La capacidad que uno tiene para inspirarse con una sinfonía, de enriquecer la mente con una escultura o de animarse con una puesta de sol es un milagro. Esa capacidad se debe a tener una mente como la de Dios, algo que Él creó en usted.
Herbert W. Armstrong escribió en El increíble potencial humano que Dios “dotó al hombre con el poder de la mente”. Y“Es lógico pensar que las mentes humanas fueron creadas para que funcionaran de la misma manera que la del Creador, aunque de un modo inferior a la de Él. Pero, ¿cómo es que nosotros los humanos usamos nuestras mentes? Es porque estamos dotados de algo semejante a los poderes creativos”.
Esta habilidad hace del ser humano una creación única. Ningún animal tiene esta habilidad. Dios se la dio sólo al hombre por razón de nuestro propósito único y especial. Parte de la mente excepcional de Dios que posee el ser humano, es la capacidad de apreciar los esfuerzos creativos y artísticos.
La mente culta de Dios
Dios (creador y poseedor de este poder mental) es el Ser más culto, brillante y sofisticado. Él aprecia las cosas más finas. Es un Dios de calidad.
Dios nos dio ese poder mental para poder crear Su carácter en nosotros. Y Su carácter es el de un perfeccionista; de crear la más alta calidad y de apreciar las cosas más finas. El Sr. Armstrong escribió en su personal de la Pura Verdad: “[L]a enseñanza bíblica apoya la prosperidad, la cultura, la educación y la adquisición del verdadero conocimiento, la buena calidad y la vestimenta adecuada. ¿Es incorrecto ser una persona culta?” Él continuó: “La Biblia revela que la naturaleza humana es perezosa, desaliñada, y no obstante llena de vanidad y codicia. Cuando la gente se jacta de ser pobre, inculta y mal educada, meramente está exteriorizando la vanidad. Por lo general, se trata de excusas propias para justificar la falta de ambición, la negligencia y la falta de esfuerzo”.
Dios está rodeado de brillantez y sofisticación.
En la visión sobre el Salón del Trono de Dios, el Apóstol Juan dice: “Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. (…) Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 4:3-4, 8-9).
En Apocalipsis 5, leemos que estos 24 ancianos cantan un nuevo cántico ante el Trono (versículo 9).
Qué entorno tan rico visualmente: oro puro, piedras preciosas y cristales ardientes. Y qué condiciones tan ricas auditivamente: arpas, cantos y música constantes. Los versículos 11-13 hacen referencia a un coro angelical ¡de 100 millones de voces!
Todo esto se podría decir que es la cultura del Salón del Trono de Dios.
Leemos más sobre esto en el Salmo 45:8: “Tus vestidos exhalan de mirra, áloe y casia, desde los palacios de marfil, con lo cual te han alegrado” (traducción nuestra de la versión King James). Esto es en una sección del salmo donde la Novia (un tipo de la Iglesia) está alabando a su esposo (un tipo de Jesucristo). La frase con lo cual es un error de traducción (en la versión King James también). La palabra hebrea significa instrumentos de cuerda (como se traduce en el Salmo 150:4). El versículo debería decir así: “desde palacios de marfil, instrumentos de cuerda te han alegrado”.
¡Piense en el majestuoso entorno de nuestro Dios! Piense en las mansiones y oficinas que Él está preparando ¡para usted! (Juan 14:1-2). Esa música tan inspiradora proviene de Su residencia, de ¡Su Salón del Trono!
¡Lo más inspirador de este entorno es que Dios tiene intenciones de exportar esa cultura del Salón del Trono!
La cultura de Lucifer
Dios, siendo el dador que es, quiso propagar y expandir Su entorno alegre para que otros pudieran beneficiarse. Esto comenzó con la mayor creación en el reino angelical. Acerca del arcángel Lucifer, Dios dijo: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación” (Ezequiel 28:13). La obra maestra angelical de Dios estaba dotada de las más finas joyas de la dimensión espiritual y de unas habilidades musicales superiores.
Lucifer habitó “…en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas” (versículo 14). Él había pasado un tiempo considerable en esa cultura del Salón del Trono hasta que fue enviado al “Edén, el jardín de Dios” para llevar esa cultura allí. El Edén, de hecho, iba a ser el “Salón del Trono” de Dios en la Tierra. Cuando Dios diseñó este jardín, le dio el mismo diseño básico que Su hogar en el tercer cielo.
