Brexit. ¿Cuánto tiempo pueden durar estas dos naciones? Sus gobiernos se están desmoronando. ¿Cómo podremos resolver esa división? No hay manera sino con el gobierno de Dios.

Con el gobierno de Dios, la unidad sustituye a la división. En Juan 17, Cristo oró: “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros” (versículo 11). ¡Qué imagen de unidad! Dios Padre y Cristo siempre han sido uno. Y quieren compartir esa unidad con el mayor número de personas posible.

Los laodicenos están dispersos en varios grupos y continúan dividiéndose. ¿Por qué? Porque no quieren gobierno, y no están sosteniendo la cabeza; por lo tanto, no están unidos (Colosenses 2:19). No pueden ser uno como lo son el Hijo y el Padre.

Si no somos uno, algo está mal. Cometemos errores, pero debemos ser uno, o estaremos en peligro espiritual. Con el gobierno de Dios, tenemos esa unidad.

Es único, en un mundo tan lleno de división, que haya personas que desean, trabajan y luchan por permanecer unificadas. Nadie nos obliga a la unidad, sino que la elegimos por esta magnífica visión del gobierno de la Familia Dios y por cómo Cristo la utilizará para salvar a cualquiera que la acepte.

2. Nos nutre de alimento espiritual

Dentro del arca del pacto estaban los Diez Mandamientos, que representan la ley de Dios; la vara de Aarón, que representa el gobierno de Dios; y una vasija de maná, que representa la revelación de Dios, o el alimento espiritual. Cuando el gobierno de Dios implementa la ley, entonces usted se nutre de alimento espiritual.

El Sr. Armstrong escribió más de cien libros y folletos. Yo he añadido a eso, escribiendo alrededor de 60 más. Si usted va a la nueva revelación en esos libros y folletos, entonces sabrá dónde está el gobierno de Dios.

Los judíos que murmuraban no creían que Jesús fuera el Hijo de Dios. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron” (Juan 6:47-49). Ese maná no tenía vida eterna en sí mismo. Si usted no tiene pan espiritual, morirá.

“Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera”, continuó Jesús (versículo 50). Este es el pan que provee el gobierno de Dios. Usted vive porque permite que Jesucristo viva en usted. Y eso, en el fondo, es el gobierno de Dios. ¡Cristo Mismo nos gobierna! Nos salvamos porque Él vive en nosotros. Ese es el maná que queremos comer, siguiendo el ejemplo de Cristo en toda forma posible. Cristo nos señala a Su Padre. Aprendemos a pensar como Dios y a amar el gobierno de Dios.

Podemos alimentarnos espiritualmente en nuestras vidas individuales y colectivamente como Iglesia cuando Dios nos habla y nos enseña. Dios habla a través de Su Hijo a esta Iglesia. ¡Él es la Cabeza!

3. Declara el peor de los sufrimientos y esperanza eterna

Jeremías 1 contiene noticias catastróficas y también una gran esperanza. Dios pregunta a Su pueblo qué ve. Le da una visión del Sacro Imperio Romano, una superpotencia europea unida, que atacará a tres naciones de Israel: Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía en Oriente Medio (Jeremías 1:13-15). Este ataque se acerca rápidamente. Cuando llegue, esas naciones caerán juntas. Este proceso ya está comenzando.

¡Dios les dice a los que tienen el nuevo trono que proclamen este mensaje! Este es nuestro trabajo y nuestro llamamiento. Vemos la olla hirviendo de una Europa unida y proclamamos esa advertencia al mundo. Muchos sólo quieren escuchar cosas suaves; no quieren escuchar sobre el colapso de las naciones. ¡Pero el futuro de este mundo no es fácil! Hay que advertirles.

Miles de millones de personas morirán en el futuro cercano en la Gran Tribulación y el Día del Señor porque no aceptarán el gobierno de Dios hoy. Quieren cosas suaves. Quieren que alguien predique el engaño, ya sea en religión, educación o política. Pero con eso viene la Gran Tribulación, el Día del Señor, y un sufrimiento múltiple como este mundo nunca ha experimentado.

Pronto este mundo conocerá los inspiradores frutos del gobierno de Dios. Ese gobierno está lleno de pura alegría y maravillas de principio a fin. Este es el mensaje más maravilloso que podríamos entregar. ¡Qué honor poder entregarlo de parte del Dios Todopoderoso! ¡Somos las personas más bendecidas de la Tierra por formar parte de esta Obra!

4. Construye la Familia de Dios

“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes de que venga el día de [el Eterno], grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:5-6). ¡El Sr. Armstrong enseñó y aplicó el gobierno de familia!

Dios nos dijo que miráramos al Elías del tiempo del fin (versículo 5). Si quiere saber la verdad, entonces mire al hombre que restauró la verdad.

