Razone con Dios
Tenemos que usar nuestras mentes como Dios quiere, ¡y prepararnos para enseñar al mundo!

Isaías 1:18 tiene esta maravillosa directiva de nuestro Creador: “Venid luego, dice [el Eterno], y estemos a cuenta [razonemos, vkj]”. Luego continúa con esta promesa: “si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.

Dios se dirige a Su propio pueblo. El hebreo dice: “Ven y razona conmigo. Él está suplicando a Su pueblo que se ha apartado, pero también a nosotros que estamos haciendo Su Obra hoy.

En la Iglesia y el colegio de Dios hoy en día, usamos este versículo como principio guía. Nos esforzamos por razonar con Dios. Esta es, de hecho, una buena definición de la educación verdadera.

Este mundo no cree esto hoy; pero pronto lo hará. Tenemos el tremendo honor de ser llamados fuera de este mundo para prepararnos a enseñar a la humanidad a razonar con Dios.

Dios realmente quiere que razonemos con Él. No nos pide que aceptemos algo que no podemos razonar como correcto. No está tratando de forzarnos a nada. Dios quiere que usemos nuestras

mentes. Quiere que usemos el espíritu humano, y que usemos el Espíritu Santo, razonando con Él.

El modo en el que el hombre razona hoy está llevando a este mundo a una catástrofe final. ¡Hay que hacer algo para corregirlo! Isaías 1:18 es la solución.

Este pasaje continúa: “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra” (versículo 19). Esa es una promesa absoluta de Dios. “Bien” aquí significa alegría, riqueza, felicidad. Si razonamos con Dios, ¡disfrutaremos de lo mejor de todo!

“Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de [el Eterno] lo ha dicho” (versículo 20). Dios dice que debemos elegir. Si nos rehusamos a Él, nos enfrentamos a consecuencias aterradoras. Esa es la realidad.

¡Este versículo muestra el futuro de Estados Unidos, Gran Bretaña, el Estado judío en Oriente Medio y realmente el mundo entero! Pero afortunadamente, después de ese castigo, les enseñaremos las maravillosas verdades que los miembros de nuestra Iglesia y los estudiantes del colegio están aprendiendo hoy.

Conocimiento peligroso

“¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas” (Isaías 1:21). Esta “ciudad fiel” es Pasadena, California, donde la Iglesia de Dios tuvo su sede durante décadas bajo Herbert W. Armstrong. El pueblo de Dios tenía justicia, verdad y juicio. Pero en gran medida se apartaron de Dios, y ahora son asesinos porque no están haciendo la obra para la cual fuimos llamados a salir de este mundo. Ezequiel 33 dice que si nos negamos a entregar el mensaje de Dios, ¡somos culpables de asesinato! Cuando Dios nos da Su verdad, realmente somos responsables. Debemos
aplicar lo que estamos aprendiendo.

Los laodicenos han perdido la visión de Dios. Están sufriendo una crisis, una decepción y un fracaso tras otro. ¿Por qué? Porque no están razonando con Dios.

“Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua” (versículo 22). Todas esas riquezas espirituales se han convertido en escoria, degeneración y desperdicio; carecen de valor. La escoria que queda de la plata o el oro se desecha. Esa es la condición en la que se encuentran los laodicenos, porque no quisieron razonar con Dios. Ellos tuvieron la oportunidad, y la desecharon.

“Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda” (versículo 23). El pueblo de Dios ciertamente se esfuerza por cuidar a los huérfanos y a las viudas. Pero Dios está hablando de mucho más que eso.

Los laodicenos son espiritualmente huérfanos y viudos, pues han dejado a Dios el Padre. El mundo en general no tiene a Dios el Padre. Una familia no puede funcionar muy bien sin un padre. Y eso es cierto espiritualmente también.

Los laodicenos también han rechazado a su Esposo, Jesucristo. ¡Esta es una calamidad sin precedentes!

Sin embargo, los que estamos hoy en la Iglesia de Dios, tenemos la oportunidad de entender y obtener los pensamientos de Dios para pensar como Él, ¡para razonar realmente con Dios! ¡Esa es la experiencia más emocionante que una persona puede tener!

