Sinceridad y verdad
¿Qué ve Dios en tu corazón?

Durante los días de Panes sin Levadura, nos enfocamos en sacar la levadura, que representa el pecado, de nuestros hogares y vidas. Pero Dios no nombro a este festival como algo que nodebemos comer; ¡Le puso el nombre de algo que comemos! ¡Son los días de los Panes sin Levadura!

Durante estos días, el pan sin levadura también representa algo: justicia —representa a Jesucristo—. Pablo amonestó a los hermanos a reemplazar la levadura en sus vidas con justicia.

“No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (1 Corintios 5:6). Pablo estaba diciendo que el pecado puede comenzar siendo muy pequeño, pero se propaga. Un pecado lleva a otro, y luego a otro. Cuando hacemos algo mal, nuestro primer impulso es encubrirlo o decir una mentira. Esas mentiras llevan a más mentiras para sostener la primer mentira.

Es por esa razón que Dios nos dice que nos mantengamos completamente alejados del pecado: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura para que seáis nueva masa…” (versículo 7). ¡Dios quiere convertirte en una masa completamente nueva!

¿Cuáles son las características de esta nueva masa? “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” (versículo 8). Estas son dos hermosas palabras sobre las que vale la pena reflexionar.

Cuidado con la hipocresía

La palabra sinceridad se traduce de la palabra griega eilikrineia. El Léxico griego de Thayers define su palabra de la raíz como: “Que se encuentra puro cuando se despliega y se examina a la luz del sol”. Si Dios mirara tu corazón y lo desplegara, lo pusiera al sol y escudriñara cada pedacito de él, ¿qué encontraría?

¿Tienes sombras en tu vida, cosas que no quieres que se salgan a la luz? ¿Hay aspectos que esperas que los demás no descubran? ¿Tienes secretos? Si sientes que tienes que mantener algo en secreto, es una señal de peligro. Generalmente, si haces algo en secreto, no deberías hacerlo. Las sombras en tu vida alejan a Dios. Tu corazón se divide entre vivir a la manera de Dios y a la manera de Satanás.

Pablo también dice que esta nueva masa debe estar compuesta de verdad, es decir, libre de errores o mentiras. La sinceridad no es suficiente: mucha gente está sinceramenteequivocada. Nuestros pensamientos necesitan estar cimentados en la verdad de Dios.

Cristo dijo: “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía” (Lucas :12:1). Herbert W. Armstrong escribió: “La naturaleza humana quiere ser buena, o pensar que es buena, pero no quiere hacer el bien” (Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía). Sin duda, queremos parecer buenos ante los demás. Pero sin Dios, nuestro corazón es “engañoso (…) más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9). Esa es una realidad difícil de afrontar, por lo que la mayoría de la gente no la afronta. Hacen que a los demás les parezca que son buenos, pero viven de forma totalmente distinta cuando nadie les observa. En lugar de comer el pan de sinceridad y de verdad, la humanidad come la levadura de hipocresía.

El Diccionario Webster define hipocresía: “Fingir ser lo que no se es o creer lo que no se cree, especialmente la falsa suposición de una apariencia de virtud o religión”. La hipocresía consiste en suplantar, actuar y fingir. No es real.

¿Vives una vida de aparentar? ¿Eres sincero cuando haces los deberes y los exámenes? ¿Actúas espiritualmente “encendido” con ciertas personas y mundano con otras? ¿Eres realmente una persona sincera, o sólo interpretas un papel?

Bueno por dentro y por fuera

Piense de nuevo en el simbolismo de lo leudado y lo no leudado. La levadura infla. El pan sin levadura es lo que es: lo metes en el horno y sale con el mismo aspecto. Uno es sólo la forma, mientras que el otro es la sustancia.

Cuando comes una manzana, buscas una que esté fresca y crujiente. Pero sólo puedes ver el exterior. Sólo sabes realmente si tienes una buena manzana cuando la muerdes. Si te encuentras con una parte magullada y blanda, te sientes decepcionado. La manzana tenía buen aspecto por fuera, pero era desagradable por dentro.

Dios quiere que seamos buenos por completo, no sólo que seamos bonitos por fuera, ¡sino que seamos algo que pueda abrirse, desplegarse, exponerse y encontrarse puro!

¡Qué diferencia con el mundo! Este mundo está lleno de cosas que parecen buenas, pero que son horribles cuando escarbas un poco.

“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas! Porque limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de codicia y autocomplacencia”; versión English Standard).

¡Imagínate tener una pila de platos sucios, limpiarles la base o la parte de abajo, colocarlos de nuevo en el armario y más tarde sacarlos y comer de ellos! ¡Cristo dijo, en esencia, que eso es lo que estás haciendo si eres un hipócrita!

Continuó: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia” (versículo 27, versión es). Aquí Cristo comparó a los fariseos con sepulcros: ¡blanqueados por fuera pero por dentro llenos de huesos de muertos! A Dios le preocupa sobre todo el interior. ¡Quiere que todo esté limpio por dentro!