Cuando Lucifer estaba allí, el jardín era simplemente un campo de prueba; la intención de Dios era que, con el tiempo, Lucifer expandiera esa “cultura del Salón del Trono” al universo. El redactor jefe Gerald Flurry escribió en The Former Prophets: How to Become a King [Los profetas anteriores: Cómo convertirse en un rey]:“Lucifer era un ser del universo, ¡creado para llenar el universo de música hermosa! Dios lo diseñó para pensar como Él piensa, y para amar y producir la música que Él ama. Lucifer lo hizo durante un tiempo, pero luego se rebeló y Dios le cambió el nombre a Satanás”.
Dios había creado un ser especialmente diseñado para exportar Sus gustos y sensibilidades artísticas por todo el universo. ¡Ése va a ser el trabajo de los seres humanos nacidos en la Familia de Dios! Y serán aún más hábiles y capaces de hacerlo que incluso Lucifer cuando aún era justo.
La difusión de la cultura del Salón del Trono debía comenzar en el Edén con la humanidad y expandirse desde allí. Dios creó al hombre del polvo de la Tierra, con capacidades mentales similares a las de Dios, y lo colocó en este jardín que representaba el Salón del Trono en el cielo. Era un lugar de calidad, de educación de acuerdo a Dios y de responsabilidad. Representaba el camino que Dios quería que se extendiera por toda la Tierra.
En el Jardín del Edén, la humanidad eligió no exportar la cultura del Salón del Trono de Dios. El hombre eligió vivir bajo el dominio de Satanás.
¡Piense en el mundo en el que hemos vivido desde entonces! Como lo explicó el Sr. Armstrong en El misterio de los siglos: “Dios se sienta en un trono rodeado de esplendor, calidad, belleza y carácter. (…) Dios quiso que el hombre trabajara la Tierra, que la mejorara y la embelleciera, que le diera un carácter glorioso. Y al hacerlo, estaría formando en su propia vida ‘la hermosura de la santidad’ (…) Dios nunca dispuso que los hombres vivieran rodeados de miseria, suciedad y escualidez o fealdad. El hombre debía haber embellecido la Tierra y al mismo tiempo desarrollado su propio carácter. Esa civilización debía haber sido ‘un cielo en la Tierra”.
La cultura del Israel físico
Sin embargo, bajo la influencia de Satanás, el hombre generalmente no ha participado de las cosas más finas. A lo largo de los milenios de la historia de la humanidad, la cultura ha sido un privilegio sólo para una pequeña minoría.
Una excepción a esto fue la nación física de Israel. Dios pretendía que los israelitas vivieran Su tipo de cultura. La grandeza y el renombre de su cultura fue posible porque recibieron las leyes y los sistemas de Dios (véase Deuteronomio 4:5-8).
Abraham, el progenitor de la nación Israel, era un hombre bien educado, cosmopolita y refinado. Según Austrian Chronicle of the 95 Rulers [la Crónica austriaca de los 95 gobernantes], él estableció Austria como centro cultural de Europa. Y lo sigue siendo hoy, ¡más de 4.000 años después! Las pruebas de la influencia de Abraham en Austria se encuentran sobre todo en su cultura musical. Viena sigue siendo la capital mundial de la música. Salzburgo fue el lugar de rodaje de gran parte de La novicia rebelde [también conocida como Sonrisas y lágrimas en España], y es mundialmente conocida por ser el lugar de nacimiento de Mozart, el gran genio de la música venerado en esa ciudad y en toda Austria.
La Biblia revela que Job y José eran hombres prósperos, capaces e inteligentes. Dios le habló a Job en términos musicales en varias ocasiones.
Dios se encargó que Moisés fuera entrenado no sólo en el pastoreo, sino en la corte real egipcia (¿cuánto no tendrá la cultura egipcia de la influencia de Abraham, Job y José?). Moisés también recibió formación práctica en organización de parte de su suegro, Jetro. Todo esto fue en parte para que Moisés pudiera establecer a Israel como una civilización culturalmente más avanzada.
Dentro de esa nación, los levitas encarnaban la cultura de Dios quizás más que cualquier otra tribu. Los sacerdotes eran seleccionados de esa tribu; y se vestían con los mejores atuendos, tenían la mejor educación y los mejores ingresos, todo con el fin de estar equipados para servir a la nación en una serie de capacidades culturales. La idea que los seres humanos reemplazarían a Lucifer en capacidades culturales estaba representada visualmente en el pectoral del vestuario del sumo sacerdote: ¡El cual estaba adornado con las mismas gemas con las que Dios había dotado a Lucifer! La proeza cultural del antiguo Israel alcanzó su cenit durante los reinados de los reyes David y Salomón. Ambos reyes inspiraron una cultura nacional muy refinada. La Biblia revela que la producción musical de la nación era bien conocida entre las tierras vecinas; una hazaña extremadamente rara en los días sin radios, cdso transmisiones digitales.
