¡Un imperio para reemplazar a todos los imperios!
A través de los siglos, ¡Dios ha estado construyendo un imperio espiritual que está a punto de gobernar al mundo! ¿Será usted parte de él?

¡Dios está a punto de establecer un Reino que gobernará toda la Tierra! Cuando Jesucristo regrese, naceremos en Su Familia, formaremos parte de Su Reino y comenzaremos la obra de cambiar el mundo. Éste será el Imperio más poderoso de la historia, gobernado por la Familia Dios: ¡el Imperio de la Familia Dios!

Hoy somos embajadores de ese Rey y de ese Imperio (2 Corintios 5:20; Efesios 6:20). Vivimos en el mundo de Satanás, que todavía es gobernado por los imperios y gobernantes de este mundo. Los embajadores de Cristo están en desacuerdo con este mundo y pueden enfrentar una intensa persecución; ¡el mismo Pablo fue encarcelado y ejecutado! ¿Tiene usted ese nivel de devoción por la causa de Dios? Si lo tiene, entonces como Pablo, incluso cuando esté sufriendo persecución será valiente para Dios y representará al Imperio.

Tener esta visión del Imperio de Dios en su mente le transformará de manera poderosa y le ayudará a trascender la oscuridad de este mundo malvado.

Abraham

Dios es quien establece y derriba reyes e imperios (ej., Daniel 2:20-21; 4:17, 32; Isaías 40:15, 17, 22-24). Él levantó específicamente a Gran Bretaña y luego a Estados Unidos, los descendientes modernos del antiguo Israel. Aunque sólo eran naciones carnales y físicas, ¡Dios logró grandes cosas para ellos y a través de ellos para beneficio del mundo!

Todo comenzó con Abraham. Por la obediencia y fe de este hombre, Dios hizo algunas promesas espectaculares (Génesis 12:1-3; 15:4-6; 17:1-8). Cuando Abraham demostró estar dispuesto a obedecer a Dios hasta el punto de sacrificar a su propio hijo, Dios le dijo entonces: “Por mí mismo he jurado, dice [el Eterno], que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz” (Génesis 22:16-18). Dios dio específicamente a las naciones que descendieron de Abraham puertas estratégicas como el Canal de Panamá, el Canal de Suez y el Estrecho de Gibraltar.

¿Cuáles fueron estas naciones? Considere lo siguiente: Dios extendió la promesa y la hizo más específica para Jacob, el nieto de Abraham: “También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos” (Génesis 35:11). “Nación” se refiere a EE UU, y “conjunto de naciones” se refiere ¡al imperio (más tarde mancomunidad) de Gran Bretaña!

Las bendiciones que son tan abundantes, tan envidiadas y por las que se lucha hoy en día no se debieron al ingenio británico o estadounidense, sino a que Dios bendijo a los descendientes de Abraham por su fe.

Dios no es anti-imperio. Él levantó a EE UU y Gran Bretaña y les dio riqueza y poder estratégico. ¡El imperio de Gran Bretaña y la superpotencia de EE UU existen a causa de las promesas de Dios a Abraham!

Aún más emocionante es el hecho de que, al tratar con este hombre, Dios estaba haciendo algo más que sentar las bases para grandes naciones físicas; ¡Él también estaba sentando las bases para Su futuro Imperio de la Familia Dios!

“Dios comenzó a entrenar a hombres para posiciones elevadas de autoridad en Su mundo venidero, con Abraham”, escribió Herbert W. Armstrong en El misterio de los siglos. Algunos podrían pensar que es extraño que Dios quisiera saber si Abraham sacrificaría a su propio hijo por el que había esperado tanto tiempo. Pero cuando Dios dijo que eso era lo que quería, Abraham obedeció. Y como resultado él, el padre de los fieles (Gálatas 3:7), ¡ocupará una tremenda posición en el Imperio de la Familia Dios!

“Lo que está claramente revelado es que Abraham, Isaac y Jacob funcionarán como un equipo dirigente de alto nivel”, continuó el Sr. Armstrong, “con Abraham (bajo Cristo) como jefe del equipo en el futuro gobierno mundial de Dios”.

Esta declaración aparece entre párrafos de detalles inspiradores que el Sr. Armstrong escribió, basándose en el estudio de muchos pasajes bíblicos que proporcionan pistas y descripciones vívidas del gobierno y la administración de este Imperio venidero.

