Este año, en el Programa Educativo de Verano (SEP, por sus siglas en inglés) nos concentramos en la importancia de desarrollarnos como líderes en la Familia de Dios. La premisa del SEP está expuesta en el manual: “Este campamento está diseñado para desafiar, estimular y animar a los jóvenes en el modo de vida de Dios”. El manual también establece los tres objetivos del campamento:
El SEP enseña y refuerza, mediante experiencias positivas, que el modo de vida de Dios funciona maravillosamente y es apasionante.
El SEP está diseñado para proporcionar un medio para que nuestros adolescentes y jóvenes adultos se relacionen y experimenten actividades con los de su misma edad.
El SEP proporciona a nuestros trabajadores del campamento la oportunidad de desarrollar el liderazgo.
Es ese tercer objetivo el que apunta al tema del campamento de este año: “Líderes en formación”. El SEP nos permite a todos, tanto a los trabajadores como a los campistas, desarrollar cualidades de liderazgo. Es una gran oportunidad para todos nosotros.
Una historia de crecimiento
Mucho de lo que Herbert W. Armstrong habló a lo largo de su autobiografía está relacionado con el crecimiento de la Obra. Comenzó de la forma más pequeña y se desarrolló a lo largo de varias décadas. “Desde unos comienzos humildes y pequeños sin paralelo, hasta la magnitud de las empresas actuales y con impacto mundial, ¡es la historia de un crecimiento increíble! Es la increíble historia de algo que nunca antes se había hecho, nunca de esta manera, ¡un logro aparentemente imposible y totalmente único en el mundo!”. Hay una maravillosa lección en esto para nosotros: Cuando Dios está contigo, espera crecimiento y desarrollo.
El Sr. Armstrong continuó: “Pregúntese: ¿Qué compañía, negocio, empresa o institución en los caminos de este mundo, ha experimentado alguna vez un crecimiento constante con un promedio de casi 30% cada año durante décadas?”. El crecimiento real tiende a ser muy constante, día a día. Se podría llamar a esto la “ley de la granja”. La Obra creció durante décadas porque el pueblo de Dios obedecía Sus leyes.
“La mayoría de los negocios y empresas comerciales logran mantenerse estables a lo largo de los años. Pero ¿un crecimiento promedio del 30% cada año, de manera regular y constante, durante décadas? Debe ser un récord sin igual. Significaba duplicar su tamaño, alcance y poder cada 2,7 años. Significaba multiplicarse en tamaño ocho veces cada ocho años, 64 veces cada 16 años, ¡4.096 veces en 32 años!” (ibíd.).
Siempre que veamos estos increíbles logros en los negocios o en los deportes, lo más probable es que haya habido un periodo de crecimiento durante años que lo haya propiciado.
Ve por el premio
Pensemos en el campeón de tenis Novak Djokovic. Después de que se le prohibiera jugar en los dos últimos grandes torneos de tenis debido a los mandatos de vacunación impuestos por el gobierno, Djokovic pudo por fin jugar en un gran torneo. Ganó Wimbledon por séptima vez, cumpliendo lo que describió como un sueño de la infancia:
“Siempre ha sido, y será, el torneo más especial en mi corazón. El que me motivó, el que me inspiró para empezar a jugar al tenis en una pequeña estación de montaña en Serbia, donde mis padres tenían un restaurante. Tenía unos cuatro y medio o cinco años cuando vi a Pete Sampras ganar su primer Wimbledon en el 1992. Y les pedí a mi padres que me compraran una raqueta, y mi primera imagen del tenis fue el césped, Wimbledon. Y siempre soñé con venir aquí, con jugar en esta cancha. Y luego, por supuesto, realizar el sueño de la infancia y ganar este trofeo. Cada vez tiene más significado y es más especial, así que me siento muy bendecido y agradecido por estar aquí con el trofeo”.
¡Djokovic habló de cómo su visión para ganar Wimbledon le motivó e inspiró cuando tenía 4 años!
Dios hace énfasis en perseguir el premio, el campeonato, la perfección. Eso es muy difícil. Muchos jóvenes, aunque permanezcan en la Iglesia, no se esfuerzan por alcanzar una meta a nivel de campeonato como deberían. La historia de Novak Djokovic es, en muchos sentidos, la historia del crecimiento: un niño de Serbia que consiguió esa raqueta soñó con jugar en la cancha, y trabajó y trabajó y trabajó para mejorar su juego. ¡Qué inspiración debería ser para nosotros!
Todos estamos en esta carrera. Tenemos que trabajar en nuestra propia salvación (Filipenses 2:12). Pablo enfatizó que sólo hay un premio, ¡así que ve tras él! Recuerdo lo mucho que mi padre me recalcaba la importancia de luchar por la perfección cuando practicaba deportes. Constantemente me alimentaba con conferencias, artículos y amonestaciones diciendo que, si uno se propone dedicarse a algo, debe asegurarse de hacer el máximo esfuerzo.
Defiende lo que es correcto
Gálatas 6:7 dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Este principio básico se enfatiza en la Biblia una y otra vez. Hay una ley de causa y efecto. Demasiadas personas se ocupan sólo del efecto e ignoran la causa.
Djokovic es probablemente uno de los seres humanos más sanos y en mejor forma del planeta. Sin embargo, no le dejan jugar en el Abierto de Estados Unidos porque no se ha vacunado contra la covid. No se vacunará porque sabe que no es saludable, y está dispuesto a sacrificar su carrera para hacer lo correcto. Ha adoptado una postura de principios y ha ido en contra de todos los expertos.
