Después de que las Torres Gemelas fueron destruidas el 11 de septiembre de 2001, muchos sintieron que era apropiado, tal vez incluso un imperativo moral, unirse al ejército para combatir lo que era claramente un terrible mal. Millones de personas han muerto a manos de hombres como Adolfo Hitler y Osama bin Laden. Incluso ahora, puedes encender la televisión y ver imágenes en directo de atrocidades en Ucrania. El terrorismo y la guerra son un problema espantoso que debe ser resuelto.
El mundo tiene una solución para estos problemas: la acción militar. ¿Pero debemos, como cristianos, participar en la guerra? ¿Es moralmente correcto que el pueblo de Dios combata el terrorismo? Muchos sienten que los horribles ataques contra sus naciones no pueden quedar sin respuesta.
¿Pero qué dice Dios? ¿Justifica Él la acción militar?
Algunos dirían que sí. ¿No ordenó Dios a los israelitas que lucharan contra sus enemigos y los destruyeran?
Busquemos en nuestras Biblias y obtengamos una imagen más completa de lo que Dios Todopoderoso dice sobre este tema, y lo que Él quiere que hagamos. Busquemos Su solución a los problemas de este mundo, ¡una solución que acabe con el terrorismo y la guerra!
El antiguo Israel y la guerra
El antiguo Israel luchó en muchas guerras. Muchas veces sufrió bajas horrendas. Sin embargo, también hubo ocasiones en las que el enemigo fue derrotado contundentemente gracias al apoyo de Dios. Entonces, ¿quería Dios que los israelitas atacaran a sus enemigos? ¿Justifica Dios la guerra?
¿Qué prometió Dios a los israelitas si le obedecían? Éxodo 23:22.
Dios quería que Israel dependiera de Su protección. Al conducir a los israelitas desde Egipto hasta la Tierra Prometida, los llevó específicamente alrededor de la tierra de los filisteos porque no quería que ni siquiera vieran la guerra, mucho menos que participaran en ella (Éxodo 13:17).
Considera la liberación nacional de Israel de la esclavitud. Dios podría haber dicho a los israelitas que mataran a los egipcios ellos mismos, pero Él quería proteger a Su pueblo, y lo hizo cuando le obedecían. Dios mató sobrenaturalmente a todos los primogénitos de Egipto. Cuando los israelitas pasaron por el mar Rojo, Dios los protegió milagrosamente del ejército egipcio. No hubo necesidad de luchar. No había duda de que fueron liberados por Dios, no por sus propias acciones.
¿Permitió Dios que los israelitas inconversos hicieran ciertas cosas debido a la dureza de sus corazones? Mateo 19:8. ¿Estas excepciones vinieron de Dios o fueron el resultado de la terquedad de Israel? Última parte del versículo.
Dios prometió proteger a los israelitas de sus enemigos si guardaban Su ley, pero Israel no siguió obedeciendo a Dios. La elección de participar en la guerra fue hecha por los israelitas de mente carnal, no por Dios.
A Israel se le ordenó confiar en Dios
¿Qué le dijo Dios al rey Josafat sobre el resultado de las batallas? 2 Crónicas 20:14-15.
Antes de esta respuesta de Dios, Josafat ayunó y oró a Dios por la liberación. Dios le respondió y le prometió que ganarían cualquier batalla si confiaban en Él. La batalla no era de Josafat, ¡era de Dios! Cuando los israelitas hacían suya la batalla era cuando perdían.
Cuando los etíopes vinieron contra el rey Asa con un ejército de un millón de hombres, ¿qué hizo Asa? 2 Crónicas 14:9-12.
Este relato muestra que no había ninguna necesidad de que Israel luchara. Dios protegió a Su pueblo cuando Israel se sometió a Él. Lamentablemente, incluso después de esta asombrosa demostración del poder de Dios, el rey Asa no siguió confiando en Él.
En su folleto de 1985 Servicio militar y guerra, Herbert W. Armstrong escribió sobre este evento: “¡Esta vez Asa descuidó confiar en Dios para luchar contra la fuerza militar atacante! ¡Esta vez hizo precisamente lo que Estados Unidos y Gran Bretaña están haciendo hoy! Contrató a un aliado; el reino de Siria (2 Crónicas 16:1-3)”.
¿Qué sucedió cuando el rey Asa no confió en Dios? 2 Crónicas 16:7-9.
El Sr. Armstrong concluyó: “Si se pregunta por qué nuestras naciones están continuamente teniendo guerras, ¡ahí está su respuesta!”. Estas guerras son aún más frecuentes hoy que en tiempos del Sr. Armstrong. Como muestra el ejemplo de Asa, ocurren porque las naciones no confían en Dios.
Y sin embargo, hubo momentos en los que Dios instruyó a los israelitas para que ellos mismos actuaran contra sus enemigos. ¿Por qué? Considera las palabras del Sr. Armstrong sobre esto: “Pero ¿hizo Dios algo malo, al usar a los israelitas decididos a la guerra para expulsar a estas naciones, y para matar? ¡Nunca!”.
“Recuerde esta verdad básica: sólo Dios tiene el derecho de tomar la vida humana, ya que sólo Él es el Dador de vida”.
“Debido a la falta de fe y a la desobediencia de Israel, Dios los usó como Su instrumento para quitar la vida, ¡lo que Dios tenía total derecho a hacer!”.