El rey David estableció una cultura musical en torno al arca del pacto que representaba el tipo de actividades musicales, ¡en el Salón mismo del Trono celestial! En 1 Crónicas 16:37-42 se revela que la música rodeaba el arca “día y noche” (al igual que Apocalipsis 4:8 describe la adoración alrededor del Trono de Dios en el cielo): Asaf hacía música alrededor del arca; Hemán y Jedutún se quedaron con Sadoc e interpretaron música alrededor de los sacrificios.
Durante el reinado de Salomón, el templo se elevaba como una estructura sin paralelo en cuanto a logros arquitectónicos y estéticos.
Más tarde, cuando el rey Ezequías decidió pagar un tributo a Senaquerib para disuadir una invasión de Jerusalén, la historia secular muestra que él ofreció algunos de sus músicos de la corte como parte del tributo. ¡Los músicos del trono davídico eran considerados un lujo valioso!
La Biblia también revela que los profetas Amós e Isaías eran extremadamente educados y participaban en las bellas artes.
Un estudio de los antiguos reinos de Israel y Judá revela una sorprendente conexión entre la salud espiritual de la nación y su producción cultural: La música nunca se menciona durante los reinados de ninguno de los reyes de Israel (y todos ellos fueron malvados); tampoco durante los reinados de los reyes malvados de Judá. Sólo se menciona durante los reinados judaicos justos, o las partes justas de esos reinados.
Y cuando Judá cayó en manos de Babilonia en el siglo vi a.C., el Salmo 137 muestra que los captores querían que los judíos cantaran las canciones de Sion. ¡La nación era famosa por sus logros musicales! Daniel 1 también muestra que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, quería a los jóvenes judíos en su corte. Se sabía que eran “idóneos para estar en el palacio del rey” (versículo 4), y los halló “diez veces mejores” que sus propios expertos (versículo 20).
La cultura del Israel espiritual
Cuando algunos judíos regresaron a Jerusalén después de 70 años de cautiverio, se recuperó algo de la “cultura de Dios” en medio de la construcción del segundo templo bajo Zorobabel y más tarde durante la época de Nehemías, cuando construyó un muro alrededor de Jerusalén. Pero no pasó mucho tiempo para que incluso esta nación perdiera gran parte de la “cultura de Dios”.
La cultura pronto reviviría cuando Dios comenzara a trabajar a través de una nación espiritual. El Salmo 22:3 afirma queDios está entronizado entre las “alabanzas de Israel”.
Y aunque los llama “los débiles y los viles”, ¡Dios expone a Su Iglesia a las cosas más finas!
La Fiesta de los Tabernáculos es un ejemplo perfecto. Deuteronomio 14:25-26 explica cómo ahorramos el 10% de nuestros ingresos para gastarlos en los festivales de Dios (principalmente la fiesta de las cabañas): “y comerás allí delante de [el Eterno] tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia” (versículo 26). ¿Cuántas personas en el mundo (y en la historia) pueden comer a ese nivel? Gastar ese porcentaje de los ingresos anuales en comidas durante un poco más de una semana, expone al pueblo de Dios a una vida verdaderamente de realeza. ¿Es la Iglesia de Dios un grupo atrasado de inadaptados pobres? No, en lo absoluto. Ellos son bendecidos con vivir en este tipo de cultura de acuerdo a Dios, si están obedeciendo el mandato del segundo diezmo.
Incluso el hecho de ponernos cada semana lo más fino que tenemos y de venir ante la presencia de Dios en los servicios del Sábado, nos sitúa en una “clase” diferente de personas.
El pueblo de Dios tiene que saber cómo comportarse ante la presencia de Dios. ¡Esa es la cultura del Salón del Trono! Aprendemos a arreglarnos bien, a vestirnos adecuadamente, a tener buenos modales, incluso la gramática y la forma de hablar adecuadas; todo esto forma parte de la cultura del Salón del Trono.