Un gobierno estructurado

Fíjese en lo que Dios le reveló al Sr. Armstrong con respecto a EE UU y Gran Bretaña: “A nivel puramente nacional, las naciones descendientes de las dos tribus de Efraín y Manasés (hijos de José), serán las dos principales naciones del mundo (Jeremías 30:16-18; 31:4-11, 18-20; Isaías 14:1-2; Deuteronomio 28:13)” (ibíd.). EE UU y Gran Bretaña—poseyendo esas bendiciones de la primogenitura física—¡recibieron mucho entrenamiento para esa posición futura en los últimos siglos! Si estas naciones fueran leales y obedientes a Dios, ¡serían una bendición para otras naciones y harían que éstas alabaran a Dios! Sin embargo, tristemente, EE UU y Gran Bretaña se han alejado de Él. Pero Dios las llevará al arrepentimiento.

“Pero, después de ellos”, continuó el Sr. Armstrong, “estarán las naciones descendientes de las demás tribus de Israel. Y en seguida de éstas, también prósperas y llenas de bendiciones abundantes, serán las naciones gentiles. El rey David, resucitado a la inmortalidad con poder y gloria será rey bajo Moisés, y sobre todas las 12 naciones de Israel…”. Esa es una gran recompensa la que se le dará a David.

Es importante darse cuenta de que el Imperio de Dios incluirá y será una bendición para todos los pueblos, ¡no sólo para los descendientes de los israelitas físicos! “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29). “Abraham es (humanamente hablando) el padre de todos los que son de Cristo y herederos de la salvación”, escribió el Sr. Armstrong, y eso incluye a las personas que descienden de Israel y a los gentiles, o sea, ¡personas de toda raza que se someten a Dios!

Observe lo que Dios reveló sobre José. Dios profetizó en Génesis 49 que José sería “una rama fructífera” (versículo 22). “José era sinónimo de ‘prosperidad”, escribió el Sr. Armstrong (Génesis 39:2-3). “Su especialidad era el manejo de la economía, es decir, la prosperidad. (…) Parece evidente, pues, que José será director de la economía mundial: de su agricultura, su industria, su tecnología y su comercio; así como de su dinero y su sistema monetario” (ibíd.). Cuando se observa el estado financiero de EE UU y de otras naciones israelitas en la actualidad, se puede ver ciertamente la extrema necesidad de ello.

El sistema económico del Imperio de Dios ¡eliminará el hambre y la pobreza en todo el mundo! Isaías 61:4 profetiza: “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”. José ayudará a hacerlo.

Considere la grandeza y el esplendor de este Imperio que está casi aquí. La mayoría de los líderes ya están en su lugar, como el Sr. Armstrong esbozó en The Wonderful World Tomorrow—What It Will Be Like (El maravilloso Mundo de Mañana:cómo será, disponible en inglés) y El misterio de los siglos. Pero todavía hay más líderes que Dios está preparando ahora mismo para gobernar con estos hombres. Dios usó al Sr. Armstrong para restaurar Su gobierno a la Iglesia, la Familia de Dios que va a administrar ese gobierno sobre el mundo. ¡Y Dios continúa entrenando líderes hoy para ese gobierno!

¡El pueblo de Dios necesita saber esto y creerlo absolutamente con cada célula de nuestro ser! ¡Dios nos está preparando para gobernar! ¡Qué eminencia y qué recompensas tan ilustres nos va a dar Dios!

No debemos volvernos egoístas, como lo es el 95% del pueblo de Dios hoy. Ese es el espíritu del momento: la gente de las naciones de Israel habla incesantemente de sus derechos. ¿Qué acerca de sus responsabilidades ante Dios?

El gobierno de la Familia de Dios

Los imperios son dirigidos por gobiernos fuertes. Los imperios humanos están dirigidos por humanos, y los seres humanos son débiles y están fuertemente influenciados por el dios de este mundo, Satanás el Diablo (2 Corintios 4:4; Apocalipsis 12:9). Así que los imperios humanos son imperfectos en el mejor de los casos y horrorosos en el peor.

El gobierno de Dios es diferente: es perfecto. Sin embargo, Satanás inspira a la gente a resentirse, resistir y rebelarse contra el gobierno, especialmente el de Dios. Esta actitud es parte de nuestra propia naturaleza humana. La mente carnal es hostil hacia Dios (Romanos 8:7). Debemos vencer esa actitud satánica. Estamos llamados a creer y obedecer a Dios. Por eso Dios ha establecido Su gobierno en Su Iglesia. ¡Es como Él nos gobierna y cómo está construyendo el gobierno de Su Imperio de Familia!

No obstante, el gobierno es exactamente lo que la mayoría de los que han estado en la verdadera Iglesia de Dios, ha rechazado. Algunos que empezaron sus propios grupos después de la muerte del Sr. Armstrong han admitido abiertamente que están experimentando con otras formas de gobierno, ¡lo que significa experimentar con formas que no son el gobierno de Dios!

El gobierno de Dios unifica, protege y realiza logros. Si no tuviéramos gobierno, no tendríamos una obra, un colegio o cualquier otra cosa de importancia. Si usted se aleja del gobierno de Dios, ¡se aleja de Él y corre el riesgo de perderlo todo!

