El principal educador de su hijo
Dios quiere que nuestros jóvenes sean educados. Haga su parte.

Dios se preocupa profundamente por la educación. Él ha sido el gran educador desde Adán y Eva, pasando por el antiguo Israel y las eras de la Iglesia, hasta hoy. Incluso ha establecido educación formal a lo largo de la historia. Hoy en día, Su sede en la Tierra alberga a Imperial Academy (nuestra escuela que va de kínder hasta la secundaria) y al Herbert W. Armstrong College.

Estas escuelas son una maravillosa bendición. Pero asista a ellas o no, usted también debería preocuparse profundamente por la educación divina. Este artículo se propone ayudarle. Sobre todo, le muestra algo que la mayoría de los padres no se dan cuenta: el director de la educación de su hijo es usted.

‘El corazón de los hijos’

Dios prometió que antes del regreso de Jesucristo, enviaría a un hombre como el profeta Elías (Malaquías 4:5). Así es como Él resumió la obra de este hombre: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres…” (versículo 6).

Dios utilizó a Herbert W. Armstrong para cumplir esta profecía (solicite su ejemplar gratuito de A Pivotal Sign of the End Time (Una señal fundamental del tiempo del fin, disponible sólo en inglés). Cuando murió, sus sucesores destruyeron su legado, pero la Iglesia de Dios de Filadelfia continúa la obra de Elías que Dios hizo a través del Sr. Armstrong. Ese trabajo incluye la advertencia, la predicación y la enseñanza.

Cuando el Sr. Flurry estableció la escuela de kínder a secundaria de la idf en 2008, se centró en Malaquías 4:5-6 en un artículo de noticias de la Iglesia titulado “La Imperial Academy es esencial para nuestra época”. “Esta es una profecía para ahora mismo”, escribió. “Estamos viviendo en una época muy peligrosa, en la que hay ministros y miembros en peligro de perder sus vidas eternas. ¡Pero esta profecía también habla de volver los corazones de los hijos a sus padres y de los padres hacia los hijos dentro de nuestras familias!, no sea que Dios venga y hiera la Tierra con una maldición. El énfasis está en lo que debemos hacer en nuestras familias. La Imperial Academy ayudará a nuestras familias a ver cómo hacerlo mejor. Una comisión que Dios da a Su Iglesia es la de alimentar al rebaño. Podemos hacer mucho de eso a través de la Imperial Academy. Ayudará a subir el estándar de nuestras familias en todo el mundo” (énfasis añadido en todo el artículo).

Desde su inicio, el objetivo de la escuela de Dios era ayudar a las familias. Su objetivo era ayudar a volver los corazones de padres e hijos entre sí.

“Debemos preparar a nuestros jóvenes para la Segunda Venida. La forma más importante de hacerlo es a través de la familia. Esa es siempre la clave de todo. Después de eso, esta escuela es el medio principal por el que podemos hacerlo en la Iglesia en este momento. Y podemos ayudar a las familias a hacer un trabajo aún mejor. Tenemos una tremenda responsabilidad hacia nuestras familias”.

La prioridad aquí es clara. La responsabilidad sobre un niño comienza con sus padres. La educación piadosa, ya sea en una escuela formal, en una escuela en línea o a través de los medios de comunicación de la Iglesia, existe para ayudar alos padres.

Una fórmula de tres partes

Cuando el Sr. Armstrong estableció la escuela predecesora de la Imperial en 1958, LasBuenas Noticias resumió el sistema educativo de Dios de esta manera. Primero, decía, los padres deben instruir y entrenar a sus hijos en el camino de Dios. Segundo, los ministros y maestros que Dios ha llamado deben instruir a los padres y a los hijos, enseñando cómo educar y complementar la educación en el hogar. En tercer lugar, las habilidades especiales deben ser enseñadas por personas capacitadas en campos particulares de ocupación y habilidad, lo cual no es una función de la Iglesia.

¡La primera parte de la educación de un niño es la formación que dan los padres! Esto se ve en muchas Escrituras como Deuteronomio 4:9; 6:7; 11:18-21; Salmos 78:4-7 y Efesios 6:4. ¡Usted es el principal educador de su hijo!