Practicamos una religión pura (Santiago 1:27). Pero eso es mucho más que simplemente visitar a las viudas y los huérfanos físicos. Hacer eso es sólo un tipo de llevar este mensaje al mundo. Por eso estamos aquí. Dios nos ha llamado misericordiosamente a salir de este mundo. Y Él nos recompensará, incluso hoy, ¡si hacemos Su Obra y advertimos a este mundo en Su nombre! Pero si fallamos en hacerlo, ¡nos convertimos en asesinos!

Para hacer ese trabajo, debemos aprender a usar realmente nuestras mentes. Debemos razonar con Dios.

Ejemplos del caso judicial

Una fuente dice que la expresión “estemos a cuenta” [razonemos] en Isaías 1:18 es como “un pleito sobre un pacto o tiene claramente unida la connotación de confrontación legal”. En nuestra batalla judicial de seis años con la Iglesia de Dios Universal (idu), vimos muchos razonamientos; algunos de ellos nada más que razonamientos humanos con el espíritu humano. Pero incluso eso puede ser bastante impresionante. Nuestros abogados en ese caso fueron excelentes en el razonamiento. Saben cómo utilizar el espíritu humano. Toda su vida han estado razonando, razonando y razonando. No aciertan todo el tiempo, pero fueron brillantes en el uso del intelecto humano.

Tuvimos un abogado en particular en Canadá que era brillante. Pero con el tiempo me di cuenta de que no escuchaba. ¡Qué terrible defecto!

Si uno va a razonar con Dios, debe aprender a escuchar. Eso es más importante que hablar. Si quiere llegar a ser un gran abogado o un gran juez para Dios, debe dominar el escuchar.

A medida que avanzábamos en el proceso judicial, razonamos con Dios y dimos un paso en fe. Le hicimos partícipe de nuestro pensamiento en todo lo que pudimos, y seguimos Su guía. Y Él nos bendijo de muchas maneras, ¡incluyendo la revelación que nos dio profetizando nuestra victoria! Fue fenomenal porque salimos y razonamos con Él.

También los laodicenos razonaron durante el juicio. Me sorprendió lo sutil y convincente que era su razonamiento al tratar de defender sus mentiras. Definitivamente estaban mintiendo, pero lo hacían muy bien. Como dice Dios, todo eso fue tramado por el diablo (2 Tesalonicenses 2).

Por supuesto, al razonar con Dios, los superamos. No fue fácil, pero pudimos razonar mejor que ellos y superarlos porque teníamos el poder de Dios con nosotros. ¡Y al final lo ganamos todo!

La Biblia advierte que vamos a tener otro enfrentamiento con el hombre de pecado (Amós 7). Así que debemos entender la forma de razonar de estos hombres perversos y aprender de nuestra experiencia en el caso de corte.

Las profundidades de Satanás

En Apocalipsis 2:24, Cristo advierte sobre “las profundidades de Satanás”. ¡Satanás tiene profundidad en su malvado razonamiento! Por eso es especialmente importante razonar con Dios: de lo contrario, Satanás nos superará en razonamiento todo el tiempo.

Cuando estábamos en el juicio, creo que tratamos con más “profundidades de Satanás” de las que jamás había visto.

En las declaraciones, nuestros abogados interrogaron a los líderes de la idu sobre algo que Michael Feazell había escrito en 2001 sobre el gobierno de la Iglesia. Él escribe en The Liberation of the Worldwide Church of God [La liberación de la Iglesia de Dios Universal] que Joseph Tkach hijo “comenzó el proceso de revisión de los estatutos de la Iglesia a principios de 1996”. Algunos de estos cambios incluyeron el establecimiento de “un límite de mandato para el pastor general” y la atribución a una junta “de la responsabilidad de elegir un sucesor” (Worldwide News, 23 de julio de 1996). Sin embargo, durante una declaración de 2002, estos mismos hombres tuvieron que admitir que nada había cambiado: Joseph Tkach hijo seguía siendo pastor general seis años después de haberse comprometido a cambiar la estructura de gobierno.

Nunca iban a renunciar a esa autoridad absoluta. ¿Por qué? Porque su objetivo era echar la verdad por tierra y mantenerla allí. Ellos odian el gobierno de Dios. Querían remodelar la única y verdadera Iglesia de Dios en otra forma de cristianismo convencional. Así que tenían que ser cuidadosos de retener la autoridad sobre la Iglesia, ¡para tener el poder de destruir la verdad de Dios!

