¿Cómo te entrenas tú para el liderazgo?
Salomón escribió en Proverbios 29:2: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; más cuando domina el impío, el pueblo gime”. ¡La brecha entre el regocijo y el lamento es enorme! Y todo depende del líder y de la calidad del liderazgo.
Piensa en ejemplos en tu vida de personas que te hayan inspirado con su liderazgo: un padre, un maestro, un ministro, incluso un amigo o un compañero. Si puedes ver los beneficios y las bendiciones de un buen liderazgo en tu vida, ¡es algo impresionante y maravilloso!
Tendemos a pensar en el liderazgo principalmente en términos de la persona a cargo: el ministro, el gobernador, el maestro, el consejero. Pero ¿qué pasa si todavía no te han dado un cargo o una responsabilidad específica? Antes de que te pongan en una posición de autoridad, necesitas practicar y crecer en el liderazgo, incluso como estudiante o adolescente. ¿Cuáles son algunas formas prácticas en que puedes demostrar el liderazgo?
La clave del liderazgo de acuerdo a Dios
El pastor general Gerald Flurry ha dicho que el liderazgo es “una de las palabras más fascinantes del idioma inglés”. Considera a los dos hombres que Dios escogió para liderar las era de Filadelfia y Laodicea, hombres muy diferentes, pero ambos líderes muy efectivos. No hay sólo una fórmula o una manera correcta de liderar, diferentes personas tienen diferentes estilos o enfoques. Pero hay ciertos factores que son constantes y uno de ellos es el que sustenta todo el liderazgo de acuerdo a Dios.
En Mateo 20, la madre de dos de los discípulos de Cristo vino a hablar con Jesucristo: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a la izquierda.” (versículos 20-21). Está claro que ella pensaba que sus dos hijos eran muy especiales, que Cristo debía darles posiciones elevadas en Su Reino. Mucha gente hoy en día piensa así. Sri Lanka está en crisis política ahora mismo porque los líderes pusieron a los miembros de su familia en posiciones de autoridad, no porque estuvieran calificados, sino porque estaban usando esa posición de autoridad para servirse a símismos. La gente de este mundo a menudo busca la grandeza para sí misma. Pero Jesús dijo: Esa no es la forma en que mi Padre dirige un gobierno.
Fíjate en su respuesta: “Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos” (versículo 22). Estar en un cargo en el Reino de Dios no es sólo una posición de gloria. ¡Es duro! Requiere mucho trabajo, entrega y sacrificio. ¿Eres realmente capaz de hacerlo? Incluso los otros diez discípulos estaban pensando en sí mismos: “Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos” (versículo 24). Los discípulos pensaban en el liderazgo como lo hace la gente de este mundo, codiciando privilegios y honores. Cristo usó esto como una oportunidad para mostrar cuán radicalmente diferente es el liderazgo de acuerdo a Dios.
En la versión Revised Standard (vrs), los versículos 25-28 dicen: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellas. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro esclavo, como el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
La Living Bible parafrasea el versículo 27: “Si quieres estar en la cima, debes servir como un esclavo”. ¡Este podría ser el pasaje más crítico de la Biblia para entender el liderazgo! En opinión de Dios, el liderazgo, “una de las palabras más fascinantes del idioma inglés”, tiene que ver con el servicio. ¡Esto muestra cómo Dios resolverá los problemas de este mundo!
Este principio sustenta y abarca todo el liderazgo de acuerdo a Dios y el gobierno divino, y es uno que puedes practicar constantemente: en la mesa, en el campo de deportes, con tu familia, en tu congregación o en tu escuela.
Así es como se entrena para el liderazgo: si quieres ser grande, aprende a ser un servidor, y si quieres ser el primero, ¡sirve como un esclavo!
No es necesario que te den un cargo para practicar esto. Cristo está describiendo una mentalidad, la de ver las necesidades de otros y servir a esas necesidades. Es una forma de ver el mundo, son las gafas que usas para ver lo que sucede a tu alrededor.