Al igual que en el Israel físico, los refinamientos de la cultura de la nación espiritual coinciden con (y son causados por) la salud espiritual de la nación. Y cuando la Iglesia prosperó bajo la influencia del Elías del tiempo del fin (Mateo 17:10-11) —cuando todas las cosas fueron restauradas a la Iglesia— este elemento del estilo de vida de Dios también fue restaurado. Los campus que Dios construyó a través de Herbert W. Armstrong eran famosos por ser paraísos. El Sr. Armstrong mencionó en El misterio de los siglosun comentario de un jefe de estado cuando visitó esos terrenos: “Una reina que estuvo en el campus de la sede en Pasadena, California, haciendo un recorrido al campus, en una visita de seis días, exclamó: ‘Acabo de estar en el cielo”.
Los estudiantes en los colegios [de Dios] estaban aprendiendo a ser embajadores del camino de vida de Dios de forma práctica. El Sr. Armstrong estableció clubes de oratoria en toda la Iglesia: “para capacitar a los miembros de la Iglesia para representar mejor el Reino del Dios eterno y viviente mediante la formación en el desarrollo del carácter, el liderazgo dentro de la Iglesia de Dios, la organización eficaz de los pensamientos correctos y la capacidad de exponerlos en un discurso claro y comprensible” (Manual del Club de Oratoria). Y él construyó un auditorio para promover los logros artísticos más altos del espíritu humano.
Nuestra Obra de hoy consiste en el mismo tipo de oportunidades culturales, entrenándonos para representar mejor la cultura de Dios como Sus embajadores. Dios está bendiciendo a Su pueblo con oportunidades para crecer en este tipo de cultura. Incluso los miembros de la Iglesia que viven en lugares lejanos alrededor del mundo pueden recibir transmisiones en vivo muchas de las presentaciones desde Armstrong Auditorium. Ser testigos del estándar de oro de las bellas artes, es una experiencia poco común en la historia de la humanidad. Históricamente, para poder presenciar este tipo de espectáculos, la gente tenía que haber nacido en un palacio privilegiado y que patrocinara las artes.
Hoy en día es más común que la gente pueda ver grandes espectáculos en forma de conciertos en vivo, sobre todo con la llegada de la televisión y el cine. Los museos de arte también son asequibles y accesibles para muchos. Pero esto todavía aplica principalmente en el Primer Mundo y en las naciones influenciadas por los israelitas. La inmensa mayoría de la humanidad actual no puede participar en nada de este tipo de cosas.
La cultura del Mundo de Mañana
Ahora proyecte esta cultura hacia el Mundo de Mañana, cuando el mundo entero será de Dios (Zacarías 14:9), cuando todos guarden las leyes de Dios (Isaías 2:1-4), cuando esa nación espiritual sea el gobierno del Reino de Dios (Daniel 2:44).
Isaías 51:3 afirma: “Ciertamente consolará [el Eterno] a Sion; consolará todos sus lugares solitarios; y cambiará su desierto en Edén, y su yermo en el huerto de [el Eterno]; se hallará en ella alegría y gozo, acción de gracias y voces de melodía” (versión kj).
Observe que el desierto se transformará en el Edén, y el yermo en el huerto del Eterno; ¡ambos tipos del Salón del Trono de Dios! La cultura del Salón del Trono se plantará aquí en la Tierra durante el reinado del Mesías. Se oirán “voces de melodía”, lo que nos indica que este tipo de música existía en el Edén original. Y resonará en este Edén futuro. Incluso la raíz hebrea de la palabra melodía significa tocar música con los dedos. Así que habrá voces e instrumentos, o sea, ¡todo tipo de música en este Edén!
¡La cultura del Mundo de Mañana será una exportación de la cultura del Salón del Trono de Dios! Será un mundo de verdadera cultura.
El Sr. Armstrong escribió en su artículo de marzo de 1978 acerca de la cultura: “Hay mucha ‘cultura’ sofisticada en este mundo que es puro esnobismo y vanidad. Pero la verdadera cultura se basa en la gran ley de Dios: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. La parte de la cultura y de los buenos modales que expresa la preocupación por el prójimo en la cortesía, la amabilidad, la simpatía, la sonrisa y el servicio, es la verdadera cultura”.
El camino de Dios es el de los modales refinados, la vestimenta adecuada y el buen aseo. Su mundo estará lleno de refinamiento y cultura de acuerdo a Él.