Ese es el objetivo final del diablo. ¡Toda su mente y toda su pasión están dirigidas a destruir la verdad de Dios! Y ciertamente está dispuesto a usar y abusar de la autoridad para hacerlo.

Los laodicenos decían que era su “deber cristiano” mantener El misterio de las siglos fuera de impresión debido a los “errores doctrinales”. Hacerlo, insistían, era una expresión de amor. En realidad, ¡era una abierta expresión de odio! Esto se ve claramente si se razona con Dios.

Satanás desea tanto ocultar esta verdad al mundo. Nuestra victoria en el caso judicial fue espectacular cuando se entiende realmente lo que Satanás estaba tratando de hacer.

Nuestros abogados preguntaron además en las declaraciones: “¿Puede explicar por qué los sucesores del Sr. Armstrong tardaron tan poco tiempo en cambiar las doctrinas fundamentales de la Iglesia, pero tanto en cambiar la forma jerárquica de gobierno?”.

Los líderes laodicenos respondieron: Porque somos una Iglesia y las cosas espirituales son más importantes para nosotros. No les preocupaba el gobierno, como usted puede ver, sino las “cosas espirituales”. ¡Como si el gobierno no fuera una cosa espiritual! El Sr. Armstrong dijo que el gobierno lo es todo. Ellos dicen que el gobierno no es nada. El gobierno de Dios es todo; pero para ellos, ni siquiera es espiritual. En realidad, después de Dios, el gobierno de Dios es la cosa más espiritual que hay.

Dios y Su Familia administrarán el gobierno en el Mundo de Mañana. Ese es el evangelio: las buenas noticias de la Familia que viene y que administrará el gobierno de Dios.

¡El Primer Mandamiento se refiere al gobierno! (Éxodo 20:3). Lo que Cristo llamó “el primer y gran mandamiento” —el más importante de todos— tiene que ver con gobierno (Mateo 22:37-38). Sin embargo, esos hombres tuvieron el descaro de decir que ni siquiera es espiritual. Su pensamiento es puramente de Satanás. Debemos ser capaces de superar tal pensamiento. Para razonar con Dios, se debe razonar de acuerdo a la ley, porque eso es amor.

En otra declaración, un ministro laodiceno dijo: “No creo que una forma de gobierno de cualquier tipo sea espiritualmente sana o insana”. Se exhiben como si estuvieran llenos de amor. ¿No es saludable un gobierno estructurado sobre la ley de Dios? Ellos no lo creen así. Han rechazado la ley de Dios, y han obtenido su “amor” directamente del diablo. ¡El gobierno de Dios es el único gobierno saludable que existe! Todos los demás gobiernos son inspirados por Satanás: ¡no son saludables y conducen a la muerte eterna!

Muchos de estos hombres estuvieron alguna vez llenos de juicio. Pero vea lo que han hecho. Saque cuentas. ¡Estas son las profundidades de Satanás!

Cuando se enfrenta a problemas en su vida, debe reconocer que Satanás puede ser el causante de estos. Razone con Dios, y busque entender la verdadera fuente de sus problemas.

En el caso de corte, expusimos a Satanás. Él odia eso. No está de acuerdo con la evaluación de Dios de que él es malvado. Le gusta que la gente lo llame “dios” y lo adore como si fuera bueno y amoroso.

Satanás instaló a un hombre dentro de la Iglesia de Dios que se puso en el lugar de Dios (2 Tesalonicenses 2:3-4). Dijo, en efecto: No hay ley, ¡mírenme a mí! Y si no se razona con Dios, se termina adorando a un hombre. Eso es lo que hicieron los laodicenos. Ellos alardearon de su exaltado razonamiento, pero todo lo que estaban haciendo era adorar a Satanás y a su hombre.

Este mismo razonamiento perverso infecta la política actual. Los líderes radicales saben que su razonamiento es erróneo. Son deshonestos, ¡y lo saben! Pero creen que el fin justifica los medios. Ese es el razonamiento de Satanás. Ha seguido esta misma fórmula durante miles de años.

Esos ministros laodicenos sabían cómo usar sus mentes. Eran agudos y de mente rápida. Tenían profundidad. Pero era la profundidad de Satanás. Y nosotros pudimos cortar su razonamiento en pedazos porque estábamos razonando con Dios.

Dios usó el caso judicial para educarme en muchos aspectos. Lo que aprendimos nos ayudará a enseñar al mundo sobre el diablo, sobre Dios y la verdadera justicia.

