“Las llamadas iglesias cristianas no comprenden ni enseñan lo que es el pecado, no enseñan que el pecado debe ser puesto fuera de nosotros”, declaró con denuedo Herbert W. Armstrong en su folleto fundamental Las Fiestas Santas de Dios. Durante su ministerio de más de 50 años, él nunca vaciló sobre esta creencia. Sin embargo, ninguna otra denominación cristiana estuvo de acuerdo con él. De hecho, muchas se le opusieron vehementemente en el tema del pecado.
¿Cómo pudo el Sr. Armstrong mantenerse firme, y solo, en tal enseñanza? Él creía en lo que leía en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y reconoció que la gran mayoría de los “supuestos cristianos”, (incluyendo los ministros, que compraban, leían, estudiaban y llevaban Biblias), no creían ni aceptaban lo que leían. ¿Cómo lo sabía? ¡Por lo que enseñaban sobre el pecado y la ley de Dios!
La cristiandad moderna ha declarado que la ley (y esencialmente el pecado) ha desaparecido. Así que era obvio para el Sr. Armstrong que las personas que hacían tales afirmaciones fallaban en llegar a comprender que se espera que un verdadero cristiano “viva una vida de vencer al pecado, perdurando hasta el final, y que los vencedores reinarán con Cristo, siendo reyes y sacerdotes, en Su Reino” (ibíd).
Aquellos que siguen fielmente las enseñanzas del Sr. Armstrong saben bien que él fue retado por su esposa a comprobar en la Biblia que el verdadero día cristiano para adorar era el domingo y no el sábado. Aceptando su reto, el Sr. Armstrong le aseguró a su esposa que todas las iglesias cristianas no podían haberse equivocado en este punto de la doctrina. Sin embargo, cuando él examinó honestamente la Biblia, descubrió que todas las iglesias estaban equivocadas, no sólo en cuanto al día de reposo correcto, sino también en cuanto al mandamiento bíblico de guardar los días santos anuales.
A través de largas horas de estudio y años de experiencia, el Sr. Armstrong llegó a entender que Dios tenía un gran propósito para establecer los días santos anuales. Estos sábados anuales son una parte integral del Cuarto Mandamiento, ¡que debe ser obedecido! El Sábado semanal y los siete días santos anuales son de increíble beneficio espiritual para cada hombre, mujer y niño y serán guardados en todo el mundo al regreso de Jesucristo.
¿Por qué un Sábado semanal y sábados anuales?
El Sr. Armstrong explicó detalladamente el propósito de Dios para establecer el Sábado semanal y los días santos anuales en este revelador folleto sobre los días santos de Dios. “Y la creación es la prueba de la existencia de Dios. La creación identifica a Dios. El Sábado es un memorial semanal de la creación. Un recordatorio semanal del poder de Dios para crear” (ibíd). Hoy en día, millones de personas dudan de la existencia de Dios porque han aceptado la falsa teoría de la evolución, que pretende explicar una creación sin un creador. El conocimiento del Sábado y la correcta observancia del mismo, habrían impedido que esa teoría cegara las mentes de millones de personas.
“Ahora de la misma manera, cuando Dios dio a Su Iglesia siete sábados anuales, Dios, en Su sabiduría, tenía un gran propósito”, continuó. “Estos días, también, fueron dados para que los hijos de Dios adoren y recuerden en verdad a Dios manteniéndolos enfocados constantemente en el entendimiento del gran plan de redención de Dios. Estos días anuales ilustran las diferentes épocas en el plan de la creación espiritual y marcan las etapas, e ilustran su significado”.
Levítico 23:2 revela que el Sábado semanal y los sábados anuales son “las fiestas solemnes de [el Eterno]”. Son las temporadas de fiestas de Dios y están establecidas para siempre, ¡lo que significa que deben ser guardadas para siempre! ¿Por qué? “Estos días de fiesta son para representar la historia entera de la regeneración espiritual [re-creación] año tras año continuamente. Estos días tienen un simbolismo y un significado de vital importancia”, proclamó el Sr. Armstrong.
Incrustado en estas fiestas se encuentra el conocimiento increíble de que Dios se está reproduciendo a Si mismo en el hombre. El cristianismo moderno no tiene entendimiento sobre lo que Dios desea para toda la humanidad. “No entienden que Cristo va a regresar otra vez, y aquellos que predican la Segunda Venida fallan en entender su significado y propósito”, escribió él. “Ellos enseñan la doctrina pagana de la inmortalidad del alma, que va inmediatamente al cielo o al infierno al morir, y enseñan que la muerte es sólo vida”. Los sábados de Dios enseñan algo mucho más glorioso para el futuro de la humanidad.