Tus gafas de liderazgo
Los que han estado en el Campamento Educativo de Verano, piensen en su primer campamento. Para la mayoría de 12 o 13 años, ese campamento se pasa asimilando todo y averiguando cómo funciona y qué se supone que debes hacer. Te lanzaron a diferentes actividades, tratando de orientarte. Piensas: Me gustaría ser mejor en ese deporte. Quiero hacerlo bien en esta actividad.No quiero parecer tonto. Sólo quiero divertirme todo lo que pueda. Pero cuando vuelves al campamento en tu segundo o tercer año, es de esperar que empieces a ver las cosas de forma un poco diferente.
Tal vez pienses: Quiero ser más entusiasta en el campo de los deportes. Quiero ser mejor compañero de equipo. Quiero mostrar mejor deportividad para el otro equipo. Tal vez estés pensando en la noche de etiqueta y en la sesión de temas de sobremesa, y en cómo quieres hacer un comentario este año. Tal vez estés pensando: ¿Cómo puedo dar un mejor ejemplo a los campistas más jóvenes? ¡Estás pensando en cómo tus decisiones afectarán a otras personas! Estás viendo las cosas de una manera diferente. Te has puesto unas gafas diferentes, tus gafas de liderazgo.
El año pasado, en Imperial Academy (IA), pedimos a todos los estudiantes que nos dieran dos o tres ideas para mejorar la escuela. Recibimos una avalancha de respuestas y las convertimos en las solicitudes de los estudiantes para el consejo estudiantil. Seleccionamos a 12 embajadores, dos alumnos que representaban a cada uno de los cursos de la escuela intermedia y secundaria. Luego utilizamos a esos estudiantes para poner en práctica algunas de esas ideas, muchas de ellas de personas que ni siquiera formaban parte del consejo.
Hablamos mucho con el consejo de estudiantes sobre cómo estaban aquí como representantes del resto de la escuela. Cuando les pedimos su opinión, no queremos que digan me gustaría que fuera así. No están ahí para servirse a sí mismos, sino al resto del alumnado. El objetivo es que los miembros del consejo estudiantil piensen en lo que quieren y necesitan otros estudiantes: ¿Qué es lo que más beneficiará a la mayoría de los estudiantes de IA? ¿Qué tendrá el mayor impacto? ¿Cómo podemos mejorar esta experiencia para todos? ¿Cómo podemos ayudar a los demás y satisfacer mejor sus necesidades?
No hace falta estar en el consejo estudiantil de IA para empezar a pensar así. Todo lo que tienes que hacer es ponerte tus gafas de liderazgo.
En un baile, podrías pensar: Espero que a la gente le guste mi traje. Espero poder bailar con fulano. Espero que me saquen a bailar. Me apetecen mucho los aperitivos. Definitivamente, no voy a bailar vals, ¡soy malísimo en el vals! Pero si estás en ese baile y te pones las gafas de líder, miras a tu alrededor y empiezas a ver las cosas de forma diferente. Empiezas a ver a la gente que es tímida y se queda al margen, y piensas: Oye, a esa persona le vendría bien un poco de ánimo. Voy a ir a hablar con ellos y a animarlos. Ves a una chica a la que todavía no han sacado a bailar, así que vas a invitarla a la pista. Ves a personas de diferentes razas que no tienen muchas parejas de baile, así que buscas la manera de que formen parte de la Familia. Haces todo lo posible para que sea una experiencia más agradable para todos los que puedas.
El camino a la grandeza
Después de que el Sr. Flurry fuera rechazado del Ambassador College, ¡decidió servir a su congregación como loco! Y por ello, fue nombrado diácono. Un ministro le aconsejó que visitara a la gente, en los servicios, las reuniones sociales y demás, y que no hablara con otros diáconos ni con sus amigos. Este ministro quería traer a otras personas a ese evento. Todos podemos pensar más así en los servicios del Sábado. No te aferres a una sola persona con la que te conectas bien; conoce a la gente, ¡y sirve a los más necesitados!
Filipenses 2:5 dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”, ¡el hombre que nos dio este hermoso, enorme, profundo principio de liderazgo! “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (versículos 6-7). Siervo en el último versículo significa esclavo. Él era un glorioso Ser Dios, ¡y se convirtió en un ser humano! Eso es un gran paso hacia abajo.