“¡No hay injusticia con Dios! Pero Israel había elegido el camino del pecado al ir a la guerra. Incluso entonces, podrían haber cambiado su decisión”.
“El Dador divino de la vida humana tiene el derecho de tomar las vidas que dio. ¡Le pertenecen a Él! Pero para cualquier ser humano, o nación, por su propia voluntad o iniciativa, tomar la vida humana es pecado. La vida que toma no es suya, ¡sino de Dios! No sólo comete un asesinato; también roba o toma lo que es de Dios”.
La guerra hoy
Hemos visto que la naturaleza humana nos lleva a confiar en nosotros y a luchar contra otras naciones. ¿Significa esto que Dios realmente aprueba la violencia? Juan 18:36.
Los verdaderos seguidores de Jesús en la Iglesia de Dios se abstienen de la violencia. Pero las naciones inconversas de Israel, al igual que el antiguo Israel sin el Espíritu de Dios, no prestan atención a las instrucciones de Dios. La función de Israel como instrumento de muerte fue otro resultado de su falta de fe y desobediencia. El mismo principio se aplica a la situación en la que se encontró Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial. Dios lo usó para salvar a Estados Unidos y Gran Bretaña a través de la acción militar. Era un hombre con visión y sabía que había que actuar para salvar a su nación. Sin embargo, el Sr. Churchill no era un hombre de fe y obediencia, y el pueblo británico no era temeroso de Dios. Dirigidos por el Sr. Churchill, fueron usados de forma muy parecida a los “israelitas decididos a la guerra”.
¿Cómo ha maldecido Dios al Israel moderno a causa de sus pecados? Levítico 26:15-16, 19. ¿Es el asesinato y la violencia contra el prójimo claramente un pecado? Éxodo 20:13; Mateo 5:21-22, 38-39; 1 Juan 3:15.
La revista de noticias de la Iglesia de Dios de Filadelfia, la Trompeta de Filadelfia, comenta con frecuencia la debilidad militar estadounidense. Sin embargo, esto no se debe a que apoyemos la acción militar, ¡no lo hacemos! Esta debilidad militar de Estados Unidos y Gran Bretaña demuestra el cumplimiento de una profecía bíblica que dice que el orgullo de nuestro poder ha sido quebrantado. Estas maldiciones han venido a estos países a causa del pecado, ¡y la violencia es un pecado! Al escribir sobre esta falta de fuerza militar, la intención de la Trompeta es simplemente mostrar la medida en la que las profecías de Dios se están cumpliendo en Estados Unidos y Gran Bretaña.
Si vamos a ser verdaderos seguidores de Jesucristo, debemos seguir Sus mandamientos. Él ordena claramente que nos abstengamos de toda violencia, ¡especialmente de la guerra!
Ciudadanos del cielo
¿Son los llamados de Dios ciudadanos de este mundo presente y malvado? Filipenses 3:20, 2 Corintios 5:20.
La palabra ciudadanía en Filipenses 3:20 es politeuma en el griego original y está traducida correctamente en la Reina Valera. De hecho, se traduce como ciudadanía en prácticamente todas las traducciones de la Biblia, excepto en la King James.
Como ciudadano de Estados Unidos de América, tú no lucharías por ningún otro país; hacerlo se consideraría traición. Cuando visitas otro país, eres un invitado. No puedes participar en ningún aspecto de su gobierno, de su ejército ni de nada más. ¡Aquellos llamados a salir de este mundo hoy son ciudadanos del cielo, dirigidos por nuestro Rey, Jesucristo de Nazaret!
Si eres guiado por un gobierno que está luchando en una guerra, entonces puedes luchar por él. Pero si eres guiado por Dios, Él da el siguiente mandamiento: “No matarás” (Éxodo 20:13). Si participáramos en cualquiera de las organizaciones militares de este mundo, estaríamos demostrando nuestra falta de obediencia a nuestro Padre y, al mismo tiempo, nuestra disposición a luchar contra un terror que ha sido designado por Dios (Levítico 26:16).
¿La lucha de los verdaderos cristianos es física o espiritual? Efesios 6:12.
El Reino de Jesucristo aún no ha llegado, y Sus siervos no luchan en guerras físicas. Nuestra batalla no es física; es espiritual. Se espera que sigamos el gobierno de Dios Todopoderoso, no los gobiernos fallidos del hombre. Si el hombre siguiera la ley de amor de Dios, la paz cubriría la Tierra, ¡y esto es exactamente lo que sucederá en el futuro cercano!
El terrorismo y la guerra son males espantosos y serán erradicados por Jesucristo a Su regreso. Nosotros, sin embargo, no tenemos el derecho de ir a trabajar para otro gobierno o reino, uno que está siendo castigado por Dios por sus pecados, simplemente porque creemos que su causa es justa.
¿El derecho a ejecutar la venganza pertenece a los seres humanos o a Dios? Romanos 12:19. ¿Ayudarán los elegidos de Dios a que Él y Cristo ejecuten esa venganza en el futuro? Salmo 149:5-9.
La paz mundial ya viene, pero no por los sistemas militares del hombre. La venganza es de Dios, y Él traerá la paz a su debido tiempo. Cuando Jesucristo regrese, Sus santos lucharán a Su lado y finalmente se les permitirá ejecutar ese juicio. Todos Sus santos tendrán ese honor, ¡y nuestra victoria estará asegurada!
Hasta ese momento, Dios espera que le sirvamos a Él, no a una de las organizaciones militares del hombre.