Isaías 25:6 dice: “Y [el Eterno] de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de comidas ricas, banquete de vinos añejos, de gruesos tuétanos y de vinos añejos refinados” (Versión Estándar del Inglés; traducción nuestra al español). Como nación espiritual de Dios, aprendemos mucho acerca de este tema cuando guardamos y vivimos la Fiesta.
Zacarías 14:16-19 muestra que Dios impondrá al mundo la observancia correcta para la Fiesta. En los versículos que siguen a este pasaje, Zacarías comparte otro detalle sobre este tiempo: “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A [EL ETERNO]; y las ollas de la casa de [el Eterno] serán como los tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a [el Eterno] de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas…” (versículos 20-21). Una frase que originalmente sólo estaba inscrita en las campanas de los sacerdotes de Israel (Éxodo 28:36) será inscrita en las campanas de los caballos. La gente mirará a Jerusalén como el ejemplo perfecto de la cultura del Salón del Trono, ¡donde incluso los caballos llevan inscripciones que antes estaban reservadas para el santuario, los sacerdotes y el templo! Allí la gente cocinará todos los días en ollas dedicadas a servir a Dios.
Dios quiere que la humanidad saboree las cosas más finas; que tenga unos estándares, modales y gustos excelentes. ¿Por qué? Porque apuntan al carácter de Dios. El buen aseo, la vestimenta adecuada, los buenos modales y la forma de hablar adecuada, todos ellos edifican el carácter. Todos ellos están basados en la ley de amor de Dios.
Como gobernantes en el Mundo de Mañana, enseñaremos que las cosas físicas son temporales y no deben ser idolatradas, pero que pueden enseñarnos acerca de la mente y el carácter de Dios. Esas cosas nos señalan la excelencia espiritual.
“Porque [el Eterno] redimió a Jacob (…) Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de [el Eterno], al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice [el Eterno]” (Jeremías 31:11-14).
¡Se acerca un tiempo en el que todos participarán de las cosas más finas! Entre ellas, la comida y la bebida finas, el canto y el baile. Y este es un estilo de vida que, en el mundo de Satanás, era disfrutado por sólo unos pocos privilegiados. Los versículos 12 y 14 muestran que todo esto tipifica la abundancia espiritual. Estas cosas físicas representan la benignidad de Dios.
La cultura de la Familia Dios nacida del Espíritu
Este estilo de vida será posible, en parte, porque el mundo será gobernado por una familia espiritual de seres Dios, una familia cuyos logros, repito, serán mucho mayores de lo que jamás pudo ser Lucifer. En la visión de Juan registrada en el libro de Apocalipsis, él vio a 144.000 de esos miembros de la Familia cantando una nueva canción “delante del trono” (Apocalipsis 14:1-5), contribuyendo a la cultura del Salón del Trono.
Juan, en su visión, vio entonces a personas nacidas en la Familia de Dios, cantando delante del Trono con arpas (Apocalipsis 15:2-4). Esta Familia Dios gobernante tendrá éxito donde Lucifer fracasó.
Esta familia hará que la riqueza, la propiedad de la tierra (Miqueas 4:4) y, por lo tanto, las experiencias culturales sean la norma para todos los hombres, y no sólo el privilegio de unos pocos elegidos.
Sofonías 3:17 muestra quién está en última instancia detrás de esta revolución cultural: “[El Eterno] está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.
¡Dios se regocijará sobre la gente con cánticos! La palabra hebrea para regocijará significa ir en círculo, saltar o bailar. Dios traerá personalmente Sus gustos, Sus apreciaciones, Sus artes a la Tierra, o sea, a la cultura humana.
Jeremías 33:10-11 revela que la voz del Esposo y de la Esposa ha de oírse en Jerusalén, junto con los que traigan “ofrendas de acción de gracias” a la casa del Eterno.
Dios nos da un anticipo de este tipo de mundo hoy en cada Sábado, cada Fiesta, y en las continuas experiencias que le da a Su Iglesia. Es así porque nosotros ayudaremos a traer esta cultura del Salón del Trono, a la Tierra.
Sin embargo, ¡no se detiene en la Tierra! Isaías 51:16 dice: “Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo [plantando; versión King James] los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú”.
¡La Tierra no es más que los cimientos para plantar los cielos!
Dios quería que Lucifer llenara este universo de cultura de acuerdo a Dios. En cambio, éste es ahora nuestro trabajo. ¡Dios se está asegurando que tengamos las habilidades para realizarlo! Porque estamos a punto de llenar esta Tierra(y este universo) ¡con la cultura del Salón del Trono de Dios!