Luego, Dios proporciona sacerdotes, ministros y maestros para Su pueblo. El papel de los ministros en la Iglesia verdadera incluye una gran cantidad de enseñanza (p. ej., 1 Timoteo 3:2; 4:11; 6:2; 2 Timoteo 2:2; Tito 2:4). Entre los cargos de la Iglesia, Cristo suministra maestros, como los de la Imperial Academy y el Armstrong College (Efesios 4:8-11).

El Sr. Flurry escribió: “Dios espera que Su Iglesia ayude a las familias a alcanzar su potencial. Esta escuela es una forma maravillosa de hacerlo” (ibíd.). También dijo: “Los padres tienen la responsabilidad fundamental de preparar a esos hijos. Luego la Iglesia asiste a través de consejería ministerial, Imperial Academy (kínder hasta la escuela secundaria), los campamentos juveniles de Filadelfia, las clases en los servicios de la Iglesia y el Herbert W. Armstrong College” (La visión de Isaías sobre el tiempo del fin). Estas instituciones de la única y verdadera Iglesia de Dios no sustituyen a los padres, sino que les ayudan.

“Este es el plan de Dios para la educación”, escribió Las Buenas Noticias. “Es un equilibrio perfecto entre el hogar, la Iglesia y las escuelas”. Y este equilibrio perfecto debe estar en ese orden de prioridad: hogar, Iglesia, escuelas.

Esto no significa que usted se encargue personalmente de toda la educación de su hijo, desde el desarrollo del carácter hasta la escuela primaria, pasando por la preparación de la carrera. Significa que usted es responsable de ello y debe involucrarse. No puede delegar la responsabilidad de cómo se educa a su hijo.

El más alto cargo humano

El invaluable folleto Crianza infantil con visión hace observaciones esclarecedoras sobre este deber de los padres.

Al hablar del Quinto Mandamiento, “Honra a tu padre y a tu madre”, el folleto destaca que éste sigue a los cuatro primeros mandamientos, que requieren amor hacia Dios, y dice que su propósito final es enseñar a los hijos a honrar a Dios. Luego hace esta impactante afirmación: “El Quinto Mandamiento requiere que todos los hombres honren el cargo humano más alto, es decir,
el
de los padres”. ¿Se da cuenta de que, a los ojos de Dios, los padres tienen el más alto cargo humano para con sus hijos?

Satanás influye en este mundo con su mezcla fatalmente venenosa de bien y mal (2 Corintios 4:4; Apocalipsis 12:9). Como señala el folleto, eso incluye los sistemas mundanos de educación. Bajo la influencia de Satanás, muchos educadores del mundo utilizan su influencia en formas retorcidas y engañosas que empeoran cada año escolar. Observe esta declaración: “En escuelas públicas (cada vez más en número y alcance), alejando al niño de los padres en cualquier forma posible; a saber, ¡usando cualquier cosa que Satanás pueda para que los padres olviden queson los principales educadores de sus hijos en desarrollo!” (ibíd.).

¡No lo olvide! Si cree que educarlos es trabajo de la escuela y que usted simplemente puede desentenderse, sus hijos sufrirán. “No espere que el profesor de la escuela eduque a su hijo”, dice el folleto. “Usted debe ver a todos los profesores de escuela como sus asistentes, no como los maestros principales de su hijo”.

Puede que no se vea a sí mismo de esta manera, pero si usted es un padre, es un educador. Usted es el director de su pequeña escuela. Usted es el pastor sobre una pequeña congregación. Usted no imparte toda la enseñanza, pero la controla, ¡porque Dios le hace responsable del desarrollo mental, moral y espiritual de sus alumnos! No eluda esta obligación, ¡acéptela! Con la ayuda de Dios, puede aprovechar esta gloriosa oportunidad. Y para los que están en la Iglesia de Dios, ¡ésta es una formación invaluable para su llamamiento eterno de maestro! ¡Ha sido llamado para educar a los hijos de Cristo por siempre! Dios le ha dado la oportunidad de practicar y prepararse para ese trabajo.

¿Cómo puede educar a sus hijos? Esto también lo podemos ver como una fórmula de tres partes.

Contenga

Los hijos necesitan contención. 1 Timoteo 3:4-5 dice que un padre debe ser un hombre “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”. El folleto sobre la crianza de los hijos dice que la razón por la que sometemos a nuestros hijos es para poder enseñarles, sobre todo, a honrar y amar a Dios. Los hijos sin sujeción no pueden ser educados.

