El Día de la Expiación
Las fiestas religiosas anuales que Dios manda observar a los verdaderos cristianos se mencionan claramente en Levítico 23.

¿Sabía usted que Dios revela su plan maestro a través de una serie de días santos anuales que casi nadie entiende? Dios ordena a los verdaderos cristianos que observen los festivales religiosos anuales que se mencionan en Levítico 23. Cada uno de estos días nos muestra cómo Dios está desarrollando su plan maestro para la humanidad. Si usted conoce el plan de los días santos, ¡puede conocer el futuro y su parte en él!

En un artículo anterior, aprendimos que el cuarto festival, la Fiesta de las Trompetas, representa el regreso triunfal de Jesucristo para rescatar a la humanidad de la autodestrucción. En ese momento, Cristo también establecerá su gobierno mundial para traer una paz sin precedentes a la Tierra.

Luego, Jesucristo reemplazará al actual dios de este mundo: Satanás el diablo (2 Corintios 4:4; Apocalipsis 12:9). Antes de traer la utopía, Jesucristo debe eliminar a Satanás y su influencia. La quinta fiesta nos muestra cómo lo hará. El nombre de este día santo es Expiación.

Una fiesta insólita

Aunque la mayoría de los cristianos modernos nunca han oído hablar del Día de la Expiación, éste es mencionado en detalle en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Dios le ordenó a Moisés: “A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a [el Eterno]. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de [el Eterno] vuestro Dios” (Levítico 23:27-28).

El Día de la Expiación tiene lugar nueve días después de la Fiesta de las Trompetas. [Este año es el jueves 16 de septiembre]. Dios ordena a Su pueblo que se reúna en este día. Es tan importante y solemne para Dios que ordena a Su pueblo abstenerse de todo trabajo, incluso de la simple preparación de alimentos (versículos 30-31). Este es el único día santo en el que Dios ordena eso. Y fíjese en esto: también se nos ordena afligirnos (versículos 29 y 32). ¿Qué significa “afligirnos”?

Afligirse es ayunar, lo que significa abstenerse de comida y agua durante 24 horas (Levítico 23:32; Isaías 58:3). El ayuno en el Día de la Expiación confiere a esta fiesta su carácter único.

¿Por qué ayunar durante una fiesta? El propósito espiritual del ayuno es humillarnos para acercarnos a Dios. No comer ni beber nos lleva a un estado mental humilde, el estado mental necesario para la salvación. El orgullo y la vanidad humanos nos separan de Dios. Sin embargo, el ayuno con la oración, el estudio de la Biblia, la meditación y el arrepentimiento piadoso por nuestros pecados y defectos nos lleva a una actitud en la que estamos dispuestos a escuchar a Dios, obedecerle más plenamente y hacer Su Obra.

Para comprender plenamente este día, debemos entender lo que significa la palabra expiación. El diccionario en línea Webster nos da una definición: “poner en uno; reducir a la concordia; reconciliar, como las partes en desacuerdo; apaciguar”. Este día representa el momento en que Dios y el hombre serán uno. Es literalmente el Día de [H]ay-uno. Para ser unificados con Dios, tendremos que volvernos humildes, y ¡Satanás tendrá que ser refrenado!

Las dos cabras

Las instrucciones de Dios al antiguo Israel sobre cómo celebrar el Día de la Expiación se detallan en Levítico 16. Las ceremonias especiales llevadas a cabo en este festival involucraban al sumo sacerdote, el tabernáculo y las ofrendas por el pecado, que incluían dos cabras. El apóstol Pablo explica el significado espiritual de estas ceremonias para los cristianos del Nuevo Testamento en Hebreos 9.

Al sumo sacerdote se le ordenó hacer una ofrenda especial por el pecado una vez al año para expiar todos los pecados de Israel en el Día de la Expiación (Levítico 16:29-33). El propósito era limpiar a Israel de sus pecados para que Dios siguiera habitando con ellos. Durante esta ceremonia, el sumo sacerdote representaba a Jesucristo (Hebreos 3:1).

Sin embargo, el acto más significativo del sumo sacerdote en el Día de la Expiación consistía en seleccionar y utilizar dos machos cabríos idénticos (versículo 5). Esta parte de la ceremonia del día requería que llevara los dos machos cabríos a la puerta del tabernáculo y los presentara ante Dios. El sumo sacerdote echaba entonces suertes sobre los machos cabríos. Una suerte era para representar a Dios, y la otra para representar a Azazel (versículos 7-8). La Versión Autorizada utiliza la palabra chivo expiatorio en lugar de Azazel. La referencia marginal proporciona la traducción correcta.

Hay un rico simbolismo con estos dos machos cabríos. El macho cabrío para Dios fue sacrificado como ofrenda por el pecado (versículo 9). La sangre de ese macho cabrío era rociada sobre el propiciatorio y el altar por los pecados del pueblo (versículos 15-19). Esta ofrenda representaba a Jesucristo, que fue sacrificado y cuya sangre fue derramada para el perdón de nuestros pecados (Hebreos 9:12, 22-26). El sumo sacerdote (que también desempeñaba funciones simbólicas de Jesucristo) tomaba entonces el macho cabrío de Azazel, ponía sus manos sobre el macho cabrío y confesaba sobre él todos los pecados del pueblo. Luego, un hombre llevaba el chivo al desierto y lo soltaba (Levítico 16:20-22).

Entonces, ¿qué simboliza el chivo Azazel?

Herbert Armstrong muestra en su folleto Los Días Santos de Dios,que el nombre Azazel es un nombre para Satanás el diablo. Satanás es culpable de influir en la humanidad para que desobedezca a Dios (Efesios 2:2). Él será castigado por ello. Él cargará con su propia culpa por los pecados de la humanidad. El diablo se considera a sí mismo como un chivo expiatorio y que no tiene ninguna culpa en el pecado humano. Nada podría estar más lejos de la realidad. Él es el autor del pecado, y cargará con su castigo.

Satanás para ser atado

¿Cómo se cumplirá el simbolismo del macho cabrío para Azazel? Jesucristo regresará a esta Tierra para gobernarla. Uno de Sus primeros deberes como Rey de reyes será ordenar que Satanás sea atado y llevado a un lugar de restricción por mil años (Apocalipsis 20:1-3). Satanás no podrá influenciar a la humanidad durante este maravilloso período de tiempo. El cambio en la mente de los hombres será notable. En conjunto, la humanidad aceptará el sacrificio de Jesucristo y vivirá de acuerdo con la ley de Dios. ¡Habrá paz, alegría y felicidad universales! (Isaías 2:1-4).

¡La eliminación de la influencia de Satanás permitirá que el mundo se libere del pecado y sea uno con Dios!