Razone con Dios

Cuando fuimos a la corte por las obras de Herbert W. Armstrong, algunas personas dejaron nuestra Iglesia. Pero si usted mira los frutos, y estudia la Palabra de Dios y lo que Él ha revelado, entonces ve que estábamos en la corte porque estábamos razonando con Dios. Estábamos caminando por fe. Y Dios nos dio una victoria espectacular.

En su propia vida, si razona con Dios, ¡ganará las victorias más importantes!

Debemos seguir la ley de Dios en nuestras vidas. Esa ley le dice cómo tener citas, cómo dirigir su matrimonio y su familia, cómo ser un empleado excelente. Cuando obedece la ley, todo funcionará como debe. Amamos esa ley porque vemos los frutos de obedecerla. Vemos cómo funciona en nuestras vidas. ¡Es deslumbrante! Eso no significa que no habrá pruebas, sí las habrá. Necesitamos esas pruebas para aprender a razonar mejor con Dios. Nos acercan a Dios y nos ayuda a ver las cosas desde Su punto de vista.

No es natural razonar como Dios, pero debemos aprender a hacerlo. Cuando sale con alguien, ¿razona con Dios? Cuando se casa, ¿razona con Dios? Cuando trabaja, ¿razona con Dios? Si no lo hacemos, perderemos. Satanás es un maestro del razonamiento, ¡y simplemente no hay manera de que podamos ganar contra él!

El apóstol Pablo escribió que debemos estar “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5). “Argumentos” se traduciría mejor como “razonamientos”. Se trata de razonamientos humanos. Ese tipo de razonamiento se exalta contra el conocimiento de Dios. Usted debe vencer ese razonamiento y traer todo pensamiento a la obediencia de Cristo. Entonces estará razonando con Dios.

A menudo, en las conferencias ministeriales, cuando los ministros empezaban a razonar, el Sr. Armstrong decía: Deje de razonar humanamente y veamos lo que Dios dice. Todavía tendemos a razonar humanamente, pero estamos aquí para aprender a razonar con Dios. Eso es fundamental.

Cuando Dios inspiró instrucciones a Moisés para la selección de líderes, dijo que los hombres debían ser de virtud, hombres con cierta habilidad y competencia. Pero aún más importante, debían temer a Dios (Éxodo 18:21). Eso requiere mucho razonamiento con Dios, el cual debe ir acompañado de la ley de Dios. Antes de que pueda hacer algo efectivo en la Obra de Dios, usted debe temer a Dios. No importa cuánta habilidad tenga, si no teme a Dios, sólo estará dando vueltas en el desierto. Tema a Dios, forme Su carácter, y aproveche las maravillosas oportunidades que Dios le da.

Razone con Dios. Si está dispuesto a hacerlo, ganará grandes batallas.

Valor para trabajar

Después de la muerte del Sr. Armstrong, los líderes de la idu decidieron dejar de imprimir ¿Quién o qué es la bestia profética? debido a “la inevitabilidad de tener que identificar a la Iglesia católica como la ramera y a Europa como la bestia”. Dijeron que “la Iglesia se ha estado alejando sistemáticamente de este enfoque de confrontación”.

¡Ese “enfoque de confrontación” resulta ser el enfoque de los apóstoles y profetas a lo largo de toda la historia que dieron su vida por la Obra de Dios!

Se necesita valor para hacer la Obra de Dios. Cuando el libro de Apocalipsis habla de una bestia, ¡hay que decírselo al mundo! ¡Esa bestia se está levantando ahora mismo! Tenemos que decírselo, ¡para eso Dios nos ha llamado hoy! Nos dice que advirtamos a Israel y al mundo, y dice que si fallamos, somos culpables de su sangre (Ezequiel 33:7-8). Ciertamente tenemos que prepararnos para gobernar el mundo con Cristo. Pero si no publicamos ese mensaje hoy, no gobernaremos en el futuro.

¡Dese cuenta de que somos los portavoces de Dios en la Tierra hoy! Somos la Esposa de Cristo. Hablamos por nuestro Esposo y nuestro Padre. ¡Ese es nuestro trabajo!