Sinceridad vs. Hipocresía

¡Considera la gran diferencia entre la hipocresía del pensamiento de Satanás y la sinceridad del pensamiento de Dios!

La hipocresía da prioridad al yo: trata de parecer de una determinada manera para su propio beneficio. La sinceridad da prioridad a Dios y a los demás.

Una se centra en las apariencias y está dispuesta a consentir el mal mientras que los demás no lo sepan. La otra hace lo correcto sin importar quién lo vea o no.

Una surge de la vanidad; la otra, de la humildad. Una alimenta el engaño; la otra promueve la honestidad.

Una nos separa de Dios y de las amistades sanas. La otra nos alinea con Dios y rompe las barreras entre amigos.

La hipocresía es el conocimiento del bien y del mal: una mezcla. La sinceridad es pura. La hipocresía vive en las sombras y la oscuridad. La sinceridad es perfectamente luminosa.

“Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse” (Lucas 12:2). Este mundo está envuelto en oscuridad y engaño. Hay muchas cosas que ocurren a puerta cerrada en la política, los negocios y las relaciones. ¡Pero Dios lo sabe todo, y dice que todo será revelado! “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:14) “En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres” (Romanos 2:16). Las personas pueden pensar que se están saliendo con las suya con todos sus pecados y delitos, pero están equivocados.

“Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas” (Lucas 12:3). Dios dice que todo lo que hacemos acabará saliendo a la luz. Saber esto debería afectar a nuestra forma de vivir. No digas cosas en privado de las que te avergonzarías si se difundieran desde los tejados. No hagas cosas en la oscuridad que no querrías que se vieran en la luz.

Para ser sincero, debes vivir en la luz. Vivir sin nada que ocultar.

Dios quiere que nuestra religión sea genuina hasta la médula. Él quiere que estemos libres del engaño y la hipocresía. ¿Por qué? Porque es una carga tener que esconder algo. Es una carga hacer una cosa e intentar que parezca otra cosa. Al contrario de lo que Satanás quiere que creas, es más estresante y mentalmente perjudicial tejer una red de mentiras para encubrir un pecado que sincerarse. Cuando intentas parecer mejor de lo que realmente eres, tu confianza disminuye. Llevar ese engaño en tu vida es una carga.

¡Dios quiere facilitarte la vida soltando esas cargas! ¡Quiere que vivas en la luz!

¡Sea la luz!

¿Cuáles fueron las primeras palabras que Dios dijo en la Biblia? “Sea la luz” (Genesis 1:3). Con estas palabras, esta Tierra oscura se iluminó. ¡
¡Estas palabras iniciaron el plan de Dios para el hombre, y en realidad resumen el plan de Dios de una manera impresionante!

Juan escribió que “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (1 Juan 1:5). Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). ¡Dios y Su camino son todo luz!

Siendo un joven de Dios, debes rechazar la conducta del mundo de decir una cosa y hacer otra. Lucha por rechazar la hipocresía, el engaño y la calumnia. Efesios 5:3 dice: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros…”. Eso significa que hay cosas de las que no debemos ni siquiera hablar, y mucho menos hacer. Los versículos 4 y 5 dicen que todos los que se dedican a la inmundicia, a las palabras insensatas o a las bromas indebidas no estarán en el Reino de Dios.

“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (versículo 11). Si la gente intenta que hagas cosas que tendrás que encubrir, no les sigas la corriente. En lugar de eso, ¡háblalo! Hazles saber que no deberían hacer eso, y díselo a tus padres o a un ministro si es lo suficientemente grave. ¡Es lo mejor que puedes hacer por ti y por ellos! “Pero todo lo expuesto por la luz se hace visible, y todo lo que se ilumina se convierte en luz” (versículo 13; New International Version). Todo saldrá a la luz tarde que temprano.

Come el pan sin levadura de sinceridad y de verdad. Líbrate de la carga de la hipocresía y vive tu vida al descubierto, para que Dios pueda desvelar tu corazón y no encuentre sombras en tus motivaciones o acciones. Adolescentes: ¡Que haya luz en sus vidas!

Sidebar: “Yo mismo”

Por Edgar Guest

Tengo que vivir conmigo mismo y por eso

Quiero estar en condiciones de conocerme.

Quiero poder, al pasar los días,

Mirarme siempre a los ojos;

No quiero, al ponerse el sol,

Odiarme por las cosas que he hecho.

No quiero guardar en el armario

Un montón de secretos sobre mí mismo

Y engañarme en mientras voy y vengo

Pensando que nadie nunca sabrá

La clase de persona que soy realmente,

No quiero vestirme de farsante. …

No quiero mirarme y saber que

Soy un fanfarrón, un engaño y un espectáculo vacío.

Nunca podré esconderme de mí mismo;

Veo lo que otros nunca podrán ver;

Sé lo que otros nunca podrán saber,

Nunca puedo engañarme a mí mismo y así,

Pase lo que pase quiero

Respetarme y tener mi conciencia limpia.