Un comentarista le preguntó: “¿Está dispuesto a renunciar a su oportunidad de ser el mejor tenista sólo porque no quiere vacunarse?”. Dijo que sí. El comentarista dijo: “¿Por qué… cómo puedes hacer esto?”. No pueden entender que alguien esté dispuesto a renunciar a millones de dólares y a la oportunidad de ser el más grande para hacer lo que es correcto.
Necesitamos más gente así en este mundo de hoy que esté dispuesta a adoptar una postura. No te apartes del camino de Dios, de lo que sabes que es correcto. Sienta las bases de un fundamento espiritual sólido. Apunta al campeonato, espiritualmente hablando. No es algo que suceda de la noche a la mañana. Estoy seguro de que hubo días en los que Novak no tenía ganas de practicar, o no veía el crecimiento y el desarrollo, pero siguió con ello.
No te canses de hacer el bien (versículo 9). Al final habrá una recompensa si mantienes el curso. Mi hijo, Jude, ha hablado antes sobre los altibajos de la danza. Hubo muchos momentos en su recorrido en los que quiso renunciar y hacer algo diferente. Luchamos para saber cómo aconsejarle porque sabíamos que tenía una habilidad que Dios le había dado la oportunidad de desarrollar. Recuerdo que muchas veces me centré en la perseverancia. Le dije que si mantenía el rumbo, Dios lo bendeciría.
Muchos jóvenes han renunciado, y es realmente triste porque no hay nada en este mundo para ellos. Este mundo se está muriendo y jadeando por su último aliento. La gente piensa que seguirá y seguirá, pero este mundo está agonizando. El único lugar donde hay vida es en esta Iglesia. Lo que queremos para ti es que seas un pequeño de cuatro y medio años, que veas a Pete Sampras ganar Wimbledon, y que digas algo en este sentido: Eso es lo que quiero hacer. Quiero tomar una raqueta, jugar en la cancha y ganar Wimbledon. Hay alguien que realmente ha perseguido una meta.
Dios quiere saber cuáles son nuestros frutos (Mateo 7:16-20). ¿Qué estamos produciendo? ¿Es tu historia una historia de crecimiento?
Dios realmente quiere que seas un campeón espiritual y que apuntes al premio. El crecimiento nos motiva. Nos entusiasma. No todo el mundo tiene las mismas habilidades, pero Dios quiere que todos crezcamos. Emprende todo lo que hagas con una actitud positiva y con el objetivo de crecer, incluso si es algo que no te gusta. Dios ve ese esfuerzo, aunque los demás no lo vean.
Nunca dejes de crecer
En su sermón del 26 de mayo de 1985, el Sr. Armstrong dijo: “¡Tenemos que crecer en conocimiento! Tenemos que aprender el programa de Dios. Tenemos que aprender que Dios nos llama no sólo para ser salvos. Él nos está llamando a aprender a ser gobernantes y maestros”.
Muchos ministros bajo el Sr. Armstrong pensaron que estábamos aquí sólo para ser salvos y olvidaron que somos llamados a ser gobernantes y maestros.
Es fácil pensar que esto es para tus padres o para años más adelante, pero mira los ejemplos en la Biblia. Dios miró en el corazón del rey David y vio a un futuro rey. ¡Así es como Dios te ve a ti! David tenía 30 años cuando se convirtió en rey, pero fue ungido siendo adolescente.
¿Te ves a ti mismo como un futuro rey? Espero que lo hagas, porque este mundo se está muriendo. Espero que te veas como alguien que se está preparando para reemplazar a los líderes incompetentes de hoy. ¡Dios te está preparando para ocupar esos puestos!
Dios dice que tenemos que seguir aprendiendo y creciendo, o nos dejaremos llevar por los errores (2 Pedro 3:17-18). Si dejas de crecer, te estás muriendo. Tienes que crecer. Si no estás creciendo, tienes que hacer algo para cambiar eso.
El Sr. Armstrong continuó: “Pedro dijo que debemos crecer. No sólo en conocimiento (el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo) sino en gracia. ¿Qué significa eso? La gracia es un favor inmerecido, o un don. Pero el Espíritu Santo es un don de Dios. Y crecer en la gracia significa crecer en el carácter que viene a través del Espíritu de Dios. ¿Está usted creciendo en carácter día a día? ¿Está creciendo en el conocimiento que Dios tiene? En otras palabras, ¿es usted un buen estudiante? ¿Está aprendiendo? ¿Va a ser capaz de enseñar a otros? ¿Está capacitado para ser un maestro y salir a enseñar a otros? Si no es así, ¡ está perdiendo el tiempo! No pertenece a la Iglesia. Tal vez Dios no le ha llamado todavía. ¿O tal vez usted no ha abierto su mente para entender? No lo sé”.
Tenemos un papel que desempeñar en esto. Es a Dios a quien debemos atribuir esta comprensión. La mayoría de ustedes tienen padres o tutores que tienen el Espíritu Santo, abriendo el camino para que tomen del árbol de la vida. ¡Tú también tienes que abrir tu mente a esta verdad! Construye fuertes hábitos de oración y estudio. ¡Concéntrate en el crecimiento! Si no tienes el hábito, inténtalo y verás la diferencia que hace. No pierdas el tiempo. Crece en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador. ¡Y abraza tu potencial como un líder en formación!