El liderazgo laodiceno perdió todo concepto de por qué fueron llamados. Les faltó el valor para entregar el mensaje. Temían proclamar la verdad de Dios. Temían llamar a la Iglesia católica la bestia de Apocalipsis. Les faltó fe para salir y hacer lo que Dios les ordenó. El miedo les hizo perder todo.

Dios no le ha llamado a una vida fácil. Dios le va a poner a prueba. Considere esto: Después de ser arrojado, Satanás fue tras la Iglesia (Apocalipsis 12:13). El siguiente versículo dice que Dios protege a Su pueblo “de delante
[o del rostro, vkj] de la serpiente” (versículo 14); eso implica la parte frontal de la cabeza. Satanás nos mira directamente, ¡nos mira fijamente! Lo vimos claramente en el caso de corte. Pero sus ataques alcanzarán tal intensidad que Dios tendrá que sacarnos de aquí y llevarnos a un lugar seguro. ¡Tendremos que depender de Dios para que nos proteja del rostro de la serpiente!

2 Crónicas 20:15 dice: “… No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. ¡La batalla es de Dios! Esa es una promesa absoluta del Creador del universo.

Si tenemos una perspectiva correcta y estamos razonando con Dios, ¡no podemos dejar de ver la emoción en la Obra de Dios y estar eufóricos por ello! ¡Tenemos una oportunidad especial para difundir este mensaje justo antes del regreso de Cristo! Caminamos por fe, no por miedo. Siempre hay pruebas y desafíos. ¡Pero esta es la oportunidad más grande que usted tendrá! ¡Si razona con Él, Él le dará recompensas que deslumbrarán su mente por la eternidad!

Estamos siendo juzgados ahora para determinar nuestra recompensa eterna. Estoy seguro de que en el Último Gran Día, los resucitados dirán: ¡Qué emocionante debe haber sido vivir en la última hora, justo antes de la Segunda Venida! Y seguramente nosotros diremos: ¡Las palabras no pueden ni siquiera expresarlo!

El apóstol Pablo se esforzó por transmitir su emoción. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”, escribió (Romanos 11:33). La palabra “sabiduría” significa que usted sabe cómo aplicar el conocimiento de Dios y hacerlo funcionar en su vida.

Pablo estaba extasiado por la profundidad que estaba obteniendo de la verdad de Dios. Era profundamente feliz incluso en medio de sus pruebas. No se dejaba distraer por lo físico; dejaba todo eso de lado. ¡Incluso recomendó no casarse debido a

las dificultades presentes! (1 Corintios 7:25-26). Estaba dispuesto a hacer tales sacrificios porque estaba muy emocionado por conocer las profundidades de Dios. Eso no quiere decir que nunca debamos tener citas y casarnos. Necesitamos matrimonios y familias fuertes en la Iglesia de Dios. Sólo trato de ilustrar un punto. Tenga sus prioridades correctas, y luego deje que Dios le dé esa pareja. Eso le ayudará en formas que ni siquiera puede imaginar.

También debe controlarse sexualmente. Pablo lo hizo, usted también puede y así debemos hacerlo. Esa es la ley. Siga el gobierno de Dios y la ley, la estructura sana, buena y justa que nos hace felices y exitosos.

El espíritu humano

Mire el relato de la Biblia sobre la creación de los seres humanos por parte de Dios. Cuanto más leo estos versículos, más me impresionan: “E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…” (Génesis 1:25-26). Los animales fueron hechos según su propia especie, ¡pero el hombre fue hecho según la especie de Dios! Él nos dio el espíritu humano, que nos proporciona el poder del intelecto. Eso nos hace tan diferentes de los animales que sólo tienen cerebro.

¿Por qué tenemos poder intelectual? Porque es la única manera en que Dios puede conectarse con usted con el Espíritu Santo. Él no hizo a los animales para que nacieran en Su Familia. Ese no es su propósito. Pero es el propósito para usted.

Los muy elegidos no sólo tenemos la semejanza de Dios, sino que tenemos la imagen del propio carácter de Dios. Considere cuán lejos está el espíritu humano del cerebro animal: ¡quien tiene el Espíritu de Dios está igual de lejos de un hombre de mente carnal! Tenemos el mismo carácter de Dios. ¡Tenemos una mente semejante a la de Dios!

Hay una diferencia trascendental entre el hombre y el animal. Y cuando se añade el Espíritu Santo al espíritu del hombre, ¡resulta una mente como la de Dios!

