¡Que la verdadera fuerza te acompañe!
Poder de más allá de las galaxias

Cuando George Lucas creó La guerra de las galaxias, se fijó en las religiones del mundo y vio que en casi todas ellas hay un dios con algún tipo de poder. Utilizó ese concepto en sus películas. Llamó a ese poder “la fuerza” y utilizó la frase “Que la fuerza te acompañe”.

En Star Wars: The Annotated Screenplays [La guerra de las galaxias: Los guiones comentados], Laurent Bouzereau señala que la expresión “Que la fuerza te acompañe” es en realidad una variación de la frase cristiana “Que el Señor esté contigo y con tu espíritu”. Bouzereau dice que esa frase “la escribía a menudo San Pablo al final de sus cartas”.

A menudo le pido a Dios comprender mejor Su Espíritu. Es un poder. Es la fuerza real. Todo lo que produjo George Lucas es mera fantasía. El poder de Dios es real. Los miembros bautizados de la Iglesia de Dios tienen la fuerza real, ¡el Espíritu Santo de Dios, dentro de ellos! Incluso aquellos que aún no están bautizados pueden tener ese Espíritu trabajando con ellos.

A George Lucas le fascinaban frases bíblicas como “El Señor Jesucristo esté con tu espíritu” (2 Timoteo 4:22). Él sabía que había un poder espiritual de Dios. Pero éste no hará nada por usted si no tiene, como escribió Pablo aquí, a Jesucristo con ese Espíritu.

Considere a los laodicenos, los santos tibios de Dios (Apocalipsis 3:14-22). Ellos tenían el Espíritu Santo, pero ¿está Cristo con ellos? ¿Está Él con el Espíritu trabajando en ellos? No, no lo está. Así que no están haciendo nada de valor espiritual. Ese Espíritu está dormido en sus vidas. Cristo debe estar con su Espíritu. Entonces siempre será efectivo.

¿Qué importancia tiene para usted que Jesucristo esté con usted y con su Espíritu?

La Obra de Dios está involucrada en muchos proyectos emocionantes. Pero sin la presencia de Dios, sin que Cristo nos dé poder a través de Su Espíritu, nada de eso serviría para nada.

Cristo tiene que estar ahí con el Espíritu, o el Espíritu no le ayudará de ninguna manera. Tenemos que ser guiados por el Espíritu, es decir, que Cristo nos guíe. Tenemos que asegurarnos de que Él avive ese Espíritu mientras oramos a Dios y pedimos que eso ocurra.

“Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gálatas 5:18). Si usted no guarda la ley, será quebrantado por ella. Pero si es guiado por el Espíritu, no tendrá que sufrir las penalidades de esos pecados de los que se ha arrepentido.

“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (versículos 24-25). Vivimos por el Espíritu, pero también debemos caminar por el Espíritu con Dios. ¡Él nos da el poder para caminar con Él y caminar por fe con obras!

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu” (Filemón 25). Esta es “la fuerza” que inspiró a George Lucas. Debemos mantener a Cristo allí. El Espíritu no nos guía. Cristo nos guía por el Espíritu. Pero si no tenemos a Cristo, ese Espíritu no funcionará; no hará nada por usted. Cristo quiere estar ahí con usted. Cuando Él está, ¡hay un gran poder! ¡Esa es una fuerza real!

El poder del empuje

Al escribir La guerra de las galaxias,
George Lucas demostró el empuje que se necesita para triunfar. Tenía una gran ética de trabajo. Odiaba escribir, pero no pudo encontrar a nadie que realmente pudiera escribir La guerra de las galaxias. Así que decidió escribirla él mismo. Dedicaba ocho horas diarias a escribir el guion. Algunos días estaba ocho horas sentado y no tenía ni una palabra que escribir, así de difícil era para él. Pero siguió esforzándose hasta completar el guion.

Si nos entregamos a Dios con ese tipo de ética de trabajo, ¡entonces sucederán grandes cosas! ¡Dios va a bendecir su vida de formas que probablemente nunca podría imaginar!

Si realmente quiere triunfar con Dios, debe ser un gran servidor. No desee “vana gloria” (Gálatas 5:26). No piense para nada en eso. Más bien, enfóquese en ser un excelente siervo de Dios y de Su Obra, enfóquese en llevar Su mensaje a este mundo.

Avive el poder de Dios

“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:6-7). ¡Esta es realmente la fuerza! ¡Avívela y tendrá verdadero poder! Lo que George Lucas creó era todo fantasía. ¡Esto es realidad!

Cuando el apóstol Pablo escribió estas palabras, estaba sentado en la cárcel, esperando ser condenado a muerte. Los miembros de la Iglesia estaban perturbados y temerosos. ¡Pero Pablo estaba componiendo la más inspiradora de sus 14 epístolas! Y escribió: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía”. Trataba de animar al pueblo de Dios todo lo que podía. ¡Y le recordó a Timoteo que el Espíritu en su interior es un espíritu de poder!

Algunos miembros de la Iglesia se avergonzaron de Pablo, diciendo que no podían seguir apoyando a un prisionero. Pero él escribió: “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios” (versículo 8). Si uno de los ministros de Dios fuera encarcelado como Pablo, ¿se avergonzaría usted? Pablo realmente fue partícipe “de las aflicciones por el evangelio”; ¡tuvo algunas pruebas difíciles! Él animó a Timoteo a recordar el panorama general. A pesar de esas pruebas, debido a su lealtad a Dios, ¡Pablo va a gobernar sobre los gentiles bajo Daniel para siempre! (Para aprender más, solicite The Wonderful World Tomorrow—What It Will Be Like [El maravilloso Mundo de Mañana: cómo será, disponible sólo en inglés]). ¡Esa es una gran porción de la población mundial!

Pablo estaba a punto de ser condenado a muerte. 2 Timoteo fue su última epístola. ¡Y es uno de los libros más conmovedores y edificantes de toda la Biblia! ¿Cómo pudo este hombre lograr tal hazaña? ¡Usando un poder real! Usando el Espíritu Santo de Dios, con Jesucristo dándole poder.

¡Dios pone ese mismo poder a su disposición! Somos la Familia de Dios, y tenemos que proclamar este mensaje de la Familia Dios. Si nos sometemos a Dios mientras hacemos ese trabajo, y realmente tenemos a Cristo con nuestro Espíritu, ¡entonces la fuerza real estará con nosotros!