Pablo continúa: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (versículos 8-9). Esto es exactamente de lo que hablaba Cristo en Mateo 20. Dijo: Si quieres ser grande, ésta es la manera de hacerlo. Cristo fue el siervo más grande de todos, y Dios lo exaltó por encima de todos los demás. Él tomó el camino correcto hacia la grandeza al ejercer este tipo de liderazgo orientado al servicio. Dios busca ese mismo tipo de sacrificio de todos nosotros.
Lee el versículo 19 hasta el final del capítulo. Pablo nos da un par de ejemplos de miembros que mostraron esa clase de liderazgo orientado al servicio: Timoteo, de quien Pablo escribió: “Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (versículos 20-21). La mayoría de las personas son demasiado egoístas. Piensan: ¿Cómo puedo sacar el máximo provecho de esta situación? ¿Cómo puedo divertirme al máximo aquí? Pablo dijo: No hay nadie como Timoteo. ¡El sólo sirvió y sirvió y sirvió!
Pablo menciona a Epafrodito, quien sirvió tanto que se enfermó, en realidad porque no había suficientes personas sirviendo así, por lo que tuvo que tirar más de su parte.
Fíjate en cómo Pablo precede su discusión de estos santos desinteresados: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (versículos 3-4). Interesarse por las cosas de los demás es algo que se puede practicar cada día. Todos tendemos a pensar demasiado en nosotros mismos. Pero si te pones las gafas de liderazgo, empiezas a pensar en tus responsabilidades.
Reconoce las necesidades
El señor Flurry escribió en la Royal Vision de noviembre-diciembre de 2018: “Al construir la ambición de acuerdo a Dios, es importante practicar la religión pura. ‘La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo’ (Santiago 1:27).”
El Sr. Flurry escribió en su autobiografía: “Los verdaderos cristianos deberían tratar de construir una religión pura porque es un dar puro: cuando uno visita a los huérfanos y a las viudas, no espera nada a cambio. Dios quiere que demos en todo lo que podamos. Nuestra vanidad pide a gritos aplausos y alabanzas. Pero debemos pasar a la ofensiva contra nuestra vanidad. Dar sin tratar de obtener nada a cambio”.
“Cuando era diácono, visitaba con frecuencia a una anciana miembro de la Iglesia que se estaba muriendo de cáncer. Durante más de un año, la visité casi una vez por semana. A veces sufría dolores tan terribles que no podía mantener los pies quietos: ¡una grave ‘aflicción’! Cuando hay una necesidad en Su Iglesia, Dios nos dice: Satisfácela y mira hacia mí. Olvida todo lo demás y haz lo que te digo. Trabaja para sacar la vanidad, y haz tu religión tan pura como puedas”.
Santiago 2:1 dice: “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”. La vrs
dice: “Sin mostrar parcialidad”.
“Si tenemos parcialidades con ciertos miembros de la iglesia, esa es una ruptura en la Familia amorosa de Dios”, dice LaEpístola de Santiago. “Debemos establecer un ejemplo para este mundo dividido y lleno de odio. Al entender a Dios, debemos mostrarle a la gente cómo unificar al mundo entero como un hombre, ¡con la mente de Cristo!”.
Todos ustedes, jóvenes, son futuras esposas y madres, o esposos y padres. ¡Esas son posiciones de liderazgo para las que se están entrenando!
Biblical Manhood (La masculinidad bíblica) dice: “Ser un siervo de otros no significa simplemente hacer trabajos rutinarios o serviles para ellos. A medida que la autoridad aumenta, las tareas específicas cambian también. Lo que permanece constante es la necesidad de reconocer y priorizar las necesidades de los demás. Hay una necesidad incesante de estar atentos y alertas a los demás, de evaluar qué es lo que más les conviene y de buscar la mejor manera de alcanzar ese resultado. Téngalo siempre muy presente. Mientras lo haga, cuanta más autoridad posea, y cuanta más experiencia y sabiduría adquiera como líder, más bien traerá a las vidas de aquellos a quienes dirige”.
No tienes que ser un adulto en una posición de autoridad para construir esta mentalidad. Ponte las gafas de liderazgo y abre los ojos a la cantidad de oportunidades que te da la vida para practicar el liderazgo: cómo actúas en casa, cómo te relacionas con otros adolescentes, cómo te comportas en la escuela y en tu trabajo, qué aportas a tu familia y a tu congregación. Las oportunidades, si llevas las gafas adecuadas, ¡están a tu alrededor!