En un día, tu corazón late 100.000 veces.
Si pudieras estirar todos los vasos sanguíneos de un ser humano, tendrían una longitud de unos 100.000 kilómetros. Eso es suficiente para dar la vuelta al mundo ¡dos veces!
Tus riñones filtran más de 400 galones de sangre cada día. Cada hora, 1.000 millones de células de tu cuerpo deben ser reemplazadas; mueren y nacen otras nuevas. El cuero cabelludo humano promedio tiene 100.000 cabellos. Hay aproximadamente 9.000 papilas gustativas en la lengua. Los seres humanos nacen con 300 huesos en el cuerpo, pero al llegar a la edad adulta sólo tienen 206 porque muchos se fusionan formando huesos únicos, como los huesos del cráneo. El hueso más fuerte del cuerpo es el fémur (el hueso del muslo), que aunque en realidad está hueco, es más fuerte que el cemento.
En una pulgada cuadrada de piel hay cuatro metros de fibras nerviosas, 1.300 células nerviosas, 650 glándulas sudoríparas, 3 millones de células y tres metros de vasos sanguíneos. ¡En una pulgada cuadrada!
Bastante sorprendente, ¿verdad? Herbert W. Armstrong así lo creía. Él escribió en El increíble potencial humano: “El mecanismo más perfectamente diseñado y formado es la mente y el cuerpo del hombre” (énfasis añadido).
Esta verdad nos lleva al hecho más inspirador de todos: fuimos creados a “imagen” y “semejanza” de Dios (Génesis 1:26), visualmente parecidos a Él, y con el potencial de llegar a ser como Él también en el carácter espiritual. El Salmo 139:14 dice: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien”. Adolescentes, ustedes son hechos de manera formidable y maravillosa, lo que puede significar que son distinguidos o apartados. Ustedes son diferentes de cualquier otra cosa que Dios haya creado.
Responsabilidad sagrada
¿Qué tan fácil es dar por sentada esta vida física? En el momento en que enfermamos o nos lesionamos, podemos apreciar los milagros que realmente son nuestros cuerpos.
¿Hasta qué punto eres responsable de tu cuerpo? Después de todo, sólo tienes un cuerpo físico. Hazlo respetar. No abuses de él. Respétalo.
Dios no nos dio nuestros cuerpos para que abusáramos de ellos, sin embargo, los adolescentes están destruyendo más que nunca este gran regalo comiendo demasiado azúcar y grasas, fumando, abusando del alcohol, no haciendo ejercicio, siendo adictos a la tecnología, y teniendo relaciones sexuales prematrimoniales que además suelen resultar en atroces enfermedades de trasmisión sexual. Adolescentes, ustedes deben ser diferentes. Desafíense a mantener su cuerpo limpio y saludable para Dios.
“Dios nos ha dado un organismo humano maravilloso, para usarlo según Él indica en Su manual de instrucciones. ¡La posesión de semejante cuerpo impone a cada individuo una responsabilidad sagrada! Es algo que podemos usar para honra y gloria de Dios, para nuestra propia felicidad, O podemos hacer mal uso de él, deshonrando al Creador y trayendo sobre nosotros mismos degradación, vergüenza y maldiciones” (La dimensión desconocida de la sexualidad).
Huye de la fornicación
Una de las mayores formas en que los jóvenes de hoy no usan sus cuerpos de la manera en que Dios quiere es teniendo sexo antes del matrimonio. La Biblia prohíbe claramente la fornicación. Pablo advirtió en 1 Corintios 6:18: “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica contra su propio cuerpo peca”. El libro Barnes’ Notes dice sobre este versículo: “El hombre debe escapar de ella; no debe quedarse a razonar al respecto; a debatir el asunto; o incluso a contender con sus propensiones [tendencias], y a probar la fuerza de su virtud” (énfasis añadido). No pienses: Soy lo suficientemente fuerte para manejarlo. Recuerda el ejemplo de José: Cuando la esposa de Potifar trató de seducirlo, ¡él corrió!
Barnes’s continúa: “Hay algunos pecados que un hombre puede resistir; algunos sobre los que puede razonar sin peligro de contaminación. Pero éste es un pecado en el que un hombre está a salvo sólo cuando huye; está libre de contaminación sólo cuando se niega a pensar en él; seguro cuando busca una victoria por medio de la huida, y una conquista por medio de la retirada. Deja que un hombre se aleje de ella sin reflexionar en ella y estará a salvo. Déjalo que piense y razone, y puede perderse” (énfasis añadido).
¡No te creas más fuerte que el diablo! Satanás sabe cómo burlar tus defensas. Si estás luchando, no trates de fingir que no pasa nada. Habla con tus padres al respecto. Habla con el ministerio. Y recuerda, ¡tu cuerpo es para Dios! (versículo 13). Debe ser usado para Sus propósitos.
Dios no creó tu cuerpo para la fornicación. Él te creó para disfrutar de la riqueza del matrimonio y la familia, en el momento adecuado y de la manera correcta. ¡Él te creó para que finalmente te conviertas en un ser divino!
Su templo
1 Corintios 6:19 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”. Mira eso: tú no te perteneces.¡No es realmente tu decisión! El versículo 20 dice: “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Glorificar significa honrar o exaltar. Puedes honrar a Dios por la forma en que usas y tratas tu cuerpo; o por el contrario, puedes deshonrarlo.