Dios quiere cimentar Su plan en nuestras mentes a través de la observancia de Sus días santos. El Sábado semanal de Dios y los sábados anuales requieren nuestra participación activa ¡para mantenernos en el conocimiento del verdadero propósito de Dios! La temporada de fiestas de primavera, que describe los primeros pasos en el plan de Dios, está a las puertas. Usted y yo nunca entenderemos la meta final del plan de Dios si no tenemos el comienzo correcto. ¿Está usted preparado para ser un participante activo?
Dios estableció dos fiestas de primavera, La Pascua y los Días de Panes sin Levadura, para darnos un comienzo poderoso de todos Sus días santos. La Pascua es un evento de un día, pero no es un sábado anual. Se lleva a cabo en la porción nocturna del 14 de Abib en el calendario hebreo y corresponde con la noche del 26 de marzo de este año en el calendario romano. Los Días de Panes sin Levadura siguen inmediatamente el 15 de Abib, o 28 de marzo (comenzando la noche del 27), y duran siete días con el sábado anual en el primer día. Un segundo sábado anual concluye la fiesta en el séptimo día, o el 3 de abril. La Pascua y los sábados anuales llevan instrucciones únicas que se combinan para resaltar una instrucción general unificada. Debido a esta unidad en el propósito, antiguamente, a estos dos festivales se les llamaba “Pascua”. Así que, en cierto sentido, se nos dan ocho días para un estudio renovado del plan y el propósito de Dios para el hombre, para la adoración espiritual, para la reflexión y la celebración durante la temporada de fiestas de primavera. Toda esta educación se centra en la necesidad absoluta de remover el pecado de nuestras vidas y ver la naturaleza malvada y destructiva del pecado. ¡Qué tan generoso es nuestro Dios para dar!
Prepárese para la Pascua
“Dios ordena que los verdaderos cristianos conmemoren el sacrificio de Jesucristo cada año. [Su tremendo sacrificio pagó el precio por todos nuestros pecados]. Él da instrucciones muy específicas sobre cómo los miembros bautizados deben celebrar esta ceremonia anual”, escribe Gerald Flurry en Cómo ser un Vencedor. En la preparación para tomar parte en la ceremonia de la Pascua, deberíamos volver a estudiar la institución de Jesucristo del servicio de la Pascua del Nuevo Testamento en Mateo 26:17-30 y Juan 13:1-17. Es una ceremonia que no debe tomarse a la ligera. Además, tanto los folletos del Sr. Armstrong como los del Sr. Flurry, deberían ser prioritarios en nuestra lista de estudio de días santos de primavera en preparación para la Pascua y los Días de Panes sin Levadura. Si no tiene estos folletos, se los enviaremos sin costo alguno, si los solicita.
El apóstol Pablo proporcionó instrucciones detalladas para la observancia apropiada de la Pascua en 1 Corintios 11:17-34. Él enfatiza nuestra necesidad de examinarnos a fondo antes de tomar los símbolos del cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Cristo. “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (versículos 26-29). El versículo 23 muestra que Pablo recibió esta instrucción directamente de Jesucristo; así que Cristo está ordenándonos tener el enfoque espiritual apropiado al entrar en esta ceremonia sagrada.
“Dios instituyó la Pascua como un memorial del sacrificio de Cristo, que pagó por nuestros pecados y nos reconcilió con el Padre. Cuando tomamos la Pascua, toda nuestra atención debe estar en el Cordero de Dios que fue sacrificado por nosotros. Debemos enfocarnos en el Cordero que pagó la pena por nuestros pecados”, continúa el Sr. Flurry. Claramente, la Pascua es una fiesta sobria, no obstante, es una noche de consuelo y paz sabiendo que Jesucristo pagó voluntariamente la pena de nuestros pecados para que podamos ser reconciliados con Dios nuestro Padre y “nacer de nuevo” en la Familia de Dios a Su regreso.
Guarde de todo corazón los Días de Panes sin Levadura
Los Días de los Panes sin Levadura comienzan de una forma única. Recuerde que es un festival de siete días, con sábados anuales el primer y el último día (Levítico 23:6-8). La celebración del primer día representa un evento histórico y un requisito espiritual vital para el éxito espiritual de un verdadero cristiano. Los antiguos israelitas fueron liberados de la esclavitud egipcia el 15 de Abib. Exactamente 24 horas después de sacrificar los corderos de la Pascua, toda la nación salió de Egipto por la noche. Este evento tiene un gran significado espiritual para los verdaderos cristianos. El Sr. Armstrong enseñó que Egipto es un tipo del pecado y que el Faraón es un tipo de Satanás. Después de que Dios derramó la décima plaga (la muerte de los primogénitos de hombres y animales) sobre Egipto, los israelitas, que sacrificaron fielmente el cordero de la Pascua, fueron liberados del cautiverio del pecado y de Satanás.
