Cada año Dios nos da la Fiesta de los Tabernáculos para perfeccionar nuestra visión de cómo será la vida después de que Jesucristo regrese a la Tierra. Dios Padre dio una visión similar a Pedro, Santiago y Juan mientras Su Hijo estaba en la Tierra. Veamos esta visión: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él” (Mateo 17:1-3). Pedro, Santiago y Juan recibieron un vistazo asombroso de Cristo en Su gloria futura. Estos hombres ordinarios recibieron una visión extraordinaria del Reino magnífico de Cristo. Dios les dio la oportunidad de ver a Moisés y Elías como santos resucitados.
Pedro estaba tan entusiasmado con la visión -era tan real para él- que quiso levantar tabernáculos, o tiendas, para Moisés, Elías y Jesucristo. “Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tabernáculos: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías” (versículo 4 versión kj). Pedro reconoció el gran valor de ver esta visión. La palabra griega para “bueno” puede significar valioso. Pedro comprendió que lo que estaban experimentando era algo muy importante. Estaban siendo testigos del tan profetizado y esperado futuro de Israel, o sea, el Reino de Dios. ¿Podría ser que él quisiera que esta visión durara mucho tiempo? Tal vez él creyó que el Reino por fin ya había llegado y quería que todos los representados tuvieran una tienda. Se ha especulado que esta visión tuvo lugar durante o muy cerca de la Fiesta de los Tabernáculos. Si esto es cierto, entonces podemos especular con seguridad que Pedro quería celebrar la Fiesta con estas grandes personalidades.
Por supuesto, el Reino no había llegado. Mientras Pedro seguía hablando, Dios lo interrumpió y con voz de trueno dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (versículo 5). La visión terminó rápidamente y los discípulos tuvieron mucho miedo. La valentía de Pedro se esfumó rápidamente al oír la voz retumbante de Dios. Dios fue muy claro en su comunicación: Estaba muy complacido con Jesucristo y esperaba que los discípulos lo escucharan y lo entendieran.
Obviamente, esta visión tuvo un impacto increíble en los discípulos; ellos se entusiasmaron y sus mentes se anticiparon con esta experiencia. Cristo les dijo que lo mantuvieran en secreto. La visión hizo que surgieran preguntas sobre el Reino. Pedro y los demás preguntaron: “¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?” (versículo 10). Esta pregunta llevó a la revelación de una de las verdades más importantes para la Iglesia de Dios en este tiempo del fin. Cristo reveló que un hombre, con el espíritu y el poder de Elías, entraría en escena en el tiempo del fin y restauraría todas las cosas. El conocimiento sobre el papel del Sr. Armstrong como Elías del tiempo del fin es crucial para nuestra entrada en el Reino.
Viendo la Visión Hoy
La Fiesta de los Tabernáculos se acerca rápidamente y Dios también desea darnos una visión del Reino magnífico de Cristo. ¿Cómo nos da Dios una visión hoy? Vemos el Reino a través de las páginas de nuestras Biblias. Experimentamos el Reino venidero a través de la asistencia a la Fiesta de los Tabernáculos. Durante ocho días, Dios el Padre y Jesucristo trabajan para darnos una visión del Reino de Dios asombroso, increíble y glorioso. La plena participación durante la Fiesta, o sea, asistiendo a cada servicio y teniendo compañerismo durante cada evento planeado, hace que la visión sea nítida y clara.
Debemos darnos cuenta que somos personas ordinarias con un llamado extraordinario. Moisés y Elías han calificado para posiciones exaltadas en el Reino de Cristo. Pronto estos dos hombres serán resucitados a la gloria. Esto fue mostrado a Pedro, Santiago y Juan en visión. Nosotros estamos ahora en el proceso de calificación. Cuando califiquemos, nosotros también compartiremos una gloria increíble. Moisés y Elías trabajarán directamente con Jesucristo. Aunque los detalles específicos de nuestros roles individuales aún no han sido revelados, la visión general de nuestros trabajos venideros sí ha sido revelada.
¿Cuál es nuestro futuro papel?
“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. (Apocalipsis 1:5-6). Ya hemos sido hechos reyes y sacerdotes en el Reino. ¿Qué tan real es esta visión para nosotros? ¿Con qué claridad vemos este hecho? ¿Nos entusiasma? ¿Nuestras mentes se anticipan con las expectativas impactantes de nuestro asombroso futuro? ¿Meditamos sobre cómo será nuestra vida futura viviendo como reyes y sacerdotes? Dios tuvo a bien repetir este hecho más adelante en el libro del Apocalipsis. “Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:9-10). Dios repitió la noticia de nuestro futuro increíble. Es una realidad vibrante y viva. ¡Ya somos reyes y sacerdotes!