Pero debemos razonar como Dios, razonar con Dios y usar esa mente como Él quiere. Entonces todo se resuelve maravillosamente. Incluso cuando las cosas se ven mal, todo se resuelve: ahí es donde entra la fe. Eso debe ser parte de su razonamiento. Si no tuviéramos pruebas y dificultades, no razonaríamos con Dios. Esas pruebas tienen un gran propósito. Deje que la mente de Cristo esté en usted y llegue a ser perfecto como su Padre en el cielo es perfecto.

Satanás trabaja duro para que nuestra mente se enfoque en el cuerpo. ¡Pero Dios dice que lo que nos diferencia de los animales es el espíritu humano! Ahí es donde está nuestro gran potencial. Si para usted todo se resume al cuerpo, es como un animal envuelto en lujuria, ¡lo que lleva al desastre!

¡El espíritu humano le mantiene asombrado cuando realmente piensa al respecto! El folleto de Herbert W. Armstrong Lo que la ciencia no puede descubrir sobre la mente humana explica esta verdad. Hay una razón por la que lo pusimos en la lista de las 18 obras que queríamos además de El misterio de los siglos. Tiene que leer ese librito y dominarlo.

Yo estaba en el colegio cuando al Sr. Armstrong se le reveló esa verdad. Le costó mucho convencer incluso a los ministros de que era verdad porque teníamos el concepto protestante del alma inmortal en nuestras mentes todos esos años. ¡Tomó bastante tiempo para que la gente viera que lo que el Sr. Armstrong había escrito era correcto! Fue una revelación maravillosa para la Iglesia. Pero tuve que estudiarlo bastante antes de entenderlo completamente. No lo entendía de la forma que debía.

Nunca piense que conoce completamente nuestros libros y folletos. Siempre hay mucha profundidad que sacar de lo que Dios ha dado a estas dos últimas eras de Su Iglesia.

Dios está trabajando en su vida y en la mía. Él sigue ampliando nuestras mentes y nuestro entendimiento y haciendo que razonemos con Él, que pensemos como Él y que usemos esta mente semejante a la de Él, que pensemos como Dios.

El gobierno del universo

Somos una familia. Somos la Obra mundial de Dios. Se nos ha llamado una obra pequeña. Pero hace sólo 33 años, ¡teníamos apenas 12 personas! Mire el crecimiento que Dios nos ha dado. Mire el trabajo que estamos haciendo. Y estamos aquí no para gobernar algún país del mundo actual. Estamos aquí para cambiar y gobernar el mundo, ¡y luego el universo más allá de eso!

Un castigo sin precedentes viene sobre este mundo tal como es. ¡Una avalancha de problemas y dificultades está llegando a su cima detrás de un dique agrietado que está a punto de caer en cascada sobre las naciones! ¡Y Dios nos está preparando para llevar a las personas a través de la Gran Tribulación y ofrecerles una verdadera esperanza! ¡Qué honor y qué privilegio tenemos!

Cuando la idu estaba en su cúspide y tenía directores regionales por toda la Tierra, el Sr. Armstrong declaró en una conferencia de directores regionales lo siguiente: “Debería hacer que todos ustedes se dieran cuenta de la clase de obra en la que están, de lo grande que es y de lo mucho que está por delante de cualquier otra cosa en la Tierra, ya sea ahora o que haya habido alguna vez” (Worldwide News, 4 de febrero de 1985). ¡Esa es una afirmación impresionante!

“Esta es la era que cuenta”, continuó. “Esta es la era que está preparando a los que creo que serán los principales en ayudar a Jesucristo cuando venga a iniciar y comenzar una nueva civilización en esta Tierra”. ¡Y considere cuánto más nos ha revelado Dios en esta era incluso más allá de lo que el Sr. Armstrong sabía!

“Esa civilización está comenzando en la Iglesia de Dios Universal hoy”, dijo. “Es una civilización completamente nueva. Nunca ha habido nada parecido en la Tierra, a menos que fuera en menor grado en la Iglesia primitiva en el primer siglo”.

¡Cristo va a confiar en nosotros para enseñar al mundo la verdad y enseñarles a razonar con Dios! Les mostraremos cómo hacer que sus vidas sean felices, alegres y productivas. ¡Qué llamamiento! Aprenda a razonar con Dios hoy mismo en su propia vida, ¡y prepárese para esa magnífica oportunidad de enseñanza!