Hacer su parte para construir el Imperio de la Familia Dios requiere aprender a amar el gobierno e incluso amar la corrección. El gobierno de Dios es amor, y someterse a él fortalece su carácter y expande lo que puede lograr para Dios.

Un imperio no es nada sin su líder, sin gobierno. El Imperio Británico no hubiera sido nada sin su monarquía. ¡Pero la Iglesia de Dios tiene el Líder más grande de todos! ¡Su gobierno es dirigido diaria y activamente por Jesucristo! Sométase a Él y a Su gobierno en Su Iglesia y hará grandes cosas para Dios.

Un Ser Dios vino a la Tierra y se convirtió en Jesucristo (Juan 1). ¿Y qué declaró cuando vino aquí? Un mensaje sobre gobierno, ¡sobre imperio! Él no declaró los grandes imperios de Babilonia, Persia, Grecia o Roma; Él ¡declaró al Padre y el venidero Reino de Dios! El verdadero evangelio es el evangelio del Reino de Dios, ¡que es el gobierno de Dios que pronto llegará!

La Obra de Dios

Si usted está dedicado al trono de Dios y a la Obra de Dios, obtendrá una visión que lo entusiasmará como nunca antes en su vida.

Los verdaderos cristianos tienen un ejemplo fantástico de un hombre que trabajó y se sacrificó durante décadas para construir el Imperio de la Familia Dios: Herbert W. Armstrong. Su autobiografía registra muchas de las pruebas que sufrió para hacer la Obra de Dios. La dificultad de construir el colegio de Dios, por ejemplo, fue tan angustiosa que en realidad quería que Dios lo dejara morir. ¡Pero luego se arrepintió y siguió adelante como un soldado que corre hacia la batalla! En los últimos años de su vida, el Sr. Armstrong vio los muchos problemas que se extendían por el Imperio espiritual de Dios. Sin embargo, con el poder milagroso de Dios, hizo más en los últimos siete años de su vida que en todos los demás años juntos.

Esto es lo que el Sr. Armstrong escribió a los miembros en una carta de 1974: “Esta gran Obra de Dios es el camino que Dios ha puesto ante nosotros para que cada uno crezca y se desarrolle espiritualmente. (…) En 40 años, he observado que sólo aquellos cuyos corazones están en esta gran Obra están creciendo espiritualmente”.

En 1957, escribió: “Cualquiera que no tenga todo su corazón en esa Obra no es miembro de la verdadera Iglesia de Dios, y no tiene derecho alguno a asistir o tener comunión en ninguna de sus congregaciones locales” (Las Buenas Noticias, marzo de 1957). ¡Esa es una declaración fuerte!

En 1967, el Sr. Armstrong escribió: “He observado que la primera necesidad de todo cristiano, que ha de crecer y desarrollar este carácter espiritual, es tener su corazón completamente en la Obra de Dios, que el Cristo viviente ha llamado a Sus siervos a hacer, como Sus instrumentos” (La Pura Verdad, febrero de 1967).

Él estaba hablando de cómo la dedicación a la causa de Dios—Su Obra, Su Imperio—¡nos transforma en personas más grandes y piadosas!

El apóstol Pedro escribió que necesitamos “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18). ¡Dios quiere que crezcamos! Y si realmente usted quiere crecer, y ser parte de algo grande, ¡entonces ponga su corazón en la Obra del Imperio de la Familia Dios! Aprenda todo lo que pueda sobre ella. Apóyela con sus oraciones fervientes. Apéguese a ella con sus afectos. Contribuya con sus diezmos y ofrendas. Ofrezca su ánimo. ¡Haga todo lo que pueda para fortalecer personalmente a la Familia de Dios que está llevando a cabo esa Obra!

Una profecía sobre imperios

Dios destruye y levanta naciones para cumplir Su propósito. Esto es cierto para Su nación elegida de Israel y también de los reinos alrededor del mundo y a través de la historia. En la Biblia, Él profetizó hace tiempo lo que sucedería a los reinos e imperios.

Dios castigó al reino de Israel y al reino de Judá por sus pecados contra Él, permitiendo que los imperios gentiles los conquistaran. Uno de los judíos llevados cautivos a Babilonia fue el profeta Daniel. Dios lo bendijo, junto con sus tres amigos, Sadrac, Mesac y Abednego en su cautiverio y los levantó para que se convirtieran en líderes principales dentro del Imperio Babilónico (Daniel 2:48-49). ¡Dios estaba usando esto para entrenar a Daniel para gobernar en el Reino de Dios!

Sí, ¡Dios está preparando a Su pueblo para gobernar literalmente en Su gobierno literal! Esto es real: ¡Estamos calificando ahora mismo para un trabajo en el Imperio de la Familia Dios!