Desafortunadamente, esta vida presente puede nublar nuestra visión del futuro. Nuestros trabajos, las familias, las pruebas y las dificultades a menudo nos distraen de recordar quiénes y qué somos realmente: reyes y sacerdotes. Entonces llega la Fiesta, ¡afortunadamente! Cuando asistimos a la Fiesta, Dios nos saca de nuestro estancamiento y letargo espiritual. Cuando asistimos a la Fiesta, debemos dejar atrás nuestros problemas, pruebas y tribulaciones y centrarnos en los mensajes que Dios ha preparado para nosotros.
Dios les dijo a Pedro, Santiago y Juan que escucharan a Cristo. Lo mismo nos dice a nosotros hoy. ¿Cómo nos habla Cristo durante la Fiesta? Debemos ver todo mensaje de la fiesta como especialmente preparado para nosotros por Dios. Debemos ir a la Fiesta esperando ser enseñados, inspirados, animados y corregidos. Además, durante la Fiesta, debemos esforzarnos por vivir aún más como reyes y sacerdotes; al hacer esto, afinaremos nuestra visión del Reino.
Viviendo la visión como reyes
La meta máxima de los verdaderos cristianos es gobernar la Tierra y eventualmente el universo con Jesucristo. Este gran misterio está oculto para los cristianos profesos de hoy en día. Cristo prometió: “Al que venciere le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 3:21). Compartir el trono de Cristo significa compartir el gobierno. Apocalipsis 5:10 muestra que reinaremos en la Tierra, ¡no en alguna nube en el cielo! Este mundo engañado no puede asociar un trono y un gobierno con la religión. Sin embargo, esta es la esencia del evangelio de Cristo.
El profeta Daniel registró la verdad fantástica sobre nuestro gobierno futuro con Cristo. “Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Daniel 7:27). El gobierno, o reino, que poseeremos será un reino eterno.
La vida que Dios ha planeado para nosotros no implica “pasear por el cielo todo el día”. Nuestro futuro como reyes es hacer de la Tierra un lugar feliz, pacífico, hermoso y productivo. Después de 1.000 años de esta paz y el período de 100 años del Juicio del Gran Trono Blanco, nos trasladaremos y gobernaremos el universo. En esta Fiesta, debemos esforzarnos por tener este hecho muy claro en nuestras mentes. Los hombres y mujeres que venzan hoy se les dará la oportunidad enorme de gobernar todas las naciones, y luego el universo, bajo la dirección personal de Jesucristo.
Entonces, ¿cómo vivimos como reyes durante la Fiesta? Vivimos como reyes mostrando que estamos en sumisión al gobierno de Dios. La Biblia está repleta de información sobre los reyes y el gobierno. Dios siempre ha elegido a hombres muy capaces. Abraham, Moisés, Josué y David eran hombres de gran capacidad. Sin embargo, lograron el éxito a través de una cualidad más noble: Todos estos hombres estaban profundamente rendidos al gobierno de Dios.
Dios nunca nos usará como reyes a menos que estemos rendidos a Él. “Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez” (Éxodo 18:21). Durante la Fiesta, tenemos muchas oportunidades de mostrar a Dios que estamos rendidos a Él y a Su gobierno. Es importante recordar que el gobierno de Dios se basa en Su ley, que es una ley de amor. “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:8-10). Mostramos a Dios que estamos rendidos a Su gobierno obedeciendo los Diez Mandamientos.
Llamados a cambiar el mundo
Ciertamente, en la Fiesta, Dios espera que reflexionemos seriamente. Nuestro mundo hoy es un lugar violento. ¿Por qué? Herbert W. Armstrong enseñó que hay una causa para cada efecto. Muchas personas hoy en día quisieran detener toda la violencia, pero no saben cómo. ¿Y usted?