Muchos padres y otras autoridades fallan en poner límites a los jóvenes. Son descuidados o demasiado confiados con los adolescentes en lo que respecta a la tecnología, los amigos, los horarios para estar en casa y otras áreas. Por miedo a la confrontación, intentan persuadir a sus hijos para que se comporten correctamente. Si establecen reglas, no las hacen cumplir. Eso hace que estos adolescentes sean presa fácil de los ataques de Satanás. Además de esto, los niños sin control son infelices.

El hijo de David, Adonías, tuvo una vida trágica; este joven talentoso experimentó y causó una terrible destrucción. ¿Por qué? Dios culpó a David porque nunca había disciplinado a Adonías (1 Reyes 1:6). Al igual que muchos padres de hoy, David simplemente no le dijo a su hijo que no.

Hay determinadas áreas de la vida en las que usted debe decirle a su hijo que no, y hacer cumplir ese no. Proverbios 29:15 dice que cuando usted usa con amor y firmeza “la vara y la corrección” —la disciplina— le da a su hijo sabiduría.

Incluso a medida que sus hijos crecen y les enseña a tomar cada vez más sus propias decisiones, debe seguir refrenándolos. Sepa lo que su hijo hace, póngale reglas y hágalas cumplir. Usted es la primera (y a veces la última) línea de defensa de Dios que protege a su hijo para que no se convierta en alguien miserable y que hace miserables a los demás. Use la autoridad. Tenga valor. Cuando vea algo que viola la ley de amor de Dios, póngase firme. Dios le bendecirá. Usted tiene la autoridad; sólo tiene que ejercerla.

Instruya

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Además de refrenar a su hijo del mal, también debe dedicar tiempo y atención a instruirlo en el bien, y enseñarle a elegir por sí mismo evitar el mal y hacer el bien.

Sus hijos tienen un potencial increíble en esta vida y mucho más allá. No alcanzan ese potencial por accidente. Se necesitan años de instrucción, explicación y demostración. Muchas de sus conversaciones e interacciones con sus hijos deben ser de enseñanza: enseñarles sus expectativas, enseñarles sobre los hechos, la creación, la historia, la actualidad, las relaciones, la moral, la vida. Su hijo necesita que usted le explique cómo comer correctamente, cómo mantener sus cosas limpias y en orden, cómo obedecer instrucciones, cómo respetar a todos los que tienen autoridad, cómo trabajar duro, cómo llevarse bien con los demás, cómo ser un deportista, cómo discernir entre el bien y el mal, por qué las cosas son como son.

Dios le dio a su hijo la capacidad de pensar y razonar por sí mismo. Eso es lo que usted está entrenando. “Enseñarle a obedecer como un robot no está bien para la crianza de su hijo”, dice en Crianza infantil con visión. “La crianza verdaderamente efectiva del hijo, es entrenar la mente de su hijo. (…) La crianza de los niños es una combinación balanceada de educación y refuerzo de los hábitos físicos, así como de los valores espirituales. Ambos implican enseñar a la mente de su hijo”. Usted debe instruir, entrenar, guiar no sólo el potencial físico y mental de su hijo, ¡sino su potencial espiritual increíble y eterno!

El folleto sobre la crianza de los hijos contiene una sección (páginas 71-80) escrita por el redactor jefe de Visión Real, Gerald Flurry, que contiene aspectos específicos que debemos enseñar a nuestros hijos. También contiene esta fórmula maravillosa: “Para tener hijos felices y bien equilibrados con la actitud correcta, acuérdese de amarlos, enseñarles a través del ejemplo y disciplinarlos en amor. Esto se resume en darles un 85 por ciento de amor, un 10 por ciento de instrucción a través del ejemplo y un 5 por ciento de corrección en amor. Ninguno de nosotros jamás lo hará perfectamente al 100 por ciento todas las veces, pero no hay duda de que eso es una meta que Dios quiere que cada uno de nosotros alcance”.

En Efesios 6:1-4, Dios ordena a los padres: “Criadlos [a nuestros hijos] en disciplina y amonestación del Señor”. Las palabras aquí connotan enseñar, criar, madurar, tutelar, entrenar, disciplinar, nutrir, cuidar. La palabra raíz de “amonestación” denota el intelecto, el pensamiento, el sentimiento, la voluntad, el entendimiento, la mente.