“El Reino de Dios comienza con una relación de familia”, escribió el Sr. Armstrong en Las Buenas Noticias de agosto de 1985. “Primero, las familias humanas físicas; segundo, la Iglesia compactada; y finalmente, cuando la Iglesia sea cambiada a la inmortalidad, la Familia de Dios, ¡que es el Reino de Dios!”. Y el Reino de la Familia de Dios va a administrar la ley de Dios.

El matrimonio y la familia son relaciones en el plano divino. Dios no dice que los hijos se vuelvan a sus madres. ¡Él dice que la familia tiene que mirar al padre! La familia física es como la Familia Dios. Dios nos dice una forma específica como quiere que se haga. La madre está en perfecta alineación con su esposo. Ella es el 50% del trabajo de él, como enseñó el Sr. Armstrong. Cada parte de la familia es importante. Pero Dios puso al padre a cargo; él dirige a la familia y enseña el gobierno de la Familia Dios.

Si unimos nuestros matrimonios y familias de la manera que Dios nos dice, ¡eso nos lleva directamente a la Familia eterna! Si usted vive la vida que Dios quiere que viva, va a estar emocionado para siempre. ¡Pero si eso no sucede, entonces Dios “vendrá y herirá la tierra con maldición”! Esta es probablemente la condena más poderosa en la Biblia porque está hablando de los ministros, y de aquellos que los siguen, ¡perdiendo sus vidas eternas! Dios está diciendo que si no enseñan el mensaje que une a toda la familia, ¡entonces Él enviará una maldición eterna! ¡Qué mensaje tan sobrecogedor! ¿Es Dios demasiado severo aquí? No debemos ser descuidados ante declaraciones como ésta. Debemos temblar ante el gobierno de Dios tal como se enseña en la Biblia.

Dios nos dice que recordemos la ley que Él le dio a Moisés en el Sinaí (versículo 4). Si los hijos se vuelven a sus padres, y sus padres les enseñan la ley, entonces conocerán la ley de amor de Dios. Todo esto tiene que ver con familia; es una visión familiar. Tenemos que ser capaces de enseñar y vivir según el gobierno de familia de Dios.

He aquí otro ejemplo del gobierno de Dios en el Nuevo Testamento: 1 Timoteo 3:1-4 dice que un ministro debe ser alguien “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”. ¡Eso viene directamente de la Palabra de Dios! Se trata del gobierno de Dios y una hermosa manera de dirigir la familia. El mundo promueve una relación de 50-50 entre el marido y su esposa. ¡Dios dice que el padre debe estar a cargo! Si un hombre no puede hacer eso, entonces no será un ministro de Dios. Porque ¿qué hace un hombre que no puede dirigir su propia familia tratando de dirigir a la Iglesia? (versículo 5). ¡Dios está siendo muy franco aquí!

Dios está tratando de enseñarnos la ley y el gobierno que Él implementará a nivel mundial en el Mundo de Mañana. Aplique esa instrucción y usted tendrá un gran matrimonio, una gran familia, gran libertad y gran gozo. ¡Usted puede tener todo lo que es bueno!

5. Con él, ayudamos a Cristo a regenerar el mundo y el universo

Ahora mismo, ¡el universo está gimiendo por el nacimiento de los hijos de Dios! (Romanos 8:21-23). Está esclavizado por la destrucción de la rebelión de Lucifer. Dios está ansioso por construir y embellecer el universo, haciéndolo florecer como una rosa, ¡y nosotros podemos ayudarle!

Pedro preguntó a Jesucristo qué posición tendrían los 12 apóstoles durante el Milenio. Jesús contestó: “De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28). ¡La regeneración está hablando de una nueva civilización! ¡Va a comenzar en la Tierra y luego se expandirá! Bajo la dirección del Padre, ¡ayudaremos a Cristo a regenerar el mundo y el universo!

Los maravillosos frutos del gobierno de Dios producen esa belleza. “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de [el Eterno] de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:7).

¡Ponga su mente en los inspiradores frutos del gobierno de Dios! Si usted tiene la visión de la Familia Dios en su mente, entonces va a luchar por ella. Usted hará todo lo que pueda para que esta visión se haga realidad. Y qué visión tan inspiradora, edificante y llena de esperanza. Es lo que este mundo sin esperanza necesita.

Vea esta visión, y mantenga el gobierno de la familia de Dios. Eleve su entendimiento sobre Su gobierno, y su compromiso y amor por él. Estamos tan cerca del momento en que Cristo regresará para tomar Su lugar en el trono de David. Dios quiere que usted esté allí con Él. Defienda ese trono, y Dios le dará una posición de honor en Su sede para siempre: ¡sentarse con Cristo y ayudarle a gobernar el mundo y salvar a la humanidad! ¡Qué llamamiento sin precedentes!