Nuestro mundo es un lugar peligroso y trágico porque está lleno de pecado, que es la rebelión contra la ley de Dios (1 Juan 3:4). Hemos sido llamados a cambiar el mundo. Ese cambio vendrá a través de líderes que sepan administrar la ley de Dios. ¡Estamos aprendiendo a administrar la ley guardando la ley! Mientras estemos en la Fiesta, debemos poner en acción la ley de Dios. Nuestros lugares de fiesta deben ser los más felices, más emocionantes y productivos de la Tierra. Esto sólo puede lograrse si todo el pueblo de Dios está viviendo de acuerdo con la ley. Obedecer la ley de Dios es el gobierno en acción. ¿Cómo podríamos esperar gobernar con Cristo si no podemos obedecer la ley ahora? En la Fiesta debemos esforzarnos por amar más a Dios y más a nuestros hermanos. Debemos asegurarnos que estamos esforzándonos por obedecer todos los Diez Mandamientos.
Una parte de manifestar amor durante la Fiesta es seguir todas las direcciones e instrucciones dadas durante la Fiesta. Recuerde esta escritura: “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos” (1 Corintios 14:33). Nuestros lugares de la Fiesta no deben estar en confusión. Nuestros lugares de fiesta deben ser un ejemplo para este mundo como lugares pacíficos y organizados. Haga que su meta personal sea obedecer todas las instrucciones de los ujieres, del personal de seguridad, de los encargados de los cuartos para madres y padres, de otros coordinadores y jefes de departamento, de los diáconos, de los ancianos locales y de los ministros de tiempo completo.
Preste mucha atención a todos los anuncios. Es muy común que los anuncios sean considerados como un momento de descanso, ya que el nivel de ruido de fondo generalmente aumenta. Muchos ven los anuncios como un momento para ir al baño de damas o de caballeros. Pero todos deberíamos escuchar y prestar atención.
Viviendo la visión como sacerdotes
Mientras asistimos a la Fiesta, también debemos ser conscientes de que somos sacerdotes de Dios. ¿Cuáles son los principales deberes de los sacerdotes? Antiguamente, los sacerdotes se encargaban de garantizar un culto adecuado a Dios y de atender las necesidades del pueblo. Ciertamente, ese sigue siendo nuestro trabajo hoy en día; y será nuestro trabajo en un futuro próximo. Pablo escribió a los hebreos: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13:15-16). Pablo mostró a los verdaderos cristianos que debemos ofrecer el sacrificio de adoración y realizar el sacrificio de hacer el bien a los demás continuamente. No podemos hacerlo sólo un día u ocho días. ¡Debemos aprender a vivir como sacerdotes para siempre! Como subraya Pablo, estos sacrificios agradan a Dios.
Al asistir a la Fiesta este año, debemos estar seguros de que estamos adorando a Dios. La Fiesta es un tiempo especial de adoración. “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a [el Eterno] de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16). Durante el reinado de Cristo, todas las naciones subirán a Jerusalén para adorar a Dios. Hoy, tenemos la oportunidad especial de hacer esto antes que el mundo entero.
Ninguna otra iglesia en la Tierra hoy está adorando a Dios apropiadamente. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24). Dios debe ser adorado en espíritu y en verdad. Sólo la IDF tiene la verdad completa de Dios hoy.
Aceptamos plenamente todo lo que Dios restauró a través del Sr. Armstrong (Mateo 17:10-11). Tenemos nueva revelación increíble de parte de Dios (2 Pedro 3:18). Ninguna otra iglesia que salió de la Iglesia de Dios Universal acepta plenamente lo que el Sr. Armstrong enseñó. Cada una tiene su propio comité de revisión doctrinal para decidir qué doctrinas mantener. Esto es un desaire al gran Dios que nos dio la doctrina (Malaquías 1:13). Ningún grupo de Laodicea recibe nueva revelación. Esto significa que sus fiestas son inútiles para la adoración. Dios condena sus fiestas. “Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas” (Isaías 1:14). Dios dice que está cansado de las fiestas de Laodicea que están carentes de verdad. Las iglesias de Laodicea van a ser castigadas severamente por su corrupción doctrinal. “He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él” (Malaquías 2:3). Este es verdaderamente un tiempo trágico para la Iglesia de Dios.
La IDF tiene los únicos verdaderos adoradores de Dios. Mientras asistimos a la Fiesta, definitivamente esto es algo por lo cual estar agradecidos. Como dijo Pablo, nuestros labios deben alabar el nombre de Dios. Dios levantó a la IDF para continuar Su obra. Es un gran honor ser parte de esta Obra. Mientras estamos en la Fiesta, debemos reflexionar sobre las muchas bendiciones que Dios ha derramado sobre esta Iglesia. Debemos estar profundamente agradecidos por La Trompeta, Visión Real, los folletos y las páginas web. Debemos dar gracias a Dios por la emisión de la Llave de David y por los numerosos programas de radio. Nosotros debemos estar especialmente agradecidos por la nueva piedra del destino y el nuevo trono de David. Debemos estar muy agradecidos por el Sr. Flurry y el ministerio.