¡Fíjese en lo activo que Dios espera que sea un padre con su hijo! Y observe que Dios se dirige específicamente a los padres. Instruya, enseñe, entrene a su hijo en el conocimiento que necesita, y enséñele a pensar por sí mismo, ¡a usar ese gran don de su mente que Dios le ha dado!

Inspire

Muchos niños son reacios a desarrollar sus mentes. Detestan la educación y el estudio. Los alumnos suelen presumir de su ignorancia y de su negativa a estudiar y aprender.

¡Qué tragedia! El hecho es que las personas que carecen de una buena educación pueden dejarse llevar por las mentiras de Satanás, y esto ocurre cada vez más con las generaciones jóvenes.

Haga todo lo que pueda para combatir esta fea tendencia de la naturaleza humana en sus hijos. Anímelos, emociónelos, encienda el fuego de la pasión en ellos para que amen el aprendizaje.

No subestime lo que su hijo puede hacer. Ponga la barra alta: calificaciones excelentes no simplemente buenas; trabajo organizado, puntual y consistente de la más alta calidad. Se sorprenderá de lo que son capaces de hacer cuando se les plantean expectativas altas. Dios quiere que trabajemos con todas nuestras fuerzas, ¡buscando la perfección! (Eclesiastés 9:10; Mateo 5:48). Ayude a su hijo a aspirar siempre a ese estándar en sus esfuerzos académicos y en otros que valgan la pena.

El trabajoprincipal de su hijo en la vida en este momento es la educación: absorber la instrucción y devorar el conocimiento. Y el trabajo de usted es ser su principal educador. Con la ayuda de Dios, trabaje para cumplir este papel al nivel más alto posible, y estimule a su hijo para que alcance el nivel más alto posible.

Ya sea en una tosca escuela pública, en una prestigiosa escuela privada, en la escuela administrada por la verdadera Iglesia de Dios o en la educación en casa, los niños siempre tienen más éxito cuando sus padrespermanecen involucrados. “Los padres eficaces están plenamente conscientes de la escuela de sus hijos, de los administradores de la escuela y sus políticas” (ibíd.). Cuanto más involucrado esté usted y más sepa lo que ocurre, más posibilidades tendrá su alumno. Asegúrese de que está al día con los deberes, estudiando para los exámenes y cumpliendo los plazos. Póngase en contacto con los profesores y administradores de su hijo para tener una idea clara de cómo le va. Recuerde: “¡Padres! Dios los hace a ustedes (no al maestro de su hijo) responsables de la educación de su hijo” (ibíd.).

En todo esto, mantenga el objetivo a largo plazo de transferir gradualmente la responsabilidad a su hijo para que tenga la autodisciplina necesaria para tener éxito una vez que salga de casa. Parte de esto requiere que evite proteger a su hijo de las consecuencias de sus propios errores. Si no estudia para un examen y lo reprueba, por ejemplo, deberá reprobarlo, para luego aprender de esa experiencia y hacerlo mejor la próxima vez. Si el profesor fija un plazo, el alumno debe cumplirlo. Si lo incumple, no debe esperar una prórroga. Los profesores y los padres no ayudan a un niño “facilitándole” las cosas. Eso le enseña al niño irresponsabilidad y falta de carácter. Adopte una visión a largo plazo y asegúrese de que su hijo aprende a ser responsable y a rendir cuentas cuando es joven.

¡Dios quiere que su hijo sea grande! ¡Quiere que usted sea un gran padre! Él quiere que usted tenga una gran relación con su hijo o hija. Por eso le da tanta instrucción en la Biblia y a través de Su Iglesia. Él quiere que su familia logre esto, no sólo para que usted pueda disfrutar mejor de su vida cotidiana, o para preparar a su hijo para un trabajo bien remunerado, sino para que usted pueda ayudar a su hijo o hija a alcanzar su increíble potencial humano. Él quiere que su hijo se desarrolle de forma segura, plena y rica en mente, cuerpo y carácter. ¡Quiere darle a su hijo un futuro deslumbrante!

Por esa razón Dios le ha dado a su hijo su propio educador principal, personal, interesado, comprometido y cariñoso: usted.