Cuando se trata de la adoración, Daniel y sus tres amigos desobedecieron al Imperio Babilónico para obedecer al Imperio de la Familia Dios. Daniel se negó a dejar de orar a Dios o incluso a ocultarlo. Él fue arrojado al foso de los leones (Daniel 6). Sus amigos ni siquiera dudaron en rechazar una orden del propio Nabucodonosor de adorar a un ídolo. Fueron arrojados a un horno (Daniel 3). Pero su Rey Todopoderoso era mucho más fuerte que el rey babilónico, los leones o el fuego, y los salvó. ¡Este es el Dios que gobierna nuestro Imperio!

Dios hizo una asombrosa profecía sobre los imperios mundiales a través de un sueño que le dio a Nabucodonosor y la explicación que le reveló a Daniel.

“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, he hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras de verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra” (Daniel 2:31-35).

Este sueño era una profecía de cuatro imperios gobernantes del mundo que surgirían y caerían a lo largo de la historia. Cada nuevo imperio descendería a una calidad inferior en dignidad y cultura. En otras profecías, ¡Dios caracteriza a tales imperios como bestias! A lo largo de la historia, han empapado al mundo de sangre.

Ahora estamos en los días de ese cuarto imperio. Las naciones físicas de Israel a las que Dios ha dado poder, Gran Bretaña y EE UU, están muriendo, y ese cuarto imperio está resurgiendo. En otras profecías, Dios reveló específicamente que este imperio se levantaría y caería y se levantaría de nuevo reiteradamente, ¡y que se opondría directamente al Reino de Dios!

El cuarto imperio

Daniel 7:3, 7, 23-25 describe estos mismos cuatro imperios no israelitas como “cuatro grandes bestias”. Ese cuarto imperio, representado por las piernas y pies de hierro de la imagen de Daniel 2, se representa aquí como la extraordinaria cuarta y última bestia : “espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella (…) La cuarta bestia será el cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo y tiempos y medio tiempo”.

Estudie la historia y compárela con éstas y otras profecías bíblicas relacionadas. Esto está hablando del Imperio Romano. Este fue un imperio como ningún otro que surgió en el primer siglo a. C. Luego, en el siglo iv d. C. se unió con la Iglesia católica para formar el Sacro Imperio Romano. Sin embargo, en el siglo v d. C., el imperio se había desmoronado.

“[Y] tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas” (versículos 7-8). El “cuerno pequeño” representa a la Iglesia católica. Es una religión que habla “grandes palabras”, controla a un imperio y se opone a la verdadera Iglesia.

Esta revelación profetiza que el Imperio Romano sería resucitado 10 veces. ¡Eso es exactamente lo que ocurrió en la historia en el transcurso de 2.000 años hasta el día de hoy! Los tres primeros cuernos representan a tres tribus germánicas extranjeras que invadieron y tomaron el poder: los vándalos, luego los hérulos y después los ostrogodos. Pero entonces llegó el emperador Justiniano, que en el año 554 d. C. llevó a cabo la Restauración Imperial, devolvió el poder a la Iglesia católica y estableció la primera de las siete resurrecciones del Sacro Imperio Romano. Desde entonces, este Sacro Imperio ha resucitado en Europa bajo Carlomagno, Otón el Grande, los Habsburgo, Napoleón y el eje Hitler-Mussolini.

¡Ahora ha llegado la séptima resurrección del Sacro Imperio Romano! Usted no oye hablar mucho de este imperio. Pero como profetiza Apocalipsis 17, ¡este poder horroroso está ascendiendo ahora! Es mayormente clandestino, pero está vivo de nuevo, ¡y va a irrumpir en la escena en cualquier momento con un poder tremendo!

Winston Churchill dijo que la historia es un instrumento de instrucción sin igual. Antes de la Segunda Guerra Mundial, dijo: “Es mi ferviente esperanza que reflexionar sobre el pasado pueda servir de guía en los días venideros, permitir a una nueva generación reparar algunos de los errores de los años anteriores, y gobernar así, de acuerdo con las necesidades y la gloria del hombre, el terrible escenario del futuro”.

Churchill se enfrentó a la penúltima cabeza del Sacro Imperio Romano, y a pesar de toda la historia que conocía, ¡no lo entendió! La Biblia muestra esa historia: una cabeza de la bestia del Sacro Imperio Romano saliendo a partir de otra, a partir de otra, a partir de otra. El pueblo de Dios hoy está ahora enfrentándose a la última. Pero nuestras naciones son ignorantes de la profecía, la historia y la naturaleza humana; sólo se vuelven a sus deportes o sus otros entretenimientos o ideologías radicales y se duermen con todo ello. ¡Entonces ese imperio ataca y están muertos como nación!