Cuando nuestras mentes están llenas de estas bendiciones entonces nuestros servicios de canto levantarán los techos en nuestros salones de reuniones. En esta fiesta, asistan a cada servicio. Reflexione sobre el gran nombre de Dios y Sus obras maravillosas hacia nosotros. Asegúrense de darle gracias por Sus múltiples bendiciones a la Iglesia y a nosotros como individuos. Cuando hacemos esto, adoramos a Dios apropiadamente.
Un tiempo para servir
Asegurémonos de servir plenamente a los demás en la Fiesta. La intención de Dios es que la Fiesta de los Tabernáculos sea el momento más feliz del año. Dios instituyó el segundo diezmo para proveer financieramente nuestras necesidades durante la Fiesta. “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de [el Eterno] tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a [el Eterno] tu Dios todos los días. Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que [el Eterno] tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando [el Eterno] tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que [el Eterno] tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de [el Eterno] tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia” (Deuteronomio 14:22-26). Dios espera que nos regocijemos en la Fiesta. Si ahorramos nuestro segundo diezmo completo, entonces realmente podemos regocijarnos. Nuestro regocijo puede ser estropeado si no hemos ahorrado un segundo diezmo completo.
Dios también espera que nuestros hogares se regocijen. Estar compartiendo nuestro segundo diezmo con nuestras esposas y nuestros hijos añadirá a la felicidad de ellos durante la Fiesta. Incluir a nuestra familia en los planes de viaje y en la selección de hoteles para la Fiesta ayuda a todos a anticipar felizmente la Fiesta.
También se espera que los que están sobrados financieramente en la Fiesta, ayuden a otros durante la Fiesta. “Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo” (versículo 27). La mayor parte de nuestro apoyo financiero a los demás, viene a través del programa de ayuda del segundo diezmo. El envío de un diezmo de su segundo diezmo y cualquier exceso de segundo diezmo ayuda a sufragar los costos del sitio de la Fiesta y ayuda a los verdaderamente necesitados a asistir a la Fiesta. Generalmente, esto se hace varios meses antes de la Fiesta. Poder contribuir de esta manera es un gran servicio. Pero nuestro servicio no debe detenerse ahí. Durante la Fiesta, también debemos estar atentos a las necesidades de los demás. Si no se le asignó un trabajo durante la Fiesta, tenga la seguridad de que todavía hay trabajo por hacer. Cuando surja una necesidad, asegúrese de ofrecerse como voluntario si físicamente lo puede hacer.
También esté atento a las viudas, a las madres solteras con hijos y a otras personas que puedan necesitar ayuda. Santiago escribió: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1:27). La Fiesta va a un paso vertiginoso. A veces podemos descuidar a los demás cuando las agendas están copadas. Todos desean disfrutar de las actividades. Algunos necesitarán transporte o ayuda con los niños pequeños. Algunos jóvenes estarán en la Fiesta sin padres. Algunas viudas necesitarán un amigo o un compañero para asistir a una actividad. Algunos ancianos necesitarán ayuda para asistir a una actividad. Cuando planifique las actividades de su familia, incluya a alguien que necesite transporte o un amigo con quien ir. Incluir en las actividades a las familias con un solo padre con familias que tienen los dos padres, es un servicio fantástico. Servir a los demás durante la Fiesta puede ser un sacrificio, pero complace a Dios cuando trabajamos para asegurarnos de que todos están incluidos.
La Fiesta nos recuerda el momento en que la Familia de Dios asumirá el gobierno de esta Tierra. La Fiesta es un tiempo de Familia Dios. Dios nos da este tiempo para que podamos prepararnos para el maravilloso Mundo de Mañana. La esperanza de este mundo moribundo se centra en lo que ocurre en la Fiesta de los Tabernáculos. Jesucristo ya nos ha hecho reyes y sacerdotes para el Mundo de Mañana. Debemos vivir como reyes y sacerdotes hoy para ocupar nuestro lugar en el Mundo de Mañana. Vayamos todos a la Fiesta de 2021 con la resolución de obedecer, adorar y servir. Si hacemos esto, nuestra visión del futuro será mucho más clara. Recuerde, Dios quiere darnos visión en esta Fiesta. Debemos abrir nuestros ojos, corazones y mentes para experimentarla. ¡Que tengan una gran Fiesta!