En La dimensión desconocida de la sexualidad, el Sr. Armstrong escribió con respecto a estos versículos: “¡Analicemos esto cuidadosamente! El cuerpo es el templo del Espíritu Santo. El cuerpo no le pertenece al individuo; no somos nuestros, pues ¡Cristo nos ha comprado y pagó por nosotros! Por tanto, debemos glorificar a Dios. ¿CÓMO? No dice ‘con vuestra mente’ sino ‘en vuestro cuerpo”.
“En todo este pasaje, aun desde el capítulo anterior, el tema central es la sexualidad. Estos dos capítulos prohíben y condenan todo uso erróneo del sexo. (…) Pero Dios estableció el matrimonio. El matrimonio es honorable y tiene la bendición de Dios. Es Él quien une a los esposos en una relación en el planodivino”.
“Esto glorificaa Dios, porque Él lo ordenó y porque Él une a los esposos. Así pues, usted glorifica a Dios en su cuerpomanteniéndolo libre de la fornicación, del adulterio y de cualquier otro uso malo, y también lo glorifica por el uso correcto y sagrado de la sexualidad, dentro del matrimonio”.
La mentira de ‘no morirás’
Señoritas, recuerden lo que Satanás le dijo a la madre Eva: “Vamos, come el fruto prohibido. No morirás”. Lo mismo les dice a ustedes. “Adelante, tengan un novio, tómense de la mano, bésense y hagan todo lo que quieran. ¡No va a pasar nada malo!”. Pero ¿dónde acabó Eva? Fue expulsada del Jardín del Edén. El parto se convirtió en una experiencia dolorosa. Su primogénito mató a su segundo hijo y durante el resto de su vida tuvo que ver cómo la gran mayoría de sus descendientes vivían en la miseria.
No importa lo agradable, guapo o encantador que sea un joven. Si te está tentando a pecar, ¡Satanás lo está utilizando para llegar a ti! ¡Esta es la verdad!
Jóvenes, lean Proverbios 31:3. La madre de Salomón le enseñó: “No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes”. Las relaciones prematuras en la adolescencia te distraerán de las cosas importantes de la vida y agobiarán tu pensamiento. Esta es una de las mayores formas en que Satanás atrae a los jóvenes apartándolos de Dios, de Su Iglesia y de sus familias. Recuerda, él está caminando y buscando devorarte. Él conoce nuestras debilidades.
Todavía estás ‘en cocción’
Como adolescente, también necesitas más tiempo para desarrollarte y madurar. ¡Sólo estás a mitad de camino! Como dice 1 Corintios 14:40: “Pero hágase todo decentemente y con orden”. Cuando haces cosas para las que no estás preparado, dañas tu carácter y tus emociones y hieres a los demás a tu alrededor. El Sr. Armstrong escribió que el sexo prematrimonial “… ¡degrada, corroe y rebaja aquella maravillosa experiencia que Dios diseñó para que se repitiera durante toda la vida, dentro del matrimonio! Además, reduce la felicidad total que la pareja habría podido gozar, ¡en un matrimonio futuro!”.
¿Has cocinado alguna vez una pizza congelada? En la parte posterior de la caja, probablemente dice que hay que cocinarla en el horno durante 15 a 18 minutos más o menos. ¿Querrías comerla si sólo se cocinara a medias, durante 7 minutos? ¡Por supuesto que no! ¿Por qué no? Porque aún no está lista, necesita más tiempo. Tienes que esperar hasta que esté lista. Como adolescente, necesitas más tiempo de “cocción”.
Dios no es autor de confusión (versículo 33). La segunda mitad de ese versículo muestra que ¡Dios es en realidad autor de paz! Él te ofrece paz en tu vida y protección contra el mundo. ¡Tienes que pensar seriamente en tu futuro! ¿Quieres un matrimonio feliz, bendecido con hijos? ¿Qué tipo de vida familiar quieres? Como joven, te acercas a una encrucijada en tu vida. ¿Qué camino tomarás?
Los años de preparación
El Sr. Armstrong escribió: “La etapa entre los 16 y los 25 años de edad es de importancia vital. Son los años cruciales de PREPARACIÓN para la vida laboral. Durante estos años la mente tiene la capacidad de aprender más rápidamente que en cualquier otra época aquellos conocimientos avanzados necesarios antesde iniciar la carrera adulta, trátese de negocios, carrera profesional, ocupación o matrimonio”. En este momento o te estás acercando a estos años preparatorios tan importantes o los estás viviendo. Desarrolla objetivos para tu vida, cosas por las que esforzarte que mantendrán tu vida sana y limpia. Mantente ocupado, pero equilibrado.
Recuerde esta cita, del folleto Modern Dating de la Iglesia de Dios Universal: “Diversión es diversión. ¿Y qué es la diversión? La diversión es algo que sigue siendo divertido mañana, y la próxima semana, y el próximo año. La diversión es algo que sigue siendo divertido para contárselo todo a sus hijos”.
“Pero si no es divertido mañana, o el año que viene, o para contárselo a sus hijos, entonces no es ‘divertido’. Es algo totalmente distinto”.
Estás hecho a imagen y semejanza de Dios. Las instrucciones para tu desarrollo quedaron claras en la Biblia. Tu cuerpo fue hecho para glorificar a Dios, para hacer buenas obras para Él, para mostrar al mundo con tu ejemplo cómo vivir y agradar a Dios.
Al vivir tu vida, agradece el maravilloso mecanismo con el que Dios te ha dotado y trátalo con el respeto que merece y que Dios espera.