Churchill debería haber conocido el Sacro Imperio Romano, y debería haber conocido el trono de David, que se convirtió en el trono del Imperio Británico antes de que Dios lo eliminara y creara un nuevo trono dentro de Su Iglesia. ¡Ese trono está a punto de ser reclamado por el propio Jesucristo! Sin embargo, los británicos no saben nada al respecto. El líder de su iglesia nacional incluso fue y besó el anillo del Papa, ¡el cargo que guiaba al Sacro Imperio Romano!

Choque de Imperios

Daniel 10:10 hasta 12:4 es la visión más larga de la Biblia. Es una profecía para el tiempo en que vivimos ahora (Daniel 10:14). Describe vívidamente un inminente choque de dos imperios: el “rey del norte” y el “rey del sur”. El rey del norte es una descripción de esa séptima resurrección del Sacro Imperio Romano, que se está levantando en Europa en este momento.

Daniel 11:21 es una profecía que se cumplió en parte por el antiguo Antíoco Epífanes. Daniel profetizó que él “vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos”. Era un ser humano vil, con pocos partidarios, que aumentó su poder mediante el engaño y la adulación y haciéndose pasar por alguien que no era. Antíoco terminó obteniendo el control de gran parte de Oriente Medio, y fue particularmente despiadado con uno de los grupos que controlaba, que era una de las tribus de Israel: Judá.

Sin embargo, el versículo 21 se cumplirá totalmente en nuestra generación. Antíoco prefiguró otro líder cruel y feroz que está listo para tomar el control del Sacro Imperio Romano moderno. Y él también tendrá como objetivo a los judíos y a las otras naciones de Israel, ¡incluyendo a Gran Bretaña y EE UU!

“Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo” (versículo 24). Esta es una profecía de un Sacro Imperio Romano moderno dirigido por un Antíoco moderno que enviará sus fuerzas a la Tierra Santa, no en un ataque, sino pacíficamente. ¡Pero este poder de la bestia no quiere realmente la paz!

El versículo 28 muestra que Antíoco masacró a muchos judíos y, aún más, ¡trató de destruir la fe de los que sobrevivieron! (Esa fe no es la verdadera, pero se basa en gran medida en la Palabra de Dios, por lo que este hombre satánico está obsesionado con destruirla.) Vimos un ataque satánico similar hace menos de un siglo durante la Segunda Guerra Mundial: el Holocausto. Pero el mayor enemigo para esta malvada combinación de iglesia e imperio es la verdadera fe: ¡La única y verdadera Iglesia de Dios!

Choque con el Imperio de Dios

Satanás ha influenciado y engañado al pueblo de Dios a través de los tiempos. Constantemente él nos ataca espiritualmente. Pero cuando puede acumular poder, ¡también ataca físicamente! En la era de la Iglesia, ha usado a su gran iglesia falsa y su imperio para perseguir, torturar ¡y matar a los santos de Dios!

En Daniel 11, en esta profecía detallada sobre los imperios mundiales del siglo xxi, ¡Dios también profetizó el papel de Su verdadera Iglesia! “Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón” (versículo 41). “Mayoría” aquí significa primicias. El pueblo de Dios está en medio de todo esto, exponiendo y advirtiendo contra este poder de la bestia del Sacro Imperio Romano.

¡La Iglesia de Dios se ha opuesto a la iglesia de Satanás por dos milenios! Durante docenas de generaciones, el imperio de iglesia-estado de Satanás ha atacado reiteradamente al pueblo de Dios, tratando de destruir el Imperio de la Familia Dios antes de que pueda establecerse. Ha sido una guerra de 2.000 años entre la verdadera Iglesia y una gran iglesia falsa. (Solicite un ejemplar gratuito de mi libro The True History of God’s True Church [La verdadera historia de la verdadera Iglesia de Dios, disponible en inglés].) Y está a punto de estallar una vez más.

El versículo 32 dice: “El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”. La Iglesia de Dios no es sólo un grupo social o una religión. Es el comienzo de Su Imperio, ¡y va a hacer grandes hazañas!

Dios comisiona a Su Iglesia a profetizar otra vez. Él quiere que expongamos a esta bestia, es decir, exponer lo que está sucediendo en Europa. ¡El pueblo de Dios siempre ha chocado con el Sacro Imperio Romano! Sólo el pueblo de Dios se enfrentaría a ellos y les diría la verdad, sin importar las consecuencias—nadie más. ¡Se necesita el poder de Dios para hacer eso! ¡Y nosotros debemos hacerlo!

Apocalipsis profetiza con más detalle sobre la verdadera Iglesia (capítulos 1-3) y la iglesia falsa y su imperio (capítulos 13 y 17). Apocalipsis 12 contiene una profecía de ambas.

Apocalipsis 17 habla de “la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación” (versículos 1-2). Así es como Dios caracteriza a esta iglesia que se mezcla con la política y guía a un imperio. Estamos advirtiendo al mundo, recordándole la historia y los hechos. Pero uno habla de hechos, ¡y este imperio actúa como ebrio!

Los versículos 3-6 describen a esta iglesia como sentada y guiando a la bestia política europea. “Y en su frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús…”. ¡El objetivo número uno de esta iglesia ramera ha sido matar al pueblo de Dios! ¡Si el pueblo de Dios sólo quiere tener paz y tranquilidad y no luchar por el imperio, el imperio de Satanás aun así va a venir tras ellos y los obligará a aceptar lo que enseña o los matará!

La “bestia que la trae” (versículo 7) es este imperio que realmente hace la matanza, pero es guiado por la ramera, esa iglesia que parece un cordero, pero habla como un dragón. El versículo 8 describe cómo la bestia pasó a la clandestinidad, y luego el versículo 10 llega adonde estamos ahora. Cinco resurrecciones del Sacro Imperio Romano habían venido y se habían ido cuando Dios reveló este pasaje al Sr. Armstrong. Una existía en ese momento, y otra “aún no ha venido”, ¡pero se está levantando rápidamente ahora!

Apocalipsis 12

Considere esta imagen majestuosa: “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (Apocalipsis 12:1). Esta mujer simboliza a la verdadera Iglesia de Dios, y está vestida por el Dios que levantó a las 12 tribus de Israel, ¡el Dios del universo!

Sin embargo, el contexto es de conflicto: “También apareció otra señal en el cielo; he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” (versículo 3). ¡Esta es la iglesia y el imperio que Satanás ha resucitado una y otra vez!

¡Hay dos imperios aquí! Uno está gobernado por el dragón, el rey supremo de este Sacro Imperio Romano; el otro, el Imperio de la Familia Dios, ¡está vestido con el sol, adornado y empoderado por Dios!

Los versículos 4-5 muestran el poder de Satanás. Él hizo que un tercio de los ángeles dejaran de seguir a Dios para seguirlo a él. Ha atacado constantemente a Dios, ha atacado a los ángeles, a la Obra de Dios, a Jesucristo, a la Iglesia de Dios.

La verdadera Iglesia de Dios siempre ha sido un rebaño pequeño, perseguido por Satanás y su falsa iglesia. Pero Dios le da el poder para hablar. Una y otra vez, Satanás ha tomado represalias e incluso ha matado a los santos (Apocalipsis 6:9-11; 13:7; 17:6). En este tiempo del fin, el mensaje de Dios será tan fuerte, y la ira de Satanás será tan ardiente, que cuando el mensaje de Dios o trabajo haya terminado, la Iglesia deberá huir para salvar su vida (Apocalipsis 12:14-16).

Esta guerra del Sacro Imperio Romano contra el Imperio de la Familia Dios se ha estado librando desde el comienzo de ese imperio en el año 554 d. C. ¡Satanás creó esa herramienta principalmente para atacar a la verdadera Iglesia! En este momento es una batalla espiritual. Dios ha llevado a Su verdadera Iglesia a advertir más poderosamente a través de La Llave de David, la Trompeta de Filadelfia y otros medios. Y a medida que el Sacro Imperio Romano se fortalece, ¡también lo hará la Iglesia de Dios de Filadelfia! ¡Nosotros somos los únicos que haremos la Obra del Imperio de la Familia Dios y proclamaremos valientemente el mensaje de Dios de advertencia, esperanza y verdad!

Alrededor del tiempo que Herbert W. Armstrong murió, Satanás y sus demonios atacaron directamente a Dios por primera vez desde antes de la creación (versículos 7-8). Dios y Sus ángeles lo repelieron y también lo confinaron a él y a los demonios en la Tierra (versículos 9-12). ¡Entonces Satanás atacó a la Iglesia de Dios! (versículo 13). Por eso la Iglesia fue absolutamente diezmada: el 95 por ciento del propio pueblo de Dios, el pueblo que Él estaba entrenando para gobernar con Jesucristo, se apartó rápidamente de Él.

Daniel 11:34-35 profetizó esta misma tragedia que está en curso mientras usted lee esto: “También algunos de los sabios caerán”. Aquellos que Dios invitó a construir el Imperio de la Familia Dios, algunos de los cuales lo hicieron durante décadas, se volvieron en cambio a las cosas que Satanás está ofreciendo. ¡Qué tragedia! Satanás los está conquistando espiritualmente, y pronto los atacará físicamente.

La oportunidad para que el pueblo de Dios se arrepienta aún está aquí. Y Él los protegerá de los ataques espirituales y físicos de Satanás. Los que no se arrepientan tendrán que enfrentarse a Satanás cuando venga “a hacer guerra” (Apocalipsis 12:17). Incluso mientras este dragón ataca al pueblo de Dios que se rebeló contra Él, Él está trabajando para salvarlos espiritualmente.

“Después miré, y he aquí que el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente” (Apocalipsis 14:1). Finalmente se arrepentirán y volverán a su Padre y Su Familia. Ellos no responderían al mensaje de Dios antes de la Gran Tribulación y de los ataques de este imperio maligno, pero una vez que estén sufriendo y finalmente perdiendo sus vidas físicas, Dios los llevará al arrepentimiento.

Tan poderoso como son este dragón y el poder de su bestia, Dios todavía está dando poder a Su Imperio de la Familia Dios. Satanás ha lanzado el guante, y ahora es el momento de que los guerreros se levanten. Es tiempo para los guerreros de Dios, guerreros como nadie ha visto antes en esta Tierra excepto cuando vieron a los muy elegidos de Dios. Es hora de que los guerreros se levanten, ¡esos guerreros que están vestidos con el sol! ¿Debemos dejar que esta vieja ramera malvada nos intimide a nosotros, al pueblo vestido con el sol? ¿Debemos ser intimidados por algún arcángel perturbado cuando nosotros estamos vestidos con el sol? ¡De ninguna manera!

¡Satanás está subiendo la temperatura porque sabe que su tiempo está a punto de terminar! (Apocalipsis 12:12). ¿Debemos callar? ¿Debemos ser reservados? ¿Debemos dejarnos vencer por el diablo y los que le siguen? El pueblo de Dios está vestido del sol, ¡lo que significa que el Creador del sol está detrás de nosotros! ¿Por qué deberíamos temer a alguien? Sería vergonzoso si lo hiciéramos. Cuanto más hostiles sean ellos, más fuerte será nuestro mensaje, porque somos el Imperio de la Familia Dios.

Nuestra misión

¡Es nuestra misión exponer al dragón! Nadie más lo hará. Corresponde a los súbditos del Imperio de la Familia Dios decir al mundo la verdad, recordarles la muy sangrienta historia del Sacro Imperio Romano y proclamar una advertencia. Este es el mundo de Satanás, ¡y el Sacro Imperio Romano es su arma principal! Pero el pueblo de Dios representa un imperio mucho más grande que el imperio de Satanás.

La mayoría de la gente de la propia Iglesia de Dios se ha apartado de dar esta advertencia. Dicen cosas buenas sobre el Vaticano y el Sacro Imperio Romano. Pero no podemos pensar que si hablamos sólo causaremos más problemas. Dios no va a aceptar eso en absoluto. ¡Él quiere que hablemos y le digamos al mundo lo malvada que es esta ramera! Debemos advertir a EE UU, a Gran Bretaña y a los judíos de lo que se avecina. Si no hablamos, ¿quién se opondrá a esta maldad satánica? ¿Quién, si no la Familia de Dios? La profecía dice que ellos van a matar al pueblo de Dios, a nuestra familia espiritual, a los hijos de Dios, que no se arrepientan antes de la Tribulación. ¡Los matará como ha matado al pueblo de Dios durante siglos! ¿Debemos advertir sobre eso? Cuando los santos de Dios sean resucitados, ¿qué pensarán de nosotros si no advertimos? ¿Qué pensaría Dios de nosotros?

Vamos a anunciar la muerte del Sacro Imperio Romano, ¡y Dios va a borrar a esa vieja ramera de la faz de la Tierra muy pronto! Mire, estamos a punto de huir por última vez del Sacro Imperio Romano. Dios va a terminar con esta locura para siempre después de usarla para enseñar algunas lecciones.

¿Qué tan fuertes debemos ser? Tan fuertes como ellos son; esa es nuestra indicación para exponerlos. Pero no podemos hacerlo por nuestra cuenta. ¡Sólo podemos enfrentarnos a ellos con el poder de Dios!

El quinto imperio

Todas las formas de gobierno humanas han sido un desastre. Incluso las naciones de Israel, a las que Dios enseñó tanto y bendijo tanto, han terminado en desastre porque han rechazado a Dios. Ellos van a ser presa de otra bestia feroz de ¡un imperio que le gusta matar y aplastar a millones de personas!

¡Pero hay una espléndida y magnífica esperanza!

En la misma profecía que describe los cuatro imperios que gobiernan el mundo, Dios describe un quinto imperio. Daniel lo profetizó en Daniel 2:44: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.

Este es un reino que no será gobernado por seres humanos falibles. Es un reino hecho “no con mano” y es “verdadero” (versículo 45).

No es sólo una iglesia de la que formamos parte. Y no es sólo un imperio. ¡Este es el Reino de Dios, que nunca será destruido! Se extenderá desde Jerusalén por todo el mundo, trayendo a la gente seguridad y paz y esperanza bajo la ley y el gobierno de amor de Dios.

Estos dos imperios van a chocar, ¡y uno de ellos va a desaparecer para siempre!

“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles” (Apocalipsis 17:13-14). ¡Jesucristo va a ser Rey de reyes! Todos aquellos verdaderos santos que fueron martirizados en el pasado van a ser reyes, y nosotros también, bajo el Rey de reyes y Señor de señores.

¡Nos estamos preparando ahora mismo para el trabajo que haremos en el Reino de Dios! ¡Los cristianos verdaderos que asisten a la única y verdadera Iglesia de Dios deben entender esto! ¡Recibiremos cargos y responsabilidades de acuerdo con la forma en que estamos siendo entrenados ahora! En un sentido, será tal como Daniel fue entrenado y probado para el alto cargo que recibió en Babilonia. Pero los futuros cargos para los que Daniel y el pueblo de Dios a través de las edades se han entrenado estarán bajo Jesucristo, ¡gobernando toda la Tierra y extendiéndose hacia el universo!

Dios dice de la gente como Daniel o sus amigos, Dame gente que responda así, y los prepararé para un gran cargo. Los usaré según su fe, y los recompensaré según sus obras. ¡Ellos gobernarán la Tierra!

Los hombres como Daniel saben que el imperio de Dios es real. Saben que se están entrenando para ello. Cuando sus propias vidas son amenazadas, ¡no vacilan ni dudan en proclamar su lealtad al Imperio de la Familia Dios!

El Reino de Dios es la Familia de Dios: El Padre, el Hijo y la Iglesia, la Esposa de Cristo. ¡Un nuevo imperio está a punto de aparecer! Hombres como Nabucodonosor y Antíoco se creen impresionantes. Están llenos de orgullo y poder humano. Tratan de intimidar a los que luchamos por este Imperio. Pero Dios está usando tales desafíos y pruebas para prepararnos para gobernar en Su Reino, y ya casi está aquí. Si usted es leal al Imperio de la Familia Dios, tiene la protección y el poder del Padre y del Hijo. Usted no debe temer a nada ni a nadie mientras se apresura a construir y a luchar por Dios. ¡Que el mundo tenga cuidado si viene contra los hijos de Dios!

Estamos advirtiendo a las naciones físicas de Israel y a los rebeldes en la nación de Israel espiritual de Dios. Estamos advirtiendo que Dios va a usar el Sacro Imperio Romano de Satanás para castigarlos por sus pecados y humillarlos. Pero entonces advertiremos a ese imperio malvado y le diremos que se va a encontrar con Jesucristo en Jerusalén, ¡y Él los va a aplastar como debería haberlo hecho Israel hace mucho tiempo! ¡Ese imperio estará muerto para siempre! Entonces Él gobernará con Sus reyes y sacerdotes, ¡y el Imperio de la Familia Dios será establecido para siempre! ¡Qué futuro!

Dios ya ha dado el símbolo de Su gobierno, la roca de oración del Sr. Armstrong, a esta Iglesia y ha revelado que ha establecido un nuevo trono de David dentro de la Iglesia de Dios de Filadelfia. ¡Los preparativos para que el Imperio de la Familia Dios asuma el poder global están casi completos!

Qué maravilloso final tiene la era de los imperios del hombre: “Y que el Reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Daniel 7:27).

El Sr. Armstrong concluyó El misterio de los siglos escribiendo: “Completado el extraordinario plan maestro de 7.000 años, revelado por fin el gran misterio de los siglos, y con la renovación del vasto universo y la eternidad ante nosotros, llegamos por fin a… EL PRINCIPIO”.

¡Qué manera tan inspiradora de terminar el segundo libro más importante después de la Biblia! Dios habita la eternidad (Isaías 57:15). Eso es algo totalmente diferente a todo lo que hemos conocido como seres humanos. Físicamente, siempre ha habido un final, y ciertamente habrá un final si no entramos en la Familia de Dios.

¡Pero esta visión del Imperio de la Familia Dios es interminable! Simplemente sigue y sigue para siempre.

Medite en la gloria del Imperio de Dios y en lo que hará por los seres humanos que sufren. Esa es una visión que le motivará. Le moverá a cumplir la comisión que Dios ha dado a Su Iglesia. Le ayudará a someterse a Su gobierno. Le capacitará para realizar grandes hazañas para Dios. Le dará esperanza y un deseo ardiente de ayudar a proclamar esta esperanza tanto como sea posible. Le preparará para su papel en cambiar el mundo. Lo empoderará para luchar, construir y permanecer leal a Dios, a Jesucristo, a la Familia de Dios y al Imperio de la Familia Dios.