Lo mismo ocurre para los cristianos de hoy. El sacrificio de Jesucristo, el primer paso en el plan maestro de salvación de Dios, nos libera de Satanás y del cautiverio del pecado. Los israelitas salieron de Egipto con gran alegría y celebración. Así que exactamente 24 horas después del servicio de la Pascua cristiana, Dios nos manda a celebrar nuestra liberación de Satanás y del pecado. Recuerde que el primer día de esta fiesta comienza al atardecer. Durante la porción nocturna, el pueblo de Dios celebra su salida del pecado con una cena festiva. “Es noche de guardar para [el Eterno], por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para [el Eterno] todos los hijos de Israel en sus generaciones”, registra Moisés en Éxodo 12:42.
Durante una cena de Noche de Guardar, el pueblo de Dios se reúne en pequeños grupos para comer una cena fina y platicar sobre cómo Dios los ha traído a Cristo y los ha liberado del engaño de Satanás y de los estragos del pecado. Es realmente una ocasión de gozo. Pero esto es sólo el comienzo de los Días de Panes sin Levadura.
Dejando el Pecado Completamente
Durante el día del primer sábado anual, el pueblo de Dios se reúne en servicios para escuchar mensajes sobre el significado espiritual de los Días de Panes sin Levadura. Durante este festival de siete días, Dios ordena a Su pueblo que elimine la levadura de todas sus casas y se abstenga de comer productos con levadura (Éxodo 12:15-17). ¿Insólito? En realidad, no, una vez que se entiende el simbolismo profundo espiritual.
La Biblia revela que la levadura es un tipo del pecado (1 Corintios 5:6-8; Mateo 16:6, 11-12). Al comer pan sin levadura, demostramos nuestro deseo de superar el pecado en nuestras vidas. Cada año necesitamos que se nos recuerde el engaño del pecado y nuestra necesidad de arrancarlo de nuestras vidas.
Jesucristo describió las doctrinas falsas de los fariseos y saduceos como levadura (Mateo 16:6-12). El cristianismo moderno está plagado de doctrinas falsas, o levadura espiritual. Los verdaderos cristianos deben permanecer constantemente en guardia para no vivir una vida espiritualmente leudada. “Los siete días de la fiesta de Panes sin Levadura representan la observancia de los mandamientos, que es otra forma de decir poner fuera el pecado”, escribió el Sr. Armstrong (Op cit). Recuerde, el cristianismo moderno cree que la ley ha sido abrogada.
Lea la sencilla, pero directa, enseñanza del Apóstol Pablo sobre nuestra necesidad de guardar la fiesta de Panes sin Levadura en 1 Corintios 5:1-8. Comer pan sin levadura durante siete días nos hace comprender esta lección. Asegúrese de orar, estudiar y meditar sobre el significado de los días santos de primavera. El sacrificio de Jesucristo nos salva de la pena de muerte y nos reconcilia con Dios, pero debemos seguir apartando el pecado de nuestras vidas todos los días de nuestra vida.
El último día de Panes sin Levadura también ilustra un acontecimiento histórico y nos proporciona una lección resumida. Es como la piedra angular de toda la fiesta. La historia de este día se encuentra en Éxodo 14. Después de que el Faraón se recuperara del impacto inicial de la muerte de su primogénito, persiguió a los israelitas con un gran ejército. Su intención era recapturarlos y regresarlos a la esclavitud. Acampados en el Mar Rojo, los israelitas se sintieron atrapados y sin esperanza, pero Dios los libró abriendo un camino a través del mar para protegerlos. Dios luego destruyó a Faraón y a todo su ejército ahogándolos en el mismo mar. Fue una gran victoria para Israel.
La lección vital que los verdaderos cristianos deben extraer de la celebración de la Pascua y de los Días de Panes sin Levadura es que, debido al sacrificio supremo de Cristo, debemos apartar completamente el pecado de nuestras vidas. Para hacerlo, necesitamos una pasión impulsora para vencer el pecado en nuestras vidas. Sin embargo, no podemos mantener la pasión necesaria con nuestras propias fuerzas. Necesitamos que Jesucristo venga en nuestra ayuda como lo hizo con los antiguos israelitas. Cristo nos equipará con la pasión que necesitamos.
Estudie Éxodo 13:18. Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, este versículo afirma que ellos salieron de Egipto “armados”. La palabra hebrea significa que el pueblo era valiente, y estaba ansioso, preparado y listo para luchar. En otras palabras, Dios los equipó para el duro camino que les esperaba. Debemos permitir que Dios nos equipe para lo que se avecina mediante nuestro estudio de lo que estos días especiales nos enseñan e instruyen para hacer. Hacerlo puede crear una pasión. Cuando guardamos estos días santos de primavera con el enfoque correcto, seremos equipados con la